?Vale menos mi casa si est¨¢ en una calle de nombre ultra?
Estudios en EE UU apuntan a que las viviendas situadas en zonas cuyas denominaciones apelan al pasado racista del sur ven depreciado su valor.
Cuando el grupo femenino de m¨²sica country m¨¢s exitoso de Estados Unidos, durante 30 a?os conocido como Dixie Chicks, present¨® en mayo de 2020 su nueva canci¨®n, March March, una parte de su nombre hab¨ªa sido expulsado. Sin previo aviso, el tr¨ªo recort¨® el ¡°Dixie¡± que apelaba a su origen sure?o, para distanciarse de un t¨¦rmino asociado a la historia racista del pa¨ªs. Este cambio de nombre, seg¨²n ha demostrado un grupo de investigadores norteamericanos, le vendr¨ªa bien no solo por una cuesti¨®n moral, sino econ¨®mica, a algunas ¨¢reas de Estados Unidos: las casas situadas en calles con nombres que honran a la Confederaci¨®n se venden por un 3% menos que otras casas similares cercanas.
Cada cierto tiempo, en este pa¨ªs un disturbio racista prende la llama que enciende el debate sobre la retirada de estatuas en honor a la Confederaci¨®n. Ese grupo de 11 Estados sure?os que se opuso a mediados del siglo XIX a ilegalizar la esclavitud. Es lo correcto, gritan muchos en las calles. Es un gasto de dinero, arguyen otros. Tras el asesinato de George Floyd en mayo de 2020, mientras el debate se convert¨ªa en una tensi¨®n entre el bien moral y el coste material, T. Clifton Green, profesor de Finanzas de la Universidad de Emory (Atlanta), se pregunt¨® si la retirada de estos s¨ªmbolos podr¨ªa tener alguna rentabilidad econ¨®mica.
Junto a un equipo de investigadores, ha contrastado el precio de las viviendas en las calles con nombres que ensalzan la Confederaci¨®n con el de otras casas en avenidas pr¨®ximas, de un tama?o similar y un n¨²mero parecido de habitaciones y ba?os. Las casas confederativas se venden por precios m¨¢s bajos sobre todo fuera del sur, en las regiones con mayor poblaci¨®n negra y m¨¢s votantes de izquierdas. ?Y a la inversa? En las ¨¢reas de mayor¨ªa blanca y republicana, ¡°no hay pruebas de que nadie pague m¨¢s por ellas¡±, asegura Clifton.
En su comparaci¨®n, no vale cualquier nombre. ¡°Es posible que haya muchos s¨ªmbolos conmemorativos, pero si la gente no est¨¢ familiarizada con ellos, no puede haber ning¨²n efecto¡±, explica. Por eso, ponen el foco en nombres como el del presidente y los dos generales que est¨¢n excavados en una monta?a en el Estado de Georgia o la canci¨®n Dixie, que es hoy, como la bandera sure?a, s¨ªmbolo del supremacismo blanco.
M¨¢s all¨¢ de demostrar que para muchos estos s¨ªmbolos son una espina inc¨®moda a diario, se revela que el despertar cultural tiene consecuencias materiales. Cuando han ocurrido acontecimientos que han puesto de manifiesto el racismo imperante en la sociedad ¡ªcomo el asesinato de Floyd, la marcha supremacista en Charlottesville en 2017 o el tiroteo en masa en una iglesia de Charleston en 2015¡ª, los precios de las casas han descendido a¨²n m¨¢s que en los meses siguientes.
Tambi¨¦n aflora en Espa?a, cada cierto tiempo, una discusi¨®n parecida con relaci¨®n a la retirada de s¨ªmbolos que honran al franquismo, pero no existe ning¨²n an¨¢lisis sobre el efecto econ¨®mico de los inmuebles de origen franquista. Eduardo Ranz, abogado especializado en memoria hist¨®rica, sugiere, sin embargo, que un simple vistazo a la p¨¢gina inmobiliaria Idealista muestra que los portales con placa del antiguo instituto de la vivienda de Falange Espa?ola, pese a ser vivienda libre, son inmuebles con un valor inferior a los pisos de protecci¨®n oficial o de cooperativas construidos en democracia.
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