Alberto Rodr¨ªguez retrata los horrores vividos por los presos comunes durante la Transici¨®n
El 2 de junio de 1978, un grupo de 45 reclusos consigui¨® escapar de la c¨¢rcel Modelo de Barcelona. A partir de aquel suceso, Alberto Rodr¨ªguez retrata la lucha de los presos comunes por sus derechos en ¡®Modelo 77¡ä. Reunimos en las antiguas galer¨ªas de la prisi¨®n, al director, al actor Javier Guti¨¦rrez y a uno de los l¨ªderes hist¨®ricos de la Copel
Hay un personaje de esta pel¨ªcula que no hace declaraciones. Se podr¨ªa decir incluso que es un personaje dotado del don de la invisibilidad, porque durante d¨¦cadas nadie quiso saber de las atrocidades que ocurr¨ªan en su interior, a pesar de que estaba plantado en el centro de una gran ciudad como Barcelona, rodeado de edificios de viviendas desde cuyas plantas m¨¢s altas se pod¨ªan vislumbrar las rejas en las ventanas, los trozos de patio por los que los presos iban y ven¨ªan sin ning¨²n atisbo de esperanza. Fue tal vez el lugar donde m¨¢s tard¨® en llegar la democracia, y a¨²n hoy, casi medio siglo despu¨¦s de la muerte del dictador, casi nadie se ha interesado por investigar en serio qu¨¦ ocurri¨® en las c¨¢rceles espa?olas en aquellos primeros a?os de la Transici¨®n.
En 2006, el cineasta Alberto Rodr¨ªguez, que acababa de estrenar el a?o antes con ¨¦xito la pel¨ªcula 7 v¨ªrgenes, ley¨® el libro La fuga de los 45, escrito por el preso Juan Diego Redondo, y se qued¨® con la sensaci¨®n de que, m¨¢s importante incluso que aquella evasi¨®n espectacular de la c¨¢rcel Modelo de Barcelona, es el nivel de organizaci¨®n que la ha hecho posible. Hab¨ªa algo que no le cuadraba. Rodr¨ªguez se hizo con la lista de los 45 fugados, y el perfil del grupo no se parec¨ªa en nada a un engranaje perfecto.
¡°Mira¡±, explica ahora el cineasta sentado en el sal¨®n de su casa de Sevilla, ¡°empezamos a buscarlos uno a uno para ver si pod¨ªamos hablar con ellos. Fueron los a?os duros de los palos, de los atracos, de los quinquis. Eran muy j¨®venes, la hero¨ªna acababa de empezar y cayeron casi todos¡±. Rodr¨ªguez emprendi¨® entonces una b¨²squeda que le llev¨® a archivos, a hemerotecas, a un detective amigo que le ech¨® una mano en la investigaci¨®n; ley¨® infinidad de libros, vio documentales, hizo entrevistas¡ Hubo ¨¦pocas en que aparc¨® aquella obsesi¨®n por la fuga y sus protagonistas ¡ª¡±la vida y otros proyectos se fueron cruzando¡±, dice a modo de explicaci¨®n¡ª, pero ahora, una d¨¦cada y media despu¨¦s, se dispone a estrenar en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n la pel¨ªcula Modelo 77, protagonizada por Miguel Herr¨¢n y Javier Guti¨¦rrez.
Alberto Rodr¨ªguez ha dispuesto sobre una mesa buena parte del material que ha reunido durante estos a?os para construir el guion del largometraje. En el ordenador, decenas de fotos de la prisi¨®n y de quienes la sufr¨ªan en los a?os siguientes a la muerte de Franco en 1975. Ha visto estos retratos en blanco y negro cientos de veces, pero a¨²n se conmueve: ¡°Hay hasta ni?os. La pobreza es absoluta. Los pantalones grandes, sin crema - llera, sin botones, atados con una cuerda¡¡±. La emoci¨®n que todav¨ªa se palpa en la descripci¨®n que el cineasta hace de los presos ¡ªy que atraviesa la pel¨ªcula como un dolor sordo¡ª fue el hilo del que tir¨® para hacerse una pregunta que puede resumirse as¨ª: ?c¨®mo esta legi¨®n de desharrapados, la mayor¨ªa de ellos sin ning¨²n tipo de instrucci¨®n, pudo organizarse para preparar no solo una fuga, sino una serie de actos de protesta ¡ªmotines, huelgas de hambre, autolesiones colectivas¡ª que lograron poner en jaque a la administraci¨®n penitenciaria y sacar a la luz p¨²blica la situaci¨®n de las prisiones? ?De d¨®nde sali¨® esta lecci¨®n de solidaridad? ¡ªNos extra?¨® que tuvieran esa base de organizaci¨®n y de conciencia que se necesitaba para organizar una fuga tan grande. Dijimos: aqu¨ª pasa algo¡ Y la investigaci¨®n nos llev¨® a otros presos comunes, como Daniel Pont, que hab¨ªan estado en contacto con presos pol¨ªticos, que fueron los que con la llegada de la democracia se hab¨ªan beneficiado de indultos y amnist¨ªas. Surgi¨® en las c¨¢rceles una especie de agravio. Pont y otros se dan cuenta de que est¨¢n viviendo una situaci¨®n injusta, elaboran un discurso¡ A partir de ah¨ª conocimos la relevancia de la Copel, y es por donde crece la pel¨ªcula. Nos pareci¨® m¨¢s importante la lucha de los presos que la fuga en s¨ª.
La Copel es la Coordinadora de Presos en Lucha, una organizaci¨®n surgida en el interior de las principales prisiones de Espa?a ¡ªfundamentalmente en la c¨¢rcel madrile?a de Carabanchel y despu¨¦s en la Modelo de Barcelona¡ª bajo una premisa que se puede resumir en la frase que pronuncia uno de los protagonistas de la pel¨ªcula: ¡°Si el pa¨ªs va a empezar de cero, nosotros tambi¨¦n¡±.
Daniel Pont tiene 73 a?os. En la ¨¦poca en que ocurrieron los hechos que retrata Alberto Rodr¨ªguez en Modelo 77 se encontraba justo en el ojo del hurac¨¢n. Lo recuerda as¨ª. ¡ªYo entr¨¦ en la prisi¨®n de Carabanchel en 1973 y sal¨ª del penal de El Puerto de Santa Mar¨ªa, que era una de las c¨¢rceles m¨¢s duras, en 1979. Entr¨¦ con 23 a?os y sal¨ª con 29, aunque ya con 17 me hab¨ªan aplicado la ley de vagos y maleantes. Yo era, entre comillas, un delincuente juvenil y conoc¨ª diferentes c¨¢rceles. Imag¨ªnate lo que supuso aquello para un adolescente: las prisiones de la dictadura eran totalmente salvajes, imperaba la ley del m¨¢s fuerte, hab¨ªa una violencia brutal entre presos y tambi¨¦n de los funcionarios hacia los internos. Palizas, celdas de castigo, agresiones sexuales¡ El perfil de los presos sociales ¡ªbueno, comunes¡ª era de una educaci¨®n muy baja. Hab¨ªa mucho analfabetismo. Y tambi¨¦n gente con un nivel de locura bastante grande, muy desharrapados, muy perdidos. La mayor¨ªa de los delitos eran de muy poca entidad, pero fuertemente penados. El C¨®digo Penal era de la ¨¦poca de Napole¨®n y por un robo, si ten¨ªas antecedentes, te pod¨ªan condenar a 12 a?os. Pero como el nivel cultural era tan bajo y la dureza de los castigos tan exagerada, apenas se pod¨ªa protestar. Era una situaci¨®n de sumisi¨®n permanente.
¡ª?Y qu¨¦ pas¨® para que eso cambiara?
¡ªYo estaba en la s¨¦ptima galer¨ªa de Carabanchel, que era la destinada para los presos peligrosos, atraca - dores y dem¨¢s. Me hab¨ªan detenido por un atraco y asum¨ª otro m¨¢s. Otros compa?eros y yo tuvimos la suerte de contactar con diferentes presos pol¨ªticos, trotskistas, anarquistas y miembros de ETA pol¨ªtico-mili - tar, que no ten¨ªan nada que ver con la deriva posterior de la banda, y tuve acceso a la nueva literatura que surgi¨® a partir de Mayo del 68. Nos enriquecimos culturalmente y adquirimos cierta conciencia pol¨ªtica. Eso nos permiti¨® tomar la palabra a quienes nunca la hab¨ªamos tenido.
En un momento de la conversaci¨®n, Pont dice, como de pasada, que las informaciones que public¨® EL PA?S, un peri¨®dico que justo acababa de nacer en aquella ¨¦poca, contribuyeron de forma notable a que la sociedad conociera qu¨¦ estaba sucediendo en el ¨¢ngulo muerto de las prisiones. Deja la frase ah¨ª, no se explaya, pero da pie a una b¨²squeda en el viejo archivo del peri¨®dico, donde todav¨ªa existe una carpeta marr¨®n con su nombre y dos apellidos. Y all¨ª est¨¢ el hombre de 73 a?os que ahora es Pont, con el pelo muy negro y los ojos muy claros, mirando desafiante al fot¨®grafo de las fichas policiales, protagonista de una informaci¨®n del 4 de mayo de 1977 cuyo titular a cuatro columnas dice: ¡®Tres reclusos se cortan las venas ante el tribunal que los juzgaba¡¯.
Pont, que todav¨ªa conserva en sus brazos las huellas de aquellas acciones como dirigente de la Copel, acude puntual a su cita en la c¨¢rcel Modelo para la fotograf¨ªa de este reportaje. Enseguida llegar¨¢ el actor Javier Guti¨¦rrez y luego el director, Alberto Rodr¨ªguez, con quien el antiguo preso ya se reuni¨® en Madrid hace muchos a?os, justo al principio del proyecto. Se saludan con afecto. Pont, que asisti¨® a algunas fases del rodaje, a¨²n no ha visto la pel¨ªcula. El director le dice medio en broma, medio en serio:
¡ªDe todas las cr¨ªticas que puede tener la pel¨ªcula, la tuya es que la que me da m¨¢s miedo¡
¡ªBueno, lo que he visto en el tr¨¢iler me ha gustado¡
El actor Javier Guti¨¦rrez asiste a la conversaci¨®n. Hace unos minutos ha vuelto a entrar en el edificio que desde el a?o 1904 a 2017 alberg¨® la c¨¢rcel Modelo y al que ahora el Ayuntamiento de Barcelona intenta dar un uso social.
¡ªSe me sigue poniendo la piel de gallina¡ No hab¨ªa regresado desde el rodaje, que fue el a?o pasado, tambi¨¦n en agosto. Un lugar vac¨ªo, en pleno verano, con luz por todos lados, pero no dejaban de resonar en mi cabeza esos ecos, esos gritos, esas palizas¡ Y adem¨¢s me hab¨ªan contado que, nada m¨¢s entrar, a mano izquierda, en una de las primeras estancias, hab¨ªa muerto Salvador Puig Antich [ejecutado a garrote vil en 1974]. Mira, ven, aqu¨ª est¨¢, han colocado unas flores¡ Y sigues avanzando, y llegas al pan¨®ptico, desde donde se ven todas las galer¨ªas, y poco a poco los sentimientos y las emociones te van inundando, y te van colocando no solo como actor que tiene que interpretar un papel, sino como ciudadano. Piensas: los momentos que se han llegado a vivir aqu¨ª¡, ?en un sitio que adem¨¢s est¨¢ en medio de la ciudad!
Entre las viejas galer¨ªas de la Modelo, el actor Javier Guti¨¦rrez habla de la forma de hacer pel¨ªculas de Alberto Rodr¨ªguez:
¡ªSu cine son capas de cebolla. En un primer visionado de la pel¨ªcula, te puedes quedar en la superficie, pero si rascas un poquito m¨¢s, si te atreves, si te apetece tirar del hilo, dices hasta d¨®nde me va a llevar esto. Pasa con La isla m¨ªnima y va a pasar tambi¨¦n con Modelo 77. F¨ªjate si no en una cosa. Hace poco le¨ªa que, en el actual sistema carcelario de este pa¨ªs, el 90% de los presos est¨¢ por peque?os hurtos, por delitos relacionados con la droga¡ Es decir, sigue habiendo excluidos sociales, sigue habiendo gente pobre¡ No s¨¦ cu¨¢ntos inocentes hay, pero s¨ª gente que se est¨¢ comiendo marrones m¨¢s grandes de los que deber¨ªa. Es un vertedero de esta sociedad que genera violencia, desigualdad social y, ni individual ni colectivamente, podemos ser ajenos a lo que est¨¢ pasando. Delante de nuestras narices, adem¨¢s.
Alberto Rodr¨ªguez tambi¨¦n incide en eso:
¡ªLa Modelo tiene la particularidad de estar en el centro de la ciudad, porque la ciudad se comi¨® la c¨¢rcel, antes estaba en el extrarradio. Y quiz¨¢s todo al final sea simplemente un trampantojo, que en esencia es parte de lo que ocurre. Si la pel¨ªcula en el fondo es la representaci¨®n de una c¨¢rcel, como representaci¨®n de una ciudad, como representaci¨®n de una sociedad, al final todo es simplemente un juego de espejos, y no estamos llegando exactamente donde quer¨ªamos. De eso habla tambi¨¦n la pel¨ªcula. De la lentitud de la justicia. No hay m¨¢s que ver el ejemplo de cuando los juzgaron. Se fugaron en 1978 y los juzgaron en 1995. A los que no hab¨ªan muerto, los indultaron, pero ya qu¨¦ m¨¢s daba¡
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