Edgar Plans, un artesano en el Metaverso
El artista triunfa en el mundo con sus criaturas de ojos amables y conciencia cr¨ªtica. Trabaja en solitario y a mano, entre lo real y lo virtual. Desde su estudio de Gij¨®n, habla de la gran obra que ha creado para el stand de EL PA?S en Arco
En los ¨²ltimos cinco a?os, las obras del artista espa?ol Edgar Plans (Madrid, 1977) se han expuesto en Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos, han sido adquiridas por coleccionistas de todo el mundo y, en algunos casos, subastadas posteriormente por vertiginosas cantidades de seis cifras. Hace un a?o, una colecci¨®n de obras NFT a partir de sus creaciones se convirti¨® en un fen¨®meno comercial y generaba el equivalente a 12 millones de d¨®lares, poco antes del hundimiento de las criptomonedas. Sus animal h¨¦roes, criaturas h¨ªbridas de ojos amables y conciencia cr¨ªtica, se han transformado en esculturas, mu?ecos, v¨ªdeos, prendas de ropa y pululan como avatares por el incipiente metaverso. Y todos estos datos colisionan con la imagen que se encuentra cualquiera que cruce el umbral del taller de Plans en un barrio residencial de Gij¨®n.
En este local de techos altos y paredes blancas apenas hay un ordenador port¨¢til que, cuenta, usa su asistente para gestionar pedidos y la administraci¨®n. Aqu¨ª Plans se dedica, fundamentalmente, a pintar. ¡°Todo el mundo se extra?a de que, a pesar del nivel que he alcanzado en el mercado internacional, pueda seguir trabajando solo, pero es as¨ª¡±, explica con una taza de caf¨¦ ¡ªotra de sus aficiones¡ª en las manos. ¡°Me gusta prepararme las telas, poner la primera capa y tensarlas. Es un proceso que me gusta hacer en soledad, sin delegar. Mi asistente se ocupa de los env¨ªos y la administraci¨®n, y me permite dedicarme solo a pintar. Mis cuadros tienen rasgos limpios, pero los rodea la suciedad. Me gusta mancharme las manos, la ropa, el suelo, las paredes¡±.
La obra que Plans ha concebido para el stand de EL PA?S en Arco, My Daily News, refleja esa pasi¨®n por la pintura. Es un monumental lienzo de 280 cent¨ªmetros de alto por 250 de ancho que alegoriza los flujos de trabajo e informaci¨®n que desembocan en la confecci¨®n de una noticia a modo de retablo o videojuego de plataformas, como una p¨¢gina de 13, Rue del Percebe imaginada por un hijo de la edad dorada de las videoconsolas. Hay papeles que vuelan, m¨¢quinas expendedoras que distribuyen noticias en lugar de chocolatinas, trenes de mercanc¨ªas con peri¨®dicos y, sobre todo, personajes que hablan, escriben y corren de un lugar a otro. ¡°Quer¨ªa mostrar que la inmediatez tiene detr¨¢s mucho trabajo, viajes, reuniones, entrevistas y dise?o¡±, explica el artista. ¡°Quise hacer una redacci¨®n muy alocada y din¨¢mica, como las que ve¨ªa en las pel¨ªculas de Superman y Spiderman, y dar importancia a la gente que est¨¢ detr¨¢s de la noticia¡±.
En el germen de esta obra hay un peque?o lienzo que tambi¨¦n formar¨¢ parte de la instalaci¨®n de Arco, y que muestra a uno de sus h¨¦roes sentado ante una m¨¢quina de escribir. Es una s¨ªntesis del periodismo cl¨¢sico, pero tambi¨¦n un homenaje al padre del artista, Juan Jos¨¦ Plans (1943-2014), escritor, reportero y guionista, un nombre legendario de Radio Nacional de Espa?a, donde dirigi¨® y escribi¨® decenas de ficciones radiof¨®nicas, y tambi¨¦n de la literatura de g¨¦nero: suyo es El juego de los ni?os, el inquietante relato de terror que dio origen a ?Qui¨¦n puede matar a un ni?o? (1976), la cinta de culto de Narciso Ib¨¢?ez Serrador. ¡°Mi padre me influy¨® mucho, sobre todo tem¨¢tica y vocacionalmente. Me inculc¨® mucho la perseverancia, la necesidad de trabajar d¨ªa a d¨ªa, la pasi¨®n por la literatura de ciencia ficci¨®n y aventuras. Y tambi¨¦n una cierta serenidad, al demostrarme que se pod¨ªa vivir del arte o la cultura, sin lujos, pero con lo necesario para comer. Mucha gente trabaja en cosas que no quiere solo para comer y, a veces, ni siquiera le da para ello¡±.
Asegura Plans que esa atm¨®sfera familiar fue decisiva a la hora de probar suerte en el arte. ¡°De ni?o quer¨ªa ser astronauta o bombero, como tantos ni?os, en funci¨®n de la pel¨ªcula que hubiera visto¡±, recuerda. ¡°Me gustaba mucho pintar y dibujar, pero no lo ve¨ªa como una carrera, sino como un medio de expresi¨®n, igual que aporrear una madera o jugar con juguetes¡±. Naci¨® en Madrid, pero cuando ten¨ªa siete a?os la familia se traslad¨® a Gij¨®n, la tierra natal de su padre. Fue en la ciudad asturiana donde pas¨® su infancia y su adolescencia, y donde entr¨® en contacto con el arte urbano, que en aquel entonces se llamaba grafiti a secas. ¡°Me gustaba mucho el arte callejero, el grafiti, los textos. Una l¨ªnea muy neoyorquina, de Basquiat y Keith Haring, con un lenguaje muy directo. Yo era m¨¢s de rotulador que de spray. No firmaba, hac¨ªa monigotes y ciertos textos. Ten¨ªa medio barrio rotulado por m¨ª, pero sin firma, por si acaso¡±.
Fue entonces, mientras estudiaba Historia del Arte y se buscaba la vida como rotulista o dise?ador en una empresa de estanter¨ªas met¨¢licas, cuando comenz¨® a intentar abrirse paso en el arte. ¡°Iba a Madrid a visitar galer¨ªas con mi dossier, pero no consegu¨ªa tener ¨¦xito. Dibujaba cuando pod¨ªa, expon¨ªa en cafeter¨ªas y en muestras colectivas, y si vend¨ªa algo, bien¡±. Ten¨ªa 20 a?os cuando vendi¨® su primera obra a un desconocido. ¡°Expon¨ªa en la capilla de San Lorenzo, aqu¨ª en Gij¨®n, y vend¨ª una pintura de un pescador lanzando la ca?a al mar. Vinieron unos se?ores, les gust¨® y la compraron. Yo estaba flipando. Llegu¨¦ a casa y le ense?¨¦ el dinero a mi madre, no me lo cre¨ªa¡±.
Entre aquella primera venta y 2018 pasaron casi dos d¨¦cadas durante las que Plans no dej¨® de pintar. Su trabajo nunca hab¨ªa dejado de ser una carrera de fondo, pero en aquel a?o su galerista de entonces, el barcelon¨¦s Alzueta, decidi¨® llevar varias de sus obras a Kiaf, la feria internacional de arte contempor¨¢neo de Se¨²l, en colaboraci¨®n con otra galer¨ªa, Pigment. ¡°Fue como si me descubrieran de repente¡±, afirma Plans. ¡°Los coleccionistas empezaron a interesarse en mi trabajo de forma notable. Ah¨ª vino el bum, con una demanda incre¨ªble, primero en Asia y despu¨¦s en Estados Unidos¡±.
El entorno art¨ªstico en que eclosionaron las obras de Plans estaba dominado por una generaci¨®n de artistas sin miedo a experimentar con el pop, el color y un repertorio visual a medio camino entre el c¨®mic, los dibujos animados y el arte urbano. No era un sector nuevo, pero s¨ª especialmente boyante. El japon¨¦s Takashi Murakami hab¨ªa abierto mercado a principios de los dos mil con pinturas inspiradas en el manga y el anime que se trasladaban a esculturas, v¨ªdeos, instalaciones y hasta juguetes y objetos de consumo, como un Andy Warhol kawaii o un Jeff Koons de la era digital. En la d¨¦cada posterior, el estadounidense KAWS subi¨® la apuesta con sus emblem¨¢ticos personajes con cruces en lugar de ojos capaces de transformarse tanto en obras de museo como en car¨ªsimos juguetes de edici¨®n limitada.
Del mismo modo y sin pretenderlo, la pintura de Plans se hab¨ªa ido decantando hacia un estilo tambi¨¦n reconocible a primera vista, comunicativo e inconfundible. Parte de la culpa la tienen los protagonistas de sus cuadros, que ha bautizado como animal heroes. ¡°Adem¨¢s de pintor, soy arquitecto frustrado, y al principio mis obras estaban llenas de arquitectura, casas y parques¡±, explica. Pronto esos escenarios se llenaron de personajes a medio camino entre ni?os y animales que le serv¨ªan para abordar temas cr¨ªticos sin perder una cierta candidez. ¡°Son personajes con algo infantil, con rasgos muy dulces, suaves y amables, como animales que luchan contra lo que la humanidad est¨¢ destruyendo a trav¨¦s de valores como la solidaridad o la esperanza. Los fui definiendo con ojos cada vez m¨¢s cari?osos, con casco y orejas de perro. Precisamente esa amabilidad me permite hablar de violencia, contaminaci¨®n, ego¨ªsmo o envidia¡±.
El magnetismo de sus obras reside, en buena parte, en ese equilibrio. Sus h¨¦roes animales son criaturas ingenuas inmersas en entornos ca¨®ticos misteriosos. En muchas de sus pinturas y dibujos sus rasgos casi desbordan el papel, iluminados de forma dram¨¢tica, como en una pel¨ªcu?la de suspense o como esos esp¨ªritus animales que, en las pel¨ªculas de Studio Ghibli, alertan contra la destrucci¨®n del planeta o el triunfo del ego¨ªsmo. Es ah¨ª donde se desmarcan del optimismo acr¨ªtico de la ilustraci¨®n pop y exigen una lectura m¨¢s profunda. ¡°Me gusta que los cuadros requieran atenci¨®n, que sean obras de lectura, para pasar tiempo ante ellas¡±, explica Plans. En las suyas, tambi¨¦n los muros de sus escenograf¨ªas se llenan de pintadas, inscripciones y dibujos que a?aden otros tantos niveles de significado.
En la pared de su estudio, entre pinturas acabadas, tubos de pintura y obras propias y ajenas ¡ªentre ellas, un retrato del asturiano obra de su amigo KAWS¡ª, hay telas y papeles en los que el propio Plans ha reproducido las rayas de un papel pautado. D¨ªa a d¨ªa, traza en ellos dibujos e inscripciones, palabras aisladas, recordatorios, listados, iconos improvisados y hasta recetas de cocina. Son sus series de notas, que al cabo del tiempo se convierten en obras conclusas y testimonios del proceso creativo y la vida cotidiana de este padre apasionado por el baloncesto y el ciclismo, cuyos d¨ªas transcurren entre este estudio, donde pinta, y otro en el centro de Gij¨®n, donde dibuja.
Plans es un hombre casero, que ha encontrado en Gij¨®n un refugio al abrigo de una escena art¨ªstica cada vez m¨¢s veloz y cambiante. Actualmente trabaja con la galer¨ªa madrile?a Villazan, con quien ha expuesto en Nueva York, Miami o Madrid, y con Perrotin, toda una multinacional del arte cuyo olfato ha fogueado las trayectorias de Murakami o KAWS en todo el mundo, y que le ha llevado a Dub¨¢i. De la mano del comisario Pablo Villaz¨¢n ha protagonizado individuales en el MoMA de Mosc¨², en 2021, y el Xiao Museum de China (desde el 25 de febrero). Sus coleccionistas presentan, en sus propias palabras, rasgos ¡°muy dispares¡±, desde perfiles cl¨¢sicos que han abrazado con entusiasmo su obra hasta empresarios emergentes en Asia o Estados Unidos. Durante la pandemia comenz¨® a colaborar con socios especializados en la producci¨®n de esculturas de edici¨®n limitada o creaciones digitales. ¡°Me encanta pintar, pero siempre hab¨ªa querido ver mis personajes en tres dimensiones¡±, responde cuando le preguntamos al respecto. ¡°Una escultura o una proyecci¨®n son un modo de meterlos en la realidad. Me gusta convivir con ellos¡±.
Sus obras NFT, que acapararon titulares a principios del a?o pasado, le han permitido llegar a nuevos p¨²blicos, ¡°gente joven del mundo de la tecnolog¨ªa, que conciben mis personajes como avatares en un mundo digital¡±, afirma. De ah¨ª que haya creado una compa?¨ªa, Lil¡¯ Heroes, que expande su universo al mundo audiovisual y al del entretenimiento, mientras ¨¦l se concentra en sus pinturas y dibujos. No es solo cuesti¨®n de mercado: sus personajes, que han dado el salto a los libros para ni?os, tambi¨¦n le permiten colaborar con iniciativas ben¨¦ficas o educativas. Los mismos iconos que alcanzan cifras astron¨®micas en subastas internacionales decoran aulas de primaria en colegios asturianos o sirven para recaudar fondos para la lucha contra el c¨¢ncer infantil. Acostumbrado a lidiar con los altibajos del sector, Plans es refractario a los t¨®picos y las etiquetas. La ¨²nica casilla que acepta es la que ha asumido libremente: ¡°Yo, desde Gij¨®n y en casita¡±.
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