De ¡¯13, Rue del Percebe¡¯ a ¡®Akira¡¯ o ¡®Here¡¯: seis c¨®mics donde el espacio arquitect¨®nico es tan protagonista como los propios personajes
Los l¨¢pices de ?lvaro Mart¨ªnez Bueno se han puesto al servicio de superh¨¦roes como Iron Man, X-Men, Aquaman, Batman o la Liga de la Justicia y acaba de lanzar la serie ¡®The Nice House on the Lake¡¯. Tras casi una d¨¦cada en la industria, el dibujante selecciona para ICON Design los t¨ªtulos m¨¢s relevantes en su formaci¨®n arquitect¨®nica
?lvaro Mart¨ªnez Bueno (Torrelavega, Cantabria, 1981) lo ha dibujado todo. Ilustraciones para libros y revistas, decenas de portadas de ¨¢lbumes y carteles de grupos musicales, campa?as publicitarias de marcas de prestigio internacional, y hasta storyboards para el cine en pel¨ªculas como Lo Imposible, de Juan Antonio Bayona. Sin embargo, a ¨¦l lo que siempre le ha gustado han sido los c¨®mics. ¡°Los hago desde que empec¨¦ a dibujar. Con siete a?os ya editaba mis propios fanzines, que distribu¨ªa en el colegio a mis compa?eros: versiones de mis series favoritas, como Los Caballeros del Zodiaco o Las Tortugas Ninja¡±, nos cuenta en una entrevista en su estudio en San Sebasti¨¢n, donde reside desde 2017. ¡°Aprend¨ª a leer muy temprano para poder leer los tebeos de mis hermanos. Me gustaban tanto que me los com¨ªa¡±, recuerda entre risas.
El sue?o de Mart¨ªnez Bueno se cumpli¨® en 2013, cuando dio el salto a la industria del c¨®mic estadounidense, la m¨¢s importante y prestigiosa del mundo. Debut¨® en Valiant Entertainment, para inmediatamente fichar por Marvel y, poco despu¨¦s, integrarse en el equipo de DC Comics. Sus l¨¢pices se han puesto al servicio de superh¨¦roes como Iron Man, X-Men, Aquaman, Batman o la Liga de la Justicia.
En junio se lanz¨® el primero de los doce n¨²meros de la serie The Nice House on the Lake (DC Black Label), una co-creaci¨®n de Mart¨ªnez Bueno junto al guionista James Tynion IV, que se engloba dentro del g¨¦nero de terror contempor¨¢neo y trata temas como la alienaci¨®n de la vida en el siglo XXI y el distanciamiento entre las personas.
La serie conecta con la atm¨®sfera de angustia derivada de la pandemia. ¡°Desde luego tener que dibujarlo la mayor parte del tiempo en una situaci¨®n l¨ªmite me ayud¨® much¨ªsimo a meterme en la piel de los personajes¡±, reconoce su autor. Tal vez esto ayude a entender la excelente acogida que est¨¢ teniendo. En solo unas semanas desde su lanzamiento, el primer n¨²mero de The Nice House on the Lake ha superado las 120.000 copias vendidas y, con muchas de las principales webs americanas de c¨®mics otorg¨¢ndole las m¨¢s altas puntuaciones, ya hay quien habla del c¨®mic del a?o.
Tal como se desprende del t¨ªtulo de la serie, la acci¨®n se desarrolla en una casa con unas cualidades muy particulares. ¡°Ten¨ªa que alojar a unas diez personas y proveerles de comodidades y entretenimientos de todo tipo¡±, explica Mart¨ªnez Bueno. ¡°La historia ped¨ªa que la casa fuese suntuosa, aunque fr¨ªa y minimalista. Impresionante y desasosegante al mismo tiempo¡±, sintetiza. Como si fuera un arquitecto ante el encargo de un cliente extravagante, dibujante y guionista trabajaron en un proyecto arquitect¨®nico que se har¨ªa realidad en las p¨¢ginas del c¨®mic.
¡°Primero elabor¨¦ junto a James [Tynion] una lista de los espacios que necesit¨¢bamos para la historia y comenc¨¦ a distribuirlos en planta. Hice much¨ªsimos croquis y planos, hasta que di con una disposici¨®n que me convenc¨ªa y me parec¨ªa interesante. A continuaci¨®n, empec¨¦ a levantar tantas vistas como pude, para imaginarme las estancias y el aspecto b¨¢sico de la casa, as¨ª como su encaje en el paisaje¡±.
The Nice House on the Lake desata el p¨¢nico del lector y lo encierra en una casa insertada en un paisaje id¨ªlico. Desde el exterior, se presenta como un volumen contenido, articulado por una serie de grandes terrazas y aleros que le imprimen un marcado car¨¢cter horizontal. Las piscinas establecen un di¨¢logo acu¨¢tico con el lago, que queda a los pies de la mansi¨®n. Una vez dentro, descubrimos unos interiores apabullantes: muebles de dise?o, enormes ventanales y dobles alturas se conjugan en una c¨¢lida combinaci¨®n de materiales, colores y texturas que describen transiciones espaciales fluidas.
¡°Antes de empezar a dibujar este c¨®mic, tuve que investigar mucho y desarrollar una gran labor de documentaci¨®n¡±, apunta Mart¨ªnez Bueno, entusiasta de la arquitectura. Se reconoce la influencia de Frank Lloyd Wright y de su casa de la Cascada, de la arquitectura residencial moderna californiana de mediados del siglo pasado de figuras como Richard Neutra o John Lautner, as¨ª como de las grandes casas que Richard Meier hizo durante las d¨¦cadas de 1960 y 1970.
¡°La casa que el arquitecto Ray Kappe se construy¨® en Pacific Palisades en 1967 fue una gran influencia para m¨ª, especialmente en lo que se refiere a la organizaci¨®n de distintas estancias alterando la cota de los planos de suelo y techo, sin necesidad de colocar tabiques. Esta estrategia es muy ¨²til para la narrativa de un c¨®mic porque permite jugar con el espacio de la p¨¢gina. Por ejemplo, para hacer vi?etas verticales en las que se est¨¢n desarrollando dos acciones simult¨¢neamente. Aporta profundidad en un eje nuevo y, por otro lado, gr¨¢ficamente resulta muy llamativo¡±.
De hecho, el entendimiento del espacio arquitect¨®nico donde se desarrolla la historia de un c¨®mic y el del espacio de las vi?etas y p¨¢gina donde se plasma evidencian una relaci¨®n muy cercana (brillantemente analizada por Enrique Bordes en C¨®mic: arquitectura narrativa. Por eso, concluimos la entrevista con Mart¨ªnez Bueno pidi¨¦ndole algunos t¨ªtulos que hayan sido especialmente relevantes en su formaci¨®n. He aqu¨ª su selecci¨®n:
13, Rue del Percebe (1961 -1971), de Francisco Ib¨¢?ez
¡°Mi primer contacto con la arquitectura narrativa en el c¨®mic, al menos de cierta complejidad. Para un ni?o no es una propuesta sencilla: una divisi¨®n arquitect¨®nica separa una docena o m¨¢s de momentos en el tiempo que se perciben simult¨¢neamente. Copi¨¦ hasta la infinidad esta secci¨®n ¡®iba?esca¡¯ en planos de mazmorras, bases secretas o mansiones ultra-equipadas en las que podr¨ªa haber seis helipuertos, tres gimnasios... pero ning¨²n ba?o. Con esta y otras lecturas infantiles (Superl¨®pez, Asterix, o Mot) desarroll¨¦ el gusto por la riqueza y los diferentes niveles de lectura que aporta en la p¨¢gina un entorno lleno de detalles¡±.
Las Aventuras de Tint¨ªn (1930-1976), de Georges Remi (Herg¨¦)
¡°De Tint¨ªn aprend¨ª la importancia de ser exhaustivo con la documentaci¨®n previa pero no depender demasiado de ella. Herg¨¦ (y su equipo) eran monstruos de la documentaci¨®n y muy pulcros en la representaci¨®n de los entornos, pero eso no enfangaba la lectura; al contrario, la hac¨ªa a¨²n mas ¨¢gil. Gracias a eso, en c¨®mics como Tint¨ªn u otros de la tradici¨®n franco belga que adoro (desde Andr¨¦ Franquin al m¨¢s contempor¨¢neo Christophe Blain), de un vistazo el lector se ubica al instante en un entorno que percibe irreal, pero siente real y se deja llevar por la narraci¨®n casi de inmediato. Tienen el equilibrio exacto entre rigor e interpretaci¨®n, un equilibrio que siempre he buscado¡±.
Akira (1982-1990), de Katsuhiro Otomo
¡°Akira tiene absolutamente todo lo que un dibujante necesita para aprender a hacer c¨®mics. No hay un aspecto que no sea excepcional. Su dominio de la arquitectura, el paisaje o la escenograf¨ªa es total, su imaginaci¨®n desbordante. Pero si algo me llama la atenci¨®n es el compromiso gr¨¢fico casi man¨ªaco con el lector. Hay secuencias de p¨¢ginas concebidas para que se lean a toda velocidad y, aun as¨ª, el nivel de detalle arquitect¨®nico es sobrecogedor. No escatima absolutamente nada. Salvando las insalvables distancias, siempre ha sido un modelo a seguir en ese sentido¡±.
Elektra Lives Again (1990), de Frank Miller
¡°Si bien mi formaci¨®n como dibujante ha estado marcada por autores de corte realista, y mi producci¨®n se ha adscrito mayoritariamente a esa forma de representaci¨®n, siempre he admirado a los artistas capaces de dar mucho con poco, llegando a soluciones gr¨¢ficas que rayan en lo abstracto. Son procesos mentales que a m¨ª me cuestan mucho, pero en The Nice House on the Lake estoy tratando de explorar esas v¨ªas. Este comic de Frank Miller, que le¨ª de adolescente y me obsesion¨®, tiene algunos de mis ejemplos favoritos. Miller continuar¨ªa y ampliar¨ªa esta senda en otras obras maestras como Sin City¡±.
Asteryos Polip (2009), de David Mazzucchelli
¡°Pese a que considero m¨¢s relevantes en mi formaci¨®n otras obras de Mazzuchelli (Born Again o La Ciudad de Cristal), creo que merece la pena destacar este tebeo por su intr¨ªnseca relaci¨®n con la arquitectura y porque transmite a la perfecci¨®n algo que estoy encontrando muy estimulante en el desarrollo de The Nice House on the Lake: la arquitectura son emociones. En esta maravillosa historia, la l¨ªnea utilizada para trazar un entorno ya nos habla del caracter de los personajes que viven en ¨¦l, la composici¨®n de un espacio nos da pistas sobre la relaci¨®n entre ellos, todas las decisiones gr¨¢ficas est¨¢n contando la historia. A medida que avanzo en mi serie soy m¨¢s consciente del peso emocional del entorno en una secuencia y encuentro nuevas maneras de mostrarlo¡±.
Here (2014), de Richard McGuire
¡°Todo c¨®mic es, naturalmente, un viaje visual por el tiempo y el espacio. En esta pirueta narrativa, Robert McGuire consigue fijar el espacio (una habitaci¨®n) mientras deja que el tiempo se desplace miles de a?os hacia el pasado y el futuro. La arquitectura de la casa se superpone, aparece, desaparece y se transforma y a la vez permanece est¨¢tica en la p¨¢gina, la misma esquina contempla toda la historia de la humanidad. Es una aut¨¦ntica locura narrativa que, adem¨¢s, resulta incre¨ªblemente atractiva gr¨¢ficamente, y un ejemplo capital de las inabarcables posibilidades narrativas del c¨®mic¡±.
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