Ponga un mentalista en su ¡®best seller¡¯
Leer la mente es leer el cuerpo. A eso se ha dedicado, en ensayos como ¡®Este libro te cargar¨¢ las pilas¡¯, Henrik Fexeus, mentalista estrella de la televisi¨®n sueca. Ahora firma con la escritora superventas Camilla L?ckberg ¡®La secta¡¯, segundo volumen de una trilog¨ªa en la que los cr¨ªmenes se resuelven leyendo la mente (y el cuerpo) de los asesinos.
?Se puede leer la mente? ¡°No. Sin embargo, s¨ª se puede leer la mente en el cuerpo¡±. El mentalista Henrik Fexeus (?rebro, Suecia, 51 a?os), que estudi¨® Filosof¨ªa en Estocolmo y gan¨® fama escribiendo ensayos sobre lenguaje corporal, contesta levantando las cejas y fijando los ojos en su interlocutora. The Art of Reading Minds (Este libro te cargar¨¢ las pilas) ha vendido, en 30 idiomas, un mill¨®n y medio de ejemplares. Corr¨ªa 2007 cuando Fexeus lo escribi¨®, y ¨¦l, que hab¨ªa sido empresario y profesor, pas¨® a triunfar en la televisi¨®n sueca desplegando sus trucos de ilusionismo. ¡°El ilusionismo es magia para adultos¡±, dice sonriendo. ¡°Magia inteligente¡±. ?C¨®mo lo hace? ¡°Leyendo el cuerpo¡±, insiste.
Fexeus y la escritora Camilla L?ck?berg triunfan ahora, de la mano, escribiendo una trilog¨ªa juntos. Se conocieron porque ambos publican en la misma editorial. ¡°Nos reconocimos como frikis, ex ni?os solitarios, y nos hicimos amigos¡±. Cuando ¨¦l le habl¨® de la novela que ten¨ªa en mente, su amiga no par¨® de hacer sugerencias. Y as¨ª, juntos, pero separados, han dado vida a la torturada agente de polic¨ªa Mina Dabiri y al mentalista con pasado Vincent Walder ¡ª?que es b¨¢sicamente el propio Fexeus convertido en investigador¡ª. Ambos protagonistas, Dabiri y Walder, investigan asesinatos tratando de entender la mente de los protagonistas. Detr¨¢s de los misterios se esconden razonamientos matem¨¢ticos y trucos de magia, dolores de la infancia y miedos, puro Fexeus: ¡°Nadie escribe desde la alegr¨ªa. Se escribe para comprender o para compartir. La alegr¨ªa se vive y el dolor se investiga¡±.
Fexeus y L?ckberg se comprometieron a firmar juntos tres vol¨²menes. Y mientras su contrato millonario estipula que este marzo deben entregar el ¨²ltimo tomo de la trilog¨ªa, La secta, el segundo, acaba de llegar a las librer¨ªas espa?olas. N¨²meros y muerte, subconsciente y angustia, Fexeus afirma que mezclar cr¨ªmenes y mentalismo es un paso m¨¢s en su carrera. Los asesinatos suceden en un Estocolmo alejado de su calmada reputaci¨®n. Tras el ¨¦xito del primer volumen, El mentalista, La secta (Planeta) desvela que tambi¨¦n en Suecia hay, en la actualidad, sectas peligrosas.
Preguntado por c¨®mo trabaja un mentalista, Fexeus responde que ¡°observando¡±. Y mira a los ojos a esta periodista. Alinea una manzana, un mando a distancia, un cenicero, un bol¨ªgrafo y un jarr¨®n, y me pide que me fije en uno. Va a adivinarlo. Pienso en el bol¨ªgrafo, pero me fijo en todos como precauci¨®n. ?l anota en una libreta lo que cree que voy a elegir. Pide que elija entre pares o impares y elimina los impares. Quedan el mando y el bol¨ªgrafo. Me pide que coja con la mano derecha el objeto que he pensado. Decido cambiar lo que he pensado y cojo el mando. Me muestra su libreta: ha anotado el mando. ¡°Dudaba¡±, explica, ¡°por eso te he pedido que utilizaras la mano derecha, la que ten¨ªas frente al bol¨ªgrafo, porque lo mirabas y me daba miedo que lo cogieras. He pensado que al pedirte que utilizaras esa mano te sentir¨ªas manipulada, inducida a coger el bol¨ªgrafo que ten¨ªas cerca, y har¨ªas lo contrario¡±. Eso es exactamente lo que ha sucedido. Eso hace un mentalista: leer el lenguaje corporal. Y acertar. ¡°Muchas veces, pero no siempre¡±, advierte. El mentalismo en una controvertida rama del ilusionismo que arriesga, claro, cuando el propio Fexeus, como Walder en la trilog¨ªa, invita a un espectador a golpear sobre una mano que oculta o no un clavo. Leyendo la expresi¨®n te acercas a qu¨¦ mano va a elegir. Todos nuestros pensamientos se reflejan en nuestro cuerpo, y lo contrario tambi¨¦n sucede: nuestro cuerpo refleja c¨®mo pensamos. Con eso¡ se puede desvelar un crimen.
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