Trabajar en las ra¨ªces
La defensa de los derechos de los animales forma parte esencial del camino hacia una sociedad m¨¢s civilizada
El otro d¨ªa vi una imagen atroz que todav¨ªa no he podido arrancar de mi memoria. Procuro evitar estas instant¨¢neas persecutorias, pero hay veces que caes sobre ellas sin querer. Basta con una ojeada, medio segundo, y ya el rel¨¢mpago de horror se te mete en el cr¨¢neo. Era una foto de Oddie, el min¨²sculo perrito pomerania que un s¨¢dico energ¨²meno pate¨® y pisote¨® en Jerez hasta matarlo. Y lo que se ve¨ªa era un pellejo ennegrecido por la sangre, una piltrafa org¨¢nica que hab¨ªa perdido su forma tras haber sido reventada. Oddie ten¨ªa nueve a?os; el repugnante bruto tiene 57 y acumula 17 antecedentes policiales. El tipo sali¨® corriendo de un portal y tropez¨® ligeramente con la correa del perro, sin llegar a caer. Y ah¨ª la emprendi¨® a patadas. La ni?a de 12 a?os que llevaba a Oddie se despierta por las noches gritando y no se atreve a salir a la calle, porque el monstruo est¨¢ libre y es vecino. Yo tambi¨¦n tendr¨ªa miedo si lo tuviera cerca.
Una semana antes del caso de Oddie sucedi¨® algo igualmente atroz en un pueblo gallego. Laura, de 58 a?os, que trabaja en un hospital de A Coru?a dando clase a los ni?os enfermos y haciendo terapia con ayuda de sus perros, regres¨® a su casa en la zona rural y encontr¨® que su caniche Benito, de apenas cinco kilos, estaba destrozado por un disparo a bocajarro. La historia no se puede contar en detalle porque est¨¢ en manos del juez, pero la Guardia Civil tuvo que sacar a Laura de su casa con chaleco antibalas. Es posible que sus otros tres perros hayan sido envenenados con matarratas; vomitaban mucho y est¨¢n en tratamiento. Laura no puede regresar a su propio hogar y lo m¨¢s probable es que se tenga que ir para siempre. Es el triunfo del Mal (puedes firmar esta petici¨®n en apoyo de Laura)
Multitud de investigaciones realizadas en todo el mundo demuestran la estrech¨ªsima relaci¨®n existente entre el maltrato animal y la violencia contra las personas. Har¨¢ unos 15 a?os se hizo un estudio multidisciplinar en Escocia especialmente revelador. Intervinieron psiquiatras, m¨¦dicos de familia, asistentes sociales y polic¨ªas, y los resultados fueron espectaculares. Por ejemplo, el 86% de las mujeres maltratadas que ten¨ªan un animal de compa?¨ªa hab¨ªan denunciado que ¨¦ste tambi¨¦n hab¨ªa sido agredido; y entre un 30% y un 88% de los tipos condenados por exhibicionismo, acoso, violaci¨®n, asesinato y abuso familiar ten¨ªan antecedentes de maltrato animal. Y ojo, porque solo contaban aquellos antecedentes que, por su gravedad, llegaron a denuncia y juicio, lo cual, en el caso de las agresiones a los animales, apenas es la punta del iceberg. De modo que es m¨¢s que probable que la violencia real contra los pobres bichos se acerque bastante al 100%. As¨ª que, aunque s¨®lo fuera para defendernos, para aislar socialmente y poder controlar a unos individuos tan peligrosos, deber¨ªamos perseguir de manera ejemplar a esta gentuza aterradora. Espero que el verdugo de Oddie sea condenado a la pena m¨¢xima, pero por desgracia ¨¦sta es baj¨ªsima: s¨®lo 18 meses, lo cual significa que casi nadie entra en prisi¨®n (a¨²n no est¨¢ en vigor la nueva Ley de Protecci¨®n Animal, que, aunque terriblemente descafeinada porque deja fuera a los perros de caza, aumenta un poco las penas).
Pero, adem¨¢s, es que la defensa de los derechos de los animales forma parte esencial del progreso ¨¦tico y del camino hacia una sociedad m¨¢s civilizada. Siempre he pensado que hay cuatro referencias b¨¢sicas para medir el desarrollo democr¨¢tico de un pa¨ªs: la situaci¨®n de las mujeres, la salud bucodental, la salud mental y la manera en que se trata a los animales. En los dos ¨²ltimos apartados Espa?a est¨¢ especialmente mal: s¨®lo hay seis psic¨®logos por 100.000 habitantes, cuando la media europea es de 18. En cuanto a los animales, ya se sabe que este pa¨ªs es feroz. Es hora de tomar medidas: no podemos seguir permiti¨¦ndonos tal brutalidad. Ya lo dec¨ªa George T. Angell, un abogado norteamericano del siglo XIX que fue uno de los pioneros en la lucha animalista: ¡°A veces me preguntan: ¡®?Por qu¨¦ inviertes todo ese tiempo y dinero hablando de la amabilidad con los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre?¡¯. A lo que yo respondo: ¡®Estoy trabajando en las ra¨ªces¡±.
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