Shabnam Rahimi: campeona de boxeo en Afganist¨¢n, refugiada en Espa?a y estrella de ¡®La unidad Kabul¡¯
¡°En mi pa¨ªs te tienes que saber defender. Los hombres te acosan por la calle¡±, cuenta esta mujer que ha sido deportista ol¨ªmpica, reponedora de supermercado y hoy protagoniza la tercera temporada de la serie de Movistar +
Un d¨ªa, cuando se dispon¨ªan a acudir a su entrenamiento de boxeo en el estadio ol¨ªmpico de Kabul, Shabnam Rahimi y su hermana Sadaf se enteraron de algo que fren¨® sus planes. Los talibanes hab¨ªan asesinado a la vigilante del lugar donde se ejercitaban junto a sus compa?eras. Volv¨ªan a cumplir sus amenazas. No estaban dispuestos a que las mujeres de Afganist¨¢n practicaran ning¨²n deporte. Mucho menos de alta competici¨®n. ¡°Fue horrible, le hab¨ªan cortado la cabeza y las manos¡±, recuerda ahora en Madrid, lejos del infierno, aunque dentro de ¨¦l, la excampeona de los pesos medios de su pa¨ªs.
Shabnam colg¨® poco despu¨¦s los guantes, pero no su pasado. Y en gran parte eso es lo que hoy le ha permitido convertirse en actriz y protagonizar ¡ªvan a quedar m¨¢s que impactados con ella quienes la vean¡ª la tercera temporada de La unidad, la serie de Dani de la Torre producida por Movistar+, que ha a?adido al t¨ªtulo en la nueva entrega la palabra Kabul y se estren¨® el 18 de mayo.
La vida de Shabnam es un r¨ªo de desgracias sorteadas a base de un regenerador esp¨ªritu de superaci¨®n y tambi¨¦n, s¨ª, de mucha alegr¨ªa. Nadie ha derrotado su sonrisa ni su vigor. De hecho, lo multiplica en el rostro junto a unos p¨®mulos golpeados cientos de veces. Hoy le brillan bajo unos ojos negros que traslucen la quintaesencia de la ¨¦pica y el temblor. Quiz¨¢s se deba a que la vida le ha premiado con cierto aliento de fortuna despu¨¦s de haber palpado la desgracia. Ella, mejor que nadie, sabe levantarse y seguir.
Se meti¨® a boxear por razones m¨¢s que l¨®gicas: ¡°En mi pa¨ªs te tienes que saber defender¡±, afirma. ¡°Los hombres te acosan por la calle¡±. Sali¨® de all¨ª en 2017, con 21 a?os. Emprendi¨® un viaje junto a su hermana que ni por asomo imaginaban definitivo. Ten¨ªan previsto volver poco despu¨¦s. Pero, una vez fuera, hablaron con su padre y este les pidi¨® por favor que no cogieran el avi¨®n de regreso. Se lo dijo as¨ª: ¡°Yo he sufrido a los talibanes, pero no quiero ver a mis hijas morir delante de mis ojos. No volv¨¢is¡±.
Estaban en Badajoz. Y en shock, no solo por la reacci¨®n de su padre, tambi¨¦n por lo que all¨ª vieron: ni m¨¢s ni menos que a s¨ª mismas pero desde otra perspectiva. Como espectadoras. ?Qu¨¦ hac¨ªan all¨ª, en Extremadura? Acudieron al estreno de Boxing for Freedom (2015), el documental que ambas protagonizaban y que rodaron Juan Antonio Moreno Amador y Silvia Venegas en Kabul. Actualmente se exhibe en Filmin. Al ver su vida en pantalla, ambas comprendieron algo que no acertaron a analizar en su d¨ªa a d¨ªa mientras estudiaban, entrenaban y padec¨ªan una represi¨®n cotidiana poco consciente, sin apenas contar con puntos de comparaci¨®n ajenos a la misma: ¡°Nos dimos cuenta de que nuestras vidas eran espantosas y no lo sab¨ªamos¡±, asegura la actriz.
Apenas hab¨ªan trasladado equipaje a Espa?a. Cuando su padre les rog¨® que no regresaran, pidieron ayuda a los periodistas autores del documental. Estos les abrieron sus casas sin dudarlo y les ayudaron a tramitar el asilo. As¨ª comenzaron su nueva vida en un lugar que d¨ªas antes ni conoc¨ªan y al que acabaron finalmente trayendo a su familia. ¡°Se subieron al ¨²ltimo avi¨®n que sali¨® de Kabul fletado por las autoridades espa?olas¡±, cuenta Shabnam.
Desde que decidieron quedarse, no dejaron ni un momento de planear c¨®mo salvar a los suyos. ¡°Porque sin familia, ?qu¨¦ somos? Nada¡±, afirma categ¨®rica la antigua p¨²gil. Buena parte de la aventura de aquella huida masiva la cuenta La unidad Kabul. Una obra que basa su imponente latido de ficci¨®n trepidante a base de realidad. Un thriller con base y m¨¦todo muy period¨ªstico desde la primera temporada, concebido as¨ª por el poderoso pulso que le imprime Dani de la Torre como guionista y director.
Antes de descubrir a Shabnam, le hab¨ªan hablado de Boxing for Freedom. ¡°Me hab¨ªan recomendado que lo viera¡±, cuenta el creador de La unidad. Para ¨¦l resultaba crucial el contacto con los afganos a la hora de configurar la historia. Se convirtieron en parte indispensable de su modo de creaci¨®n: ¡°A lo largo de toda la serie, hemos tenido muy claro que quer¨ªamos ce?irnos lo m¨¢s posible a la realidad. En cada temporada realizamos un trabajo de campo que tiene mucho que ver con el periodismo¡±. De hecho, para La unidad Kabul han contado con el asesoramiento de Luis de Vega, uno de los corresponsales de guerra de EL PA?S, que vivi¨® aquellos d¨ªas de la retirada estadounidense sobre el terreno en 2021.
Al ver en Espa?a el documental ¡®Boxing for Freedom¡¯ nos dimos cuenta de que nuestras vidas eran espantosas
A ello, Dani de la Torre y su equipo a?adieron fuentes del ej¨¦rcito, pero lo que result¨® fundamental fue, dice, ¡°conocer y entrar en contacto con los afganos¡±. Con Shabnam Rahimi, con el equipo de traductores y con otros actores. ¡°A trav¨¦s de ellos pudimos tirar mucho del lado humano¡±, asegura. Ver Boxing for Freedom le dio varias pistas. Las hermanas y la familia Rahimi, sus compa?eras, profesoras y entrenadores cuentan a la perfecci¨®n aquel ambiente, su lucha, sus conquistas y derrotas. Tambi¨¦n sus aspiraciones: ¡°Levantar la bandera de mi pa¨ªs, que el mundo supiera que all¨ª las mujeres pod¨ªamos llegar lejos en el deporte¡±, dicen ambas varias veces a lo largo de la pel¨ªcula. Algo que Shabnam recalca en esta conversaci¨®n, cuando a¨²n no ha visto su segunda incursi¨®n en pantalla. Una pantalla que ella llena de verdad, pura tensi¨®n y arrojo en la piel de una m¨¦dico en Kabul cuando quedaron a su suerte. ¡°Si iban a salir as¨ª, ?para qu¨¦ entraron? Eso me gustar¨ªa preguntarles. A que s¨ª¡¡±, comenta Shabnam.
Todo lo desarrolla Dani de la Torre recreando Afganist¨¢n en localizaciones alrededor de Madrid y en Almer¨ªa, pero tambi¨¦n en Pakist¨¢n. Para ¨¦l, la puesta en escena resulta crucial. ¡°Es lo que m¨¢s me importa¡±, asegura. ¡°Y a quienes pensamos as¨ª, s¨¦ que se nos ha minusvalorado un poco. Es muy dif¨ªcil, adem¨¢s, lograr una libertad creativa amplia para defenderlo¡±. A estas alturas, ¨¦l ya la tiene. Cuenta con la confianza de productores de Movistar+ como Domingo Corral, que ha sido parte muy activa en la concepci¨®n de toda la serie: ¡°Dani es un grande, un creador con mucha personalidad, distinto¡±, dice.
Se trata de un director con destreza y un contundente pulso para la acci¨®n como veh¨ªculo de denuncia. Alguien que ha sabido trasladar f¨®rmulas m¨¢s que arriesgadas. Fuentes que beben de series como Homeland o directores que van del Spielberg de M¨²nich al Ridley Scott de Red de mentiras o Black Hawk derribado, o el Paul Greengrass de la saga Bourne y The Green Zone, a un contexto que proporciona un punto de vista europeo sobre el mundo global en permanente conflicto.
Lo cierto es que la amenaza talib¨¢n jam¨¢s hab¨ªa cesado. La reconstrucci¨®n y el intento de crear nuevas estructuras durante el mandato de Hamid Karzai, entre 2001 y 2014, no pas¨® de un gatillazo, una especie de ficci¨®n que acab¨® por desmoronarse. Los ciudadanos lo sab¨ªan. Por ejemplo, la familia Rahimi. Comenzaron a sentir el aliento radical y asesino de los talibanes en el cogote cuando fueron cumpliendo algunas amenazas sin contemplaciones. Tras los asesinatos de jugadoras de baloncesto o voleibol, adem¨¢s de la vigilante que las hermanas se cruzaban en la puerta del estadio ol¨ªmpico cada d¨ªa, quedaron aterrorizados.
Ya hab¨ªan recibido llamadas y mensajes desde que empezaron a aparecer en reportajes internacionales. Su exposici¨®n p¨²blica las colocaba a tiro, incrementaba el peligro. La historia de unas campeonas de boxeo que hab¨ªan competido en varios pa¨ªses, incluidos los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres o el campeonato del mundo en Tayikist¨¢n ¡ª¡±all¨ª casi pierdo un ojo, pero gan¨¦ el oro¡±, cuenta Shabnam¡ª, corri¨® por varios pa¨ªses. El documental soliviant¨® a los fan¨¢ticos. Cuando se vieron fuera, sus padres no lo dudaron. Prefer¨ªan la tranquilidad de saber que viv¨ªan lejos a contar con la certeza de que morir¨ªan cerca de su casa.
Una vez fuera, Sadaf y Shabnam arreglaron su propia subsistencia en un lugar donde desconoc¨ªan el idioma y sus costumbres. ¡°Empezamos a aprender castellano de cero. No sab¨ªamos nada. Nos aceptaron la solicitud de asilo y nos dieron una habitaci¨®n en Legan¨¦s: calle de San Nicasio, n¨²mero 7; luego nos mudamos a Puente de Vallecas¡±. En Afganist¨¢n, aparte de dedicar su tiempo a la alta competici¨®n, estudiaron Educaci¨®n F¨ªsica. Al asentarse en Madrid retomaron la formaci¨®n. ¡°Fuimos a la escuela, est¨¢bamos muy contentas, nos cambi¨® la vida, ¨¦ramos libres: estudi¨¢bamos, pod¨ªamos hacer deporte chicos y chicas juntos. Ir al parque. ?Madre m¨ªa! Otra vida. Este es un pa¨ªs donde se respeta a todo el mundo. Ahora es mi pa¨ªs. Ya he hecho la jura, me encanta Espa?a y quiero seguir aqu¨ª, donde ca¨ª y me pude levantar¡±.
En una escena tuve que ponerme el burka y me bloque¨¦, se me olvid¨® el di¨¢logo. ?Dios m¨ªo! No pod¨ªa respirar
Dif¨ªcil que se rindieran quienes hab¨ªan acudido a defender a una naci¨®n donde las mujeres no han contado mucho tradicionalmente en los podios de Vietnam, Turqu¨ªa, China, Tayikist¨¢n, Londres¡ ¡°Renovamos la residencia y nos ense?aron a buscar un puesto en alguna empresa, mientras recib¨ªamos apoyo para comida y alquiler¡±.
Trabaj¨® primero en un centro comercial cuidando ni?os mientras los padres iban de compras. Luego, en una gran superficie. ¡°Primero en reposici¨®n de productos. Mis compa?eros no pod¨ªan con las cajas de leche, pero a m¨ª no me parec¨ªa que pesaran mucho¡±, recuerda. ¡°M¨¢s tarde pas¨¦ a la secci¨®n de comida preparada. Estaba muy contenta, de verdad¡±. Empez¨® cobrando 550 euros por 20 horas semanales y se las arregl¨® para ahorrar 50 al mes¡±.
Luego ampli¨® a turno completo: 1.100 por 40 horas. ¡°?Estaba superbi¨¦n!¡±, exclama. Tras el rodaje, que dur¨® 90 d¨ªas, volvi¨® a su puesto. ¡°Me dieron una excedencia de cuatro meses, me reservaron la plaza que ocupaba. Conf¨ªan en m¨ª, estoy muy contenta con ellos, de verdad¡±.
Aunque en esa ¨¦poca ocurri¨® el desastre. Shabnam y Sadaf reaccionaron. Intentaron por todos los medios posibles sacar a su familia del agujero. Cuando hab¨ªan perdido la esperanza, un mensaje del periodista Antonio Pampliega lo arregl¨® todo. Lo hab¨ªan conocido en Kabul. ¡°Me pregunt¨® si quer¨ªa sacar a alguien de all¨ª¡±. Como lo hab¨ªan intentado con ah¨ªnco pero sin ¨¦xito, sus padres, hermanos y cu?ados ten¨ªan los papeles en regla. Lo lograron.
El rodaje fue para ella como entrar en otro mundo, pero a la vez m¨¢s real que para el resto del equipo. ¡°En una escena tuve que ponerme un burka y me bloque¨¦. Se me olvid¨® el di¨¢logo. ?Dios m¨ªo! Como un pajarito encerrado en una jaula, no pod¨ªa respirar¡±. Par¨¢lisis. Todo lo que hab¨ªa ensayado vol¨® hacia el recuerdo latente de su pasado. Se ha aplicado al trabajo con ese esp¨ªritu de lucha que le ense?aron sus padres¡ Y tambi¨¦n el boxeo: ¡°Todos los trab
ajos que hago, en el supermercado o en la serie, los afronto con la misma pasi¨®n. En mi casa me ense?aron lo siguiente: Shabnam, hasta que no notes el sudor en la frente y los callos en las manos, no cobres tu salario, ser¨¢ la ¨²nica manera en que tu cuerpo y tu alma se sientan bien¡±, dice.
Ahora le gustar¨ªa continuar una carrera que acaba de comenzar en la ficci¨®n. Le ha entusiasmado, a pesar de que se haya tenido que enfrentar a ciertos traumas. ¡°La serie me ha revuelto un poco, por todo el sufrimiento de mi pa¨ªs. Cuando me puse el burka otra vez despu¨¦s de que se me pasara el bloqueo, quise entender el significado de todo eso. Cuando comprendes algo que previamente no te explicas, puedes seguir adelante: eso es la vida¡±.
Un c¨²mulo de experiencias para las que cada paso sirve de preparaci¨®n. No hablamos tampoco de alguien que buscara triunfar en un mundo ajeno hasta hace poco. ¡°Lo digo de verdad, en casa mi tele est¨¢ apagada. No tengo tiempo para verla¡±. ?C¨®mo aprendi¨®? ¡°Mirando¡±, dice. ¡°As¨ª entend¨ª que para esto necesitas paciencia, saber esperar. Y una actitud¡±. El deporte te lo da, aunque es distinto, cree Shabnam. ¡°Yo solo compet¨ªa, pensaba en levantar la bandera. Contar una historia requiere otra actitud, diferente, pero actitud tambi¨¦n. En un combate no puedes tener paciencia, solo pensar d¨®nde colocas el golpe, pero s¨ª conciencia del tiempo. Dos minutos en cada asalto. En la serie necesitas que salga todo bien. Y para ello tienes que medir el tiempo. En eso s¨ª se parece al boxeo¡±.
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