Berl¨ªn, la ciudad contra todas las barreras
La capital alemana ha hecho del ¡°libre de barreras¡± su lema oficioso. El transporte, las aceras y espacios como museos o bibliotecas son ejemplos de accesibilidad
Anas Alhakim se mueve por Berl¨ªn con una ligereza pasmosa. Cuando circula con su silla de ruedas por la acera o cruza una calle, tira de brazos para impulsarse y alcanzar velocidades que hacen dif¨ªcil seguirle el ritmo. ?l mismo lo advierte con una sonrisa: ¡°Os aviso, voy r¨¢pido, no os qued¨¦is atr¨¢s¡±. Si de lo que se trata es de tomar un autob¨²s o un metro, este ingeniero de software de 31 a?os se conoce la localizaci¨®n de las paradas, d¨®nde est¨¢n los ascensores, c¨®mo cambiar de l¨ªnea. Su advertencia acaba resultando muy ¨²til cuando EL PA?S le acompa?a en un trayecto entre la estaci¨®n de Zoologischer Garten, al oeste de la capital alemana, y Alexanderplatz, en el este. ¡°Vamos¡±, dice, y se lanza raudo hacia el ascensor que le llevar¨¢ al and¨¦n del S-Bahn, el ferrocarril de cercan¨ªas.
¡°Generalmente tengo que planificar mi ruta, c¨®mo llegar del punto A al punto B¡±, explica ya en el tren. ¡°Valoro mucho mi tiempo y no quiero perderlo dando vueltas¡±. Alhakim, sirio emigrado a Alemania hace una d¨¦cada, siempre tiene a mano en su tel¨¦fono dos p¨¢ginas web. Una, Wheelmap, le permite encontrar los lugares accesibles para las sillas de ruedas ¡ª¡±es como Google para nosotros¡±, explica¡ª; la otra, BrokenLifts (ascensores estropeados, en ingl¨¦s), es una gu¨ªa de todos los ascensores del transporte p¨²blico de Berl¨ªn y alrededores y, como su nombre indica, alerta de cu¨¢les no funcionan. Con esas dos herramientas, Alhakim, que acude a la cita con una sudadera en la que se lee ¡°Caminar est¨¢ sobrevalorado¡±, se desplaza casi sin complicaciones. ¡°S¨ª, Berl¨ªn es una ciudad muy accesible¡±, confirma. ¡°Aunque, mira, ahora mismo hay 27 ascensores estropeados¡±, dice, y se?ala con dedo acusador la pantalla de su m¨®vil.
La capital alemana ha hecho del ¡°libre de barreras¡± su lema oficioso. La ciudad-Estado de 3,8 millones de habitantes ha aprobado las leyes m¨¢s avanzadas del pa¨ªs para favorecer la accesibilidad. Sobre todo en el sector p¨²blico: transporte, aceras o edificios como escuelas, guarder¨ªas, museos y bibliotecas son accesibles para usuarios de sillas de ruedas, personas mayores que usan andador o familias con carritos de beb¨¦. Ya es una rareza que una estaci¨®n de metro, por ejemplo, no tenga ascensor. Si ocurre, como es el caso de la c¨¦ntrica Deutsche Oper, es porque a escasos 200 metros hay otra de la misma l¨ªnea que s¨ª cuenta con uno. Diez a?os despu¨¦s de haber ganado el premio de la Uni¨®n Europea a la ciudad accesible (Access City Awards), la capital alemana ¡°ha mejorado a¨²n m¨¢s¡±, reconoce Stefan Carsten, ge¨®grafo especializado en movilidad urbana.
Carsten llega a la cita subido a su bicicleta port¨¢til Brompton. Sugiere el encuentro en Hackescher Markt, una zona comercial muy c¨¦ntrica, porque combina ejemplos de buenas pr¨¢cticas, pero tambi¨¦n otro ¡ªuna parada de tranv¨ªa demasiado corta¡ª poco accesible. ¡°Berl¨ªn est¨¢ redefiniendo el espacio p¨²blico para reducir la tasa de motorizaci¨®n¡±, explica. Se suprimen aparcamientos o carriles para dejar m¨¢s espacio a las bicicletas, las sillas de ruedas y los peatones, y ¡°eso supone un enorme alivio para la ciudad¡±. Este experto, que ha asesorado al Gobierno de Berl¨ªn, destaca especialmente la ley de movilidad de la ciudad-Estado, ¡°la primera en el mundo¡±, porque establece prioridades claras del uso del suelo: peatones, ciclistas y transporte p¨²blico, primero, y solo en segundo lugar, el coche.
Cuando el arquitecto Enrique Rovira-Beleta viaj¨® a Berl¨ªn hace 20 a?os qued¨® impresionado con lo f¨¢cil que le resultaba moverse con su silla de ruedas. Recuerda especialmente la visita al Reichstag, el ic¨®nico edificio del Parlamento alem¨¢n, reformado por Norman Foster, y su rampa circular para subir hasta la azotea. Su falta de barreras arquitect¨®nicas le pareci¨® muy simb¨®lica, recuerda. El director del Postgrado en Accesibilidad: Especialista en Dise?o Universal en la Universidad Internacional de Catalu?a (UIC) ha escrito mucho sobre c¨®mo la arquitectura de las ciudades deber¨¢ adaptarse cada vez m¨¢s a las necesidades de las personas mayores. Berl¨ªn, opina, va en la buena direcci¨®n. Ya en 2003 visit¨® all¨ª un proyecto para mayores que no se ajustaba a lo que tradicionalmente se entiende como residencia de ancianos: eran una serie de apartamentos independientes, con servicios comunes y atendidos por personal especializado.
El grueso de los edificios p¨²blicos son accesibles, en muchos casos tambi¨¦n para personas con discapacidad visual. El punto flaco es el sector privado, y especialmente las viviendas, muchas situadas en edificios de principios del siglo XX en las que no hay ascensor ni posibilidad material de instalarlo. A Alhakim le cost¨® ocho meses y enviar muchas solicitudes ¡ª400; solo le llamaron de 5 ofreci¨¦ndole una visita¡ª para encontrar el piso adaptado en el que vive ahora, cerca de Kurf¨¹rstendamm, la c¨¦lebre calle comercial del antiguo Berl¨ªn Oeste.
La soluci¨®n a ese desaf¨ªo va, necesariamente, m¨¢s lenta, pero avanza, defiende Maike Pischke, coordinadora de accesibilidad en el Departamento de Desarrollo Urbano, Construcci¨®n y Vivienda de Berl¨ªn. Las leyes de edificaci¨®n han evolucionado ¡°enormemente¡± desde que la capital alemana gan¨® el premio a la ciudad accesible, asegura. El ¨¦nfasis se pone en los edificios nuevos, ya que en los antiguos muchas veces no es t¨¦cnicamente viable instalar ascensor o salvaescaleras, o resulta demasiado caro para los propietarios pese a las ayudas p¨²blicas.
La ciudad exige ahora el 50% de los apartamentos accesibles en edificios de m¨¢s de dos viviendas, adem¨¢s de un ascensor. ¡°Berl¨ªn est¨¢, como toda Europa, inmersa en plena crisis inmobiliaria¡±, apunta Pischke. Por eso hay que mantener un equilibrio entre los requisitos que se piden a los constructores y la moderaci¨®n de los precios de la construcci¨®n. En los desarrollos de vivienda social, los apartamentos accesibles reciben una subvenci¨®n de 15.000 euros por piso.
Como ocurre con los apartamentos de nueva construcci¨®n, la normativa exige que los nuevos colegios, guarder¨ªas, museos o bibliotecas sean totalmente accesibles. La gran reforma que va a acometer a partir de este oto?o el Museo de P¨¦rgamo, una de las joyas tur¨ªsticas de la capital alemana, pretende tambi¨¦n adecuar el edificio, construido en los a?os treinta del siglo pasado y muy da?ado durante la II Guerra Mundial, a todo tipo de visitantes.
Adem¨¢s de aprobar leyes, el Senado (el Gobierno de Berl¨ªn) ha puesto en marcha otras acciones voluntarias como una gu¨ªa que ense?a c¨®mo aplicar el concepto del ¡°dise?o para todos¡± o ¡°dise?o universal¡±. Desde 2021 existe, adem¨¢s, un servicio de asesoramiento para arquitectos. Los interesados pueden reservar una reuni¨®n de una hora con un experto en accesibilidad al que paga el Departamento de Desarrollo Urbano.
Un martes a media ma?ana, Holger Ulbricht y su mujer, Klara, se disponen a subirse a un autob¨²s de la l¨ªnea 200. Van a hacer un trayecto corto, desde Fischerinsel, donde viven de alquiler en un edificio relativamente moderno de 12 plantas, hasta Alexanderplatz. Holger, de 83 a?os, se ayuda de un andador y le cuesta subir por s¨ª mismo el escal¨®n, as¨ª que ambos se colocan bien visibles en la acera y hacen gestos para alertar al conductor. Al llegar, el ch¨®fer se baja, se dirige a la primera puerta y levanta una trampilla de la que extrae la rampa. A pasitos, Holger supera el obst¨¢culo. El conductor vuelve a guardar la rampa y se sienta al volante. Har¨¢ lo mismo al llegar a la parada en la que se baja la pareja. ¡°No uso el transporte tanto como sol¨ªa, pero siento que tengo libertad para hacerlo, que no es complicado¡±, asegura el jubilado.
Salvo los muchos lugares donde hay obras en marcha, caminar por la ciudad, cruzar una calle, es sencillo. Hay desniveles, pero casi todas las aceras est¨¢n rebajadas cada pocos metros para facilitar el paso de sillas de ruedas, carritos o, como en el caso de Holger, un andador. ¡°No me atrevo a comparar con otras ciudades; si le soy sincero, no me fijaba demasiado en eso cuando viajaba, pero creo que Berl¨ªn ha hecho un buen trabajo en materia de accesibilidad¡±, se despide.
Reiner Delgado, de la Asociaci¨®n de Personas Ciegas y con Discapacidad Visual, destaca lo mucho que ha mejorado la movilidad para las personas ciegas en la ciudad, con se?ales t¨¢ctiles en el suelo en la mayor¨ªa de las estaciones, sem¨¢foros con sonido y vibraci¨®n para saber cu¨¢ndo se ponen en verde e incluso un servicio, que se reserva por tel¨¦fono, de acompa?amiento puerta a puerta usando el transporte p¨²blico. Pero la movilidad no lo es todo. Tambi¨¦n florecen las iniciativas culturales, como las recientes exposiciones inclusivas en la Berlinische Galerie, el Museo Hist¨®rico Alem¨¢n o el PalaisPopulaire. O las deportivas, como la construcci¨®n de un campo de f¨²tbol especial para ciegos. ¡°Como persona ciega se pueden hacer muchas cosas para divertirse y participar en la vida social y cultural de la ciudad¡±, asegura.
El gran problema para las personas con problemas de visi¨®n son los patinetes el¨¦ctricos, que se amontonan a decenas en las aceras de Berl¨ªn, incluso en las calles m¨¢s c¨¦ntricas, sin que nadie haga nada para evitarlo. ¡°Con el bast¨®n a veces no te das cuenta de que hay uno, porque pasa por encima, y es f¨¢cil caerse. Yo llevo tres o cuatro ca¨ªdas¡±, lamenta Delgado. Por suerte, sin mayores consecuencias, pero su organizaci¨®n conoce casos de fracturas de huesos. La ciudad es muy laxa con estos veh¨ªculos. Berl¨ªn aprob¨® una normativa seg¨²n la cual las compa?¨ªas de alquiler ¡ªhay al menos cinco, con un m¨ªnimo de 30.000 e-scooters¡ª deben tener un tel¨¦fono de contacto y retirar el patinete en menos de cuatro horas si se denuncia que molesta. Delgado se r¨ªe esc¨¦ptico: ¡°Tendr¨ªa que ver de qu¨¦ empresa es y poder apuntar el n¨²mero, y a¨²n me volver¨ªa a encontrar el mismo obst¨¢culo al pasar por all¨ª tres horas despu¨¦s¡±.
Nikita accede a que El Pa¨ªs Semanal le fotograf¨ªe en Potsdamer Platz, centro neur¨¢lgico del transporte del centro de la ciudad, donde se juntan metro, cercan¨ªas, trenes regionales y varios autobuses, adem¨¢s de miles de turistas que visitan el Museo del Cine o el recientemente inaugurado centro comercial The Playce. Por toda la zona se mueve sin dificultad en su silla de ruedas este estudiante de Econom¨ªa y Pol¨ªticas, de 21 a?os, que prefiere que no aparezca su apellido. Nikita se dice satisfecho en general, pero, como Alhakim, recuerda que a veces los ascensores est¨¢n estropeados y eso para ellos es un obst¨¢culo insalvable.
¡°Y tambi¨¦n est¨¢ el factor humano¡±, dice, y relata un episodio reciente en el que un conductor de autob¨²s no le dej¨® subir porque el veh¨ªculo iba lleno. En realidad, explica, tendr¨ªa que haber pedido a los pasajeros que despejaran la zona reservada para que ¨¦l pudiera subir. ¡°A veces dependemos de otras personas; algunas son amables, otras no¡±, se encoge de hombros.
La celebraci¨®n de la competici¨®n Special Olympics (del 17 al 25 de junio) est¨¢ poniendo a prueba las mejoras de Berl¨ªn en accesibilidad con miles de atletas con discapacidades intelectuales compitiendo en 26 disciplinas y aloj¨¢ndose por toda la ciudad. ¡°Creemos que este evento puede ser un catalizador para dar visibilidad al esfuerzo de Berl¨ªn de convertirse en ciudad sin barreras¡±, explicaba unos d¨ªas antes de la inauguraci¨®n Carlo Carbone, uno de los portavoces de la empresa tur¨ªstica p¨²blica de la ciudad, Visit Berlin.
Hace a?os que el sector tur¨ªstico berlin¨¦s trabaja para ser m¨¢s inclusivo, explica mientras muestra uno de los ¨²ltimos hitos culturales de la ciudad, el Foro Humboldt, junto a la Isla de los Museos. Inaugurado entre 2021 y 2022, el edificio es completamente accesible, incluso su espectacular terraza, donde una persona en silla de ruedas puede recorrer todo el per¨ªmetro gracias a unas rampas que salvan los desniveles. Museos como el Neues ¡ªrenovado en 2009 por el arquitecto David Chipperfield¡ª han incorporado a la exhibici¨®n piezas como una copia del c¨¦lebre busto de Nefertiti pensada para que personas con discapacidad visual puedan descubrirla con las yemas de sus dedos.
Visit Berlin dedica parte de sus esfuerzos a promocionar el turismo inclusivo. Para garantizar que las personas con alguna discapacidad puedan disfrutar de exposiciones, conciertos o restaurantes, trabaja con la organizaci¨®n Reisen f¨¹r Alle (viajes para todos), que eval¨²a peri¨®dicamente todo tipo de infraestructuras: museos, oficinas tur¨ªsticas, hoteles¡ Si comprueban que cuenta con accesos sin barreras, entran en una especie de gu¨ªa de consulta para viajar por toda Alemania. El Ministerio Federal de Econom¨ªa financia ese trabajo de evaluaci¨®n, que hasta ahora lleva 3.000 lugares certificados como accesibles en toda Alemania.
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