Nicol¨¢s de Monpezat, el pr¨ªncipe modelo: ¡°Mi t¨ªtulo es lo m¨¢s parecido que tengo a un apellido normal¡±
La vida del nieto mayor de la reina de Dinamarca parec¨ªa un cuento de hadas, pero en el ¨²ltimo a?o se asemeja m¨¢s a un drama shakesperiano. Tras perder su t¨ªtulo, se ha mudado a Australia y compagina sus estudios con su carrera en la moda
Los daneses llevan un a?o viendo a su familia real sumida en un drama shakesperiano moderno. En septiembre de 2022, Margarita II, la monarca m¨¢s longeva de Europa, retir¨® los t¨ªtulos principescos a la mitad de sus nietos. Seg¨²n palacio, la reina tom¨® esta decisi¨®n para que los cuatro hijos de su hijo menor, Joaqu¨ªn de Dinamarca, pudieran ¡°dar forma a sus propias vidas sin estar limitados por las consideraciones y obligaciones particulares que implica una afiliaci¨®n formal a la casa real¡±. Los expertos, en cambio, lo interpretaron como parte de un plan de renovaci¨®n y austeridad de la milenaria monarqu¨ªa n¨®rdica, una instituci¨®n que se remonta hasta los tiempos de los vikingos. Lo que vino despu¨¦s fue una trama digna de Hamlet: el pr¨ªncipe Joaqu¨ªn, ofendido, habl¨® de maltrato a sus hijos; su exesposa, Alejandra de Frederiksborg, reconoci¨® ¡°tristeza y conmoci¨®n¡±; y la soberana, apenada, pidi¨® perd¨®n ¡°como madre¡±, pero no dio marcha atr¨¢s.
Nicol¨¢s de Monpezat (Copenhague, 24 a?os), hijo mayor del pr¨ªncipe Joaqu¨ªn y nieto mayor de la reina Margarita, es uno de los afectados por esta peque?a tragedia real. Ya no es pr¨ªncipe de Dinamarca y ha perdido el tratamiento de alteza real, aunque sigue ocupando el s¨¦ptimo puesto en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono (su t¨ªo Federico es el heredero y su primo Christian el siguiente en el orden din¨¢stico). Ahora le toca ¡°dar forma a su propia vida¡±, aunque todav¨ªa no sabe c¨®mo.
Intent¨® seguir la tradici¨®n familiar de ser militar, pero a los dos meses abandon¨® la H?rens Sergentskole, la Escuela de Sargentos del Ej¨¦rcito de Varde. Seg¨²n cont¨® su madre, tom¨® esta decisi¨®n porque ¡°no terminaba de encontrarse a gusto y no sent¨ªa que estaba en el lugar adecuado¡±. La deserci¨®n caus¨® cierto revuelo en Dinamarca, cuyas Fuerzas Armadas son comandadas por la reina Margarita. ¡°Ahora estoy estudiando un m¨¢ster en Econom¨ªa de la Empresa en la Escuela de Negocios de Copenhague. Me queda un a?o y todav¨ªa tengo que ver qu¨¦ me deparar¨¢ el futuro; por ahora no s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ ese futuro¡±, explica en conversaci¨®n con El Pa¨ªs Semanal. En medio de la pol¨¦mica de su familia, se ha apuntado a un programa de intercambio en S¨ªdney, Australia, a m¨¢s de 14.000 kil¨®metros de su pa¨ªs. ¡°Naturalmente, estar fuera de Dinamarca me aporta m¨¢s anonimato porque no me reconocen con tanta frecuencia. Es importante y valoro tener una vida privada equilibrada¡±, dice.
Apodado como Nicol¨¢s, El Bello, compagina sus estudios con su carrera como modelo. En 2018, mientras cursaba el ¨²ltimo a?o de bachillerato en Herlufsholm, una elitista escuela que funciona desde 1565 en un monasterio benedictino del siglo XII, debut¨® como modelo para Burberry en la Semana de la Moda de Londres. ¡°La oportunidad lleg¨® cuando ten¨ªa 18 a?os y estaba terminando mis estudios secundarios. Mi actual agencia se puso en contacto conmigo y r¨¢pidamente una cosa llev¨® a la otra. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba desfilando en las pasarelas de varias ciudades europeas¡±, recuerda. Su aspecto aristocr¨¢tico ¡ª1,86 metros de altura, ojos verdes, cabello casta?o¡ª es un buen reclamo para las marcas de lujo. Ha desfilado y ha hecho campa?as para Dior, y ha sido portada de ediciones internacionales de revistas como Vogue y Num¨¦ro. ¡°Consult¨¦ con mi familia antes de tomar la decisi¨®n final de empezar a trabajar como modelo. Mis padres siempre me han apoyado y supongo que est¨¢n orgullosos de m¨ª y de lo que hago. Incluso los he invitado a algunos desfiles para dejarlos entrar en mi mundo¡±, dice.
Solo le falta un a?o para terminar su m¨¢ster, pero no tiene previsto bajarse de las pasarelas tras graduarse. ¡°La moda me ha interesado durante toda mi adolescencia y el inter¨¦s no ha hecho m¨¢s que crecer¡±, reconoce. ¡°Me encantar¨ªa seguir trabajando en esto mientras pueda¡±.
A primera vista, la profesi¨®n de mannequin no parece muy adecuada para el miembro de una familia real, pero en realidad es perfecta para alguien que lleva toda su vida lidiando con los fot¨®grafos y soportando el calor abrasador de los focos. ¡°Ser una figura p¨²blica conlleva cierta responsabilidad. Es un papel en el que uno debe crecer. En mi caso, siempre ha sido parte de mi vida. No calificar¨ªa la fama como algo dif¨ªcil. Como dec¨ªa antes, he aprendido el valor de tener una vida privada¡±, apunta. Quiz¨¢ el momento m¨¢s cr¨ªtico de su joven vida fue la separaci¨®n de sus padres, en 2004, el primer divorcio en la casa real danesa en los ¨²ltimos 150 a?os. ?l solo ten¨ªa cinco a?os. ¡°Pero mirando hacia atr¨¢s, he tenido la mejor infancia que cualquiera podr¨ªa desear: una existencia sin complicaciones. La gente siempre me ha tratado bien¡±, admite, reconociendo su ni?ez privilegiada en el palacio de Schackenborg, en el sur de Jutlandia.
Desde que su abuela le quit¨® sus privilegios, Nicol¨¢s de Dinamarca se presenta como conde de Monpezat. ¡°Para m¨ª [el t¨ªtulo] siempre fue un apellido y una asociaci¨®n a una herencia hist¨®rica, m¨¢s que solo un t¨ªtulo. Es lo m¨¢s parecido que puedo tener a un apellido normal¡±, explica. Seg¨²n los medios de su pa¨ªs, cuando la reina lo despoj¨® de su rango, lo primero que pregunt¨® fue: ¡°?Y ahora qu¨¦ escribir¨¢n en mi pasaporte?¡±.
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