La pr¨®xima vez saldr¨¢ mejor
Nada m¨¢s falso que dividir el mundo entre vencedores y perdedores. La vida es un continuo de altibajos
![eps 2458 columna rosa montero](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7N26BRVBIVC7RJVWRBEVZTHUPA.jpg?auth=dd34c9adf16ae787af87437bf549c306ea00f42469f2981781441fa5e9f6b8a2&width=414)
Cerca de mi casa han puesto una tienda peque?¨ªsima y coqueta que vende solo trufas. No me refiero a las de chocolate, sino a las de verdad, a esos hongos car¨ªsimos de olor apestoso y potente sabor que cambian cualquier plato que tocan, as¨ª de rotundos son. El local solo lleva unos meses abierto y, cada vez que paso por delante, que lo hago muchas veces, est¨¢ vac¨ªo, a excepci¨®n del chico que atiende, que imagino que debe de ser el due?o. La puerta tiene casi la anchura de toda la tienda y el menguado espacio, siempre bien iluminado, es muy visible desde la calle, as¨ª que la evidencia de esa soledad es atronadora. Jam¨¢s he visto a nadie comprando y ni siquiera curioseando por las baldas perfectamente ordenadas y llenas de tarritos, todo tan menudo y tan bonito que semeja m¨¢s una joyer¨ªa que un comercio gourmet, una comparaci¨®n adecuada si tenemos en cuenta el precio de la trufa: hasta 2.000 euros el kilo de la negra.
Yo tampoco he entrado nunca, porque no cocino y mucho menos exquisiteces tales que puedan llevar un toque trufado. Pero cada vez que cruzo por delante le echo una ojeada al vendedor, un vistazo r¨¢pido y escondido, porque casi parece una verg¨¹enza estar siempre tan solo. Y me pregunto cu¨¢nto tiempo m¨¢s podr¨¢ mantenerse sin cerrar. Es f¨¢cil imaginar la ilusi¨®n con la que se meti¨® en este proyecto, c¨®mo reuni¨® el dinero, busc¨® el local, lo alquil¨®, lo pint¨®, coloc¨® las estanter¨ªas, hizo el primer pedido; y tambi¨¦n es f¨¢cil visualizar c¨®mo se va desgastando su esperanza d¨ªa tras d¨ªa, al igual que una seda demasiado lavada que acaba por desgarrarse.
Y, sin embargo¡ Sin embargo, escribo todo esto ahora y me parece que hay un defecto de base en mi mirada. Digo que ¡°casi parece una verg¨¹enza estar siempre tan solo¡± y se me encienden alarmas ululantes. C¨®mo, ?pero me voy a doblegar al t¨®pico mentiroso de la dualidad ¨¦xito/fracaso? Yo tambi¨¦n he estado unas cuantas veces visiblemente sola en una firma de libros a la que no ven¨ªa nadie, y no solo no ha pasado nada, sino que lo considero un buen entrenamiento para ir asumiendo la frustraci¨®n, que es algo muy necesario de aprender pero que nadie nos ense?a. Y es que estamos muy mal educados emocionalmente, y enseguida nos salen esos par¨¢sitos del pensamiento que son los lugares comunes. Nada m¨¢s falso que dividir el mundo entre vencedores y perdedores. La vida es un continuo de altibajos y, para m¨¢s confusi¨®n, esos altibajos a menudo se dan a la vez. Es decir: una puede estar triunfando con sus amigos y pifi¨¢ndola con su pareja, atinando un pleno en el trabajo y hundi¨¦ndose en el trato con sus hijos. Vivir es un maldito l¨ªo, eso es innegable, pero la buena noticia es que los l¨ªos se desenredan, los d¨ªas fluyen, las cosas cambian y una siempre tiene la posibilidad y la esperanza de aprender a vivir un poco mejor.
Regreso con el chico de la tienda. Ahora se me ocurre que atreverse a poner un local que s¨®lo vende trufas es de una originalidad y una valent¨ªa poco comunes. Veo en internet que se trata de una franquicia italiana que va viento en popa en medio mundo, as¨ª que no s¨®lo es original y valiente, sino tambi¨¦n sensato, porque ha apostado por un modelo que ha funcionado en otros lugares. Por otra parte, los analistas econ¨®micos y los 90.000 libros de autoayuda empresarial que hay en el mercado sostienen que los emprendedores siempre aprenden del fracaso y del error (igual que los cient¨ªficos, por cierto). Ya conocen los ejemplos famosos: Bill Gates arruin¨® su primer negocio, Steve Jobs fue despedido del suyo y el creador de las famos¨ªsimas chocolatinas Hershey¡¯s hundi¨® antes tres empresas de dulces, que eso s¨ª que es perseverancia, digo yo. Pero no es necesario ser Bill Gates: basta con poder sacar adelante un trabajo que te guste. En Espa?a, seis de cada diez empresas no aguantan abiertas m¨¢s de cinco a?os, el peor dato europeo despu¨¦s de Rumania y Dinamarca. En cuanto a las start-ups, cierran nueve de cada diez antes de los tres a?os. Pero, aun as¨ª, la gente no se rinde. Seg¨²n la plataforma South Summit, los emprendedores digitales ¡°tienen m¨¢s ¨¦xito cuanta m¨¢s experiencia han tenido, y al cuarto intento sus probabilidades de fracaso caen a un 8%¡± (fuente: Josep Cat¨¤ Figuls en EL PA?S). As¨ª que, de ahora en adelante, cuando pase por la tienda de trufas vac¨ªa, aplaudir¨¦ a ese chico mentalmente. Y pensar¨¦: la pr¨®xima vez saldr¨¢ mejor.
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