Residente: ¡°El g¨¦nero urbano pelea por pendejadas y nadie dice nada de Palestina. No quiero pertenecer a esa escena¡±
Astro de la m¨²sica latina y voz trascendental del continente americano desde que debut¨® en 2004 con Calle 13, Residente publica segundo disco en solitario. Franco y aguerrido, habla a tumba abierta de su depresi¨®n, de los problemas pol¨ªticos que lo angustian y de la falta de compromiso de las nuevas figuras
La sonrisa de Residente se queda a medias. Algo impide que Ren¨¦ P¨¦rez Joglar (San Juan, Puerto Rico, 45 a?os) pueda sonre¨ªr en condiciones. Sus ojos moh¨ªnos acompa?an al gesto cansado de su rostro, c¨¢ndido y expresivo, bajo la capucha de su chaquet¨®n de lana. Es una ma?ana fr¨ªa de un s¨¢bado de diciembre cuando el astro del rap latino ¡ªuno de los m¨²sicos con m¨¢s Grammy Latinos (consigui¨® 21 con Calle 13 y desde que canta en solitario lleva cinco)¡ª llega al lugar de la sesi¨®n fotogr¨¢fica. En el montacargas, advierte: ¡°He dormido poco, hermano. Vengo con mucho trabajo encima¡±. La bruma de la calle parece rodearlo cuando se sienta para charlar en una sala vac¨ªa en la que confesar¨¢ que ha estado a punto de cancelar la entrevista. El considerado como mejor rapero de la historia en espa?ol, seg¨²n la revista musical Billboard, y una de las voces m¨¢s independientes y aguerridas de la m¨²sica latina en el siglo XXI, parece agotado, tanto que muestra signos de algo m¨¢s preocupante: es como si hubiese dejado de importarle todo.
M¨¢s de tres a?os han tenido que pasar para que Residente por fin se siente a hablar con El Pa¨ªs Semanal desde que iba a hacerlo tras la publicaci¨®n de Ren¨¦, una monumental canci¨®n autobiogr¨¢fica de las m¨¢s destacadas de su carrera. Corr¨ªa marzo de 2020, lleg¨® la pandemia y tuvo que retrasarse. Despu¨¦s, llegaron un mont¨®n de cosas m¨¢s que siempre impidieron que hubiese un encuentro en persona, fuera en Puerto Rico, Estados Unidos o Espa?a, para valorar la carrera de este artista esencial en el devenir de la m¨²sica latinoamericana desde que se dio a conocer en 2004 con Calle 13, el d¨²o de rap y folclore junto a Visitante. Un m¨²sico al que el paname?o Rub¨¦n Blades, leyenda de la salsa, ve como igual y el uruguayo Jorge Drexler y el argentino Andr¨¦s Calamaro admiran pese a sus diferencias estil¨ªsticas. El mismo al que su compatriota Bad Bunny calific¨® como su ¡°referente¡± y por el que una vez llor¨® porque le dej¨® cantar con ¨¦l. O el mismo al que siguen acudiendo los ¨²ltimos talentos de la m¨²sica urbana latina por su vigencia e influencia, como el rapero argentino Trueno, quien lo llama ¡°portavoz de la comunidad latina¡± y asegura que ¡°ha sido un ejemplo por ir contra los presidentes y mostrar un mensaje de uni¨®n¡±.
Ahora, ese mismo m¨²sico lleva tres semanas en Madrid y ha pospuesto la entrevista en un par de ocasiones. No lo hace porque sea al¨¦rgico a la prensa, aunque tampoco se prodiga mucho en los medios. De hecho, es buen conversador y, al contrario que la mayor¨ªa de las estrellas como ¨¦l, no cuenta con supervisores de sus palabras. Es franco y directo, incluso cercano, y habla sin miedo a entrar en pol¨¦micas o defender causas pol¨ªticas y sociales. ¡°Tengo ese coraje cuando me molesto y no me callo. Soy as¨ª¡±, asegura. La ma?ana del encuentro, el m¨²sico llega para hablar de su nuevo ¨¢lbum, que se publica el 22 de febrero y se titula Las letras ya no importan (Sony), el segundo en solitario desde que public¨® Residente en 2017.
Pas¨® toda la jornada anterior rodando uno de los videoclips que acompa?ar¨¢n la salida del nuevo disco. Con temperaturas bajo cero, lluvia y nieve, el rodaje fue en la Granja de San Ildefonso, en Segovia, y cont¨® con la participaci¨®n de la actriz Pen¨¦lope Cruz y la cantante S¨ªlvia P¨¦rez Cruz. Seg¨²n cuenta el equipo del m¨²sico, lleva varios d¨ªas de mucho estr¨¦s y trabajo. A lo que ¨¦l a?ade otro inconveniente: el fr¨ªo. ¡°De donde yo soy, esto no pasa¡±, dice el cantante caribe?o, se?alando con la mirada al cielo gris¨¢ceo y plomizo. Residente ejerce de actor y director, igual que en anteriores videoclips de las canciones Ren¨¦, Problema cabr¨®n y Quiero ser baladista. En Ron en el piso vuelve a mostrar esa pasi¨®n cinematogr¨¢fica.
La canci¨®n bien podr¨ªa ser una continuaci¨®n biogr¨¢fica de Ren¨¦ en la que repasa momentos estelares de 20 a?os de carrera. En el v¨ªdeo visiona su propio funeral, en una secuencia similar al final de la pel¨ªcula Big Fish, en la que le despiden su madre, sus hermanos, la madre de su hijo Milo y todos los personajes de sus videoclips. ¡°Prefiero trabajar en el cine que subirme a una tarima. Ya empec¨¦ en la m¨²sica y no voy a dejarla, pero voy a convivir con ambas cosas¡±, dice. Su apuesta por lo cinematogr¨¢fico sobrepasa ya la m¨²sica y se materializ¨® con su papel protagonista en la pel¨ªcula In the Summers, largometraje dirigido por Alessandra Lacorazza que se acaba de estrenar, el 22 de enero, en el Festival de Sundance, la gran cita del cine independiente de Estados Unidos. Antes, a principios del a?o pasado, Residente anunci¨® que se ha embarcado en un proyecto junto a Alexander Dinelaris, coguionista de Birdman, para crear el guion de una pel¨ªcula sobre el revolucionario puertorrique?o Jos¨¦ Maldonado Rom¨¢n, conocido como ?guila Blanca.
Sentado en la sala vac¨ªa, habla sin problema de cualquier asunto, pero las razones a su gesto grave y abatido parecen dif¨ªciles de distinguir en esta ma?ana de s¨¢bado. Dice que anda ¡°preocupado con la madurez¡± y, al poco de empezar a charlar, asegura que est¨¢ bastante desubicado tanto en la m¨²sica como en otros aspectos de su vida. La muerte, que marca el emotivo videoclip de Ron en el piso, parece ser parte de la explicaci¨®n. No ser¨¢ hasta d¨ªas despu¨¦s, en una nueva conversaci¨®n, cuando el cantante desatasque el misterio y d¨¦ un nombre y, sobre todo, un n¨²mero: Valentina, 313. Poco antes de que abandone Espa?a, el m¨²sico invita a El Pa¨ªs Semanal a proseguir la charla con m¨¢s calma en la habitaci¨®n del hotel Ritz, donde se aloja en Madrid, y a visionar sus videoclips a¨²n no publicados, incluido el que est¨¢ todav¨ªa en fase de producci¨®n y que ha grabado en Segovia con Pen¨¦lope Cruz. Este ¨²ltimo es el de la canci¨®n 3:13, que tambi¨¦n se incluir¨¢ en su nuevo disco. Descalzo en el saloncito de la suite del Ritz, explica que esa canci¨®n responde a un n¨²mero que ha tenido unas connotaciones ¡°m¨¢gicas o algo as¨ª¡±.
Ese n¨²mero est¨¢ ligado al recuerdo de su amiga Valentina, una violinista de 30 a?os que se suicid¨®. La muerte de su amiga, bajo la sombra de ese n¨²mero capic¨²a, explica, caus¨® su desasosiego. ¡°No creo en muchas cosas, pero lo de este n¨²mero no fue normal¡±, afirma. Seg¨²n explica, el ¨²ltimo mensaje de WhatsApp que Valentina le mand¨® antes de tirarse por un precipicio fue a las 3.13, pasado el mediod¨ªa. Muestra el mensaje en el m¨®vil y se?ala la hora con el dedo. Un d¨ªa se fij¨® en esa hora de casualidad: estaba en la recepci¨®n de un hotel cuando una pianista se puso a tocar y se acord¨® de su amiga muerta, cogi¨® el m¨®vil y vio que la hora del mensaje enviado por Valentina coincid¨ªa con la hora de ese mismo momento en el que lo estaba releyendo. Hab¨ªa otra coincidencia: su habitaci¨®n del hotel era la 313. Entonces, el m¨²sico tom¨® una decisi¨®n: llamar 3:13 a la canci¨®n que estaba componiendo en honor a su amiga e incluir el viol¨ªn de la hermana de Valentina, quien adem¨¢s le recomend¨® contar con S¨ªlvia P¨¦rez Cruz. Residente hizo caso: la canci¨®n iba a contar con la colaboraci¨®n de The National, pero la desech¨® y meti¨® a la cantante catalana. Ya en el estudio de grabaci¨®n, se dio la ¨²ltima de las casualidades: el productor de 3:13, que desconoc¨ªa la historia, llam¨® por error Valentina a S¨ªlvia. Nadie supo explicar por qu¨¦.
El ¨¢lbum empieza con un mensaje de voz de Valentina en el que pide hacer una canci¨®n con algunas estrofas en franc¨¦s para un futuro disco. A continuaci¨®n, suena 3:13, un tema b¨¢rbaro con una sinfon¨ªa de cuerdas y un paseo de piano en el que Residente canta: ¡°Hay que vivir sin perdernos nada, / hasta que el coraz¨®n explote, / hasta que nos tengan que sacar de la fiesta¡±. Es un deseo. Porque, en la actualidad, el problema es que el coraz¨®n de Residente parece no tener un ritmo fuerte ni ¨¦l se ve dentro de una fiesta. M¨¢s bien todo lo contrario. ¡°Siento que da igual si est¨¢s o no est¨¢s¡±, confiesa. ¡°Me pas¨® cuando escrib¨ª Ren¨¦ y me sigue pasando desde la muerte de Valentina y la de otros dos amigos que murieron de sobredosis. Lo malo de entrar en esa idea es que te saca de la vida¡±.
Residente quiere estar en la vida, pero dice que, hoy por hoy, se siente un extra?o en la suya. Cuando en febrero de 2020 public¨® Ren¨¦, reconoci¨® al anunciarla que se puso a escribir la canci¨®n al d¨ªa siguiente de que tuviese que llamar a su madre porque hab¨ªa pensado en tirarse por el balc¨®n del hotel. Ese sentimiento terror¨ªfico de derrota no ha dejado de invadirlo desde entonces. ¡°No s¨¦, hermano, tengo que analizar bien por qu¨¦ me pasa esto. No es algo tan simple como la presi¨®n del trabajo. Es m¨¢s complejo. En general, creo que viene por cosas del mundo. No me siento bien de gira. Hago conciertos porque tengo que pagar la renta, pero no me llena todo el proceso¡±, explica. ¡°Fui a una terapeuta en Nueva York, una mujer iran¨ª bien ch¨¦vere que eleg¨ª yo porque todas las dem¨¢s terapeutas que tuve las eligieron mis parejas, y le dije: ¡®Siento que todo lo que hago no es suficiente¡±.
Las semanas en Madrid, en plena grabaci¨®n del videoclip, han transcurrido con la misma sensaci¨®n de insuficiencia, cuenta. Un vac¨ªo que contrasta con los excesos de la noche. ¡°El otro d¨ªa le coment¨¦ a mi hermano: ¡®Yo creo que estoy deprimido, Gabriel¡¯. Y ¨¦l me pregunt¨®: ¡®?Por qu¨¦ dices eso, hermano?¡¯. Pues porque estoy fiesteando y teniendo sexo todos los d¨ªas con gente distinta¡¡±, cuenta y se queda unos segundos en silencio. ¡°Supongo que he estado tan cerca de la muerte que siento que quiero vivir como si fuera a morir ma?ana¡±, a?ade.
¡ª?Qu¨¦ har¨ªa si supiera que fuera a morir ma?ana?
¡ªLo mismo de anoche.
El m¨²sico levanta la mirada y, con media sonrisa, se revuelve un poco en la silla: ¡°Esto parece una sesi¨®n de terapia m¨¢s que una entrevista¡±. Se encoge levemente de hombros, se mete las manos en los bolsillos y, con media sonrisa, remata: ¡°Est¨¢ bien, aunque creo que esto se est¨¢ poniendo amarillista¡¡±.
Residente ha hecho de lo personal algo art¨ªstico, incluso se podr¨ªa decir que su vida y sus canciones son inseparables, como si el m¨²sico y Ren¨¦ fueran dos perfiles que convergen. Todo lo que oyes es todo lo que ves, y viceversa. A veces, es su virtud; otras, su tal¨®n de Aquiles. Su anterior disco en solitario, que llevaba su nombre, vino inspirado despu¨¦s de hacerse una prueba de ADN que revel¨® que ten¨ªa ra¨ªces de distintas partes del mundo. Decidi¨® visitar los lugares de sus ra¨ªces y, despu¨¦s, grabar con artistas locales de Armenia, Burkina Faso, China, Francia, Ghana, N¨ªger y Rusia. Ahora, el nuevo ¨¢lbum se llama Las letras ya no importan. Asegura que es un t¨ªtulo en el que cree y, al mismo tiempo, toda una declaraci¨®n de intenciones de qui¨¦n es. ¡°Me siento fuera de lo que est¨¢ ocurriendo en la m¨²sica¡±, dice. ¡°Estoy en otra realidad muy distinta a la de ahora. La realidad actual va mucho con la ropa, con la moda, con las revistas¡ Es algo que va muy arraigado a la imagen, a lo cool, m¨¢s que a lo que dices y haces con tu m¨²sica. Estos m¨²sicos han creado su propio espacio y para ellos no es necesario hacer determinadas cosas que para m¨ª son importantes¡±.
¡ª?Qu¨¦ cosas son importantes en la m¨²sica?
¡ªLa honestidad. Es lo principal en el arte. En este nuevo espacio, la honestidad no se valora igual porque importa m¨¢s la imagen.
Honestidad, esa palabra tan resbaladiza. La repite mucho en la entrevista de la ma?ana nublada de s¨¢bado y en la posterior cita en la habitaci¨®n del hotel. La palabra, que es un eslogan en muchas de las promociones musicales de nuestros d¨ªas, en ¨¦l parece adquirir significado de mandamiento. Se puede comprobar a lo largo de su carrera y tambi¨¦n se percibe cuando comenta cualquier asunto. Su nivel de exigencia con respecto a esta palabra parece mayor que el del com¨²n de las estrellas. Al menos, Residente siente que es as¨ª y, dice, no se enga?a a s¨ª mismo, aunque esto le suponga choques con otros pesos pesados de la escena mundial.
Uno de esos choques sucedi¨® en marzo de 2022. Su colaboraci¨®n con Bizarrap fue un trallazo de rap que tuvo un gran impacto medi¨¢tico porque atacaba sin paliativos a J Balvin. La estrella colombiana del reguet¨®n hab¨ªa llamado al boicoteo de los Premios Grammy Latinos de 2021, una gala en la que Residente escribi¨® unas palabras llenas de emoci¨®n y admiraci¨®n hacia Rub¨¦n Blades, uno de sus h¨¦roes y reconocido en 2021 como Personalidad del A?o por la Academia Latina de la Grabaci¨®n. La conocida como BZRP Music Sessions #49 consisti¨® en ocho minutos y 39 segundos en los que J Balvin qued¨® hecho papilla. Residente dispar¨® una tormenta de calificativos nunca antes cantada: ¡°Pendejo mentiroso¡±, ¡°bobol¨®n¡±, ¡°cobarde¡±, ¡°corderito mancebo¡±, ¡°racista¡±, ¡°blanquito de colegio¡±, ¡°imb¨¦cil con tinte de cabello¡±, ¡°fracasado¡±¡ Aunque quiz¨¢ el verso m¨¢s comentado fue: ¡°T¨² eres m¨¢s falso que un hot dog sin k¨¦tchup ni pan¡±. La pelea de los hot dogs ¡ª?conocida as¨ª porque J Balvin respondi¨® con una fotograf¨ªa en su Instagram al lado de un carrito de perritos calientes¡ª se hizo viral. Aparte de la lucha de egos, mostr¨® dos formas de entender el negocio musical e incluso la vida. Ahora, Residente evita entrar en m¨¢s pol¨¦mica con J Balvin y se limita a se?alar: ¡°Todo est¨¢ recogido en el segundo verso de mi canci¨®n¡±. El verso reza: ¡°Estoy un poco intranquilo mientras el g¨¦nero urbano vigilo. / Asomando la mirada como un cocodrilo en el r¨ªo Nilo¡±.
El cocodrilo sigue igual de intranquilo, aunque hoy parece m¨¢s fatigado. Otra de las razones por las que este animal herido de la canci¨®n latina saca sus dientes y borra su sonrisa es porque le afecta mucho pertenecer a un entorno musical que siente alejado de sus principios: ¡°El g¨¦nero urbano pelea por pendejadas y nadie dice nada de Palestina. Por eso, no quiero pertenecer a esa escena¡±. Y remata: ¡°J Balvin me cae igual que muchos de la urbana actual¡±. Su mirada se dirige a un acontecimiento reciente: la ¨²ltima gala de los Grammy Latinos, celebrada el pasado noviembre en Sevilla. ¡°Nadie hizo una sola menci¨®n a Palestina. Hubo chamacanos que me dijeron: ¡®Bueno, Ren¨¦, es que yo no s¨¦ qu¨¦ decir¡¯. Y yo les contest¨¦: ¡®?C¨®mo que no sabes, cabr¨®n?¡¯. Es tan grave que deber¨ªamos hasta parar de tocar. ?Qu¨¦ nos queda de humanidad? Todo esto me frustra¡±.
¡ª?Falta valent¨ªa en los m¨²sicos?
¡ªCreo que es peor: tienen indiferencia. Como dice la canci¨®n de Le¨®n Gieco, yo solo le pido a Dios que la guerra nunca me sea indiferente.
A Residente no se le puede acusar de indiferencia. D¨ªas despu¨¦s de esta entrevista, en la que dice que quiere escribir algo contra ¡°la masacre¡±, cumplir¨¢ con su promesa y publicar¨¢ un mensaje en sus redes sociales denunciando ¡°bombardeos genocidas¡± de Israel contra la poblaci¨®n palestina. Tambi¨¦n antes de que acabe 2023, pedir¨¢ perd¨®n p¨²blicamente por una estrofa de la canci¨®n de Calle 13 Atr¨¦vete-Te-Te en la que cita a los palestinos.
Si por algo ha trascendido en sus canciones es por una visi¨®n subversiva con la que denuncia las desigualdades y ataca los abusos de los poderosos. Calle 13 todav¨ªa se recuerda como el gran d¨²o que puso en la ¨®rbita una cr¨ªtica social renovada en la canci¨®n latinoamericana a partir de los postulados del hip hop y los sonidos ra¨ªces. El d¨²o fue censurado durante cuatro a?os en Puerto Rico despu¨¦s de que, en la gala de los Grammy de 2009, Residente dijese ante las c¨¢maras que el entonces gobernador de Puerto Rico, Luis Fortu?o, era ¡°un hijo de la gran puta¡± por su gesti¨®n del pa¨ªs y el despido de 30.000 empleados. La Alcald¨ªa de San Juan prohibi¨® que se celebrase su concierto en el Coliseo Roberto Clemente cuando Calle 13 estaba en lo m¨¢s alto de su carrera. En 2015, tras cinco ¨¢lbumes de estudio y 24 premios Grammy (21 Latinos y tres normales), la banda se disolvi¨®.
En solitario, Residente no se ha callado tampoco ni ha dejado de enfrentarse al Gobierno de Puerto Rico. En el verano de 2019, lider¨® las manifestaciones de protesta contra la gesti¨®n del gobernador Ricardo Rossell¨® durante el hurac¨¢n Mar¨ªa, que provoc¨® m¨¢s de 3.000 muertos, y por sus actitudes machistas y xen¨®fobas. El m¨²sico moviliz¨® a Bad Bunny, Ricky Martin, Luis Fonsi, Daddy Yankee, Marc Anthony o al actor Benicio del Toro. Adem¨¢s, compuso la canci¨®n Bellacoso, que sirvi¨® para celebrar la dimisi¨®n de Rossell¨®. ¡°En alg¨²n momento asum¨ª esa responsabilidad social, pero ya no. Me vino bien soltarlo¡±, confiesa el m¨²sico que escribi¨® Latinoam¨¦rica, un himno que, inspirado en Mercedes Sosa, resalta la figura de la regi¨®n ante las intervenciones pol¨ªticas y econ¨®micas de Estados Unidos. ¡°Los estadounidenses est¨¢n ah¨ª, metiendo su hocico en Latinoam¨¦rica, aunque no con el mismo ¨ªmpetu que en los ochenta. Ahora, el ¨ªmpetu est¨¢ en Israel. Si tuviera una piedra, me iba hasta all¨ª y la tiraba contra el tanque¡±, dice. Y sentencia: ¡°Las nuevas generaciones se olvidan del pasado. Son como el algoritmo que te permite ver lo que te interesa, pero no ves bien¡±.
Residente todav¨ªa busca combatir el algoritmo mental con su m¨²sica. En Las letras ya no importan hay una canci¨®n con cierto aire apocal¨ªptico llamada Artificial inteligente, en la que canta: ¡°El futuro de la historia es quedarse sin pasado. / Ahora, toca ver el mundo con los ojos cerrados¡±. Puede que Residente ahora no sonr¨ªa, pero sus ojos a¨²n est¨¢n abiertos ante los problemas de Latinoam¨¦rica. Argentina, un pa¨ªs donde goza de una enorme popularidad, es hoy una de sus preocupaciones. ¡°La izquierda ha fallado tanto que los otros aprovechan la situaci¨®n. Siempre pasa igual¡±, reflexiona. ¡°Concuerdo cero con Milei, pero es el resultado de un mal Gobierno anterior y una sociedad desesperada. Es lo que pas¨® con Trump¡±. Y advierte de las consecuencias de taparse los ojos ante la realidad: ¡°La ultraderecha siempre ha estado presente. A m¨ª me pill¨® en Chile cuando gan¨® Sebasti¨¢n Pi?era. Fui a un club y recuerdo que en la calle me encontr¨¦ con gente gritando: ¡®?Viva Pinochet!¡±. Actualmente, no es f¨¢cil encontrar en el panorama musical artistas capaces de articular discursos ideol¨®gicos sobre asuntos pol¨ªticos, pero ¨¦l siempre fue un caso distinto. Nunca se mantuvo al margen de sus ideas y, aun sin tanta energ¨ªa en sus palabras, puede llegar a decir: ¡°Si la ultraderecha se hace fuerte, ah¨ª vamos a estar con todo para con?trarrestarla. Yo no me voy a callar¡±.
La noche cae en la calle y, sobre la mesa de la suite, hay botellas de agua medio vac¨ªas y un plato con restos de tortilla de patatas. Residente se levanta para descorrer m¨¢s las cortinas de los grandes ventanales que miran al Museo del Prado. En la primera de las charlas, en la ma?ana nublada de s¨¢bado, dijo, al reconocer que estaba desubicado en la m¨²sica actual y en la vida: ¡°Soy privilegiado, m¨¢s a¨²n cuando veo todo lo que est¨¢ pasando en Palestina. Ni entro de cerca en la conversaci¨®n de decir que lo estoy pasando mal. Tengo una familia, hermanos y mi hijo¡±. Sin embargo, entr¨®. A medida que las conversaciones avanzaban, hablaba sin filtros sobre sus depresiones. Era solo un hombre que reconoc¨ªa que algo falla en ¨¦l y que le afectan demasiado algunas cosas del mundo. Quiz¨¢ lo hizo porque detr¨¢s del personaje o el artista est¨¢ siempre la persona, aunque esta sea dif¨ªcil de ver en el negocio musical. O puede que, en este caso, simplemente no haya separaci¨®n posible. De ser as¨ª, ser¨ªa un hecho m¨¢s que condiciona la sonrisa de Residente y de Ren¨¦, dos nombres para un mismo ser que, al despedirse, dijo: ¡°Volver¨¦, hermano¡±. Se refer¨ªa a su vuelta a Espa?a ¡ªdonde est¨¢ previsto que toque en oto?o¡ª, pero, despu¨¦s de estar escuchando su nuevo disco y gastar horas hablando, son¨® a algo m¨¢s trascendental.
En ese mismo instante, su sonrisa floreci¨® m¨¢s fuerte que en ning¨²n otro momento.
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