Mar¨ªa Due?as: la nueva estrella mundial del viol¨ªn es esta espa?ola de 21 a?os
Hija de un guardia civil y de una maestra, creci¨® en Granada y se form¨® en Dresde y Viena. Hoy desarrolla una carrera fulgurante y asombra a los grandes con su madurez interpretativa. En abril actuar¨¢ en Oviedo, Valencia y Alicante
Pegada a su viol¨ªn, en la intimidad, Mar¨ªa Due?as forma junto a su instrumento un todo. Un comp¨¢s delicado y natural donde ambos encajan. No lo agarra con fuerza, no lo atosiga: lo sostiene con la levedad que conlleva una ternura c¨®mplice y conforma una alianza, una simbiosis que los une a trav¨¦s del tiempo. A ella, en su presente, con 21 a?os, y a ¨¦l, en su pacto con la eternidad, desde que saliera del taller de Nicol¨° Gagliano en N¨¢poles a mediados del siglo XVIII. Pese a la distancia, lo trata co...
Pegada a su viol¨ªn, en la intimidad, Mar¨ªa Due?as forma junto a su instrumento un todo. Un comp¨¢s delicado y natural donde ambos encajan. No lo agarra con fuerza, no lo atosiga: lo sostiene con la levedad que conlleva una ternura c¨®mplice y conforma una alianza, una simbiosis que los une a trav¨¦s del tiempo. A ella, en su presente, con 21 a?os, y a ¨¦l, en su pacto con la eternidad, desde que saliera del taller de Nicol¨° Gagliano en N¨¢poles a mediados del siglo XVIII. Pese a la distancia, lo trata como a un buen amigo, un coet¨¢neo, un compa?ero a quien necesitas dar espacio y confianza a la vez para que, juntos, resulte posible llegar a todas partes y, si se da en alg¨²n momento, alcanzar de la mano el cielo.
¡°Es mi fiel compa?ero de viaje desde hace ocho a?os¡±, dice sobre su viol¨ªn. Nos conocemos bien. Y aunque no fue un amor a primera vista, ahora me costar¨ªa mucho separarme de ¨¦l¡±. La penumbra que demanda la imagen en el camerino exige un contraste arm¨®nico. La c¨¢mara lo busca entre el rostro blanquecino, la melena negra y la mirada de la int¨¦rprete granadina junto a la madera de un objeto diminuto en su medida m¨¦trica decimal, pero capaz de desplegar una potencia de sonido que ilumine cada esquina del auditorio de Radio France, en Par¨ªs, donde nos cita, como lo logra en otros rincones de grandes escenarios por todo el mundo. Los que Mar¨ªa Due?as ya conoce por haberse convertido a su edad en la estrella m¨¢s fulgurante del viol¨ªn en el ¨¢mbito mundial.
Muy joven, cierto, pero estrella con todas las letras y galones, con la madurez suficiente como para afrontar hoy la realidad de lo que ha sido sue?o, y es, sin duda, su destino. En su caso, el fin profundo que ella persigue consiste en fundirse f¨ªsica y espiritualmente con la m¨²sica. De manera esencial. Dentro del circuito, lo que buscan con Due?as es construir una carrera de dimensiones estelares. Directa hacia el olimpo. Algo que tambi¨¦n se est¨¢ cumpliendo con una precocidad asombrosa. Solo reservada a excepciones o casos que nos llevan a lo que represent¨® el ascenso de figuras como la violinista alemana Anne-Sophie Mutter en los a?os setenta, de la mano del director de orquesta Herbert von Karajan.
No hay m¨¢s que detenerse en su agenda para los pr¨®ximos dos a?os. Apenas tiene un respiro entre los cinco continentes. Los mejores auditorios la esperan en sus programas y, en cuanto a orquestas y directores, el primer nivel. La gran liga. En abril recalar¨¢ en Espa?a (Oviedo, Valencia y Alicante), con el director Paavo J?rvi, y en mayo, por ejemplo, le esperan conciertos, adem¨¢s de una gira junto a Gustavo Dudamel y la Filarm¨®nica de Los ?ngeles por la ciudad donde tienen su sede y tambi¨¦n en Barcelona, Par¨ªs y Londres. El maestro hispanovenezolano ha apostado fuerte por ella, igual que el espa?ol Gustavo Gimeno, que la integran en sus agendas con citas por todo el mundo. ¡°Cuando me refiero a Mar¨ªa, no hablo de una futura violinista de primer nivel. Para m¨ª lo es ya¡±, asegura Dudamel.
?Por qu¨¦? ?C¨®mo lo ha logrado cuando la mayor¨ªa a¨²n, a los 16 a?os con que Mar¨ªa inici¨® su carrera en 2018, no han terminado los estudios ni la formaci¨®n que se requiere normalmente para ello?
Prodigio es una palabra con la que ella no se siente nada c¨®moda. Al pronunciarla, al invocarla, tampoco se altera ni se ofende. S¨ª, en cambio, muestra algo de desprecio al t¨¦rmino. ¡°No me gusta. Prefiero que cada uno juzgue lo que siente cuando me ve. A los cinco a?os te lo pueden decir, pero prodigio me parece demasiado poco. Si pensamos en ello como una se?al de talento y capacidad, vale. Pero no es suficiente. Para la m¨²sica necesitas trabajo y disciplina¡±, afirma poco despu¨¦s de haber salido de un ensayo del Concierto de Mendelssohn junto al director Mikko Franck y la Orquesta Filarm¨®nica de Radio France al borde del Sena, en Par¨ªs.
Todo en orden, todo bien. Nada apenas la altera y acaba de concentrarse intensamente en la sesi¨®n de fotos con una actitud zen y la serenidad que desprende, paciente, su sonrisa. Todo bajo control. Con el viol¨ªn al lado. Aquel d¨ªa fue el nicol¨° gagliano, que le ha cedido la fundaci¨®n alemana Deutsche Stiftung Musikleben, pero podr¨ªa haber sido tambi¨¦n su otro instrumento: un stradivarius llamado Camposelice, construido en 1710, que le ha cedido la Nippon Music Foundation, o uno m¨¢s contempor¨¢neo, el ¨®mnibus elementis de Erika Ciesielski, copia de uno que perteneci¨® a Ferdinand Kugler. ¡°Los dos primeros son piezas ¨²nicas en el mundo, cada uno con alma y colores diferentes¡±, asegura. ¡°El gagliano emite un tono plateado y brillante. El stradivarius es generoso, con mayor volumen de sonido y calidez¡±.
Aparte de los violines, a los viajes la acompa?an Santiago, su padre, o Mar¨ªa, su madre. Y vienen m¨¢s¡ Porque en casa de los Due?as ¡ªahora residentes en Viena¡ª no solo la mayor de sus tres hijas se dedica profesionalmente a la m¨²sica. Tambi¨¦n empieza Julia, su hermana menor, con el mismo instrumento y camino de ello va tambi¨¦n Daniela, la peque?a, que estudia el chelo.
Con Mar¨ªa la vida en aquella casa granadina dio un vuelco cuando les hicieron notar sus habilidades superdotadas. No supieron hasta qu¨¦ punto, el d¨ªa en que sus padres la llevaron al Auditorio Manuel de Falla de la ciudad andaluza para ver un concierto cuando ten¨ªa cuatro a?os, todo cambiar¨ªa. Inmediatamente quiso estudiar viol¨ªn. ¡°Me gustaba la forma, la voz que adquir¨ªa, su sonido, tan pr¨®ximo a una persona, muy cercano a m¨ª¡±, dice.
Es lo que contin¨²a indagando. Le gusta para ello establecer comparaciones con la pintura: ¡°Se asemeja a la b¨²squeda de un artista pl¨¢stico que se enfrenta a una obra y debe mezclar los colores en su paleta para lograr la tonalidad de un color concreto. Como preguntarse cu¨¢ntos tonos de verde o azul existen y adquirir conciencia de que la respuesta puede ser: infinitos¡±. Pero sin perder de vista tampoco ese misterio paralelo que provoca la identificaci¨®n en el o¨ªdo de otro lenguaje, el de las partituras, tambi¨¦n con ecos infinitos que nos transmiten tantas cosas. ¡°Es mi obsesi¨®n, lograr un sonido propio¡±, asegura. La capacidad de identificar en cada cual lo que se reconoce como ¨²nico. Puedo acertar qui¨¦n est¨¢ tocando si me gusta. Algo que deseo alcanzar para m¨ª en alg¨²n momento. El objetivo¡±, dice Due?as.
?Se refiere a una variable crucial en los m¨²sicos de ¨¦lite, pero al tiempo intangible, misteriosa? ¡°Tambi¨¦n, y ser capaz de ir m¨¢s all¨¢. Para ello necesitas buena t¨¦cnica, una base con la que no te coloques obst¨¢culos o impedimentos. Requieres el vibrato adecuado. La velocidad, vale, hay gente que puede tocar m¨¢s r¨¢pido. Pero el sonido es lo que marca la diferencia. No se puede copiar. Pertenece a uno y a nadie m¨¢s¡±.
Anda al acecho obstinado, obsesivo, de ese camino. Con pie firme y buenos maestros en el escenario. Como Dudamel y tambi¨¦n Gustavo Gimeno. Hablamos del director espa?ol m¨¢s internacional, titular de la Filarm¨®nica de Luxemburgo, la Sinf¨®nica de Toronto y que, desde 2025, ser¨¢ responsable musical del Teatro Real. ¡°Mar¨ªa tiene todo¡±, afirma Gimeno. ¡°Pero, principalmente, intensidad expresiva y emocional en cada nota. Su gran dominio t¨¦cnico es muy musical. Adem¨¢s, resulta un portento del escenario, lo ocupa como su h¨¢bitat. No transmite nervios, sino una gran confianza en s¨ª misma¡±.
Son atributos aprendidos, trabajados, que denotan un don exclusivo. En cada fuerte, Mar¨ªa destaca: en la t¨¦cnica, dominio; para el sentido musical, gusto. Respecto a la b¨²squeda del sonido propio, ambici¨®n. Y, adem¨¢s, dice Gimeno, cara al p¨²blico y a la orquesta, despliega carisma y una luz genuina, diferente. ¡°Pocos la tienen, por eso est¨¢ donde est¨¢¡±, asegura el m¨²sico valenciano.
Talentos as¨ª surgen muy de vez en cuando. ¡°Suceden, brotan de una manera org¨¢nica, natural, pero muy excepcionalmente¡±, comenta Dudamel. El director hispanovenezolano, elegido el pasado a?o como titular de la Filarm¨®nica de Nueva York, lo sabe bien ¡ªsobre todo, despu¨¦s de que Simon Rattle, quiz¨¢s la batuta m¨¢s brillante de su generaci¨®n, lo expresara as¨ª ante su abuela Engracia: ¡°Se?ora, casos como el de su nieto suceden una vez cada 100 a?os¡±¡ª. Dudamel fue muy joven ya otro fen¨®meno. Por eso sabe de lo que habla. No resulta suficiente que te se?alen para marcar la diferencia. A partir de ah¨ª, con la base de la conciencia prodigiosa que otros apuntan en ti, no queda otra salida que el trabajo: ¡°Mar¨ªa tiene una disciplina impresionante, yo la he visto estudiar y compruebo a?o a a?o sus progresos¡±.
Ambos maestros coinciden en el mismo punto que destacaba Gimeno a la hora de calificar a Due?as: ¡°Intensidad expresiva¡±, afirman por separado. El espa?ol desde Toronto y el hispanovenezolano desde Los ?ngeles. ¡°Una intensidad expresiva que domina y no le asusta contener¡±, matiza Dudamel. Tambi¨¦n, apuntan, humildad. ¡°Le gusta aprender, escucha, no desprecia ning¨²n consejo, los asimila¡±, agrega este ¨²ltimo.
Esa humildad proviene de una conciencia de or¨ªgenes y de un agradecimiento eterno a sus padres por sacrificar todo en su estudio y su carrera. Cuando a los 12 a?os su nivel dentro de los planes pedag¨®gicos hab¨ªa alcanzado el propio de una alumna de 18, les recomendaron en Granada que ampliaran su formaci¨®n fuera. Santiago abandon¨® su trabajo como guardia civil y la madre dej¨® de ejercer como profesora. Mar¨ªa hab¨ªa progresado de una manera incontrolable para la escala oficial y decidieron buscar una salida. En Dresde, Alemania. All¨ª, con la ayuda de una beca de Juventudes Musicales, lograron una plaza en la escuela Carl Maria von Weber y continu¨® creciendo adaptada, pero constantemente fuera de sitio. En una ciudad fr¨ªa en contraposici¨®n a Granada y en unas clases donde sus compa?eros le sacaban seis a?os.
¡°Nos mudamos mi padre y yo, en un principio, fue duro. Luego llegaron mi madre y mis hermanas¡±. Al principio, dice hoy, fue poco consciente del cambio. El empuje de la m¨²sica la motivaba. Aunque no por eso sacrific¨® su infancia de una manera traum¨¢tica. En todo momento, la dedicaci¨®n depend¨ªa de su voluntad. Nada impuesto. ¡°Yo no dej¨¦ de privarme de otras cosas que me gustaban. La nataci¨®n, leer¡, el viol¨ªn era algo m¨¢s¡±. No todo. Le gustaba el deporte, ir al colegio, en los Agustinos de Granada. ¡°Todo era natural, mis amigos sab¨ªan que tocaba el viol¨ªn y no les parec¨ªa nada extraordinario, sencillamente una parte m¨¢s de mi vida, que se divid¨ªa, principalmente, entre el colegio y el conservatorio. Me gustaba, no me dedicaba porque tuviera la imposici¨®n de hacerlo¡±, comenta.
¡°Aunque¡¡±, ah¨ª se para un momento a reflexionar, ¡°no sab¨ªa que me fuera a costar tanto¡¡±. Luego ve en este matiz algo positivo. ¡°Esa inocencia es buena, como ni?a. Yo quer¨ªa mejorar constantemente. Me gusta superarme a m¨ª misma. Era consciente de que la m¨²sica requer¨ªa esfuerzo y ese esfuerzo, lejos de frenarme, me hac¨ªa ilusi¨®n, trabajaba para ello. Eso me ha quedado. Cada sacrificio que inviertes se siente, se nota¡±.
Ese af¨¢n, la obsesi¨®n por aprender que apuntaban Dudamel y Gimeno, no solo lo basa Due?as en el ejercicio, tambi¨¦n en la observaci¨®n de los antiguos maestros. Desde David Oistrakh a Itzhak Perlman o Yehudi Menuhin. Algo que tambi¨¦n se desprende en su estilo, como comprob¨® el maestro Josep Pons, director musical del Liceu de Barcelona, antiguo titular de la Orquesta Nacional de Espa?a durante m¨¢s de una d¨¦cada hasta 2014 y recientemente nombrado responsable en Alemania de la Deutsche Radio Philharmonie, a partir de 2025. El m¨²sico catal¨¢n la dirigi¨® el anterior verano en los BBC Proms de Londres. ¡°Una violinista de la orquesta me dijo: ¡®Nos recuerda al sonido del pasado¡¯. Se refer¨ªa al de los grandes maestros, en su afinaci¨®n pulcr¨ªsima, es algo que la singulariza¡±. Al comentario, Pons une otras virtudes: ¡°Tiene muy buen ritmo, que le viene del origen andaluz. Sabe jugar con el tempo, moverse, logra lo opuesto a la rigidez y saca poes¨ªa de la firmeza¡±.
Es lo que debieron de ver tambi¨¦n los jurados de los concursos que ha ganado hasta la fecha, como el Zhuhai International Competition, en China, con 14 a?os, y, posteriormente, el Viktor Tretyakov en 2021, el Getting to Carnegie Hall, el Vlad¨ªmir Spivakov en 2018 o el Menuhin tambi¨¦n en 2021, cuya retransmisi¨®n por streaming asombr¨® en el a?o posterior a la pandemia. A todos ellos hay que a?adir el Premio Princesa de Girona a las Artes y las Letras, que recibi¨® en 2023 como reconocimiento a la proyecci¨®n de su talento.
No aborda Mar¨ªa Due?as los concursos de la misma manera que las actuaciones. ¡°Para m¨ª han sido metas y retos, una fecha donde preparar un repertorio extenso a tocar en poco tiempo. Necesitas preparaci¨®n f¨ªsica y psicol¨®gica. A un concierto vienen a verte, en una competici¨®n no hay amigos. Todos esperan el error y no se puede fallar. Lo noto en la preparaci¨®n. Toco muy diferente, dependiendo de lo que busquen, le doy otro enfoque al ser programas que no decides t¨²¡±, asegura.
En su progresi¨®n ha resultado fundamental su maestro Boris Kuschnir, con quien quiso ir a estudiar en Viena despu¨¦s de su etapa en Dresde. En la capital austriaca, Due?as encaja perfectamente. ¡°All¨ª la m¨²sica es el centro de la sociedad, resulta importante esa tradici¨®n. La m¨²sica cohesiona. Viajo mucho, pero no he encontrado ning¨²n otro lugar que me haga sentir mejor. Cuando nos fuimos a Viena, ya todo estaba claro y las cartas marcadas hacia el futuro¡±, comenta.
Para empezar, su empe?o en trabajar con Kuschnir. El maestro ucranio es hoy su gran gu¨ªa. ¡°Tuve que pasar mi prueba. Toqu¨¦ el Concierto de Khachaturian, la fantas¨ªa de Carmen y una pieza de Mozart. Yo quer¨ªa aprender con ¨¦l, es el profesor que m¨¢s me ha dado en todos los aspectos: la t¨¦cnica como base muy firme para todo. Pero, luego, prestar atenci¨®n a cada detalle, tener el sonido muy presente, como el verdadero centro¡±.
El crecimiento junto a su maestro ha catapultado definitivamente a la violinista. Su superioridad en los concursos, adem¨¢s, llam¨® la atenci¨®n de las discogr¨¢ficas, que se la rifaron. Due?as y su familia, junto a Lothar Schacke, el agente alem¨¢n que comenz¨® a trabajar con ella, optaron por aliarse para desarrollar en el mundo su carrera con el sello Deutsche Grammophon (DG).
No fue f¨¢cil elegir, dice Due?as. ¡°Cada una tiene sus ideas y planes, nos llegaron varias ofertas, pero DG nos convenci¨®. Era la que m¨¢s se asemejaba con su propuesta a lo que yo quer¨ªa hacer¡±. El apoyo a su apuesta de querer grabar el Concierto para viol¨ªn de Beethoven con una cadencia propia, escrita por ella. Un atrevimiento para lanzar al mercado el primer disco. Dijeron que s¨ª y esa actitud result¨® decisiva. Contaron para ello con la Sinf¨®nica de Viena y Manfred Honeck como director. ¡°Yo quer¨ªa que fuera mi primera grabaci¨®n y apostar fuerte. Es un concierto que no se basa en el virtuosismo: prima el sonido. Ten¨ªa que demostrar qui¨¦n era¡±, asegura.
En la portada del disco aparece Due?as con su stradivarius y ah¨ª se aprecia la textura de su compa?ero. ¡°El barniz es de una belleza absoluta. Oscuro y complejo¡±, dice. Todos los instrumentos ofrecen diferentes posibilidades de aprendizaje al m¨²sico. ¡°Se trata de un camino que exige tiempo y paciencia para descubrir lo que el viol¨ªn puede ofrecer y c¨®mo lograrlo¡±, dice.
En la pieza de Beethoven se escucha e intuye a la perfecci¨®n ese proceso de relaci¨®n mutua. Adem¨¢s, aunque nadie se haya atrevido a iniciar su carrera discogr¨¢fica con esta pieza, a ella la ha acompa?ado en muchas etapas y la dominaba tanto como para arriesgarse. ¡°Se trata de la obra con la que m¨¢s he crecido¡±. Grabar all¨ª, en Viena, la entusiasmaba. ¡°Busqu¨¦ sus rastros por la ciudad, le¨ª mucho sobre el proceso de creaci¨®n y el estreno. Fue una cat¨¢strofe, no tuvo ning¨²n ¨¦xito, el violinista recibi¨® las partituras media hora antes¡±. Su empe?o en presentarse discogr¨¢ficamente con la pieza de Beethoven denota otra virtud: un sentido de la responsabilidad muy temprano para la m¨²sica en la que cree.
Tambi¨¦n le ocurre con obras poco comunes, como el Concierto de Johan Halvorsen de 1909, casi desaparecido de los programas en salas: ¡°Me gustar¨ªa que se volviera a admitir en el repertorio cl¨¢sico¡±, asegura. Como podr¨ªa ocurrir, si el tiempo lo juzga oportuno, con el que Dudamel ha encargado para ella a la compositora Gabriela Ortiz. Altar de cuerda se titula y lo estrenaron juntos en el Auditorio Walt Disney de Los ?ngeles en 2022.
Piezas para ella con un sentido profundo. Con capacidad para detener el aliento y la atenci¨®n. ¡°Lo bueno de la m¨²sica es que por un momento se pueda olvidar lo que pasa en el mundo. Es un arte que nos conecta mucho a todos, pese a que no tengamos nada que ver entre nosotros, aparentemente. Cuando toco en alg¨²n sitio nuevo siento ese v¨ªnculo¡±. Tambi¨¦n en Espa?a, donde ahora recala poco. ¡°Hay muchas otras cosas menos importantes que est¨¢n por encima de la m¨²sica en mi pa¨ªs y siento que no deber¨ªa ser as¨ª. Yo lo tuve dif¨ªcil para seguir form¨¢ndome, me parecer¨ªa bueno hacerla m¨¢s accesible en los colegios¡±. Quiz¨¢s, con el tiempo, le gustar¨ªa ense?ar: ¡°Podr¨ªa llegar a ser maestra en un futuro. Me interesa mucho la pedagog¨ªa, admiro a los profesores y s¨¦ el trabajo que conlleva detr¨¢s. Me inspiran mucho¡±. Se trata de un mundo que conoce bien por la labor de su madre. Y porque en su casa le supieron transmitir avidez lectora, dedicaci¨®n y sentido del juego alej¨¢ndola del tel¨¦fono m¨®vil: ¡°Hasta los 16 no tuve uno¡±, comenta. Pero libros, varios. Tambi¨¦n en sus gustos literarios muestra precocidad. ¡°Mi libro favorito es El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald. Pero adem¨¢s admiro a Stefan Zweig¡±.
Un buen maestro el autor de El mundo de ayer y Novela de ajedrez, otra de sus favoritas, para adentrarse en Viena. Necesario para entender con una mirada hacia su tiempo el contexto en el que ahora vive la violinista y crecer en el plano personal, en igual medida a lo que ha hecho, asombrosamente, como int¨¦rprete musical. ¡°Quien cree en la reencarnaci¨®n dir¨ªa que lo ha aprendido en otra vida¡±, asegura Josep Pons. ¡°Si hoy toca as¨ª, con esa madurez interpretativa, que lleva dentro con talento en estado puro, ?c¨®mo ser¨¢ dentro de 10 a?os?¡±.