El ingl¨¦s invade el mundo editorial
La creciente avalancha en las mesas de novedades de t¨ªtulos en el idioma mayoritario y su dominio en plataformas como BookTok hacen temer a los profesionales europeos del sector una amenaza no solo comercial sino cultural
Una mujer pasea por una librer¨ªa en Berl¨ªn y se sorprende ante la secci¨®n de libros en ingl¨¦s que hace a?os sol¨ªa ocupar apenas un par de estanter¨ªas. Estas se han multiplicado de manera exponencial. Ya alejada de la secci¨®n de ficci¨®n en ingl¨¦s, repara en un libro con la portada en este idioma que parece haberse colado entre las novelas en alem¨¢n. Sin embargo, una pegatina tranquiliza ¡ªo advierte¡ª al lector: ¡°Traducido al alem¨¢n¡±. ?Se trata de un error de f¨¢brica? ?De una broma?
Ni lo uno ni lo otro. Es una estrategia de marketing para intentar frenar la canibalizaci¨®n de las ventas de libros en ingl¨¦s en Europa. Seg¨²n los datos de la Asociaci¨®n de Editores de Reino Unido (UK Publishers Association), el total de exportaciones de sus miembros a Europa creci¨® en 2022 un 8% respecto al a?o anterior. El fen¨®meno es palpable en pa¨ªses como Alemania, donde las ventas aumentaron un 27%, o Pa¨ªses Bajos (6%) y en los pa¨ªses escandinavos (en Suecia aumentaron un 4%).
Siempre ha habido lectores en ingl¨¦s en el norte de Europa. ¡°Pero parece que se ha llegado al punto en el que muchas editoriales europeas se est¨¢n poniendo a la defensiva ante la depredaci¨®n de sus mercados y exigen soluciones¡±, asegura David Graham, director general del Gremio de Editores Independientes (IPG) del Reino Unido, que en la Feria del Libro de Londres organiz¨® un panel sobre este fen¨®meno.
Cada vez m¨¢s personas saben ingl¨¦s ¡ªes el idioma de internet, de Netflix, de la globalizaci¨®n¡ª y cualquier libro est¨¢ al alcance de un clic. A menudo, adem¨¢s, la versi¨®n original es m¨¢s barata, ya que no requiere de la traducci¨®n, el redise?o y un largo etc¨¦tera de tramitaciones y personas a las que pagar. Por eso adem¨¢s el original se estrena antes. Caballo ganador.
Sin embargo, lo que ha terminado por impulsar las ventas de libros en ingl¨¦s, aseguran los editores, ha sido BookTok, el lugar de TikTok donde, en vez de bailar, se habla de novelas y ensayos. Antes, leer el original tal y como el autor lo hab¨ªa creado era cosa de intelectuales. ¡°Lo sorprendente es hasta qu¨¦ punto el ingl¨¦s se ha adentrado en el ¨¢mbito de la ficci¨®n comercial del mercado de masas¡±, se?ala Graham.
En el Reino Unido, por ejemplo, #BookTook ha contribuido a un fen¨®meno cuasi contrario: cada vez m¨¢s brit¨¢nicos menores de 35 a?os leen ficci¨®n extranjera (en ingl¨¦s). Las redes sociales potencian que ciertos libros salten a la palestra no s¨®lo por su inter¨¦s literario sino tambi¨¦n por la iconograf¨ªa de sus portadas y el valor del libro como accesorio cultural.
El t¨¦rmino accesorio cultural se utiliza en ocasiones despectivamente, como una moda pasajera promovida por lectores eg¨®latras. Sin embargo, seg¨²n Angelica Thumala, investigadora de la sociolog¨ªa del libro, mostrar los libros en redes sociales refuerza la experiencia: ¡°Parad¨®jicamente, la cosa digital le recuerda a la gente la importancia de la superficie, la materialidad y la sensualidad del libro como objeto¡±. Es m¨¢s, dice, si bien puede haber personas para las cuales los libros son signos externos de educaci¨®n o de conocimiento de las tendencias, ¡°los libros no tendr¨ªan ese prestigio si no ofrecieran experiencias reales, de placer, transformaci¨®n, conocimiento, empat¨ªa, etc¨¦tera¡±.
Accesorios o no, los editores est¨¢n reaccionando ante el avance de la literatura en ingl¨¦s en territorio europeo. No es casualidad que la portada de la versi¨®n holandesa de la novela de R. F. Kuang Yellowface (2023) sea id¨¦ntica a la original. Hugo Roman, el editor franc¨¦s de la estrella de la literatura Colleen Hoover, describi¨® hace poco en un art¨ªculo de Le Monde el momento en el que reeditaron todos los t¨ªtulos de la escritora manteniendo las cubiertas originales: ¡°En el Sal¨®n del Libro de Par¨ªs nos inundaron las lectoras, la mayor¨ªa de las cuales ya pose¨ªan el libro¡±.
Tampoco es azar que VBK, uno de los grandes grupos editoriales holandeses, pasara en junio a formar parte del gigante anglosaj¨®n Simon & Schuster. A partir de ahora, podr¨¢n producir y distribuir en Europa los libros en ingl¨¦s junto a las traducciones al holand¨¦s. ¡°El tiempo de comercializaci¨®n es menor y podemos hacer el marketing al mismo tiempo¡±, dice su directora general, Genevi¨¨ve Waldmann. Otros editores europeos buscan conseguir como m¨ªnimo licencias para publicar su edici¨®n al mismo tiempo que la anglosajona.
La editorial brit¨¢nica de ficci¨®n extranjera Fitzcarraldo ha publicado en sus 10 a?os de vida a cuatro autores extranjeros ganadores del Nobel. Su director y fundador, Jacques Testard, se refiere al ingl¨¦s como la ventana al mundo de los escritores. ¡°Hay algo un poco deprimente en el poder que tenemos los editores ingleses en el mercado de la traducci¨®n, porque la mejor manera de que cualquier autor sea traducido a muchos pa¨ªses diferentes es que est¨¦ en ingl¨¦s. Es el idioma que todo el mundo lee y es el legado del imperialismo¡±.
En una industria editorial que, salvo excepciones, parece girar cada vez m¨¢s en torno al nuevo escritor de moda, David Graham se?ala que las verdaderas v¨ªctimas, adem¨¢s de los peque?os editores, ser¨¢n los autores y autoras no-superventas. Los best sellers encontrar¨¢n editores que les traduzcan, pero los autores ¡°medios¡± que a pesar de su excelencia literaria dejen de ser econ¨®micamente viables no dar¨¢n con el editor que hace 10 a?os les habr¨ªa publicado, y los lectores que no lean en ingl¨¦s no se encontrar¨¢n nunca con ese autor.
A la larga, estamos ante un escenario catastr¨®fico porque, sostiene David Graham, ¡°habr¨¢ menos diversidad, menos pluralidad de voces en el mercado¡ la amenaza, adem¨¢s de comercial, es cultural¡±.
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