La Copa Am¨¦rica de vela coge la ola feminista
Algunas de las mejores regatistas del mundo hablan de la gran oportunidad que les brinda la Puig Women¡¯s America¡¯s Cup, la primera regata exclusivamente entre mujeres de la Copa Am¨¦rica que arrancar¨¢ el 5 de octubre en Barcelona
Todas quieren ganar la primera regata femenina de la Copa Am¨¦rica, la Puig Women¡¯s America¡¯s Cup, y llevarse a casa el trofeo creado para la ocasi¨®n por la dise?adora y arquitecta Patricia Urquiola. Pero, pase lo que pase en las aguas del Puerto Ol¨ªmpico de Barcelona, todas sienten que ya han ganado.
Incluso las que est¨¢n en desventaja porque no tienen barco propio ¡ªel caso de Espa?a y otros equipos invitados¡ª est¨¢n convencidas de que han puesto una pica en Flandes. Es la primera regata femenina en los m¨¢s de 170 a?os de la Copa Am¨¦rica. Un suceso hist¨®rico en un deporte de tradici¨®n y cultura masculinas, que hasta ahora solo hab¨ªa dado t¨ªmidos pasos hacia la paridad.
Hace dos a?os, la SailGP, la llamada f¨®rmula 1 del mar, presum¨ªa de obligar a todos sus equipos a incluir al menos a una mujer en cada embarcaci¨®n. En los Juegos Ol¨ªmpicos hay mujeres regatistas compitiendo desde 1988, pero no ha sido hasta los de Par¨ªs cuando se ha exigido que haya en cada barco una presencia equitativa de g¨¦nero. Giulia Conti, la regatista italiana con m¨¢s participaciones ol¨ªmpicas, es hoy entrenadora, y recuerda que hace tres ediciones en los Juegos no hab¨ªa ninguna mujer ocupando un puesto de coach. ¡°Ahora hay varias¡±, confirma.
En este contexto, la Puig Women¡¯s America¡¯s Cup, que se celebrar¨¢ durante la 37? edici¨®n de la Copa Am¨¦rica, llega como un regalo. La idea de la competici¨®n se le adjudica a Grant Dalton, patr¨®n del equipo de Nueva Zelanda y CEO de la Copa Am¨¦rica. ?Cu¨¢l es la diferencia entre un regatista y una regatista?, le preguntaron en la presentaci¨®n de esta competici¨®n. ¡°Ellas se comunican mejor, eso me hizo darles su propio espacio¡±, contest¨®. El gigante espa?ol de perfumer¨ªa, cosm¨¦tica y moda Puig patrocina la regata femenina para ¡°brindar a las deportistas una plataforma donde mostrar su talento en los AC40 de alto rendimiento ¡ªlos barcos en los que van a competir¡ª, y abrir as¨ª un camino de capacidades hacia la propia Copa Am¨¦rica¡±, se describe en la web del evento deportivo.
A los seis participantes oficiales (Nueva Zelanda, Gran Breta?a, Suiza, Italia, Estados Unidos y Francia) se suman seis equipos invitados: Espa?a, Pa¨ªses Bajos, Canad¨¢, Alemania, Suecia y Australia. La Puig Women¡¯s America¡¯s Cup se celebrar¨¢ inmediatamente despu¨¦s de la regata juvenil UniCredit Youth America¡¯s Cup. Los entrenamientos comenzar¨¢n el 28 de septiembre, y la competici¨®n, el 5 de octubre en el Puerto Ol¨ªmpico de Barcelona. Cada uno de los grupos, los oficiales y los invitados, regatear¨¢n entre s¨ª. Los tres mejores pasar¨¢n a la semifinal, y de ellos, los dos ganadores se disputar¨¢n la final. Entre las deportistas hay campeonas ol¨ªmpicas y mundiales, y tambi¨¦n mujeres que han dado la vuelta al mundo al frente de una embarcaci¨®n.
Abby Ehler es la coordinadora de la competici¨®n. Se trata de una regatista oce¨¢nica que ha sido varias veces la ¨²nica navegante en un barco de hombres. Ha soportado la presi¨®n para no cometer ning¨²n error, porque se lo achacar¨ªan a la ¨²nica mujer de la tripulaci¨®n. Ehler ha sido una gran defensora de la diversidad en la vela profesional y celebra este evento como una declaraci¨®n de intenciones. Un ¡°statement¡±, dice. ¡°Es realmente nuevo porque hasta ahora las mujeres compet¨ªan integradas en equipos masculinos y su talento se perd¨ªa. Pero una regata aut¨®noma de 70 mujeres compitiendo entre s¨ª otorga una densidad al talento de la vela femenina que no hab¨ªamos visto nunca y que no queda diluido en un campeonato de hombres¡±, explica. Para Ehler, ¡°aumenta las oportunidades y la capacidad de entrenar y crecer: las mujeres podr¨¢n ser timonel, o trimar las velas. Eso les dar¨¢ mucha visibilidad ante los espectadores¡±. Para Conti, timonel del equipo italiano, esta competici¨®n permitir¨¢ que m¨¢s mujeres puedan navegar los AC40. ¡°Estos barcos son el futuro de la vela y las chicas no tenemos tantas oportunidades de navegarlos en este mundo tan machista¡±.
Los datos de la plataforma Yacht Scoring, entre 2020 y 2021, muestran que en todas las regatas solo hay un 16% de mujeres. El 78% de los navegantes compite en categor¨ªas donde hay menos de un 20% de mujeres. El mundo profesional es a¨²n peor, seg¨²n las clasificaciones de la World Sailing, solo el 5% de los profesionales son mujeres.
M¨¢s estrategia que m¨²sculos
Las objeciones que se suelen poner a la presencia de las mujeres en las embarcaciones tienen que ver con la fuerza f¨ªsica que requieren algunas maniobras a bordo y que las pondr¨ªan en una situaci¨®n de desventaja. Sin embargo, los barcos de esta regata, los AC40, apenas exigen el uso de la fuerza f¨ªsica, a diferencia del barco oficial de la Copa Am¨¦rica, el AC75. Funcionan con bater¨ªa y exigen m¨¢s estrategia que m¨²sculos. ¡°Se trata de tener concentraci¨®n y tomar decisiones r¨¢pidas porque los barcos van a mucha velocidad; de saber navegar, y oler el viento para saber por d¨®nde tirar¡±, describe Conti.
Los veleros AC40 miden 12,19 metros de eslora, avanzan a 45 nudos ¡ªel r¨¦cord de velocidad alcanzado hasta ahora es de 53 nudos¡ª y van ocupados por cuatro tripulantes que apenas pueden comunicarse entre s¨ª durante la competici¨®n. Para Giulia Conti ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil de la preparaci¨®n: ¡°Yo vengo de la vela ol¨ªmpica, donde se habla mucho durante la competici¨®n, pero aqu¨ª hay que minimizar los contactos. Adem¨¢s, casi no ves a tus compa?eras porque las velas son negras. Tienes que comunicar la direcci¨®n del viento, lo que est¨¢ haciendo el adversario, la velocidad¡, todo sin dialogar mucho y por intercomunicadores. Yo pensaba que hablaba poco hasta que me he escuchado. Me he pasado al ingl¨¦s para conseguir hablar a¨²n menos¡±.
M¨°nica Az¨®n, la entrenadora del Sail Team BCN, el equipo que representa a Espa?a, se afana en estos mismos d¨ªas para que sus regatistas ¡°conozcan el barco¡±. Los AC40, creados para esta regata de la Copa Am¨¦rica, son nuevos y electr¨®nicamente m¨¢s sofisticados. Espa?a es uno de los equipos invitados y no cuenta con uno en propiedad. Ha tenido que alquilar uno al equipo franc¨¦s y ha entrenado muchas horas en un simulador. No tener barco propio pone al equipo en una situaci¨®n de desventaja en una competici¨®n donde la fuerza no decide nada pero dominar el barco s¨ª. ¡°Tenemos el mejor equipo posible, con T¨¢mara Echegoyen, Paula Barcel¨® y Silvia Mas, pero no tenemos embarcaci¨®n¡±, dice M¨°nica, que prefiere contener las expectativas: ¡°Nuestra aspiraci¨®n es pasar de fase, queremos ganar pero somos realistas, apenas hemos ejercitado con nuestra m¨¢quina de trabajo¡±, se lamenta. Pero M¨°nica Az¨®n, a pesar de no estar en una buena posici¨®n, cree que hay que estar en esta regata. ¡°Vamos a ser las pioneras, pero no las ¨²nicas. Este evento va a proporcionar la oportunidad de conocer este barco y estar mejor preparadas para las pr¨®ximas regatas femeninas que vendr¨¢n en el futuro¡±.
El mundo de la vela es masculino ¡°por tradici¨®n¡±, opina Hannah Mills, la regatista m¨¢s laureada del Reino Unido: ¡°El camino de la diversidad ser¨¢ largo¡±, asegura. Liv Mackay, del equipo de Nueva Zelanda, recuerda que en los noventa hab¨ªa m¨¢s mujeres que ahora en la vela profesional. ¡°Aquello se acab¨®, pero ahora vuelve a subir porque el deporte femenino est¨¢ en auge y hay presi¨®n por diversificar los equipos. Sin embargo, en la vela profesional sigue habiendo un n¨²mero baj¨ªsimo de mujeres¡±.
¡°La naturaleza masculina de la vela crea el escenario para que las mujeres se sientan fuera de lugar. Uno de los principales factores que contribuyen al ¡°s¨ªndrome de la impostora¡± es ser minor¨ªa. En el caso de las mujeres regatistas, esto se agrava porque no se las trata igual que a los hombres con los que navegan, o contra los que navegan¡±, escribe la deportista estado?unidense Kelly McGlynn en el art¨ªculo How to get more women into competitive sailing? (?c¨®mo conseguir m¨¢s mujeres en las competiciones de vela?). McGlynn, que termin¨® la carrera de Derecho en 2015, describe un mundo de condescendencia y paternalismo que agota a muchas mujeres talentosas que prefieren dejar de navegar. En el art¨ªculo cuenta la historia de una amiga que consigui¨® un puesto remunerado en un equipo de alto rendimiento, pero al ser la ¨²nica mujer en el barco se esperaba que ella adem¨¢s limpiara la nevera y preparara las comidas. O de otra que descubri¨® a mitad de temporada que era la ¨²nica de la tripulaci¨®n que no cobraba. Curiosamente era tambi¨¦n la ¨²nica mujer.
Un reportaje de The New York Times sobre la brecha de g¨¦nero en el mundo de la vela se?ala que es importante para las ni?as que navegan empezar a ver a mujeres con blazer en las competiciones; mujeres que mandan y toman decisiones. Abby Ehler cree que durante mucho tiempo solo ha habido hombres en los centros de poder. ¡°Que se sienten c¨®modos reclutando a hombres que se les parecen. Abrir el mundo de la vela a otros g¨¦neros y a otras culturas lleva tiempo. Ahora se est¨¢ normalizando que hombres y mujeres puedan competir juntos, hasta hace poco tiempo era extra?o tener a una mujer en una tripulaci¨®n, ahora hay paridad en las competiciones de los Juegos Ol¨ªmpicos en Marsella y estamos viendo regatas de alto perfil que exigen tripulantes mujeres. Se est¨¢ construyendo una normalidad para que en el futuro no sean necesarias las cuotas ni imponer tripulaciones mixtas. Mi ambici¨®n es que la paridad sea org¨¢nica y que dure, porque ya hemos tenido competiciones exclusivamente femeninas que no han tenido continuidad¡±.
Adem¨¢s de ¡°mujeres con blazer¡±, el diario neoyorquino se?alaba que ser¨ªa crucial que hubiera m¨¢s propietarias de embarcaciones. ¡°La verdadera igualdad¡±, incid¨ªa el diario, que asegura que en muchas tripulaciones una mujer con las mismas funciones y similar experiencia que un hombre puede estar cobrando la mitad.
Abby pone las luces largas con la regata femenina de la Copa Am¨¦rica. ¡°La evoluci¨®n nos llevar¨¢ a que alguna de estas regatistas sea reclutada por un equipo profesional. Todav¨ªa eso no ha llegado, pero ayudar¨¢ que haya cada vez m¨¢s mujeres en las competiciones de alto nivel¡±.
Oportunidades y visibilidad
La meta de llegar a un equipo profesional tiene que ver con la ambici¨®n leg¨ªtima de ganarse la vida con un deporte al que dedican todo su tiempo y que se ha convertido en su profesi¨®n. Giulia Conti recuerda con aut¨¦ntica emoci¨®n cada una de sus medallas ol¨ªmpicas, pero no olvida c¨®mo oscilaba entonces su cuenta corriente entre descubiertos y n¨²meros rojos. ¡°De los Juegos Ol¨ªmpicos no se vive, nosotras queremos llegar ah¨ª¡±, dice se?alando una foto de gran formato del AC75, el barco profesional de la Copa Am¨¦rica, que cuelga de una pared en la base del equipo italiano, el Luna Rossa Prada Pirelli. ¡°Yo quiero que las ni?as que empiezan a navegar ahora vean que hay un futuro profesional para ellas. Creo que el sue?o de todas las regatistas es ver alg¨²n d¨ªa a una chica en los barcos oficiales, porque es una buena navegante, pero para eso necesitamos oportunidades y visibilidad¡±.
Todas las regatistas coinciden en que la falta de oportunidades de entrenar en los barcos oficiales las elimina del camino profesional. ¡°Est¨¢ complicado, hay pocas ocasiones y, cuando las tienes, a veces fallas porque no has entrenado lo suficiente. Es dif¨ªcil performar como los chicos. Entonces te dicen: ¡®?Lo ves? Las mujeres no saben navegar este barco¡±, lamenta Giulia Conti.
Liv Mackay, del equipo de Nueva Zelanda, nunca imagin¨® una regata femenina en la Copa Am¨¦rica. ¡°As¨ª que ahora mismo mi idea de lo que es posible est¨¢ cambiando mucho¡±. Su sue?o tambi¨¦n es ¡°el gran barco¡± y un circuito profesional femenino. Liv cree que los hombres lo tienen m¨¢s f¨¢cil para vivir de la vela: ¡°Si eres chica y abandonas la escuela con 18 a?os para ir a unos Juegos Ol¨ªmpicos, siempre sabes que tienes que seguir estudiando, o buscar algo que hacer porque no vas a hacer una carrera. En cambio los hombres terminan los Juegos y enseguida se enrolan en otras actividades de vela. Eso es lo normal¡±.
Todas abrazan el adjetivo ¡°hist¨®rico¡± para calificar esta regata de mujeres, pero preferir¨ªan, sobre todo, que no fuera la ¨²nica. ¡°Es un gran paso, pero hay que construir un futuro para estas mujeres m¨¢s all¨¢ de octubre, cuando termine el evento¡±, dice Abby. Giulia concede que est¨¢n pasando ¡°cosas¡±, pero avisa: ¡°Vamos a empujar y a ser inc¨®modas porque, aunque est¨¢ muy bien tener una regata de chicas, nosotras queremos estar en la competici¨®n oficial¡±.
La imprevisible ola de Barcelona que trae de cabeza a los regatistas e ingenieros que trabajan en la Copa Am¨¦rica espera a estas mujeres en el Mediterr¨¢neo. Hay que tener tes¨®n y fuerza para dominarla, tambi¨¦n destreza y horas de entrenamiento. Ellas quieren, adem¨¢s, que sea una ola feminista.
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