La revoluci¨®n en la selecci¨®n espa?ola de baloncesto femenino: ¡°No somos las m¨¢s altas, ni las m¨¢s fuertes, pero sabemos competir juntas¡±
A las actuales subcampeonas europeas y herederas de aquel grupo que se llev¨® la plata en R¨ªo 2016 las define un gran esp¨ªritu de equipo. Las acompa?amos en su preparaci¨®n para Par¨ªs 2024
Nada m¨¢s bajar del autob¨²s de la Selecci¨®n espa?ola de baloncesto, la jugadora Alba Torrens (34 a?os) se funde en un abrazo con una fan muy especial. Es una vecina de Vigo con s¨ªndrome de Down que conoci¨® a la 7 de la Absoluta cuando con apenas 17 a?os fich¨® por el Celta. ¡°?Vendr¨¢s a vernos el viernes?¡±, pregunta con ternura la de Binissalem (Baleares) a su admiradora. A Torrens le sigue el resto del equipo. Aparecen, una a una, con la mochila al hombro donde guardan las camisetas rojas y amarillas para entrenar esa tarde. Todas saludan a la fiel seguidora y firman su libreta. Algunas posan para una foto con otra joven admiradora. Camino a la que ser¨¢ su pista de entrenamiento en los pr¨®ximos d¨ªas, r¨ªen c¨®mplices y se abrazan. Llevan a?os juntas en la Selecci¨®n, muchas mantienen una uni¨®n m¨¢s all¨¢ de estas concentraciones porque juegan en el mismo equipo y esa confianza se siente. Cuando se juntan en la pista se crea una energ¨ªa arrolladora. No buscan ser estrellas individuales, sino brillar en conjunto. Son c¨®mplices. Son familia. Son el equipo de baloncesto femenino de Espa?a.
El entrenamiento en el polideportivo As Travesas de Vigo, previo a dos partidos amistosos, es una de las paradas de la gira de preparaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs 2024. Despu¨¦s viajar¨¢n a Bruselas y Segovia antes de aterrizar en Lille, la antesala de Par¨ªs donde juegan la fase de grupos. Una especie de calentamiento para el equipo espa?ol que espera estar entre los dos mejores de su grupo (compuesto adem¨¢s por China, Serbia y Puerto Rico) para poder pelear por una medalla ol¨ªmpica en la capital francesa. Ocho a?os despu¨¦s de alzarse con la plata en R¨ªo 2016 y tras conseguir el billete en el preol¨ªmpico que se disput¨® en febrero en Sopron (Hungr¨ªa), las vigentes subcampeonas de Europa llegan con m¨¢s ilusi¨®n que nunca. ¡°Los Juegos Ol¨ªmpicos son el objetivo m¨¢s grande y el sue?o para todo el que se dedica al deporte¡±, asegura la capitana, Silvia Dom¨ªnguez (37 a?os), sobre los que ser¨¢n los sextos Juegos para la Selecci¨®n y los que iban a ser los terceros para ella, hasta que una lesi¨®n trunc¨® ese deseo. La capitana, una de las m¨¢s veteranas del equipo nacional, anunciaba el pasado 2 de julio en sus redes sociales que el final le hab¨ªa llegado antes de lo esperado: ¡°Estoy rota emocionalmente¡±.
La presi¨®n es enorme a esas alturas del calendario ol¨ªmpico, pero la convivencia y hacer equipo son los objetivos que prevalecen ante los nervios en este encuentro de Vigo. ¡°Cada una desempe?a un rol y es el momento de juntarnos, adaptarnos unas a otras¡±, explica Queralt Casas (31 a?os), procedente del Valencia Basket, que en mayo se proclam¨® campe¨®n de la Liga Femenina por segundo a?o consecutivo. ¡°Nos conocemos mucho y sabemos cu¨¢les son nuestras virtudes. Al final es saber explotarlas, encajar las piezas y hacer equipo¡±, completa Laura Gil (32 a?os), p¨ªvot y pieza clave del combinado.
El chirriar de las zapatillas en la cancha es constante. Casas, Leticia Romero, Iyana Mart¨ªn, Andrea Vilar¨® y Leo Rodr¨ªguez practican tiro entre risas en ambas canastas. Mar¨ªa Conde, Mariona Ortiz y Dom¨ªnguez estiran antes de calentar; Torrens trota sola por los alrededores de la pista y un fisio venda y refuerza la rodilla a Maite Cazorla. Mientras, las interiores Gil, Mar¨ªa Ara¨²jo, Paula Ginzo, Lola Pendande, Nerea Hermosa y Awa Fam se re¨²nen junto a uno de los entrenadores ayudantes para visualizar en el ordenador el entrenamiento grabado del d¨ªa anterior y corregir jugadas.
La sinfon¨ªa de tareas fluye hasta que suena el silbato del seleccionador, Miguel M¨¦ndez, y las jugadoras acuden al centro de la pista, al igual que el equipo t¨¦cnico y m¨¦dico. Las ¨²ltimas palabras del discurso motivador se funden con un aplauso que, ahora s¨ª, da comienzo a las dos horas de entrenamiento. ¡°Aqu¨ª no tenemos a ninguna estrella, ninguna que destaque m¨¢s que otra, est¨¢n las mejores en cada puesto. Y ellas lo saben, pero no est¨¢ mal que se recuerde¡±, apunta el seleccionador.
Miguel M¨¦ndez (vigu¨¦s, de 54 a?os) asumi¨® el banquillo de la Selecci¨®n en septiembre de 2021, despu¨¦s de la etapa convulsa que dirigi¨® Lucas Mondelo, apartado por los ¨²ltimos resultados y se?alado por los testimonios de las ya exjugadoras Marta Xargay y Anna Cruz por su trato y sus m¨¦todos. El nuevo seleccionador lleg¨® a un conjunto marcado por el relevo generacional. Ser¨¢n sus primeros Juegos Ol¨ªmpicos al frente del combinado femenino y tiene un plan muy claro, asegura: otorgar todo el protagonismo a las jugadoras y que ellas interioricen que son un equipo. ¡°Me llena de orgullo que lo que se hable de ellas es que comparten el bal¨®n, que se reparten minutos¡±, dice. Otra palabra clave es delegar: ¡°Es esencial para que el grupo se vuelva equipo. Ellas tienen que o¨ªr otras voces¡±, explica sobre su m¨¦todo de gesti¨®n y trabajo, arropado por Nacho Mart¨ªnez, Madelen Urieta e Isaac Fern¨¢ndez, sus entrenadores ayudantes. Lo aplic¨® con ¨¦xito dirigiendo al Ekaterimburgo ruso hasta marzo de 2022, cuando tuvo que abandonar el pa¨ªs tras la invasi¨®n de Ucrania. Junto a ¨¦l volvieron tambi¨¦n su segundo, Nacho Mart¨ªnez, y la baloncestista Alba Torrens.
El equipo est¨¢ compuesto por 17 jugadoras, las convocadas a estos encuentros previos. Antes de los Juegos, M¨¦ndez descartar¨¢ a 5 y a Par¨ªs viajar¨¢n finalmente 12. Iyana y Awa, las dos m¨¢s j¨®venes con 18 a?os, son invitadas. ¡°Es el momento de que observen a sus compa?eras tanto en la cancha como fuera. El futuro es suyo¡±, insiste M¨¦ndez. Referentes no faltan. La exjugadora Laia Palau, que se retir¨® en 2022 tras una vida en la ¨¦lite durante 20 temporadas, hoy ocupa el cargo de team manager de la Selecci¨®n, una suerte de ayudante del equipo tanto para las jugadoras como para los entrenadores. ¡°Laia pone las cosas f¨¢ciles. Tiene la capacidad de transmitir la visi¨®n de jugadora al equipo de entrenadores y viceversa¡±, dice Torrens, que en Par¨ªs se convertir¨¢ junto a Palau en la jugadora espa?ola con m¨¢s Juegos Ol¨ªmpicos disputados (cuatro), y que asume la capitan¨ªa tras la baja de Dom¨ªnguez.
Tras una ¨¦poca gloriosa, con siete medallas seguidas entre 2013 y 2019, Espa?a marc¨® un par¨¦ntesis al quedarse fuera del Eurobasket en 2021 y no optar al Mundial de 2022. La plata del ¨²ltimo Eurobasket en junio de 2023, ya con la Selecci¨®n renovada, recuper¨® su esp¨ªritu de resistencia y tes¨®n. Esa complicidad se advierte en los entrenamientos: cuando se miran, se entienden todas y saben lo que quiere Ortiz, que sube el bal¨®n; cuando Ginzo da una palmada en la espalda a Lola para reconocer que una jugada funciona o cuando el grupo se abraza al terminar cada ejercicio. Laura Quevedo, ausente este d¨ªa por un examen final de sus estudios de Marketing, llega al pabell¨®n cerca de las ocho de la tarde. Ha aprobado. El equipo al completo lo celebra con un abrazo colectivo.
En los escasos 20 minutos que dura el trayecto de vuelta al hotel, el silencio solo se rompe con las t¨ªmidas conversaciones telef¨®nicas con la familia. Las jugadoras viajan abstra¨ªdas con sus m¨®viles, responden wasaps, miran Instagram o escuchan m¨²sica con los cascos puestos. Solo cuando se acerca la c¨¢mara de los fot¨®grafos de este reportaje, se sonrojan y se lanzan miradas c¨®mplices entre ellas. Verse convertidas en modelos provoca el ataque de risa de una de ellas, y pronto se contagia el resto. Eso s¨ª, tras los primeros disparos, todas corren a mirar la c¨¢mara para ver qu¨¦ imagen es la que m¨¢s les gusta. Tambi¨¦n han tenido que acostumbrarse a las entrevistas y subrayan que ahora son m¨¢s reclamadas por los medios. ¡°Las que llevamos m¨¢s tiempo jugando lo hemos notado¡±, apunta Dom¨ªnguez. ¡°Antes apenas se ped¨ªan entrevistas con jugadoras de la Selecci¨®n, no nos daban espacio en televisi¨®n o en la radio¡ Aunque se ha multiplicado el inter¨¦s, queda mucho por hacer¡±.
Sentadas en la cama de una habitaci¨®n del hotel, Dom¨ªnguez conversa junto a Torrens, Gil, Casas y Mar¨ªa Conde (27 a?os). Todas coinciden: ¡°Al final esto llega gracias a muchos a?os de ¨¦xitos. Hemos tenido que ganar para que se hable de nosotras. Nosotras seguimos en las pistas ganemos o perdamos, pero los medios no¡±. Echan en falta que ese inter¨¦s medi¨¢tico solo lo sienten durante la temporada estival, que es cuando se celebran los torneos con los combinados nacionales. ¡°En el verano es m¨¢s equitativo, pero durante el resto de la temporada, apenas se nos ve. No se habla del baloncesto femenino, y si no est¨¢s en los medios, no est¨¢s en la sociedad¡±, dice Gil. A lo que a?ade Conde: ¡°Gracias a que no hemos tirado la toalla, a que hemos seguido luchando todas, y hemos ganado y conseguido objetivos, poco a poco nos dan nuestro huequito, aunque sigue siendo peque?o¡±.
Pero a su juicio, las diferencias con el baloncesto masculino no se limitan a la atenci¨®n medi¨¢tica, tambi¨¦n las notan en el apoyo de las instituciones p¨²blicas y, especialmente, al de los patrocinadores y clubes deportivos que las contactan.
¡ª?Se puede vivir del baloncesto femenino?
¡ªNosotras s¨ª porque llevamos muchos a?os en un alto nivel y aprendes a invertir bien tus ganancias. Al final estamos en la Selecci¨®n espa?ola y la federaci¨®n se vuelca con nosotras igual que con los hombres. Pero una jugadora de Liga tiene un sueldo de septiembre a mayo, que acaba la temporada. Luego no siempre sabe si va a renovar, si una lesi¨®n le puede truncar la carrera aunque tenga proyecci¨®n, y hay mujeres que tienen que combinar el baloncesto con otro trabajo.
A diferencia de otros deportes o de los jugadores hombres del baloncesto, a ellas se las ve poco como imagen de alguna marca, en anuncios de televisi¨®n o lonas publicitarias. Su presencia en Vigo ha captado la atenci¨®n de algunos viandantes, pero no se ha visto ning¨²n tumulto. Muchos ciudadanos y turistas desconoc¨ªan la presencia de las jugadoras de baloncesto y los seguidores y aficionados han llenado solo una parte de las gradas durante los partidos celebrados en la ciudad gallega.
El trato y la visibilidad no es la ¨²nica reclamaci¨®n de las jugadoras. Las cinco mujeres presentes en la charla sacan a colaci¨®n otra gran olvidada del deporte: la salud mental. Explican que muchas de ellas hacen terapia de manera individual, pero apelan a la figura de un psic¨®logo o terapeuta que pueda acompa?arlas en las concentraciones para facilitar la gesti¨®n de todo lo que viven. ¡°Igual que hay una gran apuesta por tener a los mejores m¨¦dicos, fisios y entrenadores, ojal¨¢ en un futuro pr¨®ximo la figura del psic¨®logo o terapeuta forme parte del staff¡±, reclama la capitana. Silvia Dom¨ªnguez se convirti¨® en madre hace nueve a?os y reconoce que no resulta f¨¢cil conciliar el deporte de ¨¦lite con la vida personal y la familia: ¡°Me he perdido muchas primeras veces de mi hijo y no es sencillo combinar su rutina con la tuya, cuando a lo mejor te cambian los horarios de entrenamiento de un d¨ªa para otro, o tienes que viajar para los partidos o est¨¢s fuera tanto tiempo con la Selecci¨®n¡±. Gil, que combina el baloncesto con los estudios de Psicolog¨ªa, a?ade: ¡°Cuando empiezas, te ense?an a entrenar para ganar, pero nadie te explica ni te da unas herramientas para saber gestionar una derrota, una mala semana de entrenamiento¡¡±. Conde va m¨¢s all¨¢: ¡°Ahora que cada vez m¨¢s deportistas alzan la voz, es necesario que colectivamente se hable sin tanto tab¨². Y es muy importante que siga habiendo ruido sobre esto¡±.
Mientras esa figura llega de manera institucional, ellas buscan sus propias v¨ªas de escape. A Casas le gusta conocer mundo y antes de concentrarse en Vigo hizo un viaje por las islas griegas. Gil no duda en huir al campo con su perro Wonder y est¨¢ probando suerte con el caj¨®n flamenco, reconoce ante las carcajadas de sus compa?eras. Conde elige perderse con sus amigos, a los que tiene prohibido hablar de baloncesto durante esos d¨ªas de desconexi¨®n. Torrens apuesta por la naturaleza y la meditaci¨®n, afici¨®n relativamente nueva en su vida con la que intenta ¡°dejar de pensar¡±. Y Dom¨ªnguez, que combina el baloncesto con su vida familiar y un m¨¢ster en gesti¨®n deportiva, cuenta que cocinar le relaja mucho.
Durante la concentraci¨®n hay poco lugar para los caprichos gastron¨®micos y es la doctora Laura Ots quien supervisa lo que se come. ¡°Hay que seguir una dieta equilibrada y medida¡±, explica. Por tanto, nada de procesados y s¨ª mucha fruta, ensalada, verdura, pasta, arroz y prote¨ªnas. Sobre la gran mesa cuadrada a la que se sientan las 17 jugadoras tampoco se ven refrescos azucarados, solo agua y alg¨²n zumo de naranja. Mientras comen, la charla entre ellas es relajada, en familia, y alguna saca el m¨®vil para grabar a otras riendo y haciendo el payaso para subir despu¨¦s ese v¨ªdeo a Instagram.
Esta primera semana de toma de contacto es de las m¨¢s completas. Susana Ferreras, delegada de la Selecci¨®n, marca los horarios de cada d¨ªa. A las 8.00, desayuno. A las 10.00, sesi¨®n de fuerza en el gimnasio. Ducha y tiempo libre hasta las 14.00, la hora de comer. Hasta la merienda disfrutan de un par de horas que algunas optan por descansar mientras otras aprovechan para ver a los fisios. A las 18.00 todo el grupo se encuentra en la recepci¨®n del hotel, donde espera el autob¨²s que las lleva a entrenar. Regresan a las 21.00, el tiempo justo para otra ducha, cenar y descansar hasta el d¨ªa siguiente.
¡°Cuando llega el momento de los partidos decisivos ya hemos estado mucho tiempo de convivencia. Hemos aprendido a sobrellevar un mal partido a nivel individual o colectivo y esa fuerza del equipo es lo que durante a?os nos ha llevado a estar arriba¡±, detalla Torrens. Sus compa?eras asienten y a?aden: ¡°No somos las m¨¢s altas, ni las m¨¢s fuertes, pero sabemos competir muy bien juntas y nos entendemos. Conocemos nuestras virtudes y nuestros defectos, individuales y colectivos, y eso hace que podamos trabajar todas a una para conseguir los objetivos¡±. Una confianza creada dentro de la pista que se visibiliza tambi¨¦n fuera cuando tienen una cena libre y quedan para ir juntas al mismo restaurante. ¡°Si a alguna no le apetece ese d¨ªa, hemos creado tambi¨¦n ese espacio seguro y familiar como para que quien quiera se pueda quedar en su habitaci¨®n sin que eso suponga que va a ser menos amiga¡±, explican.
Son realistas, con el equipo de Estados Unidos entre los rivales apenas piensan en el oro, pero no descartan de nuevo llevarse la plata. Este es su sitio y esta es su gente, dicen. ¡°?Y qu¨¦ somos?: ?La revoluci¨®n!¡±, repiten como mantra antes de cada partido en referencia a El vals del obrero, de Ska-P, la canci¨®n que escuchan todas en el vestuario como previa a sus enfrentamientos. El pr¨®ximo 28 de julio la cantar¨¢n de nuevo minutos antes de salir y luchar en equipo ante China, su primer rival en la cita ol¨ªmpica. Atentos, la revoluci¨®n est¨¢ de vuelta.
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