Un ¡®yuppy¡¯ convertido en monje y una vieja base de la Stasi: la asombrosa historia del futuro monasterio de Neuzelle
Hay que tener fe para construir un monasterio en la zona m¨¢s atea de la Europa menos cat¨®lica de todos los tiempos, como est¨¢n haciendo unos entusiastas monjes cistercienses en un conf¨ªn de la antigua Alemania comunista. El intempestivo proyecto lo capitanea la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, ser¨¢ multimillonario y tardar¨¢ al menos una d¨¦cada en completarse
Los mosquitos devoran a los monjes pero los monjes tienen una misi¨®n. A¨²n no ha llegado el verano y hace un bochorno exagerado en este remoto bosque alem¨¢n, la nube de insectos asedia enfebrecida y, pese a todo, los cuatro sacerdotes aguantan la sesi¨®n fotogr¨¢fica con resignaci¨®n cisterciense. ¡°Participemos con nuestra paciencia en los sufrimientos de Cristo, para que tambi¨¦n merezcamos compartir con ¨¦l su reino¡±, escribi¨® en el siglo VI Benito de Nursia en su Regla de los monjes, texto fundacional del monacato; y es as¨ª como, disciplinadamente, milenio y medio despu¨¦s a estos buenos hombres de Dios, ah¨ª donde no los cubren ni su h¨¢bito ni su escapulario negro, donde la piel queda expuesta, les van naciendo escandalosas ronchas y da mucho apuro verlos sonre¨ªr con sus cuellos resudados, manoteando impotentes para espantar a los bichos. Yo ruego para mis adentros al fot¨®grafo que termine: ¡°?Termina, Juan, hay que sacarlos de aqu¨ª!¡±. Y en esto que entre los pinos a uno de ellos, el joven padre Isaak, le da por cantar ¡°?vamos a la playa, oh-oh-oh!¡±, y le sube la apuesta el veterano padre Simeon, entonando un beat¨ªfico canto gregoriano.
La misi¨®n por la que aguantan estos monjes, la misi¨®n que arrostran y que celebran estos monjes, por la que cantan animados entre el agobiante zumbido de los mosquitos, es la m¨¢s intempestiva de las misiones. Van a fundar un monasterio. Eso es lo que har¨¢n en los pr¨®ximos a?os. En este apartado bosque del Estado de Brandeburgo, lindando con Polonia, van a erigir un nuevo y gran monasterio. Desde el primer ladrillo. En la Europa menos cat¨®lica de todos los tiempos. Hay que tener fe y buen humor.
¡°Tal vez podr¨ªamos hacer un mix¡±, dice Isaak a Simeon.
Mejor no tom¨¢rselos a broma. Estos tipos provienen de la abad¨ªa austriaca de Heiligenkreuz, que en 2008 sac¨® un CD de canto gregoriano, dirigido por el propio padre Simeon, que arras¨® en Austria, n¨²mero 1, y entr¨® en el top 10 del Reino Unido. Amy Winehouse estaba en la cima con su Back to Black y al mismo tiempo ya en ca¨ªda libre. Su sello era Universal, el mismo que el de los monjes, y ellos le hicieron una invitaci¨®n para hospedarla y charlar de la vida. ¡°Puede que encuentre en la fe una respuesta a sus problemas¡±, declararon a The Guardian.
Nuestros cuatro monjes atacados por mosquitos fueron enviados desde Heiligenkreuz a la localidad de Neuzelle, Alemania, donde hay un monasterio cisterciense del siglo XIII del que la Orden fue expulsada en 1817 por Federico Guillermo III de Prusia. Su traslado respondi¨® a la petici¨®n del obispo de G?rlitz, que quiso que los cistercienses volviesen a instalarse en este sitio simb¨®lico para sacudirlo del sopor tur¨ªstico y reavivar el pulso lit¨²rgico en su espectacular iglesia barroca. Los primeros en llegar a Neuzelle fueron el padre Kilian y el padre Simeon, en 2017. Se asentaron en la casa parroquial y al a?o siguiente declararon la fundaci¨®n del priorato de Neuzelle, dependiente de la abad¨ªa de Heiligenkreuz, siguiendo la milenaria l¨®gica de expansi¨®n territorial del C¨ªster. Luego negociaron con el Gobierno de Brandeburgo, propietario del antiguo monasterio, para comprarle una parte y reformarla con el prop¨®sito de darle otra vez el uso mon¨¢stico, pero no llegaron a un acuerdo. Determinados a cumplir su misi¨®n de reactivar la tarea cisterciense en Neuzelle, los monjes tomaron la chiflada decisi¨®n de construir un monasterio de cero, todo lo cerca del pueblo que fuera posible.
As¨ª que en la Alemania de Nietzsche, el fil¨®sofo que a finales del XIX anunci¨® ¡°Dios ha muerto¡±, Gott ist tot, aquel trueno wagneriano que a¨²n retumba en los cielos y los ilumina con la esplendorosa luz del nihilismo, un grupete de monjes act¨²a como si aqu¨ª no hubiera pasado nada, con la misma naturalidad con que fundaban monasterios en la Edad Media, con idea de durar hasta el fin de los tiempos, como si no estuvi¨¦ramos en la era poshumana: la era en la que el ¨²ltimo iphone es la ¨²ltima versi¨®n del cuerpo de Cristo.
De aqu¨ª a 10 o 15 a?os ir¨¢n ejecutando en tres fases la construcci¨®n de un monasterio para 45 monjes a 10 kil¨®metros de Neuzelle. El terreno est¨¢ dentro de un bosque en el que tuvieron la fortuna de localizar un complejo arquitect¨®nico edificado hace d¨¦cadas y en un estado de completo abandono. Antes hab¨ªa sido una base de la Stasi. Qu¨¦ mejor que levantar la casa de Dios sobre los restos del comunismo. Qu¨¦ mejor que adorar al Se?or sobre los escombros de la polic¨ªa secreta de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA).
En 2022 compraron el terreno por un mill¨®n de euros. Ya han demolido el edificio y las obras del monasterio empezar¨¢n en 2025. Costar¨¢ muchos millones. No dicen cu¨¢ntos. Y si les preguntas cu¨¢ndo lo terminar¨¢n, responden: ¡°Preg¨²ntele a Dios¡±.
Pero Dios no est¨¢ aqu¨ª. Fue abolido por la RDA y le cuesta reaparecer. Seg¨²n un estudio mundial de la Universidad de Chicago ¡ªhecho en 30 pa¨ªses¡ª, esta zona del este alem¨¢n tiene el mayor porcentaje de ateos. No por nada a menos de 10 kil¨®metros de Neuzelle est¨¢ Eisenh¨¹ttenstadt, fundada en 1952 como ¡°primera ciudad sin Dios¡± de Alemania.
El fot¨®grafo Juan Mill¨¢s remata su trabajo y huimos del bosque y de esos gordos e iracundos mosquitos. Antes de subir a la furgoneta, el padre Simeon se me acerca y me dice consternado que en vista del problema de los insectos acaban de decidir abandonar el proyecto del monasterio. E interviene Kilian, portavoz de los monjes. ¡°Bueno, a no ser que nos hagan r¨¢pido una transfusi¨®n de sangre. ?Es broma! Haremos el monasterio, pero tendremos un ej¨¦rcito de murci¨¦lagos contra los mosquitos. Y adem¨¢s les vamos a hacer el primer refugio para murci¨¦lagos nivel Premio Pritzker¡±.
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Por prestigio y carrera, no ser¨ªa raro que la mexicana Tatiana Bilbao reciba el llamado Nobel de los arquitectos m¨¢s pronto que tarde, y que se su?braye este proyecto como la aventura m¨¢s inopinada y de mayor envergadura de su curr¨ªculo.
En el a?o 2017 son¨® su tel¨¦fono y le hicieron una pregunta que no esperaba, aun viniendo de su imponderable amiga Vanesa:
¡ª?Te gustar¨ªa intervenir en un monasterio en Alemania?
Vanesa, tambi¨¦n mexicana, es amiga de Tatiana Bilbao y del padre Kilian. Poco antes de asentarse el monje en Neuzelle y con su misi¨®n en marcha, si bien todav¨ªa con el prop¨®sito de partida de volver a establecerse en su antiguo monasterio secularizado, fue invitado por ella a M¨¦xico y conoci¨® su casa en Monterrey, dise?ada por Bilbao. El alem¨¢n qued¨® impresionado. Pens¨® que hab¨ªa dado con la arquitecta ideal para su proyecto.
La citaron para una conversaci¨®n telem¨¢tica de media hora que al final dur¨® tres, y entre los buenos oficios de Vanesa y el persuasivo entusiasmo del monje, las prevenciones de la cabal y agn¨®stica arquitecta comenzaron a diluirse. Semanas despu¨¦s, Bilbao viaj¨® a conocer a los monjes. Termin¨® de convencerse. Acept¨®, dice, por la pregunta que la atra¨ªa como arquitecta: ¡°?C¨®mo hacer un monasterio en el siglo XXI?¡±. En una entrevista desde su estudio en Ciudad de M¨¦xico, dice que a veces todav¨ªa le parece que est¨¢ so?ando. ¡°Es todo muy surrealista. A¨²n me cuesta creer que esto me est¨¦ pasando¡±.
Durante a?o y pico trabaj¨® en la idea de reformar una parte del viejo complejo de Neuzelle. Cuando la negociaci¨®n de los monjes con el Gobierno se frustr¨® y le dijeron que quer¨ªan hacer un monasterio de nuevo cu?o, el desaf¨ªo se hizo desmesurado y Bilbao opt¨® por integrar en el proyecto a otras dos oficinas de arquitectura, Maio, de Barcelona, y Dogma, de Bruselas. ¡°Necesitaba m¨¢s mentes en la mesa¡±, dice. Desde 2019, el equipo visit¨® monasterios y se document¨® para entender los principios arquitect¨®nicos cistercienses. Dedicaron mucho tiempo a la investigaci¨®n. En otra conversaci¨®n telem¨¢tica, Guillermo L¨®pez, de Maio, y Martino Tattara, de Dogma, me explicaron su minuciosa investigaci¨®n. La definieron como ¡°un proceso de cocci¨®n lenta¡± con el objetivo de ser capaces de hacer un monasterio ¡°fiel al modelo original cisterciense¡± y a la vez actual, que no cayese en el historicismo ¡ªo imitaci¨®n del estilo antiguo¡ª. El di¨¢logo con los monjes fue otro elemento clave de su modo de trabajar. A veces eran los arquitectos quienes se ten¨ªan que poner m¨¢s cistercienses que los monjes, para que estos comprendieran aspectos de su tradici¨®n arquitect¨®nica que desconoc¨ªan. Otras veces eran los monjes los que se ve¨ªan en la necesidad de imponerse. En el a?o 2022, el equipo de arquitectos les present¨® su primera propuesta de monasterio y ellos la tumbaron.
Bilbao por videollamada: ¡°Violamos algunos de sus preceptos, como la simetr¨ªa en la iglesia. En nuestro esquema era asim¨¦trica. Y encima estaba orientada para recoger la luz del norte, y esto fue lo peor que pudimos haberles presentado porque para ellos es la luz del demonio. En la mayor¨ªa de las iglesias de la zona de Polonia aleda?a a Brandeburgo incluso tienen la fachada del norte cerrada. Les pareci¨® un sacrilegio absoluto¡±.
Kilian, sentado conmigo en Neuzelle: ¡°Era buena arquitectura en lo estructural pero no en lo espiritual. Nosotros necesitamos un nivel ¨®ptimo en las dos categor¨ªas¡±.
¡°Est¨¢ siendo el proyecto m¨¢s retador de mi carrera¡±, afirma Bilbao. ¡°Hubo un momento que nos dijimos: ¡®O cambiamos el chip o no vamos a poder hacerlo, porque estamos tomando decisiones desde la racionalidad y aqu¨ª no se toman as¨ª¡¯. Este ha sido el reto m¨¢s grande, el desaprender a hacer arquitectura desde la raz¨®n para hacer arquitectura desde el alma. No hemos llegado a ello a¨²n y no s¨¦ si pueda llegar en mi vida¡±. Durante la investigaci¨®n, la arquitecta visit¨® un monasterio abandonado con Pier Vittorio Aureli, de Dogma, y con el padre Kilian. Primero se tomaron fuera un caf¨¦. El monje estaba euf¨®rico. Les dijo que estaban haciendo un gran trabajo y que Dios los iba a guiar para hacer este espacio. Cuando entraron en la iglesia, su socio italiano, un estudioso de los monasterios, se par¨®, se volte¨® hacia ella y, rendido ante la fuerza metaf¨ªsica del espacio, dijo: ¡°Menos mal que Dios nos va a ayudar, porque yo no tengo ni idea de c¨®mo vamos a hacer algo as¨ª¡±. Posteriormente, Bilbao visit¨® en Ciudad de M¨¦xico con sus alumnos de Yale la capilla del monasterio de clausura de las Capuchinas, del arquitecto Luis Barrag¨¢n. ¡°Yo hab¨ªa estado mil veces, pero esta vez entr¨¦ y me di cuenta de verdad de lo que pasa ah¨ª dentro. Es m¨¢s que un espacio que da cabida al cuerpo. Es un espacio que sostiene el alma¡±.
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El d¨ªa que conoc¨ª a Kilian nos estaba esperando a las nueve de la ma?ana en la puerta de la casa parroquial de Neuzelle. Les estaba llegando una provisi¨®n de helados. Se hab¨ªa levantado a las cuatro de la madrugada, hab¨ªa hecho en su cuarto una breve oraci¨®n, se hab¨ªa aseado y a las cinco ya estaba en la iglesia haciendo la oraci¨®n de vigilia. Cinco horas despu¨¦s, estaba listo para llevarnos en furgoneta al sitio donde har¨¢n el monasterio.
Nada m¨¢s llegar record¨® c¨®mo se lo encontr¨® la primera vez. Hab¨ªa una atm¨®sfera de abandono mohosa y repugnante. Pero lo cautiv¨® el sendero flanqueado por ¨¢rboles grandes y vetustos que daba entrada al complejo de la Stasi. ¡°Pese a las n¨¢useas que sent¨ªa, tuve la intuici¨®n de que era un lugar adecuado para adorar a Dios¡±, dice Kilian M¨¹ller, de 47 a?os. Avanza y nos explica lo que hab¨ªa antes de la demolici¨®n realizada en 2022. Se?ala un s¨®tano que se conserv¨® porque lo hab¨ªa colonizado una valiosa especie de murci¨¦lagos, la misma que seg¨²n dice tendr¨¢ ¡°un refugio Pritzker¡±. Indica un sitio donde hab¨ªa una habitaci¨®n de emergencia. Luego una zona donde se pod¨ªa jugar a los bolos. Arcos de hormig¨®n para la b¨®veda de un b¨²nker que no lleg¨® a construirse. Tambi¨¦n un ¨¢rea en la que hab¨ªa celdas sin ventanas. Cuando los monjes compraron el terreno, solicitaron informaci¨®n oficial sobre esta base de la polic¨ªa pol¨ªtica. Los documentos que les aportaron eran vagos. Pero entre esto y diversos testimonios que recabaron, se han hecho una idea de la funci¨®n que ten¨ªa el lugar. Creen que operaba como una especie de centro de retiro y recuperaci¨®n de esp¨ªas de la RDA que volv¨ªan de misiones en el extranjero. Aunque el monje advierte de que el espacio estaba dividido por una verja en una parte civil, la de supuesto descanso, y otra militar. Es decir: dos partes concebidas como compartimentos estancos. ¡°A saber por qu¨¦¡±, seg¨²n Kilian.
Lo que pas¨® aqu¨ª ha quedado envuelto en la bruma. Los vecinos de los pueblos del entorno tampoco saben, dice el monje. ¡°Nadie preguntaba¡±.
De poco me vali¨® citarme unos d¨ªas despu¨¦s en Berl¨ªn con un veterano experto en la Stasi. Mi af¨¢n era que me explicase c¨®mo funcionaba esta clase de bases secretas. Nos encontramos en una terraza, salud¨® y, una vez aclar¨® que su trayectoria acad¨¦mica era m¨¢s bien una fachada de su verdadero oficio, agente de inteligencia, dio rienda suelta a un mon¨®logo indetenible en el que, resumiendo, me reproch¨® que no hubiese indagado lo suficiente y que desconociese que tras el proyecto de los monjes estaban los intereses estrat¨¦gicos de Putin en la frontera oriental alemana: ¡°Esto no es m¨¢s que otra carta de la baraja¡±. Hablaba alem¨¢n y un amigo m¨ªo espa?ol ¡ªprofesor en Berl¨ªn de inteligencia artificial¡ªme traduc¨ªa. Al cabo de una confusa e inquietante hora, en la que el experto en la Stasi me sac¨® una fotograf¨ªa con su m¨®vil y dijo ¡°es para una ni?a a la que le gustan los unicornios¡±, mostr¨® una noticia de internet que seg¨²n ¨¦l apuntalaba su versi¨®n. La mir¨¦ y le coment¨¦ que la noticia no hablaba del proyecto de Neuzelle, sino de otro asunto cualquiera en Alemania que adem¨¢s estaba relacionado con la Iglesia ortodoxa. ¡°Oh. Ha habido una confusi¨®n. Siento haberle hecho perder el tiempo¡±. Me dio un apret¨®n de manos con la fuerza de un pist¨®n hidr¨¢ulico y se qued¨® comi¨¦ndose una raci¨®n de patatas fritas.
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En la iglesia de Neuzelle nos vemos con otro personaje de la historia: la madre Stella Maris. Es una mujer que trabaj¨® tres d¨¦cadas en la ¨¦lite del arte contempor¨¢neo y que cerr¨® esa etapa hace unos a?os para entregarse a la vida religiosa. El a?o pasado se consagr¨® como monja ermita?a y vive en una granja cerca de Neuzelle y de los monjes, a los que est¨¢ muy unida y a los que apoya como amiga y consejera en su aventura del monasterio. ¡°Este es un proyecto de punta que va a hacer historia¡±, dice. ¡°Re¨²ne cualquier criterio de mercadotecnia. No tiene competencia. Tiene una historia incre¨ªble y no se est¨¢ haciendo nada igual en ninguna parte¡±. Menciona el monasterio trapense de Novy Dvur, construido cerca de Praga a inicios de los dos mil y dise?ado por otro arquitecto de prestigio, el brit¨¢nico John Pawson. ¡°Pero no es lo mismo. Esto es muy at¨ªpico, en una regi¨®n donde casi no hay cat¨®licos. Es como un viaje al medievo, a cuando los monasterios se asentaban en lugares inh¨®spitos. Y adem¨¢s dialoga con aquellos tiempos en los que la Iglesia atra¨ªa a los mejores artistas¡±. En su agenda est¨¢n los nombres de artistas de primer nivel, y por su voluntad de llenar de cultura el proyecto de los cenobitas, el padre Kilian ha ido charlando y explorando posibles colaboraciones con creadores como Tino Sehgal, Christian Jankowski o con la historiadora del arte Dorothea von Hantelmann.
Stella Maris naci¨® en Monterrey en el seno de una familia de industriales. Es nieta de la difunta Margarita Garza Sada de Fern¨¢ndez, devota cat¨®lica y fil¨¢ntropa que pag¨® de su bolsillo en su ciudad un edificio de Tadao Ando, otro ilustre Pritzker. E hija de Mauricio Fern¨¢ndez Garza, un empresario y pol¨ªtico pol¨¦mico y extravagante: tan pol¨¦mico que cuando fue alcalde de un municipio aleda?o a Monterrey se le acus¨® de haber formado un escuadr¨®n parapolicial para combatir a los narcos y tan extravagante que en su mansi¨®n tiene una espada de Hern¨¢n Cortes y la cabeza de un Tyrannosaurus rex. La madre Stella Maris fue bautizada como Mar¨ªa Vanesa Fern¨¢ndez Zambrano. Stella Maris es aquella imponderable mujer que en 2017 sorprendi¨® a Tatiana Bilbao con una llamada. Es la amiga Vanesa.
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Pienso en la extra?a confluencia de poder y delirio en este proyecto mon¨¢stico en plena ¡°era secular¡± (definici¨®n del fil¨®sofo Charles Taylor) y recuerdo las palabras de un erudito cuando le plante¨¦ mi perplejidad ante esta historia. ¡°Todo lo verdaderamente religioso siempre es desmesurado y va siempre contra corriente¡±, me dijo por tel¨¦fono Jos¨¦ Casanova, soci¨®logo de la religi¨®n y profesor em¨¦rito de la Universidad de Georgetown. Tambi¨¦n me explic¨® que cuadra con la decisi¨®n de la Iglesia alemana, tras la reunificaci¨®n, de hacerse presente en el Oriente. ¡°Esto supone colonizar una zona que hist¨®ricamente no ha estado bajo su influencia, sino primero bajo influencia luterana, luego bajo la de la Prusia secular, luego bajo la del nazismo y por ¨²ltimo bajo influencia del r¨¦gimen comunista¡±.
Recuerdo tambi¨¦n la clase magistral que me dio en su despacho del CSIC la profesora Ana Rodr¨ªguez, especialista en historia social del poder en la Edad Media, y su sint¨¦tica conclusi¨®n: ¡°Lo de tus monjes alemanes es un proyecto anacr¨®nico, pero totalmente coherente con lo que es la Orden del C¨ªster desde el siglo XIII¡±.
n un absorbente viaje de una hora se remont¨® a las primeras agrupaciones de eremitas en el desierto de Egipto, sigui¨® a los or¨ªgenes del monacato con Benito de Nursia en el siglo VI, pas¨® por la fundaci¨®n en el XI de la Orden de Cluny, que comienza a dar estructura y jerarqu¨ªa a la red de monasterios, y lleg¨® a la aparici¨®n de la Orden del C¨ªster a finales del mismo siglo. ¡°Fue una reacci¨®n muy fuerte en contra del poder y la riqueza de la Iglesia, aunque esto se corresponde m¨¢s con la mitolog¨ªa y el relato de la Orden que con su realidad, porque el proyecto cisterciense siempre fue un proyecto de poder y econ¨®mico. De hecho, siempre se dice que el C¨ªster es la primera gran orden empresarial¡±. El proyecto de Alemania le dio curiosidad a la investigadora, pero por encima de todo le gener¨® un interrogante. ¡°Mi primera pregunta como historiadora social siempre es, ?de d¨®nde sale la pasta?¡±.
El padre Kilian, director financiero del proyecto, responde:
¡ªHacemos recaudaci¨®n de fondos y tenemos diferentes tipos de campa?a y diferentes grupos de gente a los que nos dirigimos, pero hay determinadas cosas a las que por el momento no puedo dar una respuesta, de verdad.
¡ª?Por qu¨¦?
¡ª?Porque no la tengo! ¡ªsonr¨ªe.
¡ªQuiere decir que no sabe de d¨®nde viene el dinero.
¡ªExactamente¡ Vamos a ver. S¨¦ que sonar¨¢ c¨¢ndido, pero es simple. Yo he estudiado lo suficiente de negocios para entender c¨®mo funciona un modelo de esta clase, y como monje y director financiero del proyecto debo decir que he asistido a un milagro.
¡ª?Y cu¨¢nto costar¨¢ el monasterio?
¡ªNo vamos a dar cifras. Adem¨¢s, caducan de un d¨ªa para otro.
El terreno tiene 175 hect¨¢reas y la superficie construida ser¨¢ de 11,5 hect¨¢reas. Los monjes dejar¨¢n pronto la casa parroquial. Han comprado una peque?a granja en un pueblo cercano al futuro monasterio y la reformar¨¢n para que les sirva de cenobio provisional hasta que aproximadamente dentro de tres o cuatro a?os se termine la primera fase del proyecto: la iglesia, el claustro ritual y la mitad de las celdas. En la segunda fase se har¨¢ la otra mitad de las celdas y el claustro de hu¨¦spedes. La tercera fase incluir¨¢ el claustro de la juventud y de trabajo. Tambi¨¦n ir¨¢n construyendo a lo largo del proyecto siete ermitas seculares comerciales, para personas, religiosas o no, que quieran pasar temporadas. Si la entrada de fondos lo permitiese y no hubiese contratiempos de otro tipo, el proyecto completo se podr¨ªa ejecutar en menos de una d¨¦cada. Como los monjes, Tatiana Bilbao prefiere no poner fechas, aunque conf¨ªa en la capacidad financiera de los cistercienses: ¡°La verdad es que se les da bien. Es impresionante, son muy h¨¢biles. Creo que est¨¢ en el ADN de esta organizaci¨®n¡±.
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Los cuatro monjes que acudieron al bosque a ser fotografiados se sientan en un cuarto de reuniones de la casa parroquial para una ¨²ltima entrevista. El padre Simeon Wester, de 59 a?os, prior del grupo y director de canto; el padre Kilian M¨¹ller, de 47 a?os, segundo prior, director financiero y jur¨ªdico del proyecto; el padre Malachias Hirning, de 38 a?os, silencioso y discreto en el bosque, silencioso y discreto ahora, director de crowdfunding, y el padre Isaak Kaefferlein, de 31 a?os, sacerdote de la parroquia y community manager.
Pregunto qu¨¦ le aporta a cada uno el proyecto. Kilian: ¡°La creaci¨®n de las condiciones para hacer posible encuentros entre personas¡±. Simeon: ¡°Adorar a Dios¡±. Isaak destaca la ¡°retroalimentaci¨®n¡± que se da entre el proyecto y la vocaci¨®n propia. Malachias: ¡°Profundizar en la b¨²squeda de Dios¡±. Pregunto si les preocupa el declive del catolicismo. Dicen que no. Para ellos lo fundamental es su relaci¨®n con Dios, independientemente de la circunstancia hist¨®rica de la Iglesia. Kilian: ¡°Dios es siempre el mismo, no depende de los likes¡±. Simeon toma la palabra en su parsimonioso alem¨¢n y hace una reflexi¨®n de cinco minutos sobre el amor a Dios compar¨¢ndolo con el amor de pareja o de amigos. Kilian traduce al ingl¨¦s las palabras de Simeon, que en su lengua suenan profundas, hipn¨®ticas, catedralicias. Sostiene que el amor es una decisi¨®n que se renueva cada d¨ªa y que el aut¨¦ntico reconocimiento del otro excede la raz¨®n. ¡°Gracias al amor y al perd¨®n, trascendemos la l¨®gica del mundo¡±.
Mientras el padre Simeon peroraba, me vino a la cabeza una pregunta que me pareci¨® importante. Cuando termin¨® se me hab¨ªa olvidado.
¡ªDisculpen, me he bloqueado.
¡ª?Ha sido el Esp¨ªritu Santo! ¡ªcelebra Kilian.
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Kilian creci¨® en una familia protestante en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Iba para empresario. Mientras estudiaba trabaj¨® para la compa?¨ªa Lufthansa. Su primer empleo fue en Hamburgo en una consultor¨ªa. Hab¨ªa sido un alumno brillante y era un empresario prometedor cuando en 2004 le diagnosticaron una enfermedad autoinmune y le dieron entre cinco y diez a?os de vida. Se mud¨® a Berl¨ªn y se pas¨® dos a?os sumergido en su cultura de club. Aunque hace a?os que se dedica al canto gregoriano, recuerda que le gustaba la electr¨®nica, ¡°especialmente el jazz electr¨®nico¡±. El clubbing acab¨® por desfondarlo. En 2006 decidi¨® buscar un lugar donde pudiera pasar unos d¨ªas y encontrar cierta ¡°paz interior¡±. Encontr¨® un sitio en Austria que le pareci¨® adecuado, la abad¨ªa de Heiligenkreuz. Cuando me cont¨® en Neuzelle lo que pas¨® a partir de ah¨ª, me cost¨® tanto seguirle la pista que semanas despu¨¦s me lo tuvo que repetir con un mensaje de WhatsApp. Ordenado y al grano.
¡°Llegu¨¦ a Heiligenkreuz el mi¨¦rcoles 30 de agosto de 2006. El viernes 1 de septiembre comenz¨® mi encuentro con Dios y dur¨® hasta el domingo 3 de septiembre. El mi¨¦rcoles 6 de septiembre vol¨¦ a Berl¨ªn y el lunes 11 de septiembre vol¨¦ de vuelta a Viena y me mud¨¦ al monasterio. El 13 de septiembre me convert¨ª al catolicismo y recib¨ª el sacramento de confirmaci¨®n. El 14 de septiembre hice la primera comuni¨®n¡±.
Con ¡°mi encuentro con Dios¡± se refiere a la noche en que, reci¨¦n llegado al monasterio, fue a un evento lit¨²rgico juvenil y, cuando empezaron los cantos, de repente cay¨® de rodillas al suelo. ¡°Algo me toc¨® muy adentro y me ech¨¦ a llorar. No lloraba desde que ten¨ªa 13 a?os¡±. Comenzaron dos semanas en las que su cabeza atraves¨® una especie de viaje psicoactivo. ¡°Al d¨ªa siguiente alquil¨¦ una bici para pasear y a cada rato me paraba a mirar cualquier bicho o las flores o una mosca. Los colores eran tan intensos, todo me parec¨ªa de una belleza tan excesiva que pens¨¦ que me estaba volviendo loco. Lloraba porque era demasiado bello¡±.
Ya despu¨¦s de hacer la comuni¨®n, relata el monje, durante el proceso de integraci¨®n al monasterio estaba leyendo la constituci¨®n de la Orden cisterciense y de pronto vio que se podr¨ªa rechazar al aspirante por enfermedad. Lo coment¨® con su confesor. Le explic¨® que su diagn¨®stico hab¨ªa comenzado con unos problemas de piel. El sacerdote le dijo que ten¨ªa un hermano dermat¨®logo en Viena y le sugiri¨® que fuese a verlo. Kilian acudi¨®. Cuenta que, para no predisponerlo, ocult¨® su diagn¨®stico. El m¨¦dico lo revis¨® y a los 10 minutos le dio otro diagn¨®stico. Solo una enfermedad cut¨¢nea. No se estaba muriendo.
Hoy aquel yuppy es un monje que gestiona un proyecto millonario con una sola prenda en su armario. Un h¨¢bito de algod¨®n. El veintea?ero que iba a morir y buscaba el ¨¦xtasis en la noche de Berl¨ªn lo encuentra al alba cantando loas al Se?or.
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