La pasi¨®n por la ignorancia
El secesionismo catal¨¢n es una forma de revoluci¨®n de los ricos: un movimiento esencialmente reaccionario

Es as¨ª: sabemos, pero no queremos saber. Y no queremos saber porque ese saber nos incomoda, porque no nos gusta ni nos conviene, porque nos saca de nuestras casillas y nos impide o amenaza con impedirnos seguir confortablemente instalados en falsedades ventajosas. En 1957, el psic¨®logo Leon Festinger denomin¨® ¡°disonancia cognitiva¡± a esa forma de ignorancia deliberada.
¡°Asombra la ceguera occidental¡±, escribi¨® Llu¨ªs Bassets sobre la guerra de Ucrania. ¡°Nuestra ceguera¡±. El asombro est¨¢ justificado. Putin dijo desde el principio lo que iba a hacer, pero no quisimos escucharlo. Dijo que la ca¨ªda de la URSS era ¡°la mayor cat¨¢strofe geopol¨ªtica del siglo XX¡± y anunci¨® que su prop¨®sito consist¨ªa en reconstruir el imperio sovi¨¦tico. Dijo que Ucrania no exist¨ªa, que era una pura invenci¨®n bolchevique, y que ¨¦l quer¨ªa devolv¨¦rsela a Rusia. Bastaba con viajar un poquito por los pa¨ªses del Este de Europa para que todo el mundo, de izquierdas, de derechas o mediopensionista, te dijera lo mismo: ojo con Putin, no sab¨¦is con qui¨¦n os est¨¢is jugando los cuartos, habla completamente en serio. Putin demostr¨® una y otra vez, de todas las formas posibles ¡ªen Siria, Chechenia, Georgia, Crimea o el Donb¨¢s, en la propia Rusia¡ª, que el ¨²nico lenguaje que entiende es el de la violencia, y la ¨²nica ley que respeta, la del m¨¢s fuerte¡ Todo en vano: en febrero de 2022, horas antes de la invasi¨®n a gran escala de Ucrania, con el ej¨¦rcito ruso desplegado en sus fronteras, a¨²n hab¨ªa entre nosotros quien acusaba a Occidente de inventar la amenaza ¡ª¡±aspavientos belicistas¡±, los llamaron¡ª, y todav¨ªa hoy, con el suelo de Ucrania ensangrentado a diario de masacres, hay quien habla de ¡°rusofobia¡± y quien culpa de todo a Zelenski y la OTAN. Pura disonancia cognitiva. Volver¨¦ a citar a Proust: lo que ha entrado irracionalmente en una cabeza no puede salir de ella de forma racional. Pero no hace falta recurrir a una guerra para ilustrar nuestro ferviente deseo de ignorancia. Podr¨ªa aducir ejemplos personales; aduzco otro pol¨ªtico, porque la pol¨ªtica nos ata?e a todos. En todas las campa?as electorales, En Com¨² Podem ¡ªla vertiente catalana de Sumar¡ª incre¨ªblemente saca a pasear la oxidada parafernalia conceptual ¡ªf¨²nebre, embustera, analfabeta, troglodita¡ªdel difunto proc¨¦s, que ya ni los propios secesionistas se creen: el llamado derecho a decidir, el derecho de autodeterminaci¨®n. Pero es imposible que, a estas alturas, los llamados comunes no sepan que el llamado derecho a decidir no existe en ning¨²n ordenamiento jur¨ªdico del mundo, y que no puede existir, porque esa expresi¨®n es una aberraci¨®n gramatical: ¡°decidir¡± es un verbo transitivo; no se puede decidir en abstracto, al menos en democracia nadie puede decidir lo que le da la gana. Tambi¨¦n es imposible que los comunes ignoren que lo que en realidad reclaman ¡ªellos y los secesionistas¡ª no es el derecho de autodeterminaci¨®n, inaplicable en una democracia, sino el de secesi¨®n, un derecho dise?ado para situaciones de dominio colonial, guerra o violaci¨®n masiva de derechos humanos. Y es inconcebible que digan que la izquierda quiere ampliar derechos ¡ªen lo que llevan raz¨®n¡ª y no sepan que, si a un ciudadano le arrebatas el derecho de ciudadan¨ªa, como pretenden hacer con nosotros los secesionistas, le arrebatas todos y cada uno de sus derechos, que penden de aqu¨¦l. En definitiva, es imposible que a estas alturas no sepan lo que sabe incluso Thomas Piketty, y es que el secesionismo catal¨¢n, del que ellos han sido los principales palmeros, es una forma de revoluci¨®n de los ricos: un movimiento esencialmente reaccionario, profundamente insolidario y, como m¨ªnimo en oto?o de 2017, inequ¨ªvocamente antidemocr¨¢tico. Lo saben, claro que lo saben, y nosotros tambi¨¦n; pero ni ellos ni muchos de nosotros queremos saberlo.
¡°Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber¡±, dice Arist¨®teles en el arranque de su Metaf¨ªsica. Es verdad: la pasi¨®n por el conocimiento nos define; pero tambi¨¦n nos define la pasi¨®n por la ignorancia. La primera nos ennoblece y nos construye; la segunda nos envilece y nos destruye. No sabemos cu¨¢l de las dos prevalecer¨¢
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