C¨®mo est¨¢ arriesgando m¨¢s la moda masculina: los casos de Eduardo Casanova o Lil Nas X
Del ¨¦xito de lo b¨¢sico a la moda como juego de provocaci¨®n
?Arriesga m¨¢s el hombre al vestir? Vaya a un concierto de la jovenc¨ªsima vedette punk Samantha Hudson y encontrar¨¢ una sala llena de j¨®venes ataviados con total libertad, falta de prejuicios e incluso gusto por la provocaci¨®n (tops cortados por encima del ombligo, camisas transparentes). D¨¦ un paseo por las tiendas ¡°de caballero¡± de su ciudad, o por su gran superficie favorita, y opinar¨¢ que vestimos igual que hace 15 a?os: escaparate tras escaparate, la misma ropa con querencia british, similares b¨¢sicos de estudiante estadounidense, un mont¨®n de plum¨ªferos sin mangas y todo en inevitable corte slim. Abra Instagram y pensar¨¢ que no quedan barreras por derribar: Harry Styles, Lil Nas X y otras aves del para¨ªso reinan en las alfombras rojas y en las redes sociales. Y, por fin, mire en su armario para darse cuenta de que lleva d¨¦cadas comprando el mismo jersey azul.
?Arriesga quien quiere o quien puede? No es noticia que los artistas del espec?t¨¢culo disfruten de m¨¢s libertad para expresarse con la ropa, t¨¦cnicamente es parte de su trabajo. O los j¨®venes, sobre todo antes de entrar en el mercado laboral. O los muy ricos. Entre estos ¨²ltimos, el estilo libre no siempre va en beneficio de la creatividad y la ruptura de estereotipos. ?Por qu¨¦ viste Jeff Bezos tan mal?, se preguntaba Robert Armstrong en el Financial Times el pasado febrero. El periodista analizaba el cambio del magnate de Amazon en los ¨²ltimos a?os: de amable rat¨®n de biblioteca con pantal¨®n de pinzas a macho alfa rapado, musculoso y enfundado en unos vaqueros ce?idos y sombrero de cowboy. Aqu¨ª hay dos problemas, seg¨²n Armstrong. El primero es esa instant¨¢nea patada a la elegancia que supone pasar de t¨ªmido a t¨ªo bueno. Y el segundo, m¨¢s importante, que la forma denota un contenido: ¡°Hay algo en el estilo torpe y ligeramente vulgar de Bezos que choca con el fundamental papel que desempe?a en las vidas de tanta gente. La ropa importa, a veces de manera insospechada¡±.
La falta de contacto con la realidad com¨²n forma parte de la creaci¨®n de moda; al fin y al cabo, se trata de productos exclusivos y de grandes dise?adores. A pesar de las consecuencias de una pandemia con final incierto, las ¨²ltimas colecciones de hombre en Par¨ªs, el pasado enero, fueron una celebraci¨®n de todo lo que el dinero puede comprar. Louis Vuitton propuso trajes con plataformas glam, gorras con orejitas y camisetas de baloncesto en piel. Dior, interpretaciones de la costura femenina cl¨¢sica, con zapatos enjoyados incluidos. En Fendi hubo elegantes conjuntos de chaqueta y falda. Y los bolsos caracola de Loewe fueron otro ¨ªtem. Todo lo cual, seg¨²n se mire, puede ser un sue?o o una burbuja.
De modo que volvemos a la pregunta del mill¨®n. Aparte de los ricos, los j¨®venes y los artistas, ?arriesgan m¨¢s los hombres al vestir? ?Hay una versi¨®n masculina de Carrie Bradshaw y las chicas de Sexo en Nueva York, hombres que disfrutan con la moda y se expresan con ella en la vida diaria sin miedo a llamar la atenci¨®n? Si existen, todav¨ªa deben de ser pocos: incluso en las tiendas m¨¢s punteras de Madrid, sus due?os afirman que sobre todo triunfan los b¨¢sicos. Categor¨ªas como la corbata y el traje de oficina est¨¢n en ca¨ªda libre. Las mayores revoluciones indumentarias de los ¨²ltimos a?os son las zapatillas, el pantal¨®n el¨¢stico y ese ubicuo reci¨¦n llegado conocido como fachaleco, prenda cuya permanencia en el uniforme corporativo admiraba un art¨ªculo reciente de Bloomberg Businessweek. Los grandes avances en el armario masculino tienen menos que ver con la expresi¨®n de las inquietudes de uno que con la presente disoluci¨®n de las ideas de trabajo y clase del siglo XX. Se multiplican las opciones, pero no parece crecer tanto la fantas¨ªa como la comodidad. Mango confirma esta tendencia con su colecci¨®n Comfy, ¡°que responde al cambio de estilo de vida de nuestros consumidores¡±, aseguran desde la marca. Tambi¨¦n destacan la ¡°buena acogida¡± de ¡°patrones oversize o pantalones de doble pinza¡±, que han terminado por incorporarse en su oferta.
Otra buena noticia es que ha crecido la viabilidad de las propuestas m¨¢s creativas: el comercio online permite que las piezas menos comerciales de las tiendas casi siempre encuentren due?o, y tambi¨¦n que se multipliquen las plataformas de venta, haciendo posible que cada vez m¨¢s firmas nicho puedan llegar a sus clientes por diseminados que est¨¦n. A pesar de que nos cueste incorporar propuestas arriesgadas y de las reacciones virulentas del ¨¢mbito hater ¡ªcomo las que cosech¨® el look negro con lazos rosa que Edu Casanova llev¨® en los ¨²ltimos Goya, firmado por Mans¡ª, poco a poco nos escandalizamos menos y disfrutamos m¨¢s. Alejandro Palomo lleva ya un par de a?os subido a unos tacones en prime time. Eso tiene que significar algo.
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