?Por qu¨¦ corres, Kilian Jornet? La leyenda del rey del ultrafondismo
La historia del m¨¢s grande corredor de monta?a comenz¨® en el refugio de los Pirineos donde creci¨®. All¨ª se gest¨® la epopeya de este atleta, due?o de innumerables t¨ªtulos y r¨¦cords, dise?ador de retos imposibles. Lo entrevistamos en su tierra natal para indagar en su insondable enigma. ?Qu¨¦ mueve a Kilian Jornet?
Kilian Jornet Burgada (Sabadell, 36 a?os) reflexiona sobre el concepto de energ¨ªa en un caf¨¦ de Puigcerd¨¤, cabecera comarcal del valle de la Cerdanya, en los Pirineos, la tierra donde se crio, donde creci¨®, donde casi desde que pudo andar se ech¨® a correr. ?Qu¨¦ es la energ¨ªa? ¡°Es todo¡±. Se para uno, dos segundos. Porque primero piensa. Luego habla. ¡°O sea, la energ¨ªa est¨¢ limitada, hay equis energ¨ªa en el universo y lo que pasa es que se transforma, ?no? Solo eso, la energ¨ªa se puede transformar en muchas cosas, la podemos transformar en energ¨ªa mec¨¢nica, cal¨®rica¡ Es decir, la energ¨ªa lo es todo, la energ¨ªa es la vida, y no la podemos crear pero podemos transformarla, y lo bonito es eso: en qu¨¦ la transformamos. Eso es lo interesante. Yo creo que ah¨ª est¨¢ el poder de todo, ?no? Lo que habl¨¢bamos hace un rato de dar a luz: c¨®mo somos capaces de coger energ¨ªa para crear algo; o c¨®mo en el deporte somos capaces de coger energ¨ªa de la comida y tal para transformarla en movimiento; o c¨®mo somos capaces de coger energ¨ªa del cerebro para crear un pensamiento, una idea¡±. El rostro de Kilian Jornet: la piel curtida del sol y del aire, pegada al hueso, la mirada precisa y un punto elusiva, la nariz de poderosa arquitectura, la boca grande, de labios carnosos, serena y esc¨¦ptica. Un semblante que produce un efecto singular: parece a la vez introvertido y afable, parece que pide no ser molestado y que est¨¢ deseoso de abrirse, de darte la bienvenida y hablar.
¡ª?En qu¨¦ ha transformado usted la energ¨ªa?
¡ªPues la mayor¨ªa en cosas in¨²tiles, pero, sin duda, en movimiento: en movimiento he transformado mucha energ¨ªa ¡ªresponde el mito del ultrafondismo.
Todo lo ha ganado. Tantos sus r¨¦cords.
Su palmar¨¦s es una pesadilla para un periodista porque no es resumible. Porque es demasiado largo. Porque explicar en qu¨¦ consiste cada carrera o aventura requerir¨ªa un p¨¢rrafo aparte. Juramos que no es pereza, de verdad: lo hacemos por ustedes. Durante la entrevista, el propio Jornet tiene problemas para recordar cu¨¢ntas veces hizo tal cosa, cu¨¢ntas gan¨® tal otra, en cu¨¢nto tiempo subi¨® a no s¨¦ d¨®nde. Es una desmesura.
Y no da la impresi¨®n de que se deba a una humildad beat¨ªfica este cierto desapego de las victorias, de su grandeza como atleta; sino, m¨¢s bien, a que hace tiempo que saci¨® su ego. Mediada la veintena ya hab¨ªa ganado todas las carreras que se hab¨ªa apuntado de jovencito en una hoja de ¡°sue?os por cumplir¡±, proeza que lo dej¨® desubicado y zozobrando, emborrach¨¢ndose los fines de semana. Y hoy, saciado el ego, de sobra cubiertas las necesidades econ¨®micas, habiendo formado su propia familia, con dos hijas peque?as, lleva a?os en una b¨²squeda m¨¢s madura y amplia, que incluye el deporte y la competici¨®n pero los trasciende.
Por eso no habla de sus r¨¦cords y sus t¨ªtulos y, sin embargo, se abstrae hablando de energ¨ªa y cosas as¨ª.
¡°Me ha molado¡±, dir¨¢ al final de la entrevista. A?adir¨¢: ¡°?He divagado demasiado?¡±.
Entonces:
?Qu¨¦ es la energ¨ªa?
?Qui¨¦n es Kilian Jornet?
?Qu¨¦ es Kilian Jornet?
Su historial de logros est¨¢ en su web kilianjornet.cat/es y en Wikipedia. Mejor atendamos al juicio erudito de ?scar Gogorza, que escribe sobre deportes de monta?a en EL PA?S. ¡°Lo principal que hay que tener claro es que ha hecho algo que no tiene comparaci¨®n: ha convertido una disciplina marginal, correr por la monta?a, en una de las disciplinas que m¨¢s han crecido en los ¨²ltimos a?os, el trail running. Cuando uno ve a alguien corriendo por una monta?a con un pantaloncito corto y unas zapatillas, debe saber que eso tiene un nombre: efecto Kilian. Es un caso de estudio en las escuelas de marketing y tambi¨¦n para la historia del deporte, porque ha demostrado unas capacidades alucinantes. Es un prodigio fisiol¨®gico. Ha realizado retos muy osados, como su r¨¦cord del Cervino¡±. En 2013 subi¨® corriendo a la cima de este monte alpino de 4.478 metros en 2 horas y 52 minutos. Las personas corrientes podemos darle a esto su dimensi¨®n cuando Gogorza, adem¨¢s de escritor, monta?ista, explica: ¡°El Cervino es un sitio donde solo andar es telita porque es f¨¢cil darse un casta?azo serio. De todos los picos del mundo, es donde seg¨²n los registros m¨¢s gente se ha matado. Pues bien: ¨¦l lo ha subido a una velocidad que no me quiero ni imaginar¡±.
Es, por tanto, la mayor figura en la reciente pero intensa y re?ida historia del ultratrail, su rey indiscutido e indiscutible, hasta su creador, se podr¨ªa decir, figura motora de un fen¨®meno de masas, de una industria millonaria. Es su dios, si quisi¨¦ramos decirlo as¨ª, aunque dios es, desde Arist¨®teles, ¡°primer motor inm¨®vil¡±, y si algo nunca ha sido Kilian es inm¨®vil.
Adem¨¢s, las exageraciones le disgustan. Le duelen. Le han llamado ¡°extraterrestre¡±, ¡°superhombre¡±.
Dice: ¡°?No! Solo somos hombres y mujeres, somos humanos. Tenemos unos l¨ªmites como especie y como individuos. Yo, por ejemplo, s¨¦ correr y s¨¦ esquiar, pero el 99,9% de las capacidades que tenemos como humanidad no las s¨¦ hacer, no las manejo¡±.
Se define a secas como alguien que camina o corre por el monte. ¡°En catal¨¢n decimos fer muntanya¡±. Hacer monta?a. Esta persona extraordinaria que corre 210 kil¨®metros en una semana de entrenamiento normal, entre tantas otras cosas recordman de la tit¨¢nica Hardrock de Colorado (160 kil¨®metros de monta?a en 21 horas y 36 minutos), reivindica su normalidad y asume su leyenda con trabajada resignaci¨®n. Llegar a este punto de aceptaci¨®n de la celebridad le ha costado.
Cuando viv¨ªa en Chamonix, referente de los deportes alpinos, su fama lleg¨® al punto de que alg¨²n admirador fuese a su casa para conocerlo. Este aumento de su exposici¨®n fue una de las razones de que su pareja, la trail runner sueca Emelie Forsberg, y ¨¦l se mudasen a vivir a Noruega, a una solitaria casita costera, al pie de un fiordo que se eleva a 2.000 metros de altura. ¡ªEsta fue la otra raz¨®n: vivir en la naturaleza total, pura¡ª. De alguna manera, Kilian Jornet se ha ido apartando de Kilian Jornet a medida que Kilian Jornet crec¨ªa. Su carrera infinita es una fuga del yo. ¡°Me acuerdo de cuando en el Everest le dije a un compa?ero franc¨¦s, bromeando: ¡®Kilian Jornet se podr¨ªa morir aqu¨ª arriba y yo podr¨ªa bajar de la monta?a sin que nadie lo supiera¡±.
¡ªNo entiendo.
¡ªS¨ª, imag¨ªnate: que se pod¨ªa mandar un mensaje diciendo que Kilian Jornet hab¨ªa muerto en el Everest y todo el mundo lo dar¨ªa por verdadero, pero la persona, yo, ?sabes?, podr¨ªa bajar e irme a Noruega.
¡ªAj¨¢.
¡ªPero luego lo piensas m¨¢s y dices: ¡°Ser¨ªa una putada para mucha gente¡±. Y al final creo que he conseguido hacer algo parecido sin ser tan dr¨¢stico, ?no?
Eso sucedi¨® en el Everest porque el alpinismo es otra de sus actividades. En ella no es una figura excepcional como en el ultrafondismo. Es m¨¢s bien un amante de las posibilidades que dan las m¨¢s altas cordilleras para llevar a cabo proyectos que le permitan explorar los l¨ªmites del cuerpo humano, incluida la mente. Porque es un deportista pero igualmente un aventurero, un explorador cuyo ¨¢mbito de indagaci¨®n es la fisiolog¨ªa humana y cuyo instrumento cient¨ªfico es su cuerpo.
¡°Yo soy mi conejillo de Indias¡±, dice.
Ha sido capaz de subir al Everest (a?o 2017) dos veces en seis d¨ªas sin ox¨ªgeno, ni cuerdas fijas ni ayuda de porteadores, el primer d¨ªa en 26 horas de traves¨ªa y el segundo en 17 horas, a un ritmo portentoso. Ha sido capaz (a?o 2023) de ascender 177 monta?as pirenaicas de m¨¢s de 3.000 metros en ocho d¨ªas, acumulando un desnivel de m¨¢s de 43.000 metros en un total de 155 horas de actividad f¨ªsica. Antes de la entrevista en el caf¨¦, al amanecer durante la sesi¨®n de fotos, observ¨¢bamos este cuerpo de 1,72 metros, 56 kilos, liviano y a la vez musculoso. De cintura para arriba es enjuto como un ciclista. De cintura para abajo es un animal salvaje, una poderosa fortaleza de gl¨²teos, cu¨¢driceps, s¨®leos, gemelos¡ Vale la pena pararse a mirar esos tobillos, fuertes e inexpugnables como los de una cabra. Jornet lleva toda su vida corriendo a toda m¨¢quina entre pedruscos y jam¨¢s ha sufrido un esguince. El animal con el que se identifica es el rebeco. Admira a este b¨®vido por su capacidad para subir y bajar riscos ¡°sin mirar donde pisa¡±.
?l tambi¨¦n es un fen¨®meno de adaptaci¨®n al medio. Se crio en la alta monta?a, caminando y corriendo casi desde beb¨¦. Su padre, Eduard Jornet, era guarda del refugio de Cap del Rec, a 1.957 metros de altura. Su madre, N¨²ria Burgada, era maestra en la escuela de Montell¨¤, a 20 kil¨®metros. Les apasionaba la vida en las alturas y sus hijos, Kilian y Naila, dos a?os menor, crecieron en uni¨®n con la naturaleza y en ejercicio permanente.
Al a?o y medio, Kilian ya era capaz de acompa?arlos en caminatas de media jornada. Cuando cumpli¨® tres, en 1990, su madre anot¨® la efem¨¦ride en un diario que a¨²n conserva y escribi¨®: ¡°Aquest nano camina molt!¡±.
Con cinco a?os subi¨® al Aneto, 3.404 metros.
Con 11 a?os le dijo a su madre que sal¨ªa a hacer ¡°una horita en bici¡± y regres¨® ocho horas m¨¢s tarde con 100 kil¨®metros encima. Esa vez sali¨® solo, pero a esa edad sol¨ªa realizar recorridos con un grupo de adultos. En una ocasi¨®n les dijo una frase que encierra el misterio de su impulso insondable: ¡°Es que a m¨ª me gustar¨ªa encontrar una subida que no terminara nunca¡±.
El encuentro con Jornet tiene lugar en marzo. Ha vuelto a su tierra unos d¨ªas para ver a sus padres y ejercitarse en el Centro Nacional de Entrenamiento en Altitud de Font-Romeu, Francia. En la pain cave (cueva del dolor) graba un v¨ªdeo que semanas despu¨¦s sube a su Instagram de 1,5 millones de seguidores. Corre cuesta arriba en una cinta mec¨¢nica. El gesto derrengado. El ?allez, allez! de un t¨¦cnico que lo jalea. Sus seguidores escriben: ¡°?m¨¢quina!¡±; ¡°?cu¨¢l es tu umbral de lactato?¡±; ¡°born to run!¡±; ¡°king!¡±; ¡°?en qu¨¦ mano te pones el reloj?¡±; ¡°es el mejor atleta espa?ol de la historia¡±; ¡°en Brasil eres nuestra referencia¡±. Jornet se para, se dobla sobre la m¨¢quina, abre tanto la boca, mucho, como intentando comerse el ox¨ªgeno. Otro fan: ¡°Si Kilian termina as¨ª la prueba, me pregunto c¨®mo la terminar¨ªa cualquier ser humano¡±. Otro: ¡°Por qu¨¦ este chico est¨¢ todo el d¨ªa sufriendo¡±.
Se lo preguntamos:
¡ª?Por qu¨¦ empez¨® a correr as¨ª, desde tan peque?o, de esta forma casi desesperada?
¡ªCreo que me gustaba sufrir. O no s¨¦ si es sufrir. Es sufrimiento pero tambi¨¦n b¨²squeda de placer. Lo que persigues no es el dolor en s¨ª mismo, sino una experiencia especial a la que llegas a trav¨¦s del dolor.
¡ª?Algo espiritual?
¡ªPuede decirse as¨ª. Yo lo llamo conexi¨®n con uno mismo y conexi¨®n con el medio.
Jornet tiene una mentalidad cientificista. Su madre cuenta por mensaje que en el refugio le¨ªa con Naila y Kilian antes de dormir. ¡°?l siempre buscaba libros un poco complicados para su edad. A los ocho a?os eligi¨® El universo en una c¨¢scara de nuez, de Stephen Hawking¡±. Jornet, licenciado en Educaci¨®n F¨ªsica, es un investigador: un estudioso de las ciencias del cuerpo, un devorador de estad¨ªstica e ingeniero con Camper de su propia l¨ªnea de zapatillas de correr, NNormal. Por todo ello su lenguaje es anal¨ªtico, descriptivo, sobrio, y sin embargo sus retos lo llevan a experiencias m¨¢s propias de un eremita iluminado. Jornet asume que le resulta complicado conciliar en sus esquemas algunas cosas que le suceden. Habla de momentos extremos de fatiga en los que ha tenido intuiciones de otra dimensi¨®n que quiz¨¢ pueda explicar la f¨ªsica cu¨¢ntica. ¡°Entiendo que es muy heavy. Tal vez es mejor no decir estas cosas¡±, bromea. ¡°Son experiencias que se pueden intentar explicar desde distintos ¨¢ngulos, pero lo cierto es que no sabemos qu¨¦ sucede. Creo que nuestro conocimiento es reducido y que, de forma consciente o inconsciente, nos hemos puesto barreras que nos limitan. Nuestro cerebro percibe mucho m¨¢s de lo que somos capaces de analizar y de racionalizar, y a m¨ª los esfuerzos extremos me permiten acceder a determinadas sensaciones sin que est¨¦ la raz¨®n de por medio. O quiz¨¢ es que yo soy muy borrego y para hacerlo necesito esos esfuerzos extremos¡±.
Durante este invierno, Jornet apenas ha salido de su casa, donde ha estado haciendo esqu¨ª de monta?a para ganar resistencia aer¨®bica. Tras su visita a Espa?a volver¨ªa a Noruega para preparar los retos de 2024. Estar¨¢ el 26 de mayo en la Zegama-Aizkorri, el gran marat¨®n de monta?a del Pa¨ªs Vasco que ha ganado 10 veces. Y participar¨¢ en otras competiciones. Pero a sus 36 a?os, tras dos d¨¦cadas de profesional, las carreras han dejado de ser su prioridad y lo que m¨¢s le atrae son sus proyectos personales, como la machada de los 177 tresmiles pirenaicos. Para este a?o planea de nuevo algo en su tierra de origen. No solo por lo que quiere a estas monta?as. Tambi¨¦n porque desde hace tiempo prioriza la sostenibilidad. ¡°El deporte tiene un modo de vida que se basa en el desplazamiento, y a veces es absurdo porque somos las mismas personas reproduciendo el mismo gesto en distintas partes del mundo. Es enriquecedor por los lugares que conoces y lo que te inspira la gente, pero tiene impacto ecol¨®gico. Emelie y yo hemos decidido hacer el m¨ªnimo de desplazamientos¡±.
En Noruega, por las ma?anas llevan a las ni?as a la guarder¨ªa al pueblo m¨¢s cercano, a cinco kil¨®metros. Hasta que las recogen, se va cada uno por su lado con sus esqu¨ªs a hacer sus horas de entrenamiento.
La bi¨®loga y atleta Emelie Forsberg, destacada corredora de trail y de esqu¨ª de monta?a, ha sido una influencia decisiva en Jornet. Su relaci¨®n empez¨® cuando a ¨¦l se le hab¨ªa hecho bola el ¨¦xito por haber ganado todo demasiado pronto y andaba tan desasosegado. Juntos han orientado su manera de vivir y de hacer deporte hacia una mayor sinton¨ªa con la naturaleza y un mayor activismo medioambiental; de ah¨ª, entre otras iniciativas, la creaci¨®n de la Fundaci¨®n Kilian Jornet para la preservaci¨®n de la monta?a y su entorno. Frente al fiordo quieren criar a sus hijas, Maj e Ylva Li, de cinco y tres a?os. Frente al fiordo quieren hacerse viejos. Forsberg seguramente cultivando el huerto que la entusiasma, entre verduras y frutos rojos. Jornet seguramente absorbiendo conocimiento cient¨ªfico, datos. Y los dos corriendo y esquiando hasta que sus cuerpos digan: octogenarios, nonagenarios, centenarios.
Sorprende la respuesta de Jornet cuando se le pide que cite un hito deportivo en la carrera de Forsberg. Porque responde con un hecho biol¨®gico: ¡°Dar a luz¡±.
¡ª?Dar a luz?
¡ªS¨ª. El hecho de crear es brutal. Es¡ Al final es eso: el hecho de crear dentro del cuerpo.
No es la manida cosa masculina de ?cu¨¢n hermoso que la mujer conciba vida! En Jornet es la fascinaci¨®n genuina por un acto superior de ¡°transformaci¨®n de energ¨ªa¡±. En Jornet, deporte y vida son una misma cosa y su respuesta es tan coherente como si lo primero que hubiese resaltado de la trayectoria de su pareja fuese su r¨¦cord en el Cervino, otro hito que apunta: ¡°Fue incre¨ªble c¨®mo se adapt¨® a la monta?a, lo r¨¢pido que corri¨®¡±. Otro hito suyo que menciona tampoco es tan deportivo como de mera sabidur¨ªa. Un d¨ªa subiendo juntos Cho Oyu, en el Himalaya, sexta monta?a m¨¢s alta del planeta, el tiempo se torci¨®. ?l insist¨ªa en seguir. Ella se impuso: ¡°No, no quiero que arriesguemos m¨¢s. No quiero que muramos aqu¨ª¡±.
Le ense?¨® algo clave. ¡°La posibilidad de tomar la decisi¨®n de darse la vuelta, de no tenerle miedo al abandono, abrazarlo. Esto es algo que a m¨ª me cost¨® mucho y que hace un da?o tremendo. Eso del m¨¢s y m¨¢s, de llegar siempre al l¨ªmite. Ahora soy m¨¢s capaz de detenerme¡±. No mucho antes de aquel episodio con su pareja, hab¨ªa estado a punto de morir en una tormenta en el Everest. ¡°Si estoy aqu¨ª es por casualidad, porque conscientemente ignor¨¦ el peligro¡±. Por contra, despu¨¦s de la lecci¨®n de Forsberg, en otra expedici¨®n de Jornet a la cumbre m¨¢s elevada del mundo, en solitario, el clima se puso nefasto y esta vez tir¨® de lo aprendido. ¡°Fui subiendo por donde me dejaba la monta?a, pero sin expectativas, disfrutando del camino que iba descubriendo, hasta que ya el riesgo era demasiado y decid¨ª bajar. Pero antes me sent¨¦, en una arista a 8.300 metros de altura, y mirando el paisaje en calma, pens¨¦: ¡®Esto es la felicidad. Esto es lo m¨¢s bonito que he hecho nunca¡±.
Kilian Jornet hab¨ªa logrado parar.
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