Atrapados y desamparados fuera de Espa?a

Miles de espa?oles est¨¢n viviendo estos d¨ªas una odisea particular para regresar al pa¨ªs desde distintos puntos del planeta y adelantarse in extremis al posible cierre total de las fronteras. En esta carrera desenfrenada por lograr un asiento en un vuelo ¡ªa precios desorbitados¡ª desde la otra parte del mundo, o por algo tan simple como era hasta hace pocos d¨ªas cruzar la raya con Portugal, muchos de estos ciudadanos manifiestan sentirse desamparados por las autoridades espa?olas.

EL PA?S ha recibido numerosas cartas a la directora de personas que se encuentran atrapadas en diferentes pa¨ªses. Cada una con su casu¨ªstica particular: en grupos, en pareja, solos, viajando por trabajo, por turismo¡­ La pandemia les ha pillado fuera de Espa?a y tratan de regresar a toda prisa. Casi todos los que se han dirigido a este peri¨®dico dicen sentirse abandonados por las autoridades espa?olas en los pa¨ªses en los que se encuentran y todos ubican en el pasado domingo el d¨ªa en el que se apercibieron de que quiz¨¢ no podr¨ªan regresar. Exteriores envi¨® un mensaje el viernes 13 de marzo recomendando adelantar el viaje, pero para muchos ya era tarde.

Esta es la respuesta que, desde la Embajada de Yakarta (Indonesia) le dieron el mi¨¦rcoles a Ir¨ªa Abad por correo electr¨®nico: ¡°Nuestro ministerio y autoridades gubernamentales recomiendan a todos los viajeros que se encuentren en Indonesia que regresen a Espa?a, lo antes posible, dada la situaci¨®n cambiante. La movilidad internacional se est¨¢ viendo seriamente restringida y cada d¨ªa aparecen nuevas prohibiciones de entrada emitidas por distintas autoridades. Est¨¢n cancelando vuelos y cerrando fronteras cada d¨ªa, por lo que sopesen la posibilidad de quedarse aislados. Aseg¨²rese de disponer de un seguro m¨¦dico que sufrague posibles cuarentenas, hospitalizaci¨®n y otras emergencias similares porque la embajada no puede hacerse cargo de ello en ning¨²n caso. Del mismo modo, si se quedaran bloqueados, deber¨ªan sufragar los costes de una estancia m¨¢s prolongada. Ante todo, es importante que mantenga la calma y que tome decisiones de forma meditada y sosegada¡±.

Ir¨ªa Abad lo entendi¨® como un ¡°b¨²squese la vida¡± y eso hizo. A ¨²ltima hora del mi¨¦rcoles, en comunicaci¨®n con este peri¨®dico, aseguraba desde Bali, donde se encuentra con su pareja, que hab¨ªan logrado un vuelo para este jueves por la noche con Qatar Airlines, que esperaban que no cancelasen, y recordaba que hab¨ªa m¨¢s espa?oles en la misma situaci¨®n all¨ª.

Como Gema y su novio, que les pill¨® el domingo pasado en Oporto, de viaje tur¨ªstico. Cuando quisieron regresar les cancelaron el ¨²nico vuelo que pudieron comprar. Lograron llegar hasta Lisboa y quisieron comprar otro vuelo a Valencia, su ciudad de destino, pero a la vez que les vend¨ªan un billete, les dec¨ªan que estaban todos los vuelos cancelados: ¡°Era absurdo, nos lo vend¨ªan y cancelaban al mismo tiempo¡±. Decidieron dirigirse a la embajada y all¨ª se encontraron con que ni a ellos, ni a la decena de espa?oles con los que se toparon en la puerta, les dejaban pasar.

¡°Nos atend¨ªan por la rendija de una ventanilla, detr¨¢s de una reja, y se limitaban a darnos un papel con las fronteras terrestres que permanec¨ªan abiertas, sin darnos ninguna otra soluci¨®n, hasta que nos cerraron la ventanilla¡±, se queja. Por un coche de alquiler de Lisboa a Valencia les ped¨ªan 1.800 euros. Acabaron tomando un autob¨²s, ¡°lleno de espa?oles, como sardinas en lata¡±, de Lisboa a Elvas. Y de ah¨ª lograron cruzar la frontera en taxi hasta Badajoz, a solo 10 kil¨®metros. Este jueves atravesaban Ciudad Real en un coche alquilado hacia Valencia.

En Quito hay m¨¢s de 20 enfermeras espa?olas voluntarias que llegaron el 24 de febrero con la asociaci¨®n AISE y que viven pendientes de la cancelaci¨®n de vuelos de Iberia. Han logrado ubicarse ¡°casi todas¡± ¡ªcomprando otro billete¡ª en dos vuelos que previsiblemente partir¨¢n el 20 y el 21 de marzo. Est¨¢n confinadas en un hostal. ¡°Si cancelan los vuelos, el servicio de emergencias consulares nos ha dicho que no tiene c¨®mo repatriarnos, que solo podr¨ªan mantenernos en un hotel¡±, explican.

Desde una casa de monjas de San Jos¨¦ Pinula (Guatemala), Montserrat y su marido tratan de averiguar por d¨®nde salir. Estaban en un viaje privado de cooperaci¨®n con una entidad religiosa desde el 26 de febrero. Reenv¨ªan por correo la respuesta del consulado, que les aconseja seguir las instrucciones de las autoridades locales y les informa de que, debido a las restricciones de todos los pa¨ªses, solo pueden salir v¨ªa M¨¦xico. El mensaje les recuerda que en Espa?a pueden entrar, pero no les da pistas sobre qu¨¦ hacer para llegar.

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