La confrontaci¨®n espa?ola, casi ¨²nica en Europa
Los Gobiernos y oposiciones de los principales Estados del continente evitan la crispaci¨®n en plena crisis, optan por la tregua y a¨ªslan a la extrema derecha
Espa?a emerge de nuevo como excepci¨®n europea, en este caso por la tensi¨®n pol¨ªtica generada a cuenta del coronavirus. Tras las dificultades mostradas hace unos meses para lograr algo tan habitual en el entorno comunitario como un Gobierno de coalici¨®n, la vida pol¨ªtica espa?ola se aleja de la de sus vecinos por la crispaci¨®n exhibida en la gesti¨®n de esta crisis. Con matices, la excepcionalidad del momento ha impuesto treguas en la contienda partidista de los principales pa¨ªses europeos.
Existe una clave que contribuye a aplacar el litigio entre Gobierno y oposici¨®n: el di¨¢logo. Salvo excepciones, esos Ejecutivos europeos consultan peri¨®dicamente ¡ªsea en el arco parlamentario o a trav¨¦s de los poderes territoriales¡ª a otros actores, salvo con los partidos m¨¢s radicales. En Espa?a, el presidente, Pedro S¨¢nchez, ha pasado casi dos semanas sin comunicarse con el l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado, aunque s¨ª lo ha hecho semanalmente con los presidentes de las comunidades aut¨®nomas, entre las que hay Gobiernos del PP.
Esta es la situaci¨®n pol¨ªtica en los principales socios europeos ante la crisis del coronavirus:
ALEMANIA. La pandemia ha aparcado la confrontaci¨®n partidista y ha catapultado el apoyo a la gesti¨®n del Gobierno entre la poblaci¨®n. Una encuesta de la televisi¨®n p¨²blica, ARD, indicaba este fin de semana que el 63% de la poblaci¨®n considera buena o muy buena la gesti¨®n del Gobierno de coalici¨®n entre conservadores y socialdem¨®cratas. La crisis ha reforzado tambi¨¦n a la canciller, Angela Merkel, del centroderecha, y al ministro de Finanzas, el socialdem¨®crata, Olaf Scholz. Para aplicar las medidas de excepci¨®n derivadas del coronavirus, Merkel se re¨²ne con los Estados federados y cada uno las adapta a su realidad. En esos Estados est¨¢n representadas otras fuerzas distintas a las del Gobierno federal (salvo la ultra AFD, excluida de este di¨¢logo).
Algunas voces, como el l¨ªder de Los Verdes, Robert Habeck, s¨ª han discrepado de la posici¨®n del Ejecutivo en Europa, al defender los coronabonos que Berl¨ªn rechaza. M¨¢s cr¨ªtica es la extrema derecha, que sin embargo ha encontrado poco eco entre la poblaci¨®n. La formaci¨®n ultra ha sufrido una considerable ca¨ªda en las encuestas.
FRANCIA. Emmanuel Macron invoc¨® la ¡°uni¨®n sagrada¡± ¡ªun eslogan usado al inicio de la Primera Guerra Mundial¡ª al anunciar hace tres semanas las primeras restricciones a la movilidad por el coronavirus. Desde entonces, no es que el debate pol¨ªtico haya desaparecido, pero el tono ha bajado. Con la excepci¨®n de la l¨ªder de la extrema derecha, Marine Le Pen, principal opositora al presidente, y en menor medida del jefe de la izquierda populista Jean-Luc M¨¦lenchon, es como si la oposici¨®n tradicional hubiese decidido poner el freno de mano sin renunciar a cuestionar las decisiones gubernamentales.
Las cr¨ªticas no han desparecido del todo. A Macron se le reprocha su reacci¨®n tard¨ªa y titubeante, el mantenimiento de la primera vuelta de las elecciones municipales el 15 de marzo o la imprevisi¨®n en el aprovisionamiento de material sanitario. Los tribunales, en paralelo, han recibido denuncias contra las autoridades ¡ªentre ellos el primer ministro, ?douard Philippe¡ª por su gesti¨®n de la pandemia. Esta semana se ha reunido la llamada misi¨®n de informaci¨®n, una comisi¨®n en la Asamblea Nacional ante la que el Gobierno debe rendir cuentas. D¨ªas antes, las leyes de emergencia hab¨ªan recogido el 95% de votos de los diputados.
ITALIA. La turbulenta pol¨ªtica italiana ha sellado un pacto no escrito de unidad nacional que, sin llegar a ser total, ha disipado los tambores de guerra iniciales. En un pa¨ªs acostumbrado a vivir en una campa?a electoral permanente, se ha logrado cierta tregua entre Gobierno y oposici¨®n. Aunque a¨²n queda abierta la brecha entre Roma y las regiones, donde la crispaci¨®n es casi constante, especialmente con Lombard¨ªa.
En l¨ªneas generales, ante la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, como la ha definido el Gobierno, la oposici¨®n se ha acercado al equipo de Giuseppe Conte, que se re¨²ne peri¨®dicamente con el resto de partidos, para involucrarlos en las decisiones, especialmente en las econ¨®micas. ¡°Al menos nos han escuchado y hemos podido hablar directamente con Conte y con los ministros¡±, dijo el pasado 24 de marzo Matteo Salvini, el l¨ªder de la ultraderechista Liga y uno de los m¨¢s combativos con el Gobierno, despu¨¦s de una reuni¨®n convocada por el Ejecutivo para recoger las sugerencias de los partidos de la derecha.
El presidente de la rep¨²blica, Sergio Mattarella, un h¨¢bil ¨¢rbitro de la pol¨ªtica italiana, est¨¢ desempe?ando un papel crucial. En un gesto que revela la gravedad de la situaci¨®n, ha llamado a los l¨ªderes de todos los partidos para pedirles di¨¢logo y unidad.
REINO UNIDO. Boris Johnson ha tenido hasta ahora una oposici¨®n desmantelada, despu¨¦s de su derrota electoral del pasado diciembre, que apenas ha levantado la voz ante el manejo de la crisis por parte del Gobierno. Ha sido la prensa, y parad¨®jicamente la m¨¢s conservadora, la que ha empezado a arremeter contra Downing Street al ver su lentitud en poner en marcha los test necesarios y dotar de mayor protecci¨®n al personal sanitario. Todo cambiar¨¢ a partir de la elecci¨®n, este s¨¢bado, de un nuevo l¨ªder laborista. Justo cuando Johnson enviaba al resto de partidos una carta en la que se?alaba que ¡°como l¨ªderes, tenemos el deber de trabajar juntos en un momento de emergencia nacional¡±, Keir Starmer aprovechaba su discurso de victoria para prometer una oposici¨®n responsable ¡°que no pedir¨¢ demandas imposibles¡±, pero que ¡°se?alar¨¢ errores o lentitudes cuando lo crea necesario, porque comparte el mismo objetivo del Gobierno: salvar vidas y proteger al pa¨ªs¡±.
HOLANDA. La primera se?al de que el Gobierno iba a necesitar el apoyo del Parlamento para hacer frente a la crisis de la Covid-19 fue muy gr¨¢fica: el pasado 19 de marzo, Bruno Bruins, el ministro encargado de gestionar la atenci¨®n m¨¦dica, se desmay¨® el Congreso. Estaba exhausto y tuvo que dimitir. Desde entonces, el Ejecutivo ha dictado medidas de control de la pandemia que cuentan con la aprobaci¨®n del 91% de la poblaci¨®n, seg¨²n la empresa de sondeos I&O. El respaldo ciudadano se repite en el Parlamento, si bien los diputados acribillan a preguntas a los ministros, en especial sobre tres asuntos: la capacidad de las UCI, la ampliaci¨®n de las pruebas diagn¨®sticas, y el control de pasajeros que llegan al pa¨ªs. La pandemia s¨ª ha mellado la popularidad de los dos principales l¨ªderes de la oposici¨®n: los populistas de extrema derecha Geert Wilders (Partido por la Libertad) y Thierry Baudet (Foro para la Democracia). El rechazo frontal es m¨¢s dif¨ªcil ahora, porque el Gobierno tiene apoyos claros dentro y fuera de la C¨¢mara. As¨ª que ambos pol¨ªticos populistas respaldan a rega?adientes al Ejecutivo.
B?LGICA. La Covid-19 ha logrado el milagro de que B¨¦lgica se dote de un Gobierno con plenos poderes tras 454 d¨ªas con un ejecutivo en funciones. Pero la tregua pol¨ªtica pactada por una gran parte del arco parlamentario (desde liberales a izquierda y ecologistas) para afrontar la crisis sanitaria no ha llegado calmar la tensi¨®n territorial siempre encrespada entre Flandes y Valonia, las dos grandes comunidades del pa¨ªs.
Pese a todo, el acuerdo de Gobierno ha acabado aislando a la NVA, el partido independentista que, precisamente, precipit¨® el final de la legislatura y la convocatoria de elecciones anticipadas con la esperanza de ense?orearse definitivamente del Gobierno federal. De momento, el resultado ha sido el inesperado afianzamiento de la primera ministra, la liberal Sophie Wilm¨¦s, que en apenas cinco a?os ha pasado de una vocaci¨®n tard¨ªa por la pol¨ªtica a saltar desde una concejal¨ªa de la periferia de Bruselas a la direcci¨®n del gobierno federal. La crisis de la Covid-19 la ha revelado como una gestora eficaz, pragm¨¢tica y con finura suficiente como para controlar un Gobierno multicolor y minoritario con un Parlamento donde el principal partido (NVA) y el tercero (Vlaams Belang) maquinan d¨ªa y noche para derrotarla.
PORTUGAL. Los plenos parlamentarios contin¨²an en Portugal (con un quinto de diputados para mantener distancias f¨ªsicas), as¨ª como las sesiones quincenales de preguntas al primer ministro. El Gobierno gobierna, pero la comunicaci¨®n es constante entre la Presidencia (a la que corresponde la iniciativa de declarar estados de emergencia), el Gobierno, todos los partidos, sindicatos y asociaciones empresariales. Cada semana hay varias reuniones institucionales donde los l¨ªderes del tejido social son convocados, bien para informar de la situaci¨®n epidemiol¨®gica bien para pedir parecer sobre la renovaci¨®n del estado de emergencia. El mi¨¦rcoles fue aprobada la pr¨®rroga con solo un voto en contra. En periodo tan extraordinario incluso parecen trastocados los papeles de izquierdas y derechas, pues en el pleno del jueves nadie fue tan duro con la banca como el l¨ªder del partido centrista PSD, Rui Rio, quien propuso beneficio cero para el sector en 2020 y 2021. La oposici¨®n al Gobierno es de matices y de casos puntuales, bien por la falta de material sanitario o por la situaci¨®n en las residencias de mayores.
Con informaci¨®n de Ana Carbajosa (Berl¨ªn), Marc Bassets (Par¨ªs), Lorena Pacho (Roma), Rafa de Miguel (Londres), Bernardo de Miguel (Bruselas), Isabel Ferrer (La Haya), Javier Mart¨ªn del Barrio (Lisboa) y Luc¨ªa Abell¨¢n (Madrid).
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