B¨¦lgica forja un Gobierno de emergencia contra el coronavirus tras 454 d¨ªas de par¨¢lisis
Nueve partidos respaldan a la primera ministra Sophie Wilm¨¨s para que el Ejecutivo deje de estar en funciones
Solo una pandemia global ha evitado a B¨¦lgica seguir opositando a mejorar su r¨¦cord de 541 d¨ªas sin Gobierno de 2010-2011. El Parlamento belga ha dado su visto bueno este jueves a Sophie Wilm¨¨s para que siga en el cargo de primera ministra tras 454 d¨ªas de Ejecutivo en funciones. La liberal franc¨®fona llevaba casi cinco meses al mando del pa¨ªs tras suceder al hoy presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pero ahora, tras obtener el respaldo de nueve partidos, contar¨¢ con plenos poderes para actuar contra la expansi¨®n del coronavirus.
Ni las elecciones celebradas en mayo del pasado a?o, ni el largo desfile de dirigentes que han asumido del rey Felipe la tarea de formar Gobierno han servido para que B¨¦lgica volviera a conocer la estabilidad. En noviembre de 2018, una disputa sobre la gesti¨®n de la inmigraci¨®n entre los nacionalistas flamencos, partidarios de m¨¢s dureza, y los liberales franc¨®fonos, decididos a respetar el Pacto Migratorio de la ONU, dio la puntilla a la coalici¨®n de cuatro partidos que dirig¨ªa el pa¨ªs.
Desde entonces, legalmente solo pod¨ªa hacerse cargo de los llamados asuntos corrientes. La elevada descentralizaci¨®n del poder en las tres regiones belgas (Bruselas, Flandes y Valonia), evit¨® que el pa¨ªs quedara paralizado. Pero la crisis del coronavirus supuso una prueba mayor para medir hasta d¨®nde era capaz de llevar su pulso la clase pol¨ªtica belga, bloqueada por la eterna rivalidad entre los socialistas franc¨®fonos y los nacionalistas flamencos, las dos mayores fuerzas del pa¨ªs. Finalmente, el sentido de la responsabilidad de algunos de los l¨ªderes del fragmentado panorama belga permitir¨¢ dotar a Wilm¨¨s de m¨¢s margen de actuaci¨®n. As¨ª lo decidi¨® un Parlamento casi vac¨ªo, al que solo asistieron los jefes de cada grupo para evitar contagios, y en el que pudo percibirse que el alcance de la tregua es limitado.
¡°El miedo a contagiarse de la N-VA era m¨¢s importante que el temor a contagiarse por el virus¡±, espet¨® Peter De Roover, jefe de grupo de los nacionalistas flamencos. El mensaje, cargado de furia, culpaba a los partidos franc¨®fonos de la par¨¢lisis ante el repetido rechazo de los socialistas a aceptar su presencia en una coalici¨®n de Gobierno. Como respuesta, la N-VA fue uno de los que se opuso a la elecci¨®n de Wilm¨¨s, igual que los ultraderechistas flamencos del Vlaams Belang y la extrema izquierda del PTB.
En total, le brindaron su apoyo 88 diputados de un batiburrillo de partidos de izquierda, centristas, liberales y ecologistas, con 44 votos en contra y cero abstenciones. Wilm¨¨s recibir¨¢ tambi¨¦n poderes especiales para luchar contra el virus, pudiendo promulgar determinadas leyes sin pasar por el largo proceso legislativo en el Parlamento. Hasta este jueves, B¨¦lgica roza los 2.000 infectados detectados, y supera la veintena de fallecidos.
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