Cae una organizaci¨®n de narcotraficantes en M¨¢laga que excavaban t¨²neles para tener electricidad

Demasiados cables en un cuadro el¨¦ctrico p¨²blico suelen esconder alguna ilegalidad. Tambi¨¦n un aumento repentino y exagerado del consumo de luz de una vivienda o cualquier otro recinto. Generalmente se debe a los equipos para hacer crecer marihuana bajo techo. Era lo que sospechaban un grupo de investigadores de la Polic¨ªa Nacional de Antequera (M¨¢laga, 41.239 habitantes), que hab¨ªan puesto sus miras en una nave industrial, pero cuando acudieron con los t¨¦cnicos de la compa?¨ªa el¨¦ctrica a comprobar el contador, no encontraban nada raro. ¡°No hab¨ªa conexi¨®n fraudulenta¡±, cuenta uno de los agentes. El consumo alcanzaba unos 25.000 euros mensuales ¨Ddefraudados y no pagados¨D pero era imposible dar con el origen: la conexi¨®n estaba oculta varios metros bajo tierra y los cables conectados a la red general gracias a la construcci¨®n de un t¨²nel. Es solo una de las sofisticadas estrategias utilizadas por una organizaci¨®n de narcotraficantes chinos desmantelada en M¨¢laga y que ha acabado con la detenci¨®n de 19 personas de dicha nacionalidad y la incautaci¨®n de 9.000 plantas de marihuana.

M¨¢laga es una de las provincias que m¨¢s marihuana produce en todo el pa¨ªs y las operaciones policiales son constantes. Sin embargo, esta, denominada Drag¨®n, aporta una novedad: es el primer gran golpe a una de las diversas mafias chinas asentadas en Espa?a dedicadas al cultivo de esta sustancia. Lo hacen en puntos tan dispares como Valencia, Madrid o Galicia, pero ahora tambi¨¦n la Costa del Sol. Como en todos los recientes casos, se trataba de un grupo herm¨¦tico, de gran profesionalidad y sin contacto con ninguna otra clase de delincuencia. Por eso se ha necesitado un exhaustivo trabajo durante seis meses para atar todos los cabos de esta investigaci¨®n, que comenz¨® en agosto de 2019 en dos puntos de partida independientes. Uno de ellos, en Mijas (M¨¢laga, 80.630 habitantes). All¨ª, la Guardia Civil hab¨ªa descubierto una plantaci¨®n bajo techo de marihuana oculta en un chal¨¦ de grandes dimensiones de esta localidad. Por otro, en Antequera, donde la Polic¨ªa Nacional llevaba a cabo una investigaci¨®n de un grupo de personas de origen chino por tr¨¢fico de marihuana. Al compartir informaci¨®n, comprobaron que sus caminos se dirig¨ªan hacia la misma organizaci¨®n. A partir de ah¨ª, aunaron esfuerzos.

La primera vez que los agentes de Antequera entraron a una de las naves sospechosas, sus responsables acababan de huir con lo puesto. All¨ª hab¨ªa un centenar de plantas y todo el equipo necesario para su cultivo. La segunda no tuvieron la misma suerte. El consumo el¨¦ctrico en la zona y la vigilancia terminaron por ubicar una plantaci¨®n ilegal en otra nave de un pol¨ªgono industrial. Al entrar, los polic¨ªas se sorprendieron. ¡°Jam¨¢s hab¨ªamos visto tanta sofisticaci¨®n¡±, asegura uno de ellos. El interior estaba dividido con paneles de pladur en zonas de cultivo y secaderos. Dispon¨ªan de todo lo necesario para acelerar el crecimiento de las plantas, entre otros muchos materiales. Los investigadores tambi¨¦n dieron all¨ª con una pista importante: la marihuana estaba siendo enviada a trav¨¦s de paquetes postales a media Europa.

Env¨ªos postales a diferentes pa¨ªses europeos

Ah¨ª arranc¨® un control a diversas empresas de paqueter¨ªa y, gota a gota, apareci¨® un mar de marihuana. Los env¨ªos se realizaban en cajas de entre 10 y 20 kilos a pa¨ªses como Italia, Francia, Alemania o Reino Unido. En su interior, la droga envasada al vac¨ªo y envuelta en varios materiales para que pasara los controles, aunque no pudo con los perros polic¨ªa, que detectaban siempre el estupefaciente. Esa labor permiti¨® tambi¨¦n identificar al cabecilla de la organizaci¨®n y, tambi¨¦n, ver que hab¨ªa ramificaciones por diversos puntos de la geograf¨ªa malague?a. Contaba con naves industriales y chal¨¦s con grandes s¨®tanos en municipios de la provincia como Alhaur¨ªn de la Torre, Colmenar, Fuengirola y Manilva, mientras que los principales responsables resid¨ªan en la capital.

En cada instalaci¨®n se repet¨ªa el mismo patr¨®n: las plantaciones eran cuidadas durante las 24 horas del d¨ªa por una o m¨¢s personas, que jam¨¢s sal¨ªan del recinto. Intermediarios les llevaban todos los materiales necesarios para el cultivo desde material de iluminaci¨®n y piezas de repuesto hasta tierra y abonos. Sus supuestas identidades, adem¨¢s, eran usadas para los contratos de alquiler, de tal manera que los cabecillas de la red elud¨ªan responsabilidades. Estos cuidadores, adem¨¢s, viv¨ªan en malas condiciones de salubridad y sometidos a un f¨¦rreo control de los l¨ªderes de la organizaci¨®n. ¡°Seguro que muchos se han alegrado de la operaci¨®n, eran explotados laboralmente¡±, cuenta el polic¨ªa. Algunos ten¨ªan que dormir en el suelo o viv¨ªan rodeados, literalmente, de marihuana: todas las habitaciones de una vivienda ten¨ªan plantas, menos una peque?a donde pod¨ªan dormir y donde dispon¨ªan de min¨²sculas cocinas sin apenas higiene.

Finalmente, el pasado 12 de febrero, Polic¨ªa Nacional y Guardia Civil llevaban a cabo una decena de registros de manera simult¨¢nea en tres naves industriales, seis chalets y dos pisos. En ellos se incautaron 11.000 plantas de marihuana -algunos paquetes estaban escondidos tambi¨¦n a 1,5 metros bajo tierra- as¨ª como cuatro veh¨ªculos de alta gama, 19.000 euros en efectivo y numerosa documentaci¨®n, como pasaportes falsos, contratos de alquiler o los resguardos de los env¨ªos de paqueter¨ªa.

La operaci¨®n ha culminado con la detenci¨®n de 19 personas de origen chino, de las que 13 ya est¨¢n en prisi¨®n. Se les imputa una amplia ristra de delitos: pertenencia a grupo criminal, tr¨¢fico de drogas, defraudaci¨®n del fluido el¨¦ctrico, falsificaci¨®n de documentos, robo con violencia e intimidaci¨®n, robo con fuerza y estancia ilegal. La investigaci¨®n sigue abierta y no se descartan nuevas intervenciones policiales.