Nouredine, un yihadista de manual
La Polic¨ªa detiene en Guadalix (Madrid) a un hombre autoradicalizado con libros sobre t¨¦cnicas de atropellamientos masivos y degollamientos
Nouredine, un marroqu¨ª de 34 a?os residente desde 2003 en Guadalix de la Sierra (Madrid, 6.200 habitantes), comenz¨® a acumular manuales yihadistas hace un a?o aproximadamente. Los agentes de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional encontraron en su habitaci¨®n toda clase de publicaciones sobre t¨¦cnicas para adquirir un cami¨®n sin levantar sospechas para atropellar a peatones, degollar a personas o fabricar explosivos. Tambi¨¦n ten¨ªa juegos para adoctrinar a menores en el odio a las costumbres occidentales. En poco tiempo se hab¨ªa hecho con ¡°gran parte de las publicaciones que difunde el Estado Isl¨¢mico [ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s] por sus canales y redes de propaganda¡±, aseguran los investigadores.
Cuando en la madrugada del mi¨¦rcoles, los agentes entraron en la casa en la que vive con sus padres y sus hermanos en Guadalix, ninguno de sus moradores se sorprendi¨® en exceso. ¡°Tras el susto, reconocieron que se lo esperaban¡±, aseguran fuentes de la investigaci¨®n, en la que han participado el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y Europol.
Nouredine llevaba a?os trabajando de alba?il en Madrid, adonde iba y ven¨ªa en transporte p¨²blico. Nunca fue un chico de muchas amistades ni de salir, seg¨²n los investigadores, pero ten¨ªa una vida virtual muy intensa. ¡°Era un perfecto dominador de la llamada Internet oscura¡±, aseguran los agentes. ¡°Ah¨ª dentro era un l¨ªder y una suerte de esp¨ªa del Estado Isl¨¢mico, porque identificaba y se?alaba a todos aquellos que se sal¨ªan de los preceptos de la corriente salafista radical¡±. Ten¨ªa muchos perfiles en redes sociales y de mensajer¨ªa instant¨¢nea, y tomaba muchas medidas de seguridad para evitar ser detectado. Los investigadores detectaron contactos con ¡°individuos del Estado Isl¨¢mico que se encontraban sobre el terreno¡±.
Desde hace un a?o, esa vida oculta, comenz¨® a tener manifestaciones visibles. ¡°Se rap¨® la cabeza, se dej¨® la barba muy larga, comenz¨® a vestir h¨¢bitos blancos de purificaci¨®n...¡± En la etapa de confinamiento por la pandemia dej¨® el trabajo como alba?il con una excusa falsa a su jefe. En eso momento, la polic¨ªa decidi¨® actuar ante la posibilidad de que pudiera atentar: ¡°Es un lobo solitario en toda regla¡±, aseguran.
Se autodenominaba ¡°hijo del Estado Isl¨¢mico¡± y, en los ¨²ltimos meses, se hab¨ªa centrado en su actividad radical, elevando la agresividad de sus mensajes.
Los investigadores desconocen qu¨¦ pudo desencadenar su autoradicalicaci¨®n, porque aunque ¡°rezaba en su casa asiduamente¡± no era un habitual de las mezquitas. Hab¨ªa sido detenido en varias ocasiones por asuntos de menudeo de droga y por hurtos, aseguran fuentes de la investigaci¨®n. ¡°Incluso lleg¨® a agredir a un polic¨ªa en una ocasi¨®n, en 2012, en ?vila¡±, recuerdan.
En sus ¨²ltimos mensajes ¡°se mofaba de las numerosas v¨ªctimas mortales, deseando la propagaci¨®n del virus y afirmando que se trataba de ¡°un castigo de Al¨¢¡±; se?alaba la nota policial. ¡°Su creciente peligrosidad, junto con las amenazas proferidas en redes sociales contra nuestro pa¨ªs y otras naciones, como Israel y EE UU, precipitaron su detenci¨®n¡±, aseguraba la nota.
Ahora est¨¢ acusado de pertenencia a organizaci¨®n terrorista, autoadoctrinamiento y autocapacitaci¨®n. La investigaci¨®n fue dirigida y coordinada por la Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional y el Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 6, que decret¨® el viernes su ingreso en prisi¨®n.
En los ¨²ltimos meses, la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n ha realizado cinco operaciones policiales en las que ha detenido a 11 presuntos yihadistas, algunos de los cuales hab¨ªan manifestado su disponibilidad para materializar alg¨²n tipo de atentado en nuestro pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.