Los populares se apuntan al club de los ¡®frugales¡¯
El partido de Casado reclama en las conclusiones de la comisi¨®n de reconstrucci¨®n ¡°mayor disciplina¡± fiscal
¡°Gasten cuanto puedan¡±. Como receta de pol¨ªtica econ¨®mica puede parecer una invitaci¨®n a comerse el foie gras a cucharadas directamente de la lata, pero ese es tal vez el mejor consejo para esta crisis. Y no procede de un izquierdista radical, sino del muy liberal Fondo Monetario Internacional. A diferencia de lo que ocurri¨® en la Gran Recesi¨®n, esta vez Europa no se ha desmarcado del consenso y queda claro que hay que optar por los est¨ªmulos para mitigar los efectos de la covid.
Bruselas fijar¨¢ el momento de frenar, pero ya est¨¢ claro que 2020 no ser¨¢ a?o de recortes. Y 2021 tampoco: el d¨¦ficit bajar¨¢ ese a?o por el efecto del crecimiento, no por la tijera de la austeridad. Los documentos de conclusiones de los partidos en la comisi¨®n de reconstrucci¨®n pasan de puntillas por ese asunto crucial para Espa?a. Son un compendio de vaguedades aderezado con un sinn¨²mero de ambig¨¹edades constructivas: hay m¨¢s an¨¢lisis pretendidamente sesudos que propuestas contantes y sonantes, salvo quiz¨¢ en sanidad, y todo ese torrente de palabras ¡ªhay cientos de folios en total¡ª tiene como ¨²nico objetivo tender puentes para forjar acuerdos en el Congreso, quien sabe si incluso mirando hacia el presupuesto. PSOE, Podemos y Cs esquivan cualquier pol¨¦mica fiscal. Y tambi¨¦n el PP, salvo por un detalle: ¡°Hay que impulsar una mayor disciplina presupuestaria a nivel europeo¡±, dicen sin tapujos los populares.
El PP de Pablo Casado no reclama recortes desde ya, pero en el documento hay continuas referencias a la necesidad de ¡°adoptar medidas para garantizar la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas¡±. ¡°La no sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas se convierte en un lastre que impide disponer de margen fiscal¡±, a?ade m¨¢s adelante. El Banco de Espa?a y el propio Ejecutivo han hecho en las ¨²ltimas semanas alusiones a la necesidad de establecer un calendario para garantizar eso tan et¨¦reo de la sostenibilidad ¡ªtraducci¨®n b¨ªblica: cuadrar las cuentas¡ª, pero vinculando los futuros ajustes con los espejismos del siempre difuso medio plazo. El PP no aclara el horizonte temporal de los recortes, pero s¨ª introduce una y otra vez referencias a que Espa?a ¡°est¨¢ incurriendo en niveles de d¨¦ficit y deuda que van a ser muy dif¨ªciles de superar¡±. Las prisas son evidentes.
El texto es mucho menos directo en referencia a la condicionalidad de los 750.000 millones en ayudas de la UE. El PP europeo ha maniobrado en Bruselas para reforzar los controles de ese dinero, en l¨ªnea con Pa¨ªses Bajos y el resto de pa¨ªses mal llamados frugales; el PP espa?ol, que apoya esa posici¨®n en la Euroc¨¢mara, pasa aqu¨ª pr¨¢cticamente de largo por ese mel¨®n, que tiene que abrirse definitivamente en las pr¨®ximas semanas. Tan solo se reclaman ¡°evaluaciones peri¨®dicas¡± para que los fondos se gasten adecuadamente en las agendas verde y digital, sin perder de vista, a la corta, el turismo, el comercio y la automoci¨®n.
Casado se ha quedado casi sin economistas a su lado: hace tiempo que se fueron los Montoro, Guindos y Nadal; Daniel Lacalle ha desaparecido, el diputado Mario Garc¨¦s est¨¢ medio escondido y solo Elvira Rodr¨ªguez tiene un papel destacado, pese a que la pol¨ªtica espa?ola de los meses venideros ser¨¢ b¨¢sicamente pol¨ªtica econ¨®mica. Quiz¨¢ por eso el resto del recetario es m¨¢s o menos lo de siempre: referencias a la sostenibilidad fiscal pero sin apenas hablar de los ingresos fiscales (las subidas de impuestos ser¨¢n la madre del cordero de las pr¨®ximas cuentas p¨²blicas); flexibilidad laboral ¡°pactada¡± combinada con una rebaja de la temporalidad (algo que en Espa?a es casi como soplar y sorber a la vez); un aplauso a las ayudas europeas que incluye un extra?o toque de atenci¨®n al BCE y a ¡°los l¨ªmites de la pol¨ªtica monetaria y el desgaste que el recurso indiscriminado a la misma produce¡±; y alg¨²n acierto indiscutible como exigir que la flexibilizaci¨®n de las ayudas de Estado en la UE termine en 2020, ante la posibilidad de que Alemania acabe rompiendo el mercado interior si sigue inyectando dinero p¨²blico en sus empresas.
Alemania, en fin, es el ejemplo a seguir a juzgar por las propuestas del PP, pero incluso los m¨¢s duros en Berl¨ªn, con Wolfgang Sch?uble a la cabeza ¡ªaunque llamar duro a Sch?uble sea como definir a Messi como mediapunta¡ª, han dejado claro que esta vez hay que gastar para salir del pozo. Con esa extravagancia de usar las conclusiones de la comisi¨®n de reconstrucci¨®n para pedir ¡°disciplina fiscal¡± a la UE, el PP corre el riesgo de convertirse en una rareza ya no en el Sur de Europa, sino entre los grandes partidos de todo el Atl¨¢ntico Norte, salvo por los frugales.
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