La trinidad electoral de Catalu?a
Los comicios auton¨®micos est¨¢n pendientes de Waterloo, el Supremo y Quim Torra
Waterloo, el Tribunal Supremo y Quim Torra, en una suerte de extra?o consorcio trinitario, ser¨¢n quienes decidan cu¨¢ndo se celebrar¨¢n las pr¨®ximas elecciones en Catalu?a. Esta tesis se ha convertido en doctrina oficial en Esquerra Republicana, a quienes las encuestas dan como vencedores en los pr¨®ximos comicios a celebrar tal vez en octubre ¡ªcomo hasta hace unos d¨ªas se pensaba¡ª, quiz¨¢s en noviembre ¡ªcomo se opina mayoritariamente ahora¡ª, o, como m¨¢ximo, en diciembre.
La explicaci¨®n que dan los republicanos es sencilla. Por Waterloo se refieren al peso indudable que en la decisi¨®n de convocar a las urnas tendr¨¢ Carles Puigdemont, cabeza de lista eterno y principal activo pol¨ªtico de Junts. El Supremo es quien el 17 de septiembre revisar¨¢ la condena que inhabilita por desobediencia a Quim Torra. Por ¨²ltimo, es el president quien tiene el bot¨®n rojo de la convocatoria y el que en los ¨²ltimos meses ha estado marcando perfil propio para no pasar a la historia como un simple vicario de Puigdemont realquilado en las dependencias del Palau.
El 29 de enero, Quim Torra proclamaba de manera solemne el final anticipado de una legislatura que ¡°ya no tiene m¨¢s recorrido pol¨ªtico¡±, y anunciaba elecciones cuando se aprobaran los Presupuestos. ¡°Ning¨²n Gobierno puede funcionar sin unidad, sin una estrategia com¨²n y compartida, sin lealtad entre los socios¡±, concluy¨® en un puyazo a Esquerra Republicana.
El 19 de abril, Torra compareci¨® ante los corresponsales extranjeros y asegur¨® que con la pandemia ¡°nadie entender¨ªa que hubiera elecciones y ni siquiera que pusiera una fecha¡±. ¡°Estamos focalizados en esta grav¨ªsima situaci¨®n¡±, concluy¨®. Otro aplazamiento de los comicios que Torra no desaprovech¨® para criticar a sus socios de Esquerra por su gesti¨®n sanitaria o de las residencias de ancianos. Hace unos d¨ªas, Junts intent¨® que el Parlament destituyera al director de Catalunya R¨¤dio, Sa¨¹l Gordillo (propuesto por Esquerra), por la dimisi¨®n de M¨°nica Terribas, responsable del programa de m¨¢xima audiencia de la cadena p¨²blica y periodista apreciada por el puigdemontismo. Otra evidencia de que los socios comparten cama en estado de vigilia permanente y con el cuchillo bajo la almohada.
Por si fuera poco, la revocaci¨®n de la semilibertad a los presos independentistas del proc¨¦s pone en tela de juicio la estrategia negociadora de ERC con el Gobierno central frente a la pureza que predica Waterloo. ¡°Parece que la Fiscal¨ªa le haga la campa?a a Junts¡±, se quejan los republicanos, quienes contin¨²an sus contactos discretos con el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez. Mientras, Junts recorta distancias electorales con ERC con continuas referencias a la ¡°represi¨®n¡± y con Torra neg¨¢ndose a asistir a reuniones multilaterales como la Conferencia de Presidentes auton¨®micos del viernes en La Rioja.
Esa cadena de desacuerdos ha hecho que todos los partidos tengan la maquinaria electoral a punto. Socialistas, Ciudadanos, comunes y republicanos est¨¢n preparados a la espera de fecha. ¡°Hace dos semanas hubiera dicho que las elecciones se celebrar¨ªan el 4 de octubre, pero ahora apuesto por el 15 de noviembre¡±, asegura un dirigente del PSC. Entre los l¨ªderes de Junts hay quien, como Jordi S¨¤nchez, sugiere proponer a los socios de Esquerra la investidura de un nuevo presidente que agote la legislatura si el Supremo confirma la inhabilitaci¨®n de Torra. Los republicanos, en plena separaci¨®n de bienes, no est¨¢n dispuestos a esta aventura que necesitar¨ªa contar tambi¨¦n con los anticapitalistas de la CUP. Demasiada filigrana para una carambola. Y es que el partido de Puigdemont necesita, como un Boeing 747, una larga pista para despegar. Junts est¨¢ en proceso de formaci¨®n: hasta el 9 de agosto no elegir¨¢ a su presidente y su direcci¨®n ejecutiva y deber¨¢ esperar al 3 de octubre para aprobar su estrategia pol¨ªtica e ideol¨®gica, una compleja tarea para el que aspira a ser el catch-all party [el partido atr¨¢palotodo] del independentismo. Y la receta no le va mal, pues cada vez recorta m¨¢s distancias con ERC: mientras la intenci¨®n directa de voto es favorable a los republicanos, la ¨²ltima encuesta del CIS catal¨¢n arroja un casi empate.
Y ello a pesar de que los afines a Puigdemont violaran los estatutos del PDeCAT para hacerse con las siglas de Junts. Es una inc¨®gnita saber qu¨¦ suceder¨¢ en el centro-derecha catal¨¢n. Si el partido fundado por Artur Mas acepta un pacto con la formaci¨®n de Puigdemont, que le ha robado la marca electoral, puede perder muchas plumas. La implosi¨®n del PDeCAT podr¨ªa ser aprovechada por el Partit Nacionalista de Catalunya. La irrupci¨®n parlamentaria del PNC ¡ªpartido disidente del unilateralismo de Puigdemont y que apuesta por la legalidad¡ª podr¨ªa complicar la papeleta a Junts. El PDeCAT, por su parte, est¨¢ amenazado judicialmente como heredero del caso 3%, las comisiones que alterando concursos iban presuntamente a parar las arcas de Converg¨¨ncia.
En este complejo panorama, Puigdemont ha sembrado dudas sobre si va a presentarse como cabeza de lista. ¡°No las tiene todas consigo y primero quiere saber si hay agua suficiente en la piscina¡±, aseguran los posconvergentes. Junts quiere revalidar su triunfo sobre ERC. Todo ello provoca pugnas por el segundo puesto tras el l¨ªder de Waterloo. Hay incluso quien afirma que la diputada Laura Borr¨¤s ¡ªinvestigada por el Supremo por trocear contratos¡ª quiere volver a ser consejera del Gobierno catal¨¢n para que el caso vaya al Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a y as¨ª ganar tiempo para hacer t¨¢ndem electoral con Puigdemont.
Por ahora, una de las pocas cosas que parecen claras es que Torra no quiere que el Supremo sea quien convoque las elecciones. Y para ello espera el momento propagand¨ªstico oportuno. La inc¨®gnita se despejar¨¢ a partir del 17 de septiembre. La soluci¨®n al bucle es otra cosa.
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