¡°En Argelia ya no nos queda nada¡±
Uno de cada cuatro migrantes que llega a las costas espa?olas es argelino: las mafias encuentran su sitio, la ruta est¨¢ en auge y el pa¨ªs en decadencia
Pasan a?os pensando en su partida. Trabajan con el ¨²nico objetivo de pagarse su pasaje en una patera. Lo intentan dos, tres y hasta cuatro veces. Logran llegar a Espa?a, les expulsan y, meses o a?os m¨¢s tarde, lo vuelven a intentar. Temen morir en el camino, pero aseguran que es mejor que permanecer en Argelia. Uno de cada cuatro migrantes que llega en patera a Espa?a es argelino; la ruta est¨¢ en auge, el pa¨ªs africano en decadencia y las autoridades en alerta. ¡°El aumento de llegadas y salidas por mar es la fr¨ªa consecuencia de la desesperaci¨®n de los j¨®venes frente a un r¨¦gimen que cierra todas las puertas ante las demandas ciudadanas de cambio pol¨ªtico, de libertad, justicia y dignidad¡±, explica el polit¨®logo argelino Raouf Farrah. ¡°La catastr¨®fica gesti¨®n de la crisis de la covid-19 y un contexto socioecon¨®mico muy delicado han agravado esta desesperaci¨®n¡±, a?ade.
Ali B., de 32 a?os, era pintor y ayudaba a su padre en el campo, pero no encontraba la manera de prosperar. Se subi¨® a una patera en noviembre de 2017 y desembarc¨® en Cartagena (Murcia) junto a m¨¢s de 500 personas, en la llegada m¨¢s multitudinaria que se recuerda en la regi¨®n. Fue internado y expulsado, pero volvi¨® a intentarlo. En 2018 y en 2019. Hasta que, en junio de 2020, su barco lleg¨® a un puerto murciano. ¡°Yo solo trabajaba para poder pagarme el viaje¡±, cuenta. Ali mantiene que no ve¨ªa otra opci¨®n que emigrar, que sus hermanas son asm¨¢ticas y no reciben el tratamiento que necesitan en su pa¨ªs y que quer¨ªa ayudar. A escondidas de la familia, se embarc¨® a las cuatro de la ma?ana junto a diez amigos en una patera de cuatro metros y un motor de poca potencia. Pagaron 850 euros cada uno y pasaron 22 horas en el mar. ¡°Rezamos durante todo el viaje, el mar estaba revuelto y tuvimos mucho miedo¡±, recuerda.
Argelia vive un momento cr¨ªtico. La pandemia ha frenado el Hirak, el movimiento de protestas pac¨ªficas contra el actual sistema de Gobierno, iniciado en febrero de 2019, pero el malestar y la sensaci¨®n de opresi¨®n de la poblaci¨®n va en aumento, sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes. ¡°En el contexto de la pandemia, la sensaci¨®n de mala vida e injusticia son muy fuertes. Nuevos problemas como las restricciones a la movilidad, la crisis de liquidez y la falta de oportunidades en la econom¨ªa informal se han sumado a los viejos males¡±, se?ala Farrah, que es analista senior del centro de estudios Global Initiative Against Transnational Organized Crime. ¡°A esto se suman las violaciones de las libertades, el hostigamiento judicial contra activistas y ciudadanos y el autoritarismo de un r¨¦gimen agonizante, pero reacio a cualquier idea de cambio democr¨¢tico¡±, argumenta el polit¨®logo. A la crisis social, adem¨¢s, se a?ade el prolongado deterioro econ¨®mico derivado del desplome de los precios del petr¨®leo, en un pa¨ªs extremadamente dependiente de los hidrocarburos, y el acusado desempleo juvenil.
La patera, la ¨²ltima opci¨®n
Licenciado en Literatura y con el sue?o de convertirse en profesor de Educaci¨®n F¨ªsica, Zakaria G., de 25 a?os, organiz¨® en febrero su propio viaje a Espa?a en un peque?o bote de madera. ¡°Yo vend¨ªa pescado, porque la mayor¨ªa de la gente con estudios no encuentra trabajo. Con el Hirak hab¨ªa cierta esperanza, pero al ver que no se mueve nada somos muchos los que queremos marcharnos. En Argelia no nos queda nada¡±, cuenta en la sede de Cepaim (Consorcio de Entidades para la Acci¨®n Integral con Migrantes), la organizaci¨®n que lo acoge en Torre Pacheco (Murcia). ¡°Venir en patera era mi ¨²ltima opci¨®n, pero intent¨¦ que me diesen un visado para estudiar en Francia y me lo denegaron. Europa es un sue?o para m¨ª, quiero seguir estudiando¡±, asegura. Sali¨® de casa a escondidas porque asegura que sus padres le habr¨ªan impedido marcharse. ¡°Me sent¨ª muy peque?o en alta mar. Pasamos mucho fr¨ªo y miedo porque nos quedamos sin gasolina¡±.
Las autoridades dedicadas al control de fronteras llevan desde el a?o pasado estudiando los cambios que ha experimentado el corredor migratorio desde Argelia. La ruta, especialmente activa durante los meses de oto?o, ha dejado de ser estacional y es ahora menos predecible. En 2019, el goteo de desembarcos fue constante, con independencia de la ¨¦poca del a?o; y, mientras las llegadas a las costas espa?olas ca¨ªan a la mitad respecto a 2018, el n¨²mero de argelinos apenas descendi¨®. Hasta finales de julio hab¨ªan desembarcado en Espa?a algo m¨¢s de 2.600 argelinos, seg¨²n datos de la agencia europea de fronteras (Frontex) recogidos en un informe interno de la Comisi¨®n Europea. Suponen una cuarta parte de todos los migrantes llegados por v¨ªa mar¨ªtima en lo que va de a?o (10.077, un 35% menos que el a?o pasado) y son, seg¨²n Acnur, la principal nacionalidad. En los barcos, adem¨¢s, viene gente cada vez m¨¢s joven, seg¨²n se?alan entidades de acogida.
Frontex tambi¨¦n ha dado cuenta en varios de sus an¨¢lisis de otra novedad: la consolidaci¨®n de redes organizadas. Los emigrantes argelinos, tradicionalmente, preparaban sus propios viajes, compraban un barco entre conocidos y se lanzaban al mar, pero los intermediarios vienen ganando espacio. Ofrecen lanchas mejor preparadas que cubren la ruta en pocas horas y consiguen organizar salidas simult¨¢neas que desbordan a las autoridades locales y espa?olas. As¨ª llegaron entre el 24 y el 25 de julio m¨¢s de 700 migrantes a Murcia y Almer¨ªa.
No es dif¨ªcil encontrar a los intermediarios ni a emigrantes que quieran ocupar sus barcos. En Facebook o en los caf¨¦s de las ciudades costeras se organizan los viajes. Mohamed B., un vendedor de ropa de 37 a?os, acab¨® acudiendo a ellos despu¨¦s de haberlo intentado por su cuenta dos veces y volver escoltado a tierra por los guardacostas. Empe?¨® todos los objetos de valor de su madre y su mujer y pag¨® 3.000 euros por su plaza en una lancha de gran potencia que tard¨® apenas tres horas en llegar a Murcia. ¡°Llevaba cuatro a?os intentando marcharme. La situaci¨®n en Argelia est¨¢ destrozada. Todos venimos buscando una vida mejor aqu¨ª¡±, resume.
La descoordinaci¨®n entre las Administraciones regionales y nacionales ante la llegada de pateras ha dejado escenas de caos en las ¨²ltimas semanas. Decenas de personas han dormido durante d¨ªas en el suelo del puerto de Cartagena y se han tenido que improvisar espacios para garantizar la cuarentena de aquellos que viajaron junto a compa?eros que resultaron ser casos positivos de covid-19. Los sindicatos de Polic¨ªa y Guardia Civil, cuyos agentes deben garantizar el aislamiento, han denunciado la falta de medios y se han producido fugas. ¡°No todos entienden por qu¨¦ est¨¢n encerrados en un polideportivo. Otros tienen a sus familiares esper¨¢ndoles y otros no se creen que su encierro es una medida sanitaria, temen ser devueltos¡±, explica bajo anonimato una trabajadora social. Las repatriaciones forzosas a Argelia siguen, de momento, paralizadas, debido a la pandemia.
Abdelrrahan T., de 28 a?os, es el ¨²nico que se permite emocionarse al hablar de su partida y de su madre. Un ligero temblor le recorre el cuerpo hasta llegar a las manos. Parecen nervios, pero es el resultado de a?os de dolor f¨ªsico. Una cicatriz enorme le recorre la columna, tiene una deformaci¨®n en el pie y cuenta que lleg¨® a estar postrado en la cama con pa?ales. ¡°Cada vez que iba al m¨¦dico era peor. Se me paraliz¨® medio cuerpo¡±, recuerda. ¡°Mi minusval¨ªa no me permite trabajar y la ¨²nica ayuda que recib¨ªa del Estado eran 15 euros. Me convert¨ª en una carga para mis padres. Necesito un tratamiento y aqu¨ª hay humanidad¡±. Su situaci¨®n era tan delicada, asegura, que le permitieron viajar gratis. ¡°En Argelia ten¨ªa la vida perdida¡±.
Bulos sobre desembarcos inminentes
Todas las autoridades pol¨ªticas y policiales consultadas para este reportaje coinciden en que pueden realizarse proyecciones pero no es posible prever cu¨¢ndo ni cu¨¢ntas pateras llegar¨¢n a Espa?a. Ni en los pr¨®ximos d¨ªas, ni en los pr¨®ximos meses. La ultraderecha, sin embargo, ha aprovechado los recientes desembarcos y las fugas para hacer su propia campa?a apuntando a los inmigrantes como foco de contagio y anunciando llegadas masivas e inminentes.
Entre las informaciones que han circulado destaca la afirmaci¨®n de que un avi¨®n de Frontex hab¨ªa avistado en el puerto argelino de Mostaganem 500 pateras listas para zarpar, lo que supondr¨ªa la llegada de al menos 5.000 personas. Dos fuentes policiales y la propia agencia de fronteras europea han desmentido esta informaci¨®n y aclarado que los aviones de Frontex no est¨¢n autorizados a sobrevolar el espacio a¨¦reo argelino. "Frontex no ha realizado ning¨²n vuelo de vigilancia cerca de la costa de Argelia y no ha dado ninguna informaci¨®n sobre los supuestos 500 barcos listos para zarpar desde el puerto de Mostanagem", concret¨® un portavoz de la agencia.
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