Manuel Cort¨¦s, 15 meses injustos en la c¨¢rcel por ir a donde no deb¨ªa
Historias de inocentes que han pasado largas temporadas en prisi¨®n por graves errores judiciales
Manuel Cort¨¦s, vendedor ambulante de 48 a?os, se ha pasado 15 meses en una prisi¨®n de M¨¢laga por ir y estar donde no deb¨ªa. Iba a robar fruta en los invernaderos para venderla al d¨ªa siguiente en el mercadillo y se vio involucrado en un asunto muy feo: el desembarco de un alijo de 2.000 kilos de hach¨ªs en Nerja. Ha estado 465 d¨ªas preso hasta que la Audiencia de M¨¢laga le juzg¨® el pasado julio y orden¨® su libertad inmediata. No hab¨ªa ninguna prueba que lo vinculase con una barcaza que arrib¨® de noche a la costa, a 400 metros de donde ¨¦l estaba buscando fruta con su furgoneta.
¡°Yo iba a robar fruta, aguacates, algunos tomates y pimientos. No ten¨ªa g¨¦nero para vender y mis hijos sufr¨ªan necesidades... Pero eso es una cosa y lo de la droga otra. ?Qu¨¦ culpa tengo yo de que entrara en ese momento la barca esa y que los 11 t¨ªos que, seg¨²n supe despu¨¦s, se bajaron de ella se perdieran entre las rocas del acantilado sin que la Guardia Civil pillase a ninguno?¡±, se pregunta Manuel, padre de tres hijos. ¡°Ven¨ªan sigui¨¦ndoles por el mar desde un helic¨®ptero. Ten¨ªan la droga, pero ning¨²n detenido. Me pillaron a m¨ª all¨ª y me llevaron por delante. Es muy duro que te metan en la c¨¢rcel 15 meses mientras tus hijos pasan faltas. Les dije que yo no ten¨ªa nada que ver con la droga, pero no me hicieron caso¡±, cuenta.
No es este el ¨²nico caso en M¨¢laga de personas que acaban arrestadas o privadas de libertad sin pruebas o por graves errores judiciales. Un profesor y m¨²sico de la Orquesta Filarm¨®nica de M¨¢laga, el due?o de un local incendiado a prop¨®sito y un espont¨¢neo pescador son otros ejemplos recientes de ineficacia policial y judicial con graves secuelas para las v¨ªctimas.
El caso de Manuel Cort¨¦s ocurri¨® la noche del 13 de abril del a?o pasado. Desesperado, se subi¨® a su furgoneta esa noche, una Ford Transit, y se introdujo en una zona de invernaderos colindantes con una playa de Nerja. Lo confiesa abiertamente: ¡°No ten¨ªa g¨¦nero para vender al d¨ªa siguiente con mi mujer en el mercadillo. Y no ten¨ªa dinero para comprar fruta; nunca imagin¨¦ lo que me iba a pasar...¡±. Exhibe la licencia de vendedor y los puestos de venta que tiene asignados en distintos pueblos.
Ser¨ªan las doce de la noche. Mientras ¨¦l oteaba su objetivo dentro de la furgoneta en un camino solitario que muere en la denominada Cala de Mora, en Nerja, irrumpi¨® una embarcaci¨®n cargada con 2.000 kilos de resina de hach¨ªs prensada. ?l estaba a unos 500 metros. Todo estaba oscuro. Asegura que no vio nada. Lo que s¨ª escuch¨® de pronto fue el ruido de un helic¨®ptero de la Guardia Civil y un enorme foco de luz que se proyectaba zigzagueante hacia una zona rocosa de la playa.
La luz persegu¨ªa a 11 personas que se hab¨ªan bajado corriendo de la barca y dejado sobre las rocas 69 fardos de hach¨ªs. Se o¨ªan voces de personas ¡ªluego supo que eran guardias civiles¡ª que desde tierra indicaban al helic¨®ptero los recovecos del acantilado por los que hab¨ªan huido los del barco.
Desde el helic¨®ptero avisaron a los agentes en tierra de la proximidad de una Ford Transit y de que hab¨ªa un hombre en su interior. Sospecharon que Manuel estaba all¨ª para cargar la droga en su veh¨ªculo. ¡°?Baja del furg¨®n, r¨¢pido, venga r¨¢pido!¡±, le gritaron los agentes. Y le llevaron detenido al cuartel. ¡°Reconoce que t¨² estabas ah¨ª para cargar la droga en tu furg¨®n; el lunes hablamos con la juez y quedas libre y te vas a tu casa...¡±, dice Manuel que le comentaron. ¡°Yo iba a coger fruta, no tengo nada que ver con eso¡¡±, respondi¨®.
En el atestado de la Guardia Civil figura que Manuel estaba aquella noche ¡°muy nervioso¡±, llevaba dos m¨®viles encima y que les reconoci¨® que le ofrecieron ¡°entre 3.000 y 5.000 euros¡± por cargar la droga. ¡°?Eso es mentira, se lo inventaron! Se les escaparon todos y a alguien ten¨ªan que pillar; jam¨¢s he tenido nada que ver con las drogas...¡±. Manuel tiene antecedentes por robos de fruta, pero ninguno por drogas.
Ni lleg¨® a tocar fruta ajena esa noche ni droga, puesto que fue detenido a casi 500 metros de la zona rocosa donde la embarcaci¨®n se deshizo de la mercanc¨ªa. Aun as¨ª, se lo llevaron detenido; y desde el cuartel al juzgado, y desde aqu¨ª a la c¨¢rcel. Sali¨® de prisi¨®n hace un mes. Se pone a llorar cuando recuerda las llamadas a la c¨¢rcel de sus hijos, de ocho y nueve a?os. ¡°Y la impotencia que se siente cuando ves pasar los d¨ªas y no te dejan salir por algo que no has hecho¡±.
El tribunal que lo absolvi¨® telefone¨® el mismo d¨ªa del juicio a la c¨¢rcel para que lo liberaran. El fiscal le ped¨ªa ocho a?os de c¨¢rcel. En la sentencia se critica que estuviese 15 meses preso: ¡°La inferencia deductiva empleada por el fiscal no le permite a esta sala formarse la plena convicci¨®n de culpabilidad, vi¨¦ndose el tribunal obligado a aplicar en toda su extensi¨®n el principio in dubio pro reo [en caso de duda, o falta de pruebas, hay que fallar en favor del acusado]¡±.
La abogada de Manuel, Mar¨ªa Jes¨²s Y¨¢?ez, se queja de los indeseables efectos de la prisi¨®n preventiva y de la necesidad de que se restrinja al m¨¢ximo para evitar encarcelamientos injustos como este. ¡°La prisi¨®n preventiva es la tortura del siglo XXI¡±, afirma. ¡°Hay que restringirla al m¨¢ximo, cada vez hay mas injusticias¡±, a?ade. Y¨¢?ez es tambi¨¦n la abogada de un pescador de Marbella, Tom¨¢s Mart¨ªnez, al que le sucedi¨® algo parecido a lo de Manuel, pero a¨²n m¨¢s hiriente. Este se puso a pescar de noche en la playa de Cabopino de Marbella y justo al lado de su ca?a, en una noche totalmente cerrada, irrumpi¨® igualmente una lancha cargada de 300 kilos de hach¨ªs. La embarcaci¨®n casi arrolla su ca?a. Y tambi¨¦n se bajaron once personas de ella.
¡°?Y ese de la ca?a es vuestro...?¡±
A Tom¨¢s le gustaba la soledad y los sonidos del mar, pero all¨ª, aquella noche, hab¨ªa de todo menos eso. Dos bandas de narcos esperaban la llegada del barco, con sus miembros ocultos entre ca?izales y en mont¨ªculos de arena. Y, adem¨¢s, en coches camuflados, grupos de polic¨ªas y guardias civiles que vigilaban. En medio de todos ellos, ajeno a tantas miradas, Tom¨¢s Mart¨ªnez, sentado en una silla de playa y mirando si se mov¨ªa la luz de ne¨®n de su ca?a. Tom¨¢s estuvo un a?o preso injustamente. Tambi¨¦n estaba donde no deb¨ªa. Y el Poder Judicial le ha dado la raz¨®n. Los agentes se lo llevaron porque cre¨ªan que estaba compinchado con los narcos y que puso all¨ª la luz de ne¨®n de su ca?a para dirigir a la embarcaci¨®n hacia la costa. Pero en el sumario hab¨ªa pinchazos telef¨®nicos de la misma noche en que lleg¨® la droga que lo exculpaban.
En una de las grabaciones, un miembro de una de las bandas pregunta a uno de la otra: ¡°?Oye, ese que hay ah¨ª con la ca?a es vuestro...?¡±. ¡°No, nuestro no¡±, le respondi¨®. ¡°Pues entonces no es de nadie¡¡±. Pese a esta grabaci¨®n, interceptada por la polic¨ªa, Tom¨¢s acab¨® en la c¨¢rcel durante un a?o hasta que un tribunal de M¨¢laga lo absolvi¨®. Tom¨¢s lo pas¨® mal aquella noche. Al llegar la barca, se desat¨® un tiroteo entre guardias y narcos. ?l cerr¨® los ojos y se qued¨® quieto en su silla rezando, seg¨²n cuenta, para que no le diera ninguna de las balas. El Ministerio de Justicia le ha dado la raz¨®n y en estos momentos estudia con cu¨¢nto dinero le indemniza. Manuel, el vendedor ambulante, tambi¨¦n va a pedir que le reparen los da?os causados.
Si el pescador Tom¨¢s Mart¨ªnez exige a Justicia 220.000 euros, bastante menos pide (solo 1.200 euros, y por el disgusto), Francisco P¨¦rez Ortega. Es otro malague?o privado de libertad por un error judicial. El 19 de noviembre de 2016 acudi¨® a una comisar¨ªa y denunci¨® que alguien le hab¨ªa prendido fuego a su negocio de repuestos de autom¨®vil. Los agentes hicieron sus pesquisas y detuvieron a Antonio D. como autor del incendio, del que se acredit¨® que hab¨ªa sido intencionado y este acab¨® condenado.
Pero sucedi¨® que dos a?os despu¨¦s, en julio de 2018, la polic¨ªa se present¨® en casa de Francisco P¨¦rez, la v¨ªctima del incendio, y le detuvo a ¨¦l. Exist¨ªa contra ¨¦l una orden de busca y captura e ingreso en prisi¨®n por el incendio de su propio local. Confundieron a la v¨ªctima con el autor. La orden la hab¨ªa dictado el Juzgado de Instrucci¨®n 2 de la capital malacitana. Tras estar encerrado en los calabozos despu¨¦s de ¡°un largo d¨ªa de trabajo¡±, los agentes le llevaron al juzgado de guardia, el n¨²mero 11, que accedi¨® a dejarle en libertad tras los ruegos de la v¨ªctima. El error consisti¨® en que el juzgado, en lugar de dictar la orden de prisi¨®n contra el condenado, la dict¨® contra la v¨ªctima. ¡°Pas¨¦ una noche en los calabozos y perd¨ª dos d¨ªas de trabajo¡±, cuenta P¨¦rez Ortega en su denuncia. ¡°Me detuvieron en mi casa, en presencia de mi familia y conocidos, sin saber por qu¨¦, y eso que ten¨ªa problemas de salud¡¡±, describe.
El m¨²sico de M¨¢laga
No es este el ¨²nico error del Juzgado de Instrucci¨®n 2 de M¨¢laga. Y tambi¨¦n por otra orden de busca y captura de un inocente sin cancelar. El Consejo General del Poder Judicial ha estudiado ya este asunto. Lo ha censurado y tambi¨¦n le va a costar dinero a las arcas del Estado. Es el caso de Yuri Chuguev, profesor y m¨²sico de la Orquesta Filarm¨®nica de M¨¢laga, quien, por dejaci¨®n del citado juzgado, estuvo en situaci¨®n de busca y captura entre el 7 de mayo de 2014 y el 18 de agosto de 2015 por un delito contra la salud p¨²blica. La orden surti¨® efecto cuando el m¨²sico fue detenido en el aeropuerto de Madrid-Barajas en mayo de 2015.
Su viaje se trunc¨® y fue conducido a los juzgados de plaza de Castilla, donde qued¨® en libertad a disposici¨®n del juzgado 2 de M¨¢laga. Chuguev fue involucrado en un asunto de drogas en el que nunca fue ni imputado ni juzgado. S¨ª fueron imputadas otras personas por la Polic¨ªa Nacional de M¨¢laga, que luego resultaron absueltas. La busca y captura del m¨²sico qued¨® grabada en los ordenadores de la polic¨ªa por error. El Poder Judicial admite que se cometi¨® contra ¨¦l un da?o y perjuicio que debe ser resarcido y que el responsable es el juzgado 2 de M¨¢laga. ¡°Soy profesor-m¨²sico de la Orquesta Filarm¨®nica de M¨¢laga desde hace 21 a?os y con una trayectoria profesional internacional. Se me ha lesionado mi derecho al honor y causado un perjuicio y da?os morales evidente¡±. Pide una indemnizaci¨®n al Estado de 15.219 euros.
En ausencia de la magistrada, este peri¨®dico intent¨® recabar in situ la versi¨®n del letrado judicial de este juzgado. Este se neg¨® a explicar los errores tanto de este m¨²sico como del denunciante de un incendio en su negocio y remiti¨® al gabinete de prensa del Tribunal Superior de Andaluc¨ªa. ¡°No hay nada que decir¡±, espet¨® el secretario.
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