Un secadero de marihuana en comisar¨ªa
La Polic¨ªa emplea parte de la droga incautada para obtener datos clave que permitan condenar a sus cultivadores
En una zona acotada por una valla con doble llave, hay una veintena de cub¨ªculos blancos con un olor muy caracter¨ªstico: a marihuana. En este espacio al aire libre se realiza el proceso de secado de la planta, que en verano dura una semana. Es ah¨ª mismo donde se despalillan. Es decir, se separan los troncos inservibles de las hojas y cogollos ¡ªque se fuman¡ª. El secadero podr¨ªa pertenecer a cualquiera de los cientos de cultivos ilegales de esta droga que hay en M¨¢laga, pero en realidad se ubica en la terraza de la comisar¨ªa de la Polic¨ªa Nacional malague?a. Bajo el helipuerto, los agentes se convierten en horticultores. El ¨²ltimo paso es el que les separa de los delincuentes. La droga se destina a los laboratorios de la Polic¨ªa Cient¨ªfica en el mismo edificio, donde se analiza su composici¨®n y pureza para obtener informaci¨®n clave para meter a quienes las cultivaron entre rejas.
¡°Pr¨¢cticamente tenemos que ejercer de agricultores¡±, dice el jefe de la secci¨®n de estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Costa del Sol. Dirige uno de los 14 grupos que esta secci¨®n tiene en M¨¢laga. No dan abasto entre alijos en las playas, vigilancia del tr¨¢fico de coca¨ªna en contenedores ¡ªsu referencia es el puerto de Algeciras¡ª o cultivos de marihuana, que crecen a un ritmo fren¨¦tico. Solo en tierras malague?as se incautaron en 2018 ¡ª¨²ltimo dato disponible¡ª 2,4 toneladas de marihuana, el 10% de todo el pa¨ªs; y algo m¨¢s de 40.000 plantas. Es una de las provincias, junto a Granada, que elevan a Andaluc¨ªa a liderar la producci¨®n de esta sustancia en Espa?a, con 9,5 toneladas y casi 400.000 plantas aprehendidas en 2018. El total nacional lleg¨® a 29,5 toneladas y 800.000 plantas, seg¨²n los datos del Ministerio del Interior, donde avanzan las cifras de 2019: 32 toneladas (8% m¨¢s) y 1,3 millones de plantas de marihuana incautadas (62,5% m¨¢s).
En cada operaci¨®n, los focos se los llevan las plantas y los detenidos, pero ?cu¨¢l es el proceso posterior? Para empezar, los agentes guardan una decena de ejemplares ¡ªcomo m¨ªnimo¡ª para su an¨¢lisis y, luego, extrapolar sus cifras a la cantidad de matas incautadas. El resto, tras las fotograf¨ªas de rigor, se elimina o se usa para generar abono. No siempre es f¨¢cil y hay que tirar del apoyo presupuestario del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado. Un ejemplo son las 18.000 plantas intervenidas en Cajiz (en V¨¦lez-M¨¢laga) hace unas semanas, que generaron nueve toneladas de masa verde. Fueron trasladadas en cuatro camiones hasta el complejo medioambiental Valsequillo, en Antequera. All¨ª se quemaron todas, salvo unas 200, que pasaron por el secadero de comisar¨ªa a modo de muestra. El an¨¢lisis de la Polic¨ªa Cient¨ªfica sirvi¨® para descubrir que ten¨ªa aroma a lim¨®n y, sobre todo, confirmar que era marihuana y no cannabis de uso medicinal. ¡°El primer paso es un an¨¢lisis cualitativo, para confirmar que es un estupefaciente¡±, explica Roberto Medina, jefe del laboratorio de la Polic¨ªa Cient¨ªfica en la comisar¨ªa malague?a, donde trabaja rodeado de m¨¢quinas, ordenadores, pipetas y sustancias qu¨ªmicas.
Despu¨¦s llega el an¨¢lisis cuantitativo. Para ello, se usa una muestra de hojas y cogollos, convertidas en un polvo verde con fuerte olor a cannabis. Con delicadeza, Medina utiliza peque?os tarros de cristal y l¨ªquidos en una fase que ayuda a conocer su pureza y niveles de sustancias como el THC, el principio activo m¨¢s importante en la planta. Hoy lo habitual es que su m¨ªnimo est¨¦ en el 20%, el doble que hace unos a?os. ¡°Para el mercado ilegal y sus consumidores, cuanto m¨¢s THC, mejor¡±, a?ade Luis Hombreiro, jefe de la Brigada de Polic¨ªa Cient¨ªfica en M¨¢laga. La muestra se guarda para posibles contraan¨¢lisis durante el proceso judicial.
Estos informes son claves para el fiscal, que se apoya en ellos para calcular qu¨¦ pena pide a los responsables de las plantaciones. Los juicios no son sencillos y suelen salir baratos a los delincuentes, como advert¨ªa la ¨²ltima memoria de la Fiscal¨ªa General, que subrayaba que la ley estaba ¡°obsoleta¡±. La posesi¨®n de hasta nueve kilos tiene una pena habitual que ronda el a?o de prisi¨®n, por lo que, sin antecedentes, no hay ingreso. A partir de 10 kilos, sube hasta entre cuatro y ocho a?os.
El 90% de la producci¨®n se exporta
El clima, las conexiones por carretera, la privacidad de las urbanizaciones y la preferencia de los narcos por vivir en la Costa del Sol hacen de M¨¢laga un lugar preponderante en el cultivo de marihuana. Las plantaciones se realizan en casas ocupadas o chalets de alquiler. Ha aumentado el uso de naves acondicionadas e invernaderos, que se esconden ¡°en fincas monta?osas y tras un laberinto de caminos vigilados por c¨¢maras¡±, subraya la Polic¨ªa. Ingleses, holandeses y marroqu¨ªs, pero sobre todo espa?oles, son los encargados del cultivo. Los rusos se centran en el transporte. El 90% de la producci¨®n nacional se exporta a Europa: a Francia, Alemania, Polonia, Serbia o los pa¨ªses n¨®rdicos. El precio se incrementa con la distancia: de los 1.500 euros del kilo en Andaluc¨ªa hasta los 9.000 en Suecia. Al vac¨ªo, en tandas de entre 50 y 200 kilos y escondida entre fruta, muebles o dobles fondos, interceptarla es muy dif¨ªcil salvo que se conozca de antemano el env¨ªo. El camionero cobra entre 20.000 y 40.000 euros por el porte, una muestra de la enorme cantidad de dinero que mueve una de las drogas l¨ªderes en Europa cuyo mayor cultivo es Andaluc¨ªa.
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