Lucha de narrativas
Puig llega al debate de Pol¨ªtica General sin el desgaste que experimentan otros presidentes auton¨®micos por la gesti¨®n de la epidemia
Los principales dirigentes pol¨ªticos de la Comunidad Valenciana exhibir¨¢n a partir de ma?ana sus capacidades dial¨¦cticas con motivo de la celebraci¨®n en las Cortes Valencianas del anual debate de Pol¨ªtica General o sobre el estado de la autonom¨ªa.
Considerado como el disparo simb¨®lico que da inicio al curso pol¨ªtico tras el descanso estival, el tradicional debate reviste este a?o caracter¨ªsticas peculiares porque la pandemia por la que transitamos desde hace siete meses todo lo impregna y modifica.
El responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, en art¨ªculos y entrevistas recientes se ha referido a la ¡°batalla global de narrativas¡± y a la ¡°lucha por la influencia a trav¨¦s del relato¡± para destacar la importancia que tiene, especialmente en tiempos convulsos, construir relatos que frenen la irrupci¨®n de arengas de perfil populista y autoritario.
Los expertos en comunicaci¨®n pol¨ªtica, como Stan Greenberg, asesor del Partido Dem¨®crata norteamericano, inoculan a sus clientes -partidos o pol¨ªticos- la m¨¢xima de que el relato, la narraci¨®n, ¡°es la llave de todo¡±. Dicho de otro modo: el votante est¨¢ dispuesto a dar su apoyo a aquel que cuente la historia m¨¢s seductora.
Y a ello se han aplicado durante las ¨²ltimas semanas los l¨ªderes pol¨ªticos valencianos, a construir cada cual un relato sugerente de lo que ha pasado en el ¨²ltimo a?o y de lo que puede acaecer en los pr¨®ximos. A partir de ma?ana sabremos qui¨¦n con mayor o menor fortuna.
El presidente del Consell, Ximo Puig, acude al debate con varias bazas a su favor. Por un lado, los acuerdos para la reconstrucci¨®n previamente sellados con los agentes sociales y con todas las fuerzas parlamentarias, a excepci¨®n de Vox; por otro, una gesti¨®n de la pandemia v¨ªrica en la Comunidad Valenciana que, de momento, le permitir¨¢ afrontar la temporada oto?o/invierno Covid-19 sin las angustias y el desgaste que s¨ª experimentan sus hom¨®logos en otros territorios auton¨®micos. Hasta donde sabemos, su inminente intervenci¨®n parlamentaria -su relato- tendr¨¢ un fuerte componente econ¨®mico, acogi¨¦ndose a los potenciales fondos que llegar¨¢n v¨ªa Bruselas si la Administraci¨®n valenciana y la iniciativa privada demuestran capacidad para dise?ar, tramitar y gestionar proyectos de envergadura -que no relatos- adaptados a las exigencias comunitarias.
El relato de Puig ser¨¢ tambi¨¦n reivindicativo, en l¨ªnea con ese perfil federalista que se ha dado en llamar la ¡°tercera v¨ªa valenciana¡±, un estilo pol¨ªtico propio que se sit¨²a de manera equidistante entre la sumisi¨®n a Madrid y la confrontaci¨®n soberanista de ruptura con el Estado.
La principal grieta en el relato presidencial reside, precisamente, en el incumplimiento de la m¨¢s destacada reivindicaci¨®n enarbolada por el Gobierno de coalici¨®n que Puig preside desde hace un lustro: la inexistencia de un nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Podr¨¢ argumentar Puig que el Gobierno de su conmilit¨®n Pedro S¨¢nchez ha sido sensible a las necesidades de tesorer¨ªa de la Hacienda p¨²blica valenciana mediante la habilitaci¨®n de medidas extraordinarias. Dar¨¢ igual. Ximo Puig sabe que la moderaci¨®n discursiva ahora mostrada se tornar¨ªa en destemplanza si otras siglas morasen en el Palacio de la Moncloa. La leal oposici¨®n tambi¨¦n explotar¨¢ ese cambio de registro en las filas socialistas, adem¨¢s de se?alar el vaso medio vac¨ªo en materia pand¨¦mica, el mismo que Puig observa medio lleno. Las quejas de actores sanitarios como los m¨¦dicos de asistencia primaria o el colectivo de los MIR ser¨¢n empleadas como munici¨®n.
El relato de la l¨ªder del PP, Isabel Bonig, intuimos que ser¨¢ apocal¨ªptico, en consonancia con su opini¨®n sobre el Gobierno del Bot¨¢nico, al que se ha referido en varias ocasiones como un ejecutivo ¡°roto, descoordinado y sin iniciativa¡±. Aunque estamp¨® su firma en el Pacto de Reconstrucci¨®n, el talante conciliador de Bonig durante el estado de alarma se ha ido diluyendo a lo largo de los ¨²ltimos meses. Ha contribuido a ello la actitud de Ximo Puig, sometiendo a la dirigente popular a un ninguneo pol¨ªtico en beneficio de Toni Cant¨® (Cs), a quien desde Presidencia de la Generalitat se viene otorgando un trato preferencial en las relaciones gobierno-oposici¨®n.
Cant¨® ha ajustado su relato a la m¨²sica que suena en Madrid, interpretada con habilidad por su jefa de filas, In¨¦s Arrimadas. La nueva narrativa de Cs en la Comunidad Valenciana es salvar al soldado Puig de sus socios de gobierno. ¡°Nuestra obligaci¨®n -se?al¨® el dirigente naranja d¨ªas atr¨¢s- es centrar al ejecutivo de Puig frente al populismo y el nacionalismo¡±. O sea, frente a Podemos y Comprom¨ªs. Si en Madrid Pedro S¨¢nchez logra el pacto presupuestario con el concurso de Cs, la operaci¨®n se repetir¨¢ en la Comunidad Valenciana. Cs se afana en el relato de la nueva centralidad que posibilite a la organizaci¨®n recuperar el atributo de partido bisagra que Albert Rivera dilapid¨®. La ¨²ltima encuesta del CIS sanciona el requiebro.
Se cruzan apuestas estos d¨ªas entre los cronistas pol¨ªticos sobre cu¨¢l ser¨¢ el relato de Comprom¨ªs en el debate que ma?ana da comienzo y hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos sus dirigentes a tensar la cuerda con Puig y los socialistas valencianos. Si ya no esconden sus discrepancias en la plaza p¨²blica de las redes sociales, ?las trasladar¨¢n a la plaza p¨²blica del hemiciclo valenciano? ?Se atrever¨¢n los portavoces de la coalici¨®n nacionalista a lanzar desde la tribuna de oradores similares cargas de profundidad a las que emiten v¨ªa twitter?
El debate de Pol¨ªtica General permitir¨¢ contrastar en qu¨¦ medida la nueva direcci¨®n de Podemos en la Comunidad Valenciana, con la diputada Pilar Lima al frente, ha construido o no un nuevo relato que les devuelva a sus or¨ªgenes, m¨¢s reivindicativo y menos obsequioso. Tienen un h¨¢ndicap insalvable: s¨ª, ellos tambi¨¦n son fuerza de gobierno, aqu¨ª y en Madrid.
Los 254.000 votantes de Vox en la Comunidad Valenciana conocen a la perfecci¨®n el relato de las siglas a las que confiaron su apoyo hace poco m¨¢s de un a?o y parecen aplaudir la actitud que se ha convertido en especialidad de la casa: invalidar cualquier posibilidad de consenso. Ya sea guardar tres minutos de silencio por una v¨ªctima de la violencia de g¨¦nero o autoexcluirse del Pacto de Reconstrucci¨®n. Nada indica que su relato en el debate sobre el estado de la Comunidad Valenciana vaya a sufrir modificaci¨®n alguna; aunque igual nos sorprenden y, en franco seguidismo hacia su partido nacional, presentan una moci¨®n de censura contra Ximo Puig que tendr¨ªan perdida desde antes de anunciarla. Y los titulares, asegurados.
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