Catalu?a entra en campa?a en plena pandemia tras la inhabilitaci¨®n de Torra
ERC se vuelca en el adi¨®s al presidente inhabilitado mientras prepara el desmarque
Pese a haberlo anunciado solemnemente en enero, Quim Torra se neg¨® a celebrar elecciones en Catalu?a el pasado verano esgrimiendo la precaria situaci¨®n sanitaria que, sin embargo, no impidi¨® que Galicia y el Pa¨ªs Vasco acudieran a las urnas. Ahora, con el fr¨ªo llamando a la puerta y la pandemia descontrolada en casi toda Espa?a, los catalanes s¨ª ser¨¢n llamados a votar. Lo har¨¢n ¡ªsalvo cat¨¢strofe¡ª en lo m¨¢s crudo del invierno, probablemente a comienzos de febrero de 2021, despu¨¦s de que este lunes el Tribunal Supremo ratificara la muy anunciada inhabilitaci¨®n del presidente.
Catalu?a entra as¨ª en otra larga interinidad de un m¨ªnimo de cuatro meses y afronta una no menos larga campa?a electoral a la que el independentismo concurrir¨¢ dividido y enfrentado, pero sabiendo que tendr¨¢ que volver a llegar a acuerdos si quiere continuar al frente de la principal instituci¨®n catalana.
La jornada de este lunes ha sido ya un primer acto de campa?a. Primero con Torra neg¨¢ndose simb¨®licamente a firmar la notificaci¨®n de su inhabilitaci¨®n. Despu¨¦s, rode¨¢ndose de su Govern para despedirse de sus consejeros y de las bases independentistas mientras volv¨ªa a recurrir al simbolismo que ha marcado su corta presidencia de dos a?os y cuatro meses. Torra incluso ha gozado de un peque?o ba?o de masas a su salida del Palau de la Generalitat pese a las restricciones para prevenir la covid que su Ejecutivo mantiene activadas para evitar reuniones de m¨¢s de seis personas.
El movimiento independentista, siempre ¨¢vido de ¨¦pica, ha tenido este lunes lo que al menos una parte de sus bases buscaba desde hace tiempo: un tribunal apartando a un presidente de la Generalitat en activo, algo que todav¨ªa no se hab¨ªa visto en ocho a?os de proc¨¦s. De nada sirve que en Catalu?a todos los actores pol¨ªticos dieran por amortizado a Torra hace ya muchos meses, que el independentismo est¨¦ dividido hasta la m¨¦dula sobre lo que quiere hacer en el futuro y que el propio president finiquitara su gobierno el pasado enero al anunciar unas elecciones que luego nunca lleg¨® a convocar.
Los m¨¢s irredentos del movimiento, entre los que est¨¢n el propio Torra y el huido Carles Puigdemont, aspiran a convertir la sentencia en el mejor aliado para la campa?a electoral de Junts per Catalunya. Su mensaje se centrar¨¢ en presentar las elecciones como plebiscitarias; en decir que la ¨²nica v¨ªa es buscar la independencia con la confrontaci¨®n directa con el Estado, aunque ello se haya mostrado in¨²til hasta ahora. Torra ya lo ha adelantado en su discurso de despedida: ¡°La ¨²nica manera de avanzar [hacia la independencia] es la ruptura democr¨¢tica¡± y ha a?adido: ¡°Las elecciones tienen que ser un nuevo plebiscito que ratifique el refer¨¦ndum del 1 de octubre¡±.
La parte del independentismo encabezada por Esquerra Republicana, que aspira a imponerse a base de sumar nuevos adeptos sin gesticulaciones vac¨ªas, tambi¨¦n ha colaborado en despedir a Torra con la fanfarria de las grandes ocasiones. Su cabeza visible, desde este lunes presidente en funciones y candidato de ERC a la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, se ha prestado a salir con el presidente inhabilitado sosteniendo juntos una pancarta pidiendo la libertad de los ¡°presos pol¨ªticos y exiliados¡±, el mismo cartel que Torra se neg¨® a retirar en su d¨ªa por orden de la Junta Electoral Central. Pero m¨¢s all¨¢ de este apoyo simb¨®lico, el inter¨¦s de ERC es centrarse en pasar p¨¢gina, asumir el poder ¡ªalgo que no termina de conseguir a pesar de las encuestas¡ª e intentar que la Generalitat entre en una v¨ªa independentista algo m¨¢s pragm¨¢tica sin renunciar a nada.
De hecho, lo que est¨¢ en juego en la larga campa?a que ha arrancado con la inhabilitaci¨®n de Torra es si van a mandar las algaradas y las llamadas a la confrontaci¨®n o si se impone un independentismo con planes a largo plazo y que en momentos puntuales incluso pueda colaborar en la estabilidad del Gobierno central. La sinton¨ªa que este lunes han mostrado ambas facciones para despedir al president se convertir¨¢ desde ya en una guerra sin cuartel con el agravante de que tendr¨¢n que convivir en el Govern y gestionar una emergencia sanitaria al menos hasta febrero.
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