¡°El proceso de Burgos favoreci¨® al antifranquismo, pero tambi¨¦n impuls¨® a ETA¡±
El juicio de 1970 gener¨® una movilizaci¨®n de repulsa internacional contra el r¨¦gimen que la organizaci¨®n terrorista capitaliz¨® con alistamientos y mayor radicalidad. Medio siglo despu¨¦s, historiadores y protagonistas reflexionan sobre el hito
¡°El proceso de Burgos marc¨® un hito en la lucha antifranquista. Gener¨® una in¨¦dita movilizaci¨®n en Euskadi, en Espa?a y a escala internacional. Uni¨® a toda la oposici¨®n, profundiz¨® en las grietas del r¨¦gimen y reforz¨® el sentimiento antifranquista¡±, resume el historiador Luis Castells, en v¨ªsperas del 50? aniversario del inicio del juicio ¡ªfue el 3 de diciembre de 1970¡ª por un tribunal militar en Burgos a 16 j¨®venes militantes de ETA por el asesinato de ...
¡°El proceso de Burgos marc¨® un hito en la lucha antifranquista. Gener¨® una in¨¦dita movilizaci¨®n en Euskadi, en Espa?a y a escala internacional. Uni¨® a toda la oposici¨®n, profundiz¨® en las grietas del r¨¦gimen y reforz¨® el sentimiento antifranquista¡±, resume el historiador Luis Castells, en v¨ªsperas del 50? aniversario del inicio del juicio ¡ªfue el 3 de diciembre de 1970¡ª por un tribunal militar en Burgos a 16 j¨®venes militantes de ETA por el asesinato de Melit¨®n Manzanas, jefe de la Brigada Pol¨ªtico-Social de San Sebasti¨¢n, la polic¨ªa pol¨ªtica del r¨¦gimen. El juicio tuvo tintes dram¨¢ticos porque el fiscal militar ped¨ªa la pena de muerte a seis: Eduardo Uriarte, Jos¨¦ Mar¨ªa Dorronsoro, Mario Onaindia, Jokin Gorostidi, Francisco Javier Izko y Javier Larena. El tribunal militar pretend¨ªa un juicio ejemplarizante contra una organizaci¨®n armada incipiente, pero se le volvi¨® en contra al r¨¦gimen.
El informe de 1970 del Gobierno civil de Gipuzkoa, conocido hoy, expresa la conmoci¨®n que el proceso supuso al r¨¦gimen: ¡±Los incidentes y actuaciones subversivas han sido m¨¢s violentas y m¨¢s graves en n¨²mero e importancia que los a?os precedentes pudiendo afirmarse que desde la Guerra de Liberaci¨®n no se hab¨ªa creado una situaci¨®n tan dif¨ªcil y preocupante¡±. El informe precisa c¨®mo los d¨ªas de la vista del juicio la huelga fue general en Gipuzkoa y Bizkaia y destaca la extensi¨®n y combatividad in¨¦ditas de las manifestaciones. Proliferaron las barricadas y el lanzamiento de objetos a la polic¨ªa que utiliz¨® armas de fuego. Mat¨® a un joven en Eibar, Roberto P¨¦rez J¨¢uregui, e hiri¨® de bala a otros tres. El r¨¦gimen declar¨® inicialmente el estado de excepci¨®n en Gipuzkoa y Bizkaia, y luego lo ampli¨® a Espa?a entera.
Las huelgas y manifestaciones se extendieron especialmente en Galicia, Asturias, Madrid, Sevilla y Catalu?a. Sectores profesionales, como el Consejo de la Abogac¨ªa, criticaron la ausencia de garant¨ªas del juicio. La Conferencia Episcopal y el Vaticano exigieron que no se ejecutaran las penas de muerte. La movilizaci¨®n se extendi¨® a Francia, con manifestaciones en ocho grandes ciudades; Alemania ¡ªBerl¨ªn. Munich y Bonn¡ª; Suiza, Inglaterra, B¨¦lgica, Dinamarca, Suecia e Italia; Nueva York y pa¨ªses latinoamericanos. Intelectuales y pol¨ªticos europeos se manifestaron contra el r¨¦gimen como Jean Paul Sartre, Olof Palme, Simone de Beauvoir, Pablo Picasso y Gisele Halimi, que estuvo en el juicio. El informe del Gobierno Civil de Gipuzkoa resalta la resonancia de los medios de comunicaci¨®n franceses, que califica de ¡°ataque reiterado y violento¡± al r¨¦gimen.
¡°Las movilizaciones fueron contra la represi¨®n franquista. No a favor de ETA. Particip¨® toda la oposici¨®n. Pero fueron Comisiones Obreras, el PCE y la extrema izquierda (ORT, PCI y Komunistak, luego MC) quienes protagonizaron las huelgas y manifestaciones. ETA no jug¨® ning¨²n papel. El PCE influy¨® decisivamente en la repercusi¨®n internacional. Los comunistas sufrieron la mayor represi¨®n¡±, precisa Castells. Jos¨¦ Mar¨ªa Casta?ares, dirigente del PCE y Comisiones Obreras, se?alaba tiempo despu¨¦s: ¡°Defendimos a los de ETA desde posiciones humanistas porque les iban a matar y ese humanismo me cost¨® tres a?os de c¨¢rcel¡±.
La pluralidad de la protesta se manifest¨® en las distintas ideolog¨ªas y procedencias de los abogados. Junto a letrados vascos experimentados en juicios a militantes de ETA, como Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, Miguel Castells o Jos¨¦ Antonio Etxebarrieta, hab¨ªa socialistas como Juan Moreno; democristianos como Gregorio Peces-Barba; republicanos como Juan Antonio Castro; comunistas como Josep Sol¨¦ Barber¨¢ y nacionalistas como Ib¨®n Navascu¨¦s y El¨ªas Ruiz Ceberio. ¡°Actuaron por solidaridad antifranquista con los procesados y les ayudaron a desarrollar un juicio de ruptura con el r¨¦gimen¡±, a?ade Castells.
El impacto social y medi¨¢tico fue extraordinario, pese a la censura franquista. Castells lo explica: ¡°La vista se celebr¨® en sesi¨®n p¨²blica y hubo una excelente escenificaci¨®n de la defensa que evidenci¨® la inconsistencia jur¨ªdica del tribunal militar que la prensa internacional denunci¨® as¨ª como una actuaci¨®n cohesionada de los procesados, con una denuncia muy potente de la dictadura que permiti¨® a los medios presentarles como v¨ªctimas. La pretensi¨®n de los ultras de un juicio ejemplarizante a la oposici¨®n, con penas de muerte, revirti¨® en un juicio al r¨¦gimen d¨®nde los acusadores pasaron a ser los acusados¡±.
Tortura y destierros
Hab¨ªa tambi¨¦n un clima propicio para que la movilizaci¨®n estallase, recuerda Eugenio del R¨ªo, uno de sus l¨ªderes, entonces dirigente de Komunistak, escisi¨®n de ETA. En agosto de 1968, tras el asesinato de Manzanas, el Gobierno declar¨® el estado de excepci¨®n en Gipuzkoa y Bizkaia, que prorrog¨® en noviembre y enero, extendi¨¦ndolo a Espa?a entera tras el asesinato policial del estudiante Enrique Ruano en Madrid. Hubo centenares de detenciones, especialmente en Euskadi, d¨®nde prolifer¨® la tortura, y destierros. Hubo tambi¨¦n dos juicios militares a militantes de ETA con peticiones de muerte, en 1968 y 1969, saldadas con indultos de Franco.
¡°En los a?os sesenta, con el desarrollo industrial, cambi¨® la sociedad espa?ola y aumentaron las movilizaciones obreras. Surge una clase trabajadora rejuvenecida, que carece de los temores de sus padres por la Guerra Civil, que se curte en la lucha sindical, que sufre la represi¨®n y por ello se identifica con los procesados de Burgos¡±, explica Del R¨ªo.
Eduardo Uriarte, condenado a muerte en el juicio e indultado (como el resto de los sentenciados), confirma que ¡°la gran movilizaci¨®n la dirigi¨® Comisiones Obreras. ETA estaba muy acosada policialmente y dividida¡±. ¡°En la c¨¢rcel cambiamos. El nacionalismo presente en ETA se dej¨® seducir por el discurso marxista y antiimperialista, de moda tras el 68. Durante el juicio abogamos por la solidaridad internacionalista y algunos nos declaramos marxistas leninistas. La rama nacionalista del exterior eligi¨® como portavoz a Telesforo Monz¨®n, consejero del Gobierno vasco en la Guerra Civil y exiliado en el sur de Francia. Sus intervenciones tuvieron mucho eco internacional y dieron al proceso un sesgo nacionalista¡±, explica.
La rama etarra del exterior secuestr¨® durante el juicio al c¨®nsul alem¨¢n en San Sebasti¨¢n, Eugene Beilh, lo que disgust¨® a los procesados porque interfer¨ªa en el proceso. Pero le liber¨® antes de conocerse la sentencia. Los procesados expresaron sus diferencias con el exterior en una carta que enviaron desde la c¨¢rcel de Burgos en la que abogaban por una organizaci¨®n socialista y no por un frente nacional, recuerda Uriarte.
¡°Nos daba verg¨¹enza matar¡±
Los procesados no hicieron apolog¨ªa de la violencia en el juicio. Uriarte subraya que eran distintos a la ETA posterior: ¡°La decisi¨®n de matar a Manzanas se tom¨® en nuestro entorno. Pero nunca quisimos saber qui¨¦n fue el autor. Es el secreto mejor guardado. Nos daba verg¨¹enza matar porque no lo ten¨ªamos asumido y porque aquella organizaci¨®n todav¨ªa repudiaba el asesinato. El asesinato de Manzanas no fue el resultado de una estrategia. Tras matar la Guardia Civil a Etxebarrieta ¡ªprimer l¨ªder de ETA muerto¡ª, necesitamos responder para demostrar que ETA no estaba acabada¡±. Castells lo ratifica: ¡°La ETA juzgada en Burgos apenas guarda similitudes con la posterior, nacionalista y progresivamente militarista que en 1974 asesina a 19 personas y comete la matanza indiscriminada de la calle Correo de Madrid. De los 16 de Burgos, solo uno reingres¨® en ETA¡±.
La consecuencia inmediata del juicio fue el alistamiento de muchos j¨®venes en ETA. ¡°Entre 1971 y 1972, ETA se relanza con varios centenares, procedentes de las juventudes del PNV. El eco medi¨¢tico nacional e internacional del proceso de Burgos favoreci¨® al antifranquismo, pero en Euskadi impuls¨® la versi¨®n nacionalista y violenta de ETA¡±, se?ala Castells. Del R¨ªo lo explica: ¡°La movilizaci¨®n fue dirigida por la izquierda, pero la gente tuvo como referente los militantes de ETA condenados a muerte¡±. Uriarte lo reconoce: ¡°El movimiento obrero hab¨ªa sido el referente en la lucha antifranquista, pero el proceso de Burgos abri¨® paso al nacionalismo. Lo capitaliz¨® la ETA m¨¢s primitiva y Monz¨®n jug¨® un papel muy importante en la nacionalizaci¨®n del antifranquismo en Euskadi¡±.
Del R¨ªo admite como consecuencia negativa del proceso ¡°la legitimaci¨®n de la violencia de ETA¡±. Pero contempla como parte positiva, ¡°el reforzamiento de la lucha antifranquista hasta el fin de la dictadura¡±. Uriarte incide en la positividad: ¡°Marc¨® el principio del fin de la dictadura que viv¨ªa una contradicci¨®n insalvable entre un liberalismo econ¨®mico y un r¨¦gimen autoritario que aquellos d¨ªas recuper¨® el discurso m¨¢s fascista de la posguerra. Europa descubri¨® que la Espa?a franquista era una asignatura pendiente tras la victoria aliada contra el fascismo¡±.
Castells concede mucha importancia al eco medi¨¢tico internacional: ¡°Su repercusi¨®n europea provoc¨® un da?o terrible al r¨¦gimen dividido, que perdi¨® la batalla informativa¡±. El historiador asegura que las presiones de los gobiernos europeos y del sector liberal del Gobierno, que miraba a Europa, fueron decisivas para que Franco indultara a los condenados a muerte.
Castells destaca que el proceso de Burgos ¡°consolid¨® el sentimiento antifranquista y abri¨® una nueva etapa¡±. En esa nueva etapa jugar¨¢ un papel importante el distanciamiento del r¨¦gimen de uno de sus pilares, la Iglesia. Fue tambi¨¦n la Iglesia, el Monasterio de Montserrat, la que acogi¨® durante el proceso a representantes de toda la oposici¨®n pol¨ªtica de Catalu?a para firmar un manifiesto contra el r¨¦gimen. Fue el embri¨®n del primer organismo unitario contra el franquismo, la Asamblea de Catalu?a. Tres a?os despu¨¦s se constituir¨ªan a nivel nacional la Junta Democr¨¢tica y la Plataforma de Organismos Democr¨¢ticos.