El Gobierno se moviliza para proteger al Rey del esc¨¢ndalo del em¨¦rito
La Moncloa trabaja para que el discurso de Navidad de Felipe VI sirva para reforzar la Corona
Nadie oculta en privado su gravedad. El esc¨¢ndalo del rey em¨¦rito, lejos de remitir, se recrudece con nuevas noticias, como la regularizaci¨®n fiscal de Juan Carlos I y su intenci¨®n de regresar a Espa?a cuanto antes. La Moncloa lleva meses trabajando con La Zarzuela para intentar proteger la Monarqu¨ªa y separar la figura de Felipe VI de la de su padre. ¡°No se juzga a la Corona, se juzga al anterior jefe del Estado¡±, insiste Pedro S¨¢nchez. El nuevo hito de esa estrategia para proteger la instituci¨®n es el discurso de Navidad del Felipe VI. La Moncloa, a trav¨¦s de Carmen Calvo, ya trabaja con La Zarzuela para que ese mensaje fortalezca la tranquilidad respecto a la jefatura del Estado. La idea es que el Rey aborde el asunto, pero a¨²n est¨¢ en discusi¨®n la forma en lo que lo har¨¢.
La Moncloa tambi¨¦n se ha movido para trasladar la idea de que un regreso a Espa?a de Juan Carlos I no es oportuno. Pero este ¨²ltimo es un asunto mucho m¨¢s delicado que solo Felipe VI puede resolver. Su padre tiene libertad total de movimientos y nadie puede impedirle el regreso, pero en el Gobierno conf¨ªan en que Felipe VI sabr¨¢ gestionar la situaci¨®n. La Moncloa ya se movi¨® en julio para que el rey em¨¦rito abandonara La Zarzuela ante las noticias sobre los movimientos opacos en el extranjero de su fortuna que el propio S¨¢nchez calific¨® como ¡°inquietantes y perturbadoras¡±.
El d¨ªa que pronunci¨® esa frase, el 8 de julio, en una comparecencia conjunta con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, los periodistas en la sala de prensa de La Moncloa se miraron con sorpresa. Nadie esperaba una respuesta tan tajante. En ese momento empez¨® una operaci¨®n en la que La Moncloa se mueve abiertamente para separar al rey Felipe VI de su padre, algo nada sencillo en una instituci¨®n hereditaria como la Monarqu¨ªa. Durante las siguientes semanas, La Moncloa maniobr¨® en la sombra todo lo que pudo hasta que finalmente Juan Carlos I abandon¨® La Zarzuela. Pero no era el final que esperaba el Gobierno: ni le gust¨® que se fuera de Espa?a, ni mucho menos que eligiese Abu Dabi.
El malestar que se percibe entre los miembros del Ejecutivo con Juan Carlos I, que tard¨® dos semanas en autorizar a La Zarzuela a informar de su paradero, es notable. Tambi¨¦n han dejado claro el malestar por las irregularidades fiscales. ¡°El rey em¨¦rito tiene las mismas obligaciones fiscales que los dem¨¢s¡±, dijo S¨¢nchez el viernes. Pero el Gobierno, o al menos la parte socialista, ha apostado abiertamente por proteger a la Monarqu¨ªa cueste lo que cueste. S¨¢nchez est¨¢ siendo muy claro: el PSOE renuncia a su vocaci¨®n republicana porque en 1978 no prosper¨® la enmienda en la que se propon¨ªa instaurar la rep¨²blica y acept¨® la Monarqu¨ªa parlamentaria, y se mantendr¨¢ fiel a ese pacto constitucional.
Lejos de los exmilitares ultras
La relaci¨®n entre Felipe VI y S¨¢nchez es buena, se?alan en el Gobierno. Sin embargo, el Ejecutivo trabaja para que el Rey sea muy claro en el discurso de Navidad. A La Moncloa le preocupa que la Monarqu¨ªa pueda quedar vinculada a la derecha. Al contrario de lo que suced¨ªa en 1978, cuando la extrema derecha se alej¨® del Rey por abrazar la democracia, ahora lo reivindica e incluso algunos militares ultraconservadores le mandan cartas pidi¨¦ndole que act¨²e. La decisi¨®n de no contestar es discutida dentro del Ejecutivo. Algunos ministros creen que deber¨ªa responder p¨²blicamente o hacer una menci¨®n clara en el discurso de Navidad para desvincularse completamente de esos movimientos ultraderechistas. Otros creen que ser¨ªa darle dimensi¨®n a un grupo muy minoritario dentro del Ej¨¦rcito.
Las tensiones m¨¢s fuertes son con Unidas Podemos. De hecho hay ministros de este sector, como Alberto Garz¨®n, que nunca han acompa?ado al Rey en sus actos. Garz¨®n fue el que m¨¢s claramente critic¨® a Felipe VI por la llamada que hizo al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, en plena pol¨¦mica por la ausencia del Rey en un acto en Barcelona, decidida por el Gobierno. Esa llamada gener¨® una tensi¨®n muy fuerte con Unidas Podemos, pero tambi¨¦n caus¨® malestar en La Moncloa, aunque La Zarzuela aclar¨® despu¨¦s que no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de poner en cuesti¨®n decisiones del Gobierno y solo era un mensaje de cortes¨ªa.
Entre los ministros socialistas tambi¨¦n hay malestar con Unidas Podemos por utilizar el momento de debilidad de la instituci¨®n para reactivar el debate republicano y promover comisiones de investigaci¨®n en el Congreso. El ¨²ltimo v¨ªdeo de Unidas Podemos sobre el esc¨¢ndalo del rey em¨¦rito con la m¨²sica de la serie Narcos ha sentado mal en el PSOE. Sin embargo, S¨¢nchez parece haber asumido que es algo con lo que la coalici¨®n debe convivir. Es una especie de discrepancia pactada. ¡°PSOE y Unidas Podemos somos diferentes, pensamos distinto en este asunto¡±, suele contestar.
El PSOE tumbar¨¢ el debate sobre la rep¨²blica
Aunque Pablo Iglesias insiste en p¨²blico en que en alg¨²n momento las bases del PSOE le obligar¨¢n a girar en este asunto, en el entorno de S¨¢nchez tienen clar¨ªsimo que eso no va a suceder. El PSOE tumbar¨¢, como ha hecho hasta ahora, con los votos del PP y Vox si es necesario, cualquier intento de abrir un debate en el Congreso sobre la Monarqu¨ªa que promueva Unidas Podemos con nacionalistas e independentistas.
De hecho, S¨¢nchez y su equipo llevan el contacto con La Zarzuela de forma absolutamente reservada y no informan a Unidas Podemos de ning¨²n movimiento. El grupo de Iglesias est¨¢ convencido, por el contrario, de que el debate Monarqu¨ªa/rep¨²blica se est¨¢ instalando poco a poco en la sociedad y en las bases progresistas, tambi¨¦n las del PSOE, con lo que a medio plazo se acabar¨¢ convirtiendo en un asunto central en el debate pol¨ªtico. Iglesias cree que es la propia derecha la que m¨¢s est¨¢ perjudicando a la Monarqu¨ªa, pero su grupo tiene instrucciones de seguir con la presi¨®n al menos en el Congreso, donde esta semana se decidir¨¢ si la Mesa acepta tramitar las comisiones de investigaci¨®n solicitadas por varios grupos, entre ellos Unidas Podemos.
Son d¨ªas de m¨¢xima tensi¨®n ante la posibilidad del regreso a Espa?a del em¨¦rito y la elaboraci¨®n del discurso de Nochebuena. La Moncloa, que suele mantener silencio oficialmente sobre todos estos asuntos, como la Casa del Rey, se apresur¨® a desmentir abiertamente que est¨¦ negociando con La Zarzuela un decreto para retirar el t¨ªtulo de rey em¨¦rito a Juan Carlos I como mecanismo para que pueda volver a Espa?a, como informaban algunos medios. El Gobierno no es ajeno a ninguno de los movimientos de La Zarzuela, pero su l¨ªnea de actuaci¨®n no es esa, se?alan en el Ejecutivo. Ellos trabajan con discreci¨®n para proteger a Felipe VI y la Monarqu¨ªa, pero sobre todo para zanjar cuanto antes una crisis que ha alcanzado unas dimensiones muy superiores a las que nadie imagin¨® cuando se produjo en 2014 la abdicaci¨®n de Juan Carlos I.
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