Zarzuela opt¨® por la cautela con respaldo de La Moncloa
S¨¢nchez y Calvo han estado encima del discurso hasta el ¨²ltimo momento para ayudar a proteger la Monarqu¨ªa
Las expectativas eran muy altas, pero La Zarzuela llevaba semanas avisando al Ejecutivo de que ellos son partidarios de un lenguaje m¨¢s cauto, siempre con formas el¨ªpticas y sin mencionar directamente el esc¨¢ndalo del rey em¨¦rito, origen del mayor desgaste de imagen de la Monarqu¨ªa desde el caso Urdangar¨ªn. Finalmente, los consejeros del rey Felipe, con el jefe de la Casa Real, Jaime Alfons¨ªn, a la cabeza, optaron por una v¨ªa intermedia para referirse al asunto clave del discurso de Nochebuena: ni lo evitan por completo, ni lo citan abiertamente.
Se usa una f¨®rmula que se puede entender ¡ªal decir ¡°por encima de cualquier consideraci¨®n, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares¡± parece evidente que Felipe VI se refiere a su propia familia, esto es, a su padre¡ª pero sin el lenguaje directo que muchos en el mundo pol¨ªtico esperaban.
En el Gobierno tambi¨¦n trasladaron la idea de que ellos estaban reclamando a La Zarzuela un lenguaje muy directo, alejado de la habitual contenci¨®n. Pero la Casa Real se mantuvo fiel a su l¨ªnea y el Gobierno finalmente acept¨® la redacci¨®n del discurso, que siempre supervisa.
En el Ejecutivo hay divisi¨®n de opiniones sobre el contenido final de este texto. Mientras algunos miembros creen que es suficientemente claro y la respuesta esperada del jefe del Estado a un asunto que afecta directamente a la instituci¨®n, otros creen que se pod¨ªa haber sido mucho m¨¢s cristalino para lanzar el mismo mensaje de ejemplaridad, pero con palabras m¨¢s directas que impliquen separar con claridad la figura de Felipe VI de la de Juan Carlos I.
Este debate sobre la profundidad del mensaje se produce dentro del sector socialista, porque en el lado de Unidas Podemos, que ha quedado al margen de la negociaci¨®n entre La Moncloa y La Zarzuela, se exig¨ªa un mensaje muy claro de reconocimiento del esc¨¢ndalo y petici¨®n de excusas, algo muy alejado del resultado final.
Pero en cualquier caso, al margen de las opiniones internas del Ejecutivo, la decisi¨®n de La Zarzuela de optar por una alusi¨®n indirecta al esc¨¢ndalo cuenta con la sanci¨®n oficial del Gobierno, que despu¨¦s de debatir mucho asumi¨® el texto que ven¨ªa del equipo de Felipe VI con algunas observaciones menores.
Este asunto especialmente delicado lo han llevado con gran secretismo un grupo muy reducido de personas en La Moncloa. La interlocuci¨®n directa la ha mantenido la vicepresidenta Carmen Calvo con Jaime Alfons¨ªn, que son los que han hablado abiertamente de las ideas que deb¨ªa contener el discurso. El presidente, Pedro S¨¢nchez, ha seguido de cerca esas conversaciones y ha supervisado el texto. Iv¨¢n Redondo, el jefe de Gabinete, tambi¨¦n ha estado encima, as¨ª como F¨¦lix Bola?os, secretario general de Presidencia. Entre los cuatro conforman el coraz¨®n del poder en La Moncloa.
El esc¨¢ndalo del rey em¨¦rito era el ¨²nico asunto susceptible de causar diferencias entre el Gobierno y la jefatura del Estado, porque el coraz¨®n del discurso, centrado en la pandemia y sus dram¨¢ticas consecuencias, no generaba ning¨²n disenso. Este a?o, adem¨¢s, el rey Felipe y su equipo han decidido dejar fuera por completo el problema catal¨¢n, algo que sin duda habr¨ªa podido generar alg¨²n ruido entre el Ejecutivo y la Casa Real, puesto que se trata de una cuesti¨®n pol¨ªticamente muy sensible. Salvado el posible escollo de Catalu?a, solo quedaba el tema del em¨¦rito. El Gobierno acept¨® finalmente lo que ven¨ªa de La Zarzuela, aunque a varios de sus miembros les habr¨ªa gustado una mayor claridad.
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