Francia tapona la ruta de los migrantes de Canarias
El control de las fronteras francesas bloquea en Ir¨²n a decenas de personas que pasan d¨ªas intentando burlarlo
El revisor del autob¨²s, un portugu¨¦s malhumorado, se apea en la estaci¨®n de Ir¨²n para controlar la entrada de los nuevos pasajeros. Frente a la puerta del autocar, que cubre la ruta Lisboa-Luxemburgo, se agolpan casi una veintena de malienses con billetes a Bayona, Burdeos o Par¨ªs descargados en el m¨®vil. Pasa ya la medianoche y chispea.
¡ª?T¨², pasaporte! ?No lo tienes? ?Fuera!
El se?or los despacha uno por uno a gritos mientras ellos, que no entienden una palabra, pero s¨ª que no van a subir al bus, se van retirando en silencio.
¡ªSin documento no entra nadie, que luego los franceses nos dicen que los traigamos de vuelta. ?V¨¢monos!
El hombre que acaba de ejercer de gendarme entra en el autob¨²s. La puerta se cierra y el motor arranca. Moussa, maliense de 20 a?os, que hab¨ªa depositado en ese billete a Burdeos su ¨²ltima esperanza de llegar a Francia y reunirse con su padre, es incapaz de frenar el temblor de sus manos.
La hostilidad del portugu¨¦s es el reflejo de como Francia est¨¢ apretando la vigilancia de sus fronteras para frenar los flujos migratorios tras el repunte en la ruta canaria. La alerta terrorista y ahora la pandemia han servido a Par¨ªs para establecer controles las 24 horas del d¨ªa contra la inmigraci¨®n irregular y cerrar unilateralmente hasta 19 pasos fronterizos. Desde que en 1985 se cre¨® el espacio Schengen, ese continente sin fronteras internas, este es quiz¨¢ el peor momento para que un migrante en situaci¨®n irregular atraviese el paso de un pa¨ªs a otro.
Los gendarmes pasan el d¨ªa interceptando migrantes en puentes, estaciones, autobuses y hasta en las v¨ªas del tren en un espacio que se supone de libre circulaci¨®n. El pasado martes sacaron de un autocar a varias mujeres con sus beb¨¦s. Los mandan de vuelta a Ir¨²n. Desde Hendaya, a unos pasos, o incluso desde Burdeos, a m¨¢s de 200 kil¨®metros de la frontera.
En algunos casos se sigue el procedimiento contemplado en un acuerdo entre Par¨ªs y Madrid de 2002, un tr¨¢mite que incluye abogado y coordinaci¨®n con la polic¨ªa espa?ola y que, entre 2016 y 2019, ha supuesto una media de unas 2.000 readmisiones anuales por parte de Espa?a, seg¨²n datos obtenidos por el portal de Transparencia. Pero en la mayor¨ªa de los retornos, seg¨²n fuentes policiales y el testimonio de los migrantes, no media un solo papel ni estad¨ªstica ni garant¨ªa. Se los sube en un coche patrulla y se los abandona en suelo espa?ol.
Una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE fall¨® en marzo de 2019 que los controles fronterizos implantados por Par¨ªs para combatir la amenaza terrorista no pueden emplearse para acelerar la devoluci¨®n de inmigrantes a pa¨ªses vecinos, pero la pr¨¢ctica se mantiene desde 2015 y provoca el discreto malestar de las autoridades espa?olas. El Sindicato Unificado de Polic¨ªa en el Pa¨ªs Vasco demanda m¨¢s medios ante el incremento de devoluciones (formales e informales), pide que Francia cumpla con los procedimientos establecidos y advierte del surgimiento de mafias ante las dificultades de cruzar al otro lado.
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El bloqueo franc¨¦s se siente en las calles y albergues de la ciudad fronteriza de Ir¨²n, donde el jueves de la semana pasada llegaron m¨¢s de 100 migrantes, en su mayor¨ªa malienses. J¨®venes, madres con beb¨¦s y menores solos a los que Espa?a lleva tratando como adultos desde que desembarcaron. Llegados a las islas Canarias en los ¨²ltimos meses y trasladados por su vulnerabilidad a otros recursos de acogida de la Pen¨ªnsula, pretenden seguir su ruta hacia ciudades francesas donde les esperan familiares y amigos. Son los llamados movimientos secundarios, justo lo que Par¨ªs pretende evitar. Es un n¨²mero manejable, pero supuso recibir en un d¨ªa una cuarta parte de las personas que llegaron durante todo el pasado mes diciembre o la mitad de los arribados en todo noviembre. El goteo, que se mantiene, ¡ªeste viernes llegaron otros 54 nuevos migrantes en autobuses procedentes de toda Espa?a¡ª tensiona el sistema de acogida y expone la dureza de viajes que ni empiezan ni terminan en la patera.
La puerta del albergue para migrantes en tr¨¢nsito que gestiona Cruz Roja en Ir¨²n es un d¨¦j¨¤ vu de historias que han marcado la crisis migratoria en Canarias. All¨ª se hospedan malienses que pasaron semanas atrapados en la isla de El Hierro, obligados a encadenar cuarentenas por la mala gesti¨®n de los espacios de acogida. Tambi¨¦n migrantes decididos a salir de Espa?a despu¨¦s de pasar meses bloqueados en las islas. All¨ª est¨¢ tambi¨¦n, fumando un cigarro, Houssam, un marroqu¨ª de 17 a?os que sobrevivi¨® en noviembre al naufragio de ?rzola (Lanzarote), aquel en el que ocho personas murieron pese a los esfuerzos de los vecinos que se lanzaron al mar con las luces de sus m¨®viles. Desde que consigui¨® salir de Lanzarote con el pasaporte de otro, Houssam ha dormido en las calles de C¨¢diz, Algeciras, Madrid y Bilbao en su camino hacia el norte. Frustrado por no hallar la forma de cruzar la frontera, tiene un plan para atravesar el r¨ªo Bidasoa. ¡°No voy a parar. Casi me muero en una patera, no me da miedo un r¨ªo¡±, cuenta.
Reventados
Las trabas y el agotamiento tras intentarlo una y otra vez son el motor del negocio de los facilitadores que se embolsan cientos de euros por ayudar a los migrantes a sacar el dinero que env¨ªan sus familias, comprar billetes de autob¨²s a precios m¨¢s altos o explorar v¨ªas clandestinas. ¡°Si se cierra un camino, siempre se abre otro y el nuevo siempre costar¨¢ m¨¢s dinero, m¨¢s tiempo y ser¨¢ menos seguro. Les estamos reventando¡±, denuncia Ion Aranguren, miembro de Irungo Harrera Sarea, la red de acogida ciudadana creada con el repunte migratorio de 2018 para asistir a las personas en tr¨¢nsito. Los recursos de acogida, pensados para un alojamiento de tres d¨ªas, han acabado por flexibilizar la norma. Seg¨²n la red de voluntarios, ahora hay personas que llevan hasta diez d¨ªas intentado cruzar.
El conteo diario del Gobierno vasco en los tres albergues de Ir¨²n refleja nuevas llegadas, pero tambi¨¦n las ausencias de aquellos que, al fin, lo logran. El periplo de un grupo de cinco malienses, entre los que hab¨ªa tres menores, es un ejemplo de c¨®mo Francia aprieta pero no ahoga. O de c¨®mo, independientemente de los obst¨¢culos, volver atr¨¢s no es una opci¨®n.
El mi¨¦rcoles, tras solo 24 horas en Ir¨²n, los cinco j¨®venes ya hab¨ªan intentado cruzar la frontera cuatro veces: dos en autob¨²s y dos a pie. El jueves de madrugada, Balan Diarra, de 19, con cara de ni?o y mochila roja a la espalda, se quita los zapatos del dolor. Issa Camara, de 15 a?os, se confiesa agotado: ¡°No consigo dormir, solo pienso en c¨®mo cruzar. Estoy estresado y no puedo m¨¢s¡±. La jornada del jueves la pasaron vigilando a los gendarmes y, a las cinco de la ma?ana del viernes, cuatro de ellos lo intentaron otra vez. Esta vez por las v¨ªas del tren. Camara y Diarra despistaron a los agentes. En Hendaya tomaron un autob¨²s a Bayona y ya est¨¢n en Par¨ªs. A otros dos los mandaron de vuelta, pero esa misma noche acabaron entrando en un coche de alguien que les cobr¨® por pasar. Separado del grupo se ha quedado Mamadou Soar¨¦, un chico larguirucho de 15 a?os y hu¨¦rfano de madre al que no le queda un euro en el bolsillo. ¡°Voy a tener que esperar, pero lo volver¨¦ a intentar. En Mal¨ª estaba solo. No tengo a d¨®nde volver¡±.
Mano dura de Macron con vistas al pr¨®ximo a?o electoral
Francia ha cerrado en los ¨²ltimos meses 19 puestos fronterizos con Espa?a, con el pretexto de la lucha antiterrorista, el control de la inmigraci¨®n y la pandemia. La medida, que Par¨ªs ha adoptado unilateralmente, ha causado malestar tanto en el Gobierno espa?ol como entre los habitantes y alcaldes de municipios fronterizos franceses y espa?oles que se ven afectados por la medida.
El jefe del Ejecutivo espa?ol, Pedro S¨¢nchez, y el presidente de la Rep¨²blica, Emmanuel Macron, abordar¨¢n la cuesti¨®n en la cumbre que celebrar¨¢n este lunes en la ciudad de Montauban, en el sur de Francia.
Una fuente que requiri¨® anonimato del Palacio del El¨ªseo, sede de la presidencia francesa, explic¨® el viernes que Macron y S¨¢nchez coinciden en ¡°la voluntad de coordinarse mejor en los controles en la frontera¡±, y en el deseo de que ¡°las polic¨ªas francesa y espa?ola est¨¦n mejor integradas, trabajen mejor¡±.
El pasado noviembre, Macron se desplaz¨® por sorpresa al paso fronterizo de Le Perthus, junto a la poblaci¨®n espa?ola de La Jonquera, para anunciar que el n¨²mero de polic¨ªas gendarmes y militares en las fronteras con los vecinos europeos, principalmente Espa?a e Italia, pasaba de 2.400 a 4.800. El anuncio lleg¨® despu¨¦s de que, en las semanas anteriores, dos terroristas que hab¨ªan llegado a Francia de forma irregular perpetrasen sendos atentados con cuchillo. El refuerzo de la presencia policial y militar y el cierre de pasos fronterizos se explica por la percepci¨®n de una amenaza externa, pero tambi¨¦n por el contexto pol¨ªtico y electoral en Francia: Macron teme el ascenso de la extrema derecha de Marine Le Pen, en estos momentos su m¨¢xima rival en las elecciones presidenciales de 2022, y quiere evitar, con medidas de mano dura, que esta le critique por la supuesta tibieza ante la inmigraci¨®n o el terrorismo. / MARC BASSETS
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