Calvi?o y D¨ªaz: dos modelos econ¨®micos en el p¨®dium del Gobierno
Medidas clave para los pr¨®ximos meses dependen del equilibrio inestable en la relaci¨®n, plagada de choques, entre quienes ser¨¢n vicepresidenta segunda y tercera
La estabilidad de la pol¨ªtica espa?ola est¨¢ en manos de tres personajes m¨¢s preocupados por la lucha por el poder que por gobernar de veras. Iv¨¢n Redondo en La Moncloa, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez en el PP de Madrid y un Pablo Iglesias a caballo entre el Consejo de Ministros y el 4-M madrile?o son m¨¢s propensos al ajedrez electoral que a la gama de aburridos grises que proporciona la gesti¨®n. La econom¨ªa espa?ola depende en parte de los comicios en Madrid; de c¨®mo afecten a la duraci¨®n de la legislatura. La Moncloa da por hecho que la inestabilidad pol¨ªtica es negativa para la recuperaci¨®n, y varias fuentes gubernamentales admiten que un adelanto electoral, que ya nadie descarta, ser¨ªa una p¨¦sima noticia pensando exclusivamente en el flanco econ¨®mico. Pero en el fondo la econom¨ªa va por un carril distinto: se juega los viernes en la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos, y esas reuniones las van a protagonizar b¨¢sicamente dos figuras pol¨ªticas al alza, Nadia Calvi?o y Yolanda D¨ªaz, flamantes vicepresidentas segunda y tercera, respectivamente; con permiso de Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ ¡ªun verso libre que ha sabido aparcar la ortodoxia en los momentos ¨¢lgidos de la crisis¡ª y del arbitraje de Pedro S¨¢nchez.
Entre A Coru?a y Ferrol, los lugares de origen de Calvi?o y D¨ªaz, hay 50 kil¨®metros de distancia. Entre sus fechas de nacimiento hay apenas tres a?os. Ambas son abogadas y tienen pedigr¨ª pol¨ªtico: Calvi?o es hija de un alto cargo socialista de la Transici¨®n, y D¨ªaz de un dirigente sindical y comunista gallego. Ah¨ª se acaban los paralelismos y empieza el redoble de tambores: Galicia, en este caso, no une. La titular de Econom¨ªa y la ministra de Trabajo piensan distinto, tienen estilos muy diferentes y, sobre todo, han protagonizado un choque tras otro en todas y cada una de las grandes decisiones de gasto. Si una, D¨ªaz, piensa que hay que subir el salario m¨ªnimo, la otra, Calvi?o, cree que no es el momento. Si la vicepresidenta segunda in pectore piensa que convertir a los repartidores en asalariados a golpe de ley es un problema ¡ªa pesar de lo que diga el Tribunal Supremo¡ª, quien ser¨¢ la vicepresidenta tercera no tiene dudas. La responsable de Econom¨ªa suele mirar m¨¢s a la CEOE; la de Trabajo, a los sindicatos, casi una tradici¨®n con Gobiernos de todos los colores.
Hace unos meses, el acuerdo de presupuestos daba un horizonte de estabilidad al Ejecutivo que hac¨ªa pensar en una legislatura larga y relativamente apacible. El crescendo de los ¨²ltimos 15 d¨ªas de politiqueo ha barrido esa perspectiva en el plano pol¨ªtico; el econ¨®mico depende en gran medida del centro de gravedad de esa turbulenta relaci¨®n Calvi?o-D¨ªaz. ¡°De las decisiones que se tomen en lo que queda de 2021 depender¨¢ lo que suceda con la econom¨ªa espa?ola en el pr¨®ximo lustro, tal vez en la pr¨®xima d¨¦cada¡±, asegura el economista Raymond Torres, uno de los expertos que asesoran a Nadia Calvi?o, pero tambi¨¦n muy apreciado por Yolanda D¨ªaz. Las fuentes consultadas en Podemos hacen una lectura parecida ante la delicada situaci¨®n de la econom¨ªa, gripada en plena tercera ola de la pandemia, a la espera de las vacunas y con un duro castigo a cuestas: a las cicatrices de la Gran Recesi¨®n de hace 10 a?os se suman a las heridas de la Gran Reclusi¨®n, con una ca¨ªda del PIB del 11% en 2020 y un desempleo que va camino del 20%.
Los ¡®dietristi¡¯
En Italia los llaman dietristi: son esa clase de tipos que piensan que la verdad siempre est¨¢ detr¨¢s, escondida, y que trafican con enigmas, secretos y teor¨ªas de la conspiraci¨®n. La abrupta salida de Pablo Iglesias del Gobierno era terreno abonado para los dietristi espa?oles, que son legi¨®n. Pero la verdad es m¨¢s prosaica: Iglesias estaba harto de ser vicepresidente, e intenta salvar a su partido de un buen casta?azo en Madrid que hubiera dejado a Podemos extremadamente d¨¦bil ante unas hipot¨¦ticas elecciones generales. Su relevo tampoco esconde ning¨²n enigma: Iglesias llevaba meses proponi¨¦ndoselo a la ministra de Trabajo, que cuenta con potencial para ara?ar votos al PSOE sin perder pegada en la izquierda.
Cuando S¨¢nchez oblig¨® el martes a elegir entre una vicepresidencia segunda de derechos sociales o la tercera con Trabajo, la respuesta de D¨ªaz fue fulminante: ¡°No voy a pelear por esto, me da igual la vicepresidencia segunda que la tercera o la cuarta: lo que me importa es el Ministerio de Trabajo¡±. Calvi?o subi¨® as¨ª un escalaf¨®n sin la pelea de otras veces; ¡°el presidente lo ten¨ªa claro¡±, seg¨²n fuentes de Econom¨ªa. Fin de la historia: esa cesi¨®n de D¨ªaz acab¨® esta vez con los dietristi y evita sumar un episodio m¨¢s al numeroso historial de desencuentros entre ambas ministras. Cuesta encontrar un episodio en el que ambas coincidan: uno de esos extra?os momentos ¡ªaunque por motivaciones distintas¡ª se produjo cuando el PSOE y Podemos firmaron un pacto con Bildu para salvar un estado de alarma a cambio de la ¡°derogaci¨®n inmediata y completa¡± de la reforma laboral, a ninguna le gust¨®.
Uno de los economistas que trabaj¨® con Pedro S¨¢nchez en la oposici¨®n suele contar que el PSOE tiene dos almas econ¨®micas. Es firme partidario de los est¨ªmulos cuando no est¨¢ en el poder, pero no termina de creerse esa baza cuando llega a La Moncloa. Ni siquiera esta vez, en la que el consenso internacional ha virado radicalmente: el BCE, el FMI y la Comisi¨®n Europea piden activismo a los Gobiernos sin demasiados miramientos fiscales. El gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, ha sido m¨¢s heterodoxo que el Ejecutivo en el ¨²ltimo a?o. Y el nuevo primer ministro italiano, el exbanquero central y ex vicepresidente de Goldman Sachs Mario Draghi, aseguraba este mismo viernes que ¡°no hay que mirar ahora a la deuda p¨²blica¡±.
Ese es el dilema, el nudo gordiano, el quid de la cuesti¨®n: creerse de veras que en plena pandemia lo ortodoxo es gastar, o tener un ojo puesto en la deuda a la vista del escaso m¨²sculo fiscal de Espa?a y de lo mucho que dolieron los ajustes patrocinados por los hombres de negro hace una d¨¦cada. D¨ªaz, con carn¨¦ del PCE, ha reclamado repetidamente la v¨ªa de los est¨ªmulos; Calvi?o representa una visi¨®n m¨¢s ortodoxa, fruto de su larga y exitosa carrera en Bruselas y de su formaci¨®n como T¨¦cnica Comercial y Economista del Estado.
Puede que la narrativa econ¨®mica internacional est¨¦ m¨¢s pr¨®xima a las posiciones de Yolanda D¨ªaz en estos momentos, pero el presidente S¨¢nchez se ha decantado hasta ahora por la visi¨®n de Calvi?o. Espa?a ha aplicado, grosso modo, la misma pol¨ªtica econ¨®mica que la gran mayor¨ªa de sus socios, pero a menudo arrastrando los pies. Eso ha provocado trifulcas entre Econom¨ªa y Trabajo. Los ERTE (expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo) y las ayudas a empresas son dos de los muchos ejemplos de ese conflicto. El pr¨®ximo cap¨ªtulo, del que se ha visto un avance esta semana, es la reforma laboral, la piedra angular sobre la que se han cimentado sus diferencias desde el primer d¨ªa.
Gesti¨®n de 140.000 millones
Los pr¨®ximos meses prometen emociones fuertes: no hay crisis ¡ªni virus¡ª que 100 a?os dure, pero la velocidad de la recuperaci¨®n depende de no errar el tiro. La gesti¨®n de los 140.000 millones en fondos europeos es fundamental: un adelanto electoral podr¨ªa dejar en suspenso parte de ese gasto, imprescindible para que la econom¨ªa recupere las constantes vitales y d¨¦ los primeros pasos hacia el mil veces prometido cambio de modelo. Estrechamente vinculada a los fondos est¨¢ la agenda de reformas, y ese puede ser el termostato de la turbulenta relaci¨®n entre vicepresidentas. Hace unos meses, Calvi?o patrocin¨® un informe con ideas sobre la reforma laboral contrarias al acuerdo de coalici¨®n, y mantuvo un duro enfrentamiento con D¨ªaz que lleg¨® a su punto ¨¢lgido a finales del a?o pasado, seg¨²n las fuentes consultadas, por el grado de ambici¨®n de esa reforma. D¨ªaz va a echar el resto en este asunto, seg¨²n fuentes de Trabajo. Calvi?o, lo mismo: en una presentaci¨®n reciente ante el Eurogrupo, tir¨® de ambig¨¹edad y se limit¨® a hablar de ¡°modernizaci¨®n¡± de la negociaci¨®n colectiva, cuando el acuerdo de Gobierno habla a las claras de la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa.
La recuperaci¨®n est¨¢ a la vuelta de la esquina, pero depende de un sinn¨²mero de condicionales. De la efectividad de las vacunas. De c¨®mo se gaste el dinero europeo. De la maltrecha estabilidad pol¨ªtica. De las reformas. Si algo de eso se tuerce y Espa?a pincha, a partir de 2023 los mercados y los socios europeos podr¨ªan castigar los errores cometidos: el equilibrio inestable que logren alcanzar Calvi?o y D¨ªaz es fundamental para evitar sustos. Pero tambi¨¦n para cuestiones de m¨¢s calado. El Estado del bienestar es la traducci¨®n socialdem¨®crata del guion de posguerra: mercado y democracia representativa, intervenci¨®n p¨²blica para corregir desequilibrios, y elecciones para identificar las demandas que deben satisfacerse. Espa?a es uno de los contados pa¨ªses de la OCDE en el que el 20% m¨¢s rico recibe m¨¢s prestaciones y transferencias que el 20% m¨¢s pobre. Ese dato, y la ambici¨®n futura de ese Estado del bienestar, tambi¨¦n dependen de las decisiones econ¨®micas de este 2021 que se adivina fundamental. Y de ese pulso entre vicepresidentas gallegas.
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