Jos¨¦ Antonio Zarzalejos: ¡°Juan Carlos I ha tenido una conducta miserable¡±
El exdirector de ¡®El Correo¡¯ y ¡®ABC¡¯, y respetado analista, retrata el reinado de Felipe VI en su libro ¡®Un Rey en la adversidad¡¯ y decreta el fin de los ¡°machos alfa¡±: ¡°la testosterona en pol¨ªtica se ha acabado¡±
Hablamos a la hora del verm¨² en un sal¨®n del desierto hotel Palace de Madrid, bajo la muda mirada de Alfonso XIII desde una foto sepia en el entelado. Frente a tanta quietud, ah¨ª fuera, en el Congreso de los Diputados, el patio est¨¢ patas arriba tras el terremoto murciano y su a¨²n m¨¢s mort¨ªfera r¨¦plica madrile?a. Un d¨ªa antes, Pablo Iglesias ha anunciado que deja la vicepresidencia del Gobierno para salvar a Madrid del posible triunfo de Isabel D¨ªaz Ayuso y su probable pacto con la ultraderecha tras las elecciones anticipadas. Zarzalejos, exdirector de peri¨®dicos y respetado analista por todas las siglas del arco parlamentario, viene a hablar de su libro, pero ambos sabemos que eso es solo una excusa para poder hablar de todo y por su orden. Empiezo suave, por si el viejo maestro no quiere o no puede entrar al trapo de frente. Ilusa.
Desde que no dirige, y se dedica al an¨¢lisis pol¨ªtico, es usted una vaca sagrada del oficio.
En absoluto. Mira, a m¨ª me han pasado dos cosas. Fui director de El Correo en los noventa, unos a?os terror¨ªficos en el Pa¨ªs Vasco. Viv¨ª el asesinato de Gregorio Ord¨®?ez, de Miguel ?ngel Blanco, el secuestro de Ortega Lara, el acoso a mi peri¨®dico y otros medios, mi propio se?alamiento por el comando Vizcaya. Luego fui director de ABC en el cambio de siglo. Viv¨ª el 11-S y el 11-M. Y, ah¨ª, tuve un dilema profesional, personal e intelectual y eleg¨ª un camino, que no fue de rosas. No abon¨¦ la tesis de que hab¨ªa sido ETA. Eso me dej¨® heridas, de las que tengo cicatrices, y tambi¨¦n ha generado la sensaci¨®n de que soy una persona singular en la profesi¨®n. No pretendo ser objetivo, eso es un desider¨¢tum bastante in¨²til, sino ser veraz conmigo mismo para poder ser honrado con los lectores.
El prestigio de los periodistas est¨¢ bajo m¨ªnimos. ?Le preocupa?
Nos hemos corrompido y hay una enorme confusi¨®n entre lo que es informaci¨®n, entretenimiento y periodismo sectario. El populismo de derechas y de izquierdas ha identificado a los medios como un obst¨¢culo para establecer la democracia aclamativa entre el ciudadano y el l¨ªder, y quieren expulsarnos del sistema. Hemos entrado en esa fase cr¨ªtica de que, o nos hacemos valer como intermediarios, a?adiendo valor, contexto y jerarqu¨ªa a las informaciones y an¨¢lisis que publicamos, o la tentaci¨®n del ciudadano, empoderado por la tecnolog¨ªa, es hacerse su propio men¨² informativo y prescindir de nosotros.
Hablemos de su libro. ?Es Juan Carlos I un lastre para Felipe VI?
S¨ª, pero no porque lo diga yo, sino porque se lo ha ganado a pulso. Si ¨¦l no hubiera hecho lo que hizo, si su conducta no hubiera sido tan miserable, no lo ser¨ªa. ?l es el gran adversario de su hijo.
?Ha dicho ¡°miserable¡±?
S¨ª. La conducta de Juan Carlos ha sido miserable, no su persona.
Pero ustedes ¡ªlos medios¡ª lo protegieron durante d¨¦cadas.
No estoy de acuerdo. Eso es una socializaci¨®n de la culpa, y la culpa es solo suya. Otra cosa es la eficiencia del sistema. Puede ser que se haya producido un consenso permisivo, pero fue un consenso de agradecimiento que ¨¦l manipul¨®. Nos traicion¨®. El sistema le dio inmunidad, y ¨¦l la ha querido convertir en impunidad. La responsabilidad es suya. No convirtamos la crisis de rectitud de un Rey en una crisis sist¨¦mica.
Le noto muy cabreado.
Lo estoy, porque creo que hay una tendencia de un monarquismo pleistoc¨¦nico que trata de diluir las responsabilidades de Juan Carlos en la ineficiencia del sistema. Y no. El que se fue a Botsuana fue ¨¦l. El que hizo ingenier¨ªa jur¨ªdica para ocultar al fisco determinadas cantidades fue ¨¦l. El que acept¨® transferencias opacas fue ¨¦l. No es el sistema, no somos t¨² y yo, no es el director de EL PA?S, ABC o El Mundo. Es ¨¦l. Estoy muy decepcionado. No solo personal, sino generacionalmente: es una enorme decepci¨®n para quienes viv¨ªamos con entusiasmo, en lugares muy dif¨ªciles, como yo mismo en el Pa¨ªs Vasco, la transici¨®n de la dictadura a la democracia.
?Cu¨¢nto da?o le hacen a Felipe VI los ¡®viva¡¯ no solicitados?
Igual que si le abrazase un oso. El abrazo del oso siempre es homicida. La Monarqu¨ªa no necesita entusiasmo, sino normalidad institucional y que se la perciba transversalmente como una instituci¨®n absolutamente de todos.
?Tiene sentido que el trono se herede en el siglo XXI?
Eso se lo tenemos que preguntar a los espa?oles, pero tambi¨¦n a los suecos, los brit¨¢nicos, los japoneses, los daneses... Las monarqu¨ªas parlamentarias son la forma de Estado de los pa¨ªses con mayor calidad democr¨¢tica de Occidente. Ahora bien, por eso su titular se tiene que ganar cada d¨ªa la legitimidad de su funci¨®n. Cuando se salen del carril de la normalidad y caen en debilidades muestran una gran fragilidad.
Pero los reyes son humanos.
Lo son, pero nacen en una condici¨®n. Si no est¨¢n dispuestos a afrontar esas dificultades que se den de baja, que es lo que creo que deben de hacer las dos infantas de Espa?a que se han saltado el turno de vacunaci¨®n: darse de baja de la Corona y desaparecer del orden sucesorio.
?Cree que Juan Carlos ha perdido el contacto con la realidad?
El contacto con la realidad lo lleva perdido hace mucho tiempo. ?l, y algunas personas de su alrededor, le han creado una realidad virtual. Eso es lo que le permit¨ªa creer que podr¨ªa empezar una nueva vida con Corinna Larsen, que puede recibir impunemente una donaci¨®n de 100 millones y ocult¨¢rsela al fisco... Tiene una mala relaci¨®n con la realidad. Y eso se debe a la enfermedad del poder, suficientemente descrita, y a lo que yo creo firmemente que es un problema de deterioro cognitivo.
?Aguantar¨ªa hoy la Corona un divorcio de los actuales Reyes?
Deber¨ªa. La reina Letizia es la primera que no procede de la alta aristocracia ni de las casas reales. Puede haber un fracaso matrimonial. Es m¨¢s, creo poder afirmar que un divorcio est¨¢ previsto en sus capitulaciones matrimoniales. Por lo tanto, s¨ª. ?C¨®mo podemos pensar, en el siglo XXI, que do?a Letizia pudiera tener el mismo comportamiento que do?a Sof¨ªa? No tiene ning¨²n sentido
?La reina Sof¨ªa es una santa?
Ni una santa ni una profesional. Es una persona que se rindi¨® en su momento y, cuando te rindes una vez, ya no hay batalla que ganes.
Dele un consejo a Felipe VI.
Que, en su momento, cuente. Cuando se den las condiciones para hacer un relato convincente y sincero que le permita adem¨¢s abrirse y mostrarse a la sociedad espa?ola tal y como es. Felipe VI es un hombre sobre todo digno.
Isabel de Inglaterra super¨® su annus horribilis. ?Felipe VI saldr¨¢ airoso del suyo?
Si el tema de don Juan Carlos se cierra por el ministerio fiscal sin una querella criminal, ¨¦l se instala fuera de Espa?a en un lugar razonable, porque Abu Dabi no lo es, y est¨¢ callado, digamos que eso no se va a resolver, quedar¨¢ en la Historia, pero no provocar¨¢ m¨¢s da?o. Si a eso a?adimos que las hermanas del Rey, las dos, por distintos motivos, renuncian, mejor que mejor. Y si el Rey mantiene el rumbo de Rey constitucional, coordinando bien su margen de autonom¨ªa con su relaci¨®n con el Gobierno y las instituciones del Estado y hace una vida ejemplar como la que est¨¢ haciendo, creo que Leonor tendr¨¢ posibilidades.
?Reinar¨¢ la princesa de Asturias?
Creo que s¨ª, al margen de lo que cada uno pueda desear. No veo las condiciones para un proceso constituyente, para tumbar la Constituci¨®n del 78, hacer una nueva y volver a una rep¨²blica con las dos experiencias que tenemos el siglo XIX y en el XX.
Bajemos a la calle. ?Qu¨¦ le pareci¨® la diputada madrile?a M¨®nica Garc¨ªa denunciando la tutela de los hombres sobre las mujeres en pol¨ªtica?
Creo que es verdad. Los machos alfa tienen que tener mucho cuidado, no de sus cong¨¦neres, sino de las se?oras que en un determinado momento les paran los pies. La testosterona en pol¨ªtica se ha acabado. Es irreversible.
?Por los sucesivos 8-M?
Hombre, por eso y por la educaci¨®n que hemos dado las clases medias a las propias hijas. Hemos hecho mujeres libres en casa, que es donde hay que empezar a hacerlas. Las mujeres libres est¨¢n en todas partes, menos en la Iglesia, donde siguen estando subordinadas.
?Comunismo o libertad?
Bueno, es que yo creo que a las personas no tienen que someternos a este tipo de dilemas. El comunismo, en este momento, es una referencia hist¨®rica que se emplea de manera inadecuada en una sociedad como esta. Es libertad o libertad. No hay otro dilema.
Le veo en plena forma.
Estoy entre los 60 y los 70, la edad que dicen los geriatras que es la m¨¢s productiva intelectualmente, se puede estar en buena forma f¨ªsica y tener una actividad l¨²dica, sexual y social absolutamente plena.
Vamos, que est¨¢ on fire.
No, pero no estoy dispuesto a entregar la cuchara.
'Thriller' real
As¨ª define Jos¨¦ Antonio Zarzalejos (Bilbao, 67 a?os) su libro 'Un Rey en la adversidad' (Planeta), donde analiza los seis a?os de reinado de Felipe VI. "Est¨¢ enfocado como un relato con rigor en los hechos y en el an¨¢lisis jur¨ªdico y pol¨ªtico, pero se puede leer como una novela de intriga", sostiene. El exdirector de 'El Correo' y 'ABC', y reputado analista pol¨ªtico en 'El Confidencial', donde publica art¨ªculos de 800 palabras ¡ª"m¨¢s, olv¨ªdate, no se lee hoy", bromea¡ª sostiene que el rey Juan Carlos es hoy, por encima de muchos furibundos antimon¨¢rquicos, el mayor adversario de su hijo.
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