¡°Quiero un Madrid m¨¢s acogedor para quienes vivimos aqu¨ª¡±
El cineasta define la capital como ¡°lugar de confluencias¡± y cree que no tener ¡°identidad¡± la hace especial
El cine de Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981) posee tanto poder de arrastre y es tan cre¨ªble, que probablemente marque un antes y un despu¨¦s. No le importa que le etiqueten como el cineasta de la corrupci¨®n con obras como El reino o Antidisturbios. Es vitri¨®lico y comprometido. Una especie de...
El cine de Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981) posee tanto poder de arrastre y es tan cre¨ªble, que probablemente marque un antes y un despu¨¦s. No le importa que le etiqueten como el cineasta de la corrupci¨®n con obras como El reino o Antidisturbios. Es vitri¨®lico y comprometido. Una especie de Berlanga certero y con dinamita para el siglo XXI que vive, soporta y respira Madrid desde el centro. Quiere una ciudad al menos tan amable con los vecinos que lo pueblan como con los turistas que la invaden.
Pregunta. ?Qu¨¦ es Madrid?
Respuesta. Un lugar de confluencias, tiene lo bueno y lo malo de eso. Si vienes y te enamoras, te quedas y, si no, te largas. No tiene identidad y eso la hace muy especial. La gente se siente menos vecina que en otros lugares.
P. Y usted, ?sigue enamorado de ella?
R. Yo, al haber nacido aqu¨ª, la considero mi sitio. Siempre me he querido ir por vivir otras experiencias, pero me tira mucho mi gente. Aunque me est¨¢ empezando a desenamorar bastante.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque siempre he vivido en el centro, donde est¨¢ el movimiento y el caos, pero cada vez me parece m¨¢s inc¨®modo.
P. ?Desde cu¨¢ndo?
R. Desde antes de la pandemia. Tiene que ver con la senda hacia donde llevan la ciudad, con la gentrificaci¨®n, por ejemplo. Me puede dar m¨¢s o menos igual que vengan turistas, pero que todo gire alrededor de eso me parece un error porque as¨ª no cuidas de tus vecinos, que es lo que deber¨ªan hacer.
P. Le veo larg¨¢ndose dentro de poco al campo.
R. Creo que nunca abandonar¨¦ Madrid, pero s¨ª me gustar¨ªa buscar un sitio donde a veces escaparme.
P. Muy lejos de aqu¨ª no le habr¨ªa salido igual la serie Antidisturbios: todo empieza al desalojar por desahucio un piso en una corrala de Lavapi¨¦s, que es algo as¨ª como dirigirse al alma del pueblo.
R. S¨ª, exacto. No pod¨ªa ser de otra manera. Cuando Isabel Pe?a y yo empezamos a escribir la serie andaba eso en el ambiente. Gente a la que echaban de sus casas, lo que es horrible. Pero Lavapi¨¦s tiene eso, un mestizaje que no se ve en otros lados.
P. Un mestizaje castizo, donde convive la tienda de casquer¨ªa con el restaurante indio.
R. Muy bonito, pero se lo est¨¢n cargando.
P. ?No se acuerda de aquello del barrio m¨¢s cool?
R. Pues s¨ª, pero tiene consecuencias. Y son globales, impuestas por un capitalismo salvaje que acabar¨¢ echando al del restaurante indio y al de la casquer¨ªa, a no ser que sean los mejores como para ganar lo suficiente y quedarse a vivir en el barrio. Acabar¨¢n y¨¦ndose al triplicar los precios.
P. Veo su cine y me resuena a Gald¨®s, pero sobre todo a Berlanga. ?Nota esas influencias?
R. Hombre, gracias. Si tengo que decidir, Berlanga.
P. ?Por lo colectivo y lo vitri¨®lico?
R. Lo admiro profundamente y de ah¨ª intento copiar. Azcona y ¨¦l daban en el clavo con ese tono divertido y tragiqu¨ªsimo del que fueron dos cronistas, eso tratamos nosotros con nuestro cine.
P. ?D¨®nde creci¨® usted?
R. En Nueva Espa?a, entre P¨ªo XII y el Bernab¨¦u.
P. Barrio madridista¡
R. Muy madridista, pero yo no lo soy. Un barrio pijo en el que me crie con el auge del PP de Aznar y eso se notaba mucho en el ambiente.
P. Ahora entiendo mejor su pel¨ªcula El reino.
R. Yo siempre fui un intruso all¨ª, pero un intruso feliz. Por una carambola, mis padres encontraron un piso a muy buen precio con jard¨ªn. Yo no era pijo porque no ten¨ªamos dinero para serlo y mis padres eran de izquierdas, pero viv¨ª aquel cambio de valores en que el dinero era lo m¨¢s importante.
P. ?Es usted el cineasta de la corrupci¨®n?
R. Pues, s¨ª, aunque, ante todo, me interesan los dilemas morales del individuo.
P. Una escena como la del debate de la Cadena SER en que Roc¨ªo Monasterio quiso expulsar a media Espa?a sin estar en su casa, ?da para una de sus pel¨ªculas o ni se le hubiera ocurrido?
R. Es una buena escena. Muy violenta. Me removi¨®, lo pas¨¦ fatal con eso. Representa muchas cosas. Fue un punto ¨¢lgido pero no me sorprendi¨®. Lo tem¨ªa: son las formas y la ret¨®rica de la ultraderecha. Creo que Pablo Iglesias hizo lo que ten¨ªa que hacer, pero ¡ªa ver si me explico¡ª si se hizo el sorprendido, creo que no lo estaba tanto. Quiz¨¢s ¨¦l sab¨ªa lo que podr¨ªa ocurrir y jug¨® su baza. Mont¨® el pollo. Hay que ponerse serios con eso y dejarlo patente. Esto debe dejar de suceder ya. Es muy grave.
P. ?Por qu¨¦ los creadores espa?oles tardan tanto en coger el toro por los cuernos y contar en caliente lo que nos pasa?
R. Por miedo. De creadores y productores. Espa?a es un pa¨ªs miedoso. Notamos los 40 a?os de dictadura y una Transici¨®n que dej¨® cosas pendientes.
P. Pues entonces cuando le ven los productores a usted entrar por la puerta se echar¨¢n a temblar.
R. ?Espero que no! Pero bueno, puede ser. Yo mismo act¨²o por miedos que desconozco, pero un creador tiene la responsabilidad de ser valiente. Si nosotros mismos nos mostramos cobardes, imag¨ªnate. La autocensura es lo m¨¢s peligroso, aunque no lo parezca, por la comodidad.
P. Terminando, ?qu¨¦ le gustar¨ªa que fuera Madrid?
R. Un lugar m¨¢s acogedor para quienes vivimos aqu¨ª y tambi¨¦n m¨¢s desarrollado en lo social.