Un teniente coronel condenado por acoso sexual y laboral a una militar podr¨¢ seguir en el Ej¨¦rcito
La pena de dos a?os y tres meses de prisi¨®n, ratificada por el Supremo, no lo aparta del servicio activo
Ser condenado por acosar sexual y profesionalmente a una subordinada no es incompatible con seguir vistiendo el uniforme. La Sala de lo Militar del Supremo ha ratificado la pena de dos meses a?os y tres meses de prisi¨®n impuesta a un teniente coronel por abuso de autoridad contra una militar con el empleo de cabo, pero este podr¨¢ continuar en el Ej¨¦rcito cuando cumpla su condena. La sentencia no le impone la pena accesoria de p¨¦rdida de empleo ¡ªla expulsi¨®n de las Fuerzas Armadas¡ª, aunque el C¨®digo Penal Militar prev¨¦ la posibilidad de aplicar este castigo a los culpables de acoso sexual y laboral. La conducta del oficial, que la sentencia describe con gran crudeza, habr¨ªa supuesto probablemente la p¨¦rdida de la carrera si se le hubiera abierto expediente disciplinario.
Seg¨²n la sentencia, el teniente coronel, entonces jefe del Grupo de Log¨ªstica de la Unidad de Verificaci¨®n Espa?ola (UVE), dedicada a controlar el cumplimiento de los acuerdos de desarme, dispon¨ªa del n¨²mero de m¨®vil de la militar porque figuraba en la lista de alerta de la unidad. Vali¨¦ndose de esta circunstancia, entabl¨® con ella una relaci¨®n ¡°excesiva e inapropiada¡±, a juicio del Supremo, dada su relaci¨®n jer¨¢rquica: la llamaba con el apelativo de ¡°bruja¡±, le comentaba sus fotos de perfil, le preguntaba por sus hijos y le ofrec¨ªa que se tomara d¨ªas libres o flexibilizara su horario. Ella le respond¨ªa ¡°por pura cortes¨ªa o deferencia a su superior, al que siempre trataba de usted, pese a sentirse incomodada con ciertas comunicaciones¡±.
En febrero de 2017, un d¨ªa que ella se encontraba ¡°visiblemente afectada y llorosa¡± por una discusi¨®n conyugal, el teniente coronel la invit¨® a la cafeter¨ªa, donde le dijo que era ¡°muy guapa, muy lista y muy trabajadora¡± y la inst¨® a dejar a su marido. Tras ganarse su confianza, el superior le hizo instalarse en el tel¨¦fono una aplicaci¨®n de mensajer¨ªa Telegram, con una prestaci¨®n de chat secreto que, seg¨²n la sentencia, permit¨ªa remitir mensajes con autodestrucci¨®n programada mediante temporizador de forma que, una vez abiertos por el receptor, se borran sin posibilidad de recuperaci¨®n.
El 12 de septiembre, a las seis de la ma?ana, la militar recibi¨® un mensaje de audio y v¨ªdeo por el canal secreto y marcado para su autodestrucci¨®n despu¨¦s de un minuto en el que se ve¨ªa al teniente coronel frente al espejo de un ba?o, con una camiseta de la que se despojaba para quedarse desnudo, mientras dec¨ªa ¡°ha llegado el momento de que sepas que esto es tuyo si lo quieres¡±, a la vez que se tocaba los genitales y se masturbaba.
Esa ma?ana, la militar se dirigi¨® al despacho de su superior ¡°se encar¨® con ¨¦l y le dijo que nunca m¨¢s le mandara mensajes de semejante contenido y que se hab¨ªa confundido con ella¡±. El teniente coronel le pidi¨® perd¨®n y le asegur¨® que se hab¨ªa equivocado de destinatario al remitirlo.
La relaci¨®n entre ambos, se?ala el Supremo, ¡°dio un giro de 180 grados¡±. El teniente coronel, en vez de recuperar una relaci¨®n estrictamente profesional, pas¨® a no hablarle y a darle, ¡°en represalia por el fracaso del acoso sexual¡±, un trato opuesto al que hasta ese momento le ven¨ªa dando: le redujo dr¨¢sticamente sus funciones; intent¨® excluirla de un curso para el que hab¨ªa sido designada y al que acab¨® renunciando aunque era beneficioso para su promoci¨®n profesional; orden¨® que las suplencias de una funcionaria civil las hiciera siempre ella, lo que le imped¨ªa programar sus vacaciones; le puso trabas para corregir un parte de baja que por error se atribuy¨® a una contingencia com¨²n, cuando era profesional: y telefone¨® al jefe de la unidad donde hab¨ªa estado destinada anteriormente para preguntarle por sus problemas de salud.
Su vida, seg¨²n recoge la sentencia, ¡°se convirti¨® en un suplicio y en un infierno la convivencia¡± en el cuartel. En aplicaci¨®n del protocolo contra el acoso, ella cambi¨® de destino y ¨¦l pidi¨® el traslado a la nueva unidad de su ex subordinada.
La v¨ªctima nunca denunci¨® al agresor. Fue en diciembre de 2017, tras una conferencia sobre acoso sexual en el Estado Mayor de la Defensa, cuando pidi¨® apoyo al teniente coronel que la hab¨ªa impartido y este se alarm¨® al encontrarla ¡°angustiada, con much¨ªsimo miedo y gran sufrimiento, a punto de derrumbarse psicol¨®gicamente¡±. Cinco especialistas del Hospital Militar G¨®mez Ulla diagnosticaron que la militar sufr¨ªa ¡°estado an¨ªmico depresivo, apat¨ªa y ansiedad intensa¡±, as¨ª como sentimientos de ¡°desesperanza y culpa¡±.
Tolerancia cero al ciberacoso
Antonio Suárez-Valdés, abogado de la víctima, considera que la condena impuesta al teniente coronel supone “un gran avance para la erradicación de cualquier forma de acoso por medio de las redes sociales y herramientas de mensajería en las Fuerzas Armadas” y marca “un margen de tolerancia cero” para estos delitos, que tendrá efectos disuasorios. Por su parte, el letrado Mariano Casado subraya la paradoja de que, si se hubiera abierto expediente disciplinario por falta muy grave al teniente coronel, habría sido probablemente expulsado del Ejército, mientras que en la vía penal, teóricamente más rigurosa, podrá seguir vistiendo el uniforme.
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