Rescatar del abismo a los trabajadores temporales
La dualidad del mercado laboral espa?ol castiga especialmente a los j¨®venes. Propuestas como la mochila austriaca buscan acabar con este lastre, pero despiertan una fuerte oposici¨®n
El consenso es un¨¢nime. Las profundas deficiencias del mercado laboral espa?ol se ceban de forma abrumadora en los j¨®venes. Las razones son muchas, pero pueden resumirse en dos. Por una parte, un mercado de trabajo con alt¨ªsimas cotas de temporalidad, que se traduce en precariedad, rotaci¨®n en los puestos, y, a la postre, altas tasas de paro. Y, por otra, un sistema educativo con serios problemas para ofrecer perfiles adaptados a las necesidades de las empresas.
Paro y precariedad se han convertido en dos caras de la misma mancha. ¡°La alta temporalidad aboca a muchas personas a continuas entradas en el desempleo¡±, explica Sara de la Rica, catedr¨¢tica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Manuel Lago, asesor de la ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, va a¨²n m¨¢s all¨¢: ¡°Hay paro porque hay precariedad¡±.
Lejos de solucionarse, este monstruo de dos cabezas crece con cada crisis que golpea al sistema productivo. ¡°Los principales afectados son quienes terminan sus estudios durante los periodos de recesi¨®n, que sufren impactos negativos sobre su empleo y sus salarios durante un buen n¨²mero de a?os de su carrera profesional¡±, sintetiza el estudio de Fedea Lost in Recession.
La comparaci¨®n con los pa¨ªses de nuestro entorno resulta sonrojante: los espa?oles de 20 a 24 a?os han padecido en las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas un desempleo medio del 32,7% frente al 17,8% de la UE. El otro agujero negro, la temporalidad, arroja cifras sin parang¨®n entre los grandes pa¨ªses europeos. M¨¢s de la mitad de los menores de 30 a?os ocupados tienen un contrato temporal. En todos los grupos de edad, los datos de las mujeres son sustancialmente peores que los de los hombres. En Alemania ese porcentaje ronda el 32%, en Francia, el 38% y en Italia, el 45%.
Pero si el diagn¨®stico sobre las ineficiencias es compartido, ?por qu¨¦ no se han tomado en todos estos a?os las decisiones para resolverlo? Aqu¨ª es donde las respuestas empiezan a divergir.
Algunos analistas reclaman un pu?etazo en la mesa para acabar con lo que consideran el gran mal del mercado laboral espa?ol: la dualidad o diferencia abismal entre la protecci¨®n de trabajadores fijos y temporales. Ante un reto existencial, quieren soluciones radicales. En su documento La crisis de la covid-19 y su impacto en las condiciones econ¨®micas de las generaciones j¨®venes, el Banco de Espa?a ped¨ªa ¡°una agenda de reformas estructurales ambiciosa, integral y con vocaci¨®n de permanencia¡± para sacar del hoyo a los que no han cumplido la treintena.
Con la mochila austriaca, los temporales no ser¨ªan los primeros en ser despedidos durante las crisis
¡°Los j¨®venes son los grandes paganinis de un mercado muy asim¨¦trico. Y la pandemia ha agravado esta situaci¨®n. Debemos avanzar hacia un sistema en el que la protecci¨®n a los trabajadores no penalice a los que empiezan su vida laboral¡±, afirma tajante ?scar Arce, economista jefe del Banco de Espa?a y autor del estudio. Ese sistema que propone Arce tiene un nombre: la mochila austriaca, con el que las empresas abonar¨ªan parte del despido por anticipado, creando una hucha para cada empleado. Esta mochila, dicen sus defensores, beneficiar¨ªa a los temporales al eliminar los incentivos para despedirlos en las crisis.
En la misma direcci¨®n apunta Juan Francisco Jimeno, de la Universidad de Alcal¨¢. ¡°Arrastramos la temporalidad desde los a?os ochenta, cuando se introdujo un nuevo contrato con el que se quer¨ªa crear empleo a toda costa. Pero lo que era una soluci¨®n coyuntural se ha cronificado. Y la situaci¨®n ha ido a peor, con contratos cada vez de menor duraci¨®n¡±, afirma. Jimeno cree que uno de los motivos de que la dualidad se haya enquistado es que tanto patronal como sindicatos parecen sentirse c¨®modos con el sistema actual, que ofrece a los empresarios flexibilidad para despedir y a los sindicatos seguridad para sus afiliados, en su mayor¨ªa con contratos indefinidos. ¡°Es una forma muy injusta e ineficiente de trasladar la flexibilidad a los j¨®venes y a las mujeres¡±, resume.
Una medida desechada
Los defensores de f¨®rmulas como la mochila austriaca o el contrato ¨²nico creen que solo as¨ª se acabar¨ªa con la pr¨¢ctica habitual de deshacerse de los trabajadores temporales cuando vengan mal dadas. Y que este tipo de reformas impulsar¨ªan la productividad, la movilidad laboral y, en ¨²ltima instancia, la creaci¨®n de empleo. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez defendi¨® la mochila austriaca en 2019, en la Agenda del Cambio que redact¨® la vicepresidenta Nadia Calvi?o, pero la desech¨® tras el pacto con Podemos. Sus detractores, entre los que destacan los sindicatos, ven en estas f¨®rmulas una v¨ªa para igualar a la baja la calidad de los contratos. Y se preguntan, adem¨¢s, si tan bueno es el sistema por qu¨¦ ning¨²n pa¨ªs aparte de Austria lo ha adoptado.
En Trabajo no quieren ni o¨ªr hablar de esta propuesta. ¡°El problema no es la dualidad, sino la precariedad¡±, subraya Lago. La ministra D¨ªaz ha anunciado esta semana una reforma ¡°de calado y estructural¡± para acabar con los abusos de la temporalidad. La idea es usar los contratos temporales para picos de producci¨®n o para sustituir a un empleado, y nunca m¨¢s de un a?o. En un despacho del ministerio, el secretario de Estado de Empleo, Joaqu¨ªn P¨¦rez Rey, explicaba el martes que su propuesta ¡ªen proceso de debate con los agentes sociales, pero que ya cuenta con la oposici¨®n de los empresarios¡ª apunta contra lo que denomina ¡°el pecado original¡± del mercado laboral espa?ol.
Trabajo plantea una reforma para que las necesidades permanentes de las empresas se cubran solo con contratos fijos
¡°Durante 40 a?os, la v¨ªa para generar empleo ha sido reducir la protecci¨®n. Se confi¨® en la temporalidad para disolver las reticencias empresariales para contratar. Hay que cambiar esa cultura empresarial¡±, explica P¨¦rez Rey. La respuesta es, seg¨²n el n¨²mero dos del ministerio, acabar con la ¡°sobreexposici¨®n¡± a la precariedad. En otras palabras: impedir por ley que las empresas contraten sus necesidades permanentes con v¨ªnculos temporales. ¡°Esto no tiene nada de revolucionario. Es el funcionamiento ordinario en el resto de Europa¡±, finaliza.
Miguel ?ngel Malo, de la Universidad de Salamanca, se muestra esc¨¦ptico sobre el ¨¦xito de esta iniciativa del Gobierno: ¡°El problema de fondo es el salto del contrato temporal al indefinido. Y esta reforma no lo aborda. Solo f¨®rmulas como la mochila austriaca atajar¨ªan de verdad la temporalidad. Todo lo dem¨¢s lo hemos probado y no ha funcionado¡±.
Los retos son enormes. Pero las oportunidades tambi¨¦n. La lluvia de millones de los fondos europeos proporciona una ocasi¨®n como pocas para emprender reformas de calado. Falta, sin embargo, un clima adecuado para lograr consensos de amplio espectro pol¨ªtico. Mientras, una generaci¨®n aguarda ansiosa soluciones a problemas que ya han ido demasiado lejos.
La calidad del sistema educativo, a debate
No es solo la regulaci¨®n de los contratos. Impulsar el empleo de calidad entre los j¨®venes requiere de un abanico de reformas de amplio espectro. Y aqu¨ª destaca el sistema educativo. El Banco de Espa?a pide impulsar su calidad con mejores sistemas de selecci¨®n del profesorado y vinculando la financiaci¨®n de los centros a objetivos de excelencia.
A la hora de evaluar la calidad de la educaci¨®n, en el Ministerio de Trabajo prefieren ver el vaso medio lleno. ¡°El problema es que el modelo productivo no es capaz de aprovechar todo el talento de la generaci¨®n m¨¢s preparada de la historia. Se estigmatiza al joven por estar sobrecualificado. Un mercado tan volcado en la precariedad no es capaz de aprovechar el capital humano¡±, dice el secretario de Estado de Empleo.
En el Banco de Espa?a le dan la vuelta a ese argumento: ¡°Vamos mal. Hay un problema obvio de falta de adecuaci¨®n a las necesidades de las empresas de los graduados universitarios espa?oles, que sufren una tasa de paro muy por encima de la media europea. Esto nos debe llevar a revisar en profundidad el sistema formativo¡±, replica el economista jefe del organismo.
Cap¨ªtulo 2 | Paro y precariedad
Reportaje | La lucha de V¨ªctor por trabajar de lo suyo
Testimonios | ¡°Nos dedicamos a sobrevivir¡±
Podcast | La ministra Yolanda D¨ªaz charla con cinco lectores
Datos | Ultratemporalidad, paro y bajos ingresos
Opini¨®n | ¡®La otra vida¡¯, por Marta Caparr¨®s
TODA LA SERIE | Una generaci¨®n en busca de futuro