Una voluntaria que ayuda a los migrantes en Irun: ¡°No se les da ning¨²n valor, ni vivos ni muertos¡±
Anaitze Agirre, de la red de acogida de la localidad vasca fronteriza con Francia, lamenta que el drama de algunas de las personas que atiende no acaba ni siquiera con su muerte
El drama de algunos migrantes no acaba con la muerte. El primer fallecido por intentar cruzar a nado a Francia desde la localidad de Irun, a trav¨¦s del rio Bidasoa, Yaya Karamoko permaneci¨® cerca de un mes en el Instituto de Medicina Legal de San Sebasti¨¢n desde que se ahog¨® el 22 de mayo hasta que fue identificado y se logr¨® establecer contacto con la familia. Ni siquiera pudo tener una despedida en la Mezquita de Irun como finalmente solicit¨® su familia, en Costa de Marfil. El estado del cuerpo no lo aconsejaba. Y para el traslado del cad¨¢ver hasta la zona musulmana del cementerio de Burgos, hubo que hacer una colecta. ¡°No se les da ning¨²n valor, ni vivos ni muertos¡±, lamenta Anaitze Agirre, una de las voluntarias de la red.
A Yaya le devolvi¨® la polic¨ªa francesa dos veces al puente de Santiago, en cuya mitad, m¨¢s o menos, est¨¢ la l¨ªnea que separa Espa?a y Francia. No pudo m¨¢s y se lanz¨® al r¨ªo. Hab¨ªa superado la fuerza del Atl¨¢ntico y un naufragio de cinco d¨ªas en el que fallecieron tres personas que viajaban con ¨¦l en la patera. Super¨® esa terrible prueba, consigui¨® 2.500 euros trabajando de taxista, carpintero y pescadero para llegar a la Pen¨ªnsula, y cuando su sue?o estaba a cincuenta metros, las aguas del Bidasoa pusieron fin a su vida. ¡°Nos invitaron a varios miembros de la red de apoyo al velatorio en la mezquita de Irun, pero al final no se pudo hacer. Es terrible, una pena terrible¡±, recuerda Anaitze.
Su cuerpo permaneci¨® cerca de un mes en una bolsa en el Instituto de Medicina Legal de San Sebasti¨¢n. Su familia no ten¨ªa dinero ni para una eventual repatriaci¨®n ni para hacer frente a los 2.000 euros que costaba enterrarlo en Burgos. Lo pagaron entre los fieles de la mezquita y los voluntarios de Irungo Harrera Sarea, la red de apoyo, que hizo una recolecta. Casi casi, a Yaya le cost¨® m¨¢s tiempo y mas dinero viajar muerto desde San Sebasti¨¢n a Burgos, que cruzar vivo un continente y todo Espa?a, hasta Irun.
El Gobierno vasco est¨¢ acelerando los pasos para que no suceda lo mismo con el joven que falleci¨® este domingo, Abdoulaye Coulibaly, natural de Guinea Conakry. Su identidad ha sido confirmada este martes. Naci¨® el 23 de noviembre de 2002 y entr¨® en Espa?a por Gran Canaria el 23 de mayo de 2021. Fue trasladado junto al grupo en el que viajaba en la misma patera a uno de los campamentos instalados en la isla y gestionado por Cruz Roja. Desde Cruz Roja solicitaron el traslado a la Pen¨ªnsula acreditando situaci¨®n de vulnerabilidad por su corta edad y por formar parte de un colectivo vulnerable. La petici¨®n fue aceptada por el Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, y fue trasladado a Granollers el 29 de julio. El 5 de agosto fue registrado en el dispositivo del Gobierno vasco en Irun donde permaneci¨® tres d¨ªas. La ma?ana del d¨ªa 8 de agosto se ahog¨®.
¡°Hemos contactado con un hermano de su madre en Nantes, Francia¡±, explica Xabier Legarreta, ¡°y yo mismo me he ofrecido para ir a buscarle a la frontera para que venga a identificar el cad¨¢ver¡±, explica, y as¨ª acortar los plazos y ¡°ver qu¨¦ quiere hacer la familia¡±. Pero Legarreta tampoco las tiene todas consigo. ¡°Es un tema humanitario, no creo que le pongan problemas en la frontera¡±, pero el Gobierno vasco tampoco sabe cu¨¢l es la situaci¨®n legal del t¨ªo de Abdoulaye Coulibaly. El Gobierno no quiere que se repita el caso de Yaya.
Ni la red de apoyo ni el Gobierno vasco tienen ninguna duda de que el tap¨®n que hace la polic¨ªa francesa en la frontera est¨¢ a?adiendo un plus de peligrosidad al ya de por s¨ª arriesgado tr¨¢nsito de los migrantes. ¡°Las devoluciones en caliente son un hecho¡± asegura el director de Migraciones y Asilo del Gobierno vasco, Xabier Legarreta. ¡°Las estamos viendo a diario, son una realidad que el Gobierno deber¨ªa resolver¡±, asegura Agirre.
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