Oficina de sicarios: as¨ª funcionan las organizaciones de asesinos a sueldo en Espa?a
Decenas de ¡®aseguradoras¡¯ garantizan los negocios de las mafias vinculadas al narcotr¨¢fico
?l ha trabajado en Espa?a de pinche de cocina y de cocinero en muchos restaurantes o haciendo trabajos de reparaciones, pero la primera vez que mat¨® a alguien ten¨ªa solo 13 a?os. Ella ha realizado depilaciones, pintado u?as en decenas de peluquer¨ªas y centros de est¨¦tica, adem¨¢s de cuidar a ni?os y ancianos, pero sus primeros recuerdos de la infancia son los de ¡°los cajones de la cocina de su casa y los armarios de la ropa llenos de fajos de billetes¡±. Criada en una familia que trabajaba para el narco colombiano m¨¢s conocido, Pablo Escobar, enseguida apunt¨® maneras para la log¨ªstica del tr¨¢fico de drogas. ?l, de Vergara, crecido en Bogot¨¢. Ella, de Medell¨ªn. Ambos han sido sicarios, llevan media vida en Madrid, donde las llamadas ¡°oficinas de cobro¡± ¡ªuna suerte de aseguradoras con asesinos a sueldo para dar garant¨ªa a los negocios del crimen organizado¡ª comenzaron a instalarse en los a?os noventa y donde la polic¨ªa estima ahora que hay decenas.
¡°Toda organizaci¨®n criminal que se precie tiene su oficina para garantizar el respeto de los acuerdos, las entregas y el pago de las deudas¡±, se?alan fuentes policiales. Y ¡°todo doctor ¡ªcomo le gustaba a Pablo Escobar que le llamaran¡ª debe tener su oficina¡±. Fue el fundador del cartel de Medell¨ªn quien acu?¨® as¨ª el t¨¦rmino, al igual que muchos de los m¨¦todos de trabajo.
¡°Ese es el origen de esas franquicias del crimen. Aterrizaron de la mano de los colombianos que crearon alianzas con los narcos gallegos, pero se han afianzado por una cuesti¨®n de utilidad y eficacia¡±, se?alan las mismas fuentes. Aseguran que tienen como sede principal Madrid (¡°un para¨ªso legal para trabajar¡±, en palabras de ¨¦l, el sicario llegado de Bogot¨¢), pero tambi¨¦n delegaciones en Barcelona, Valencia y M¨¢laga.
Medio millar en Espa?a
Los ¨²ltimos informes del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) hablaban de unas 500 organizaciones criminales asentadas en Espa?a (504 en 2019, de las que 109 se dedicaban exclusivamente al tr¨¢fico de coca¨ªna). Los informes confirmaban que Espa?a sigue siendo la principal puerta de entrada de la droga procedente de Sudam¨¦rica en Europa desde aquellos mismos a?os noventa.
La capital de Espa?a fue la primera ciudad en la que se instalaron muchos de los migrantes procedentes de Latinoam¨¦rica, tambi¨¦n los narcos y sicarios colombianos, ¡°ya que es donde encuentran m¨¢s apoyo y se camuflan mejor¡±, explican los polic¨ªas de la Brigada Central de Estupefacientes, especializados en la persecuci¨®n de estos delitos.
¡°Yo llegu¨¦ a Espa?a a los 22 a?os, crec¨ª en un entorno en el que matar era una manera de solucionar las cosas, toda mi familia trabajaba para el narco¡±, relata ¨¦l en la terraza de una cafeter¨ªa de Madrid. La polic¨ªa estima que en Colombia (51 millones de habitantes) el narcotr¨¢fico genera ¡°unos 200.000 empleos directos¡±.
¡°Viv¨ªa solo en Bogot¨¢ desde los 12 a?os y ya realizaba atracos y ten¨ªa mi pistola¡±, contin¨²a ¨¦l; ¡°mi madre trabajaba de sol a sol, yo en la calle haciendo encargos, luego ingres¨¦ dos a?os en el ej¨¦rcito, que fue como un campamento, me encant¨®, trabaj¨¦ con los carteles m¨¢s fuertes, reclutando j¨®venes, y era bueno conduciendo motos¡±, advierte. Recuerda que las ejecuciones se realizan tradicionalmente desde una motocicleta en la que uno ¡°maneja¡± y otro hace de ¡°gatillero¡± y dispara al objetivo, segundos antes de darse a la fuga. ¡°?ramos una familia, ascend¨ª r¨¢pido por mi coraje, mi frialdad, mi ausencia de miedo, por todas las drogas [f¨¢rmacos] que nos daban (Rivotril, Diazep¨¢n) y por mi ambici¨®n por ganar dinero y tener la vida que quer¨ªa¡±, recuerda ¨¦l, incapaz de sumar ¡°los muertos¡± que carga a su espalda. ¡°Todos de guerra [del negocio], nunca mujeres y nunca ni?os¡±, especifica. Emigr¨® a Espa?a cuando ¡°se acab¨® la guerra [comenz¨® el proceso de paz del presidente Andr¨¦s Pastrana, de 1998 a 2002, y la desmovilizaci¨®n de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) con ?lvaro Uribe entre 2002 y 2006] y los trabajos disminuyeron¡±. Corr¨ªa el a?o 2001 y el Gobierno espa?ol desarrollaba un amplio proceso de regularizaci¨®n de inmigrantes, entre ellos 100.000 ciudadanos colombianos, seg¨²n los datos policiales.
Las oficinas de cobro que se fueron asentando en Madrid y otras ciudades estrat¨¦gicas de la geograf¨ªa espa?ola comenzaron a trabajar con tipos como ¨¦l. ¡°Est¨¢n formadas por entre 6 y 10 individuos, est¨¢n vinculadas a organizaciones de narcotr¨¢fico, pero funcionan de manera aut¨®noma y suelen usar tapaderas de todo tipo de negocios: bares, restaurantes, peluquer¨ªas, talleres, locutorios¡¡±, describen fuentes policiales. ¡°Sus miembros proceden de ciudades con carteles de la droga como Cali, Medell¨ªn, Palmira, Pereira¡±, se?alan. ¡°Y se trata muchas veces de antiguos miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia [AUC, los grupos que, apoyados por los narcos, combat¨ªan a la guerrilla de las FARC]¡±, detallan las mismas fuentes. ¡°Y de j¨®venes procedentes de pandillas juveniles¡±, agregan.
Otro aspecto que favoreci¨® el asentamiento de estas oficinas en Espa?a fueron las grandes aprehensiones de droga por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. En agosto de 2001 fue detenido Jos¨¦ Ram¨®n Prado Bugallo, Sito Mi?anco, cuando controlaba con un tel¨¦fono v¨ªa sat¨¦lite el trasvase a un pesquero de 4.500 kilos de coca¨ªna del buque Agios Constandinos.
Y los cada vez m¨¢s frecuentes robos de mercanc¨ªa por parte de organizaciones rivales, los llamados vuelcos, tambi¨¦n hicieron cada vez m¨¢s necesaria una adecuada protecci¨®n tanto de las rutas como de los transportes y los almacenes, recuerda la polic¨ªa.
Por su parte, ella, ha crecido en un mundo de hombres, le salieron los dientes ¡°haciendo caletas¡± (lugares para esconder la droga), y se hizo respetar ¡ªa su entender¡ª por su ¡°capacidad organizativa¡± y ¡°su precisi¨®n¡±. ¡°Conmigo sab¨ªan que las cosas saldr¨ªan bien¡±, cuenta en un bar de Madrid, ya retirada de una vida con la que lo tuvo ¡°todo¡±.
Perfil bajo
¡°Buscan tener un perfil bajo, y el asesinato (por ser lo m¨¢s llamativo) es el ¨²ltimo de sus m¨¦todos¡±, explican expertos policiales. Para lograr el saldo de la deuda, o la devoluci¨®n de la mercanc¨ªa, ¡°ejercen una presi¨®n gradual: se presentan a su v¨ªctima, pactan la deuda y un plazo de tiempo para abonarla, si no paga le mandan una advertencia a trav¨¦s de su familia para que sepa que los tienen localizados y amenazados, le extorsionan, le secuestran, y si finalmente llegan a matarla tratan de hacer desaparecer el cuerpo de alguna manera (descuartizamientos, enterramientos, ¨¢cido¡), se han encontrado cad¨¢veres hasta en los canales de ?msterdam¡±, relatan las mismas fuentes policiales.
Por un asesinato se pueden pagar unos 30.000 euros en Espa?a, frente a los 3.000 que se pagan en Colombia, ¡°pero todo lo regula el mercado¡±, se?alan. Las muertes, aunque escandalosas, casi siempre son de gente que est¨¢ metida en el negocio, advierten. Y recuerdan algunas:
En 2009 la polic¨ªa detuvo en Barajas a Jonathan Andr¨¦s Ortiz, colombiano de 24 a?os, como autor del asesinato (le descerraj¨® cuatro tiros) del mafioso colombiano Le¨®nidas Vargas, que se encontraba ingresado en Hospital 12 de Octubre de Madrid. El 12 de septiembre de 2014, un hombre de 30 a?os fue asesinado de cinco tiros por un sicario que huy¨® en motocicleta en Usera. El 24 de septiembre de 2015 un irland¨¦s era acribillado en Mijas (M¨¢laga) desde un coche. El 12 de mayo de 2018 asesinaban con cinco tiros desde una moto a David ?vila Ramos, alias Maradona, a la salida de la comuni¨®n de su hijo en Marbella...
Labores de espionaje y ley del silencio
Lo habitual es que cuando la oficina recibe un encargo, los clientes le proporcionen toda la informaci¨®n de la que disponen acerca del objetivo, seg¨²n fuentes policiales. ¡°Casi siempre es simplemente un alias, una fotograf¨ªa, un familiar o un lugar de referencia¡±, describen.
Los sicarios inician en ese momento unas labores previas de espionaje que consisten principalmente en preguntar a sus colaboradores, que recibir¨¢n una peque?a recompensa o el favor del patr¨®n y la protecci¨®n de la oficina. Conforman aut¨¦nticas redes de informaci¨®n.
La comisi¨®n oscila entre el 40% y el 50% del importe recuperado. Antes y despu¨¦s, la ley del silencio: una denuncia de un cliente supone el asesinato de ¨¦l y su familia.
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