La juventud migrante renueva la Espa?a rural despoblada
Uno de cada diez habitantes de los pueblos ha nacido en el extranjero y la cifra alcanza el 16% entre los menores de 39 a?os, seg¨²n un estudio
El 26 de mayo de 2009, mientras sus cuatro hermanos se levantaban para ir a la escuela, Madou Traor¨¦, de 16 a?os, lo hizo para subirse a una patera. El joven, originario de Mal¨ª, lleg¨® a Canarias con un ¨²nico deseo: forjarse un futuro en Espa?a. Ahora tiene 28 y trabaja de ganadero en Malpartida (C¨¢ceres) cuidando a 50 vacas. ¡°Tengo contrato indefinido, novia y coche...?Para qu¨¦ m¨¢s?¡±. Traor¨¦ cuenta sonriente que sus amigos del centro de acogida han rehecho sus vidas y tambi¨¦n est¨¢n felices en empleos rurales de diversas regiones: ¡°No somos espa?oles pero trabajamos igual o m¨¢s¡±. Sus compa?eros, afirma, han pasado de la inmigraci¨®n irregular a la azada y los animales en lo que supone una renovaci¨®n generacional en el despoblado medio rural.
Los inmigrantes juegan un papel clave en la recuperaci¨®n demogr¨¢fica de las ¨¢reas rurales. As¨ª lo pone de manifiesto un estudio del Observatorio Social de La Caixa sobre los retos y oportunidades de los extranjeros que viven en Espa?a. El informe, elaborado por Rosario Sampedro, profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad de Valladolid, y Luis Camarero, investigador y docente de la UNED, subraya que cerca del 10% de los residentes en municipios de menos de 10.000 habitantes son for¨¢neos: unas 920.000 personas. Los autores se?alan que, en el rango de entre 20 y 39 a?os, la cifra ronda el 16%, clave para la supervivencia de la Espa?a despoblada.
Youssef Ourouss tiene 24 a?os y lleg¨® de forma regular a Guadalajara con 10: ¡°Mi padre dec¨ªa que hay m¨¢s futuro aqu¨ª que en Marruecos¡±. El joven se dedica desde los 16 al cultivo del esp¨¢rrago y sue?a con abrir su propio negocio. Ourouss asegura que en el campo se aprende todos los d¨ªas y cree que los j¨®venes espa?oles tienen menos inter¨¦s por los empleos rurales: ¡°Se sufre m¨¢s que en una oficina, pero somos m¨¢s libres¡±. El joven ganadero es musulm¨¢n y agradece que su jefe, Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez, le facilite las cosas. La campa?a de recogida de esp¨¢rragos siempre coincide con el Ramad¨¢n y Ourouss lo hace junto a dos de sus compa?eros tambi¨¦n musulmanes, por lo tanto no pueden trabajar a las tres de la tarde y deben hacerlo de noche. S¨¢nchez, agricultor de 54 a?os, comprende su religi¨®n y sus costumbres y reivindica la empat¨ªa: ¡°Tenemos que hacer un esfuerzo de adaptaci¨®n como ellos lo hacen para integrarse¡±.
El estudio destaca que, contra el imaginario colectivo de poblaci¨®n inm¨®vil, permanente y local, la Espa?a rural es diversa. A finales de los a?os noventa hubo un aumento notable de la poblaci¨®n extranjera que se desplaz¨® a estos municipios gracias a la agricultura exportadora, la construcci¨®n, el turismo y la demanda de cuidadores. La crisis del 2008 propici¨® la ca¨ªda demogr¨¢fica de las ¨¢reas rurales al frenarse la llegada de inmigrantes mientras que los extranjeros ya asentados regresaron a sus lugares de origen o a las ciudades.
El agricultor Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez cuenta que comenz¨® a contratar a extranjeros hace ya ocho a?os y suponen ¡°savia nueva¡± para el oficio. La impresi¨®n de S¨¢nchez la corrobora Camarero: ¡°El medio rural est¨¢ sobreenvejecido. Entre un 10% y un 20% de la poblaci¨®n que reside en municipios de menos de 1.000 habitantes supera los 80 a?os¡±. El soci¨®logo indica que la poblaci¨®n extranjera dinamiza estos n¨²cleos con sus trabajos y sus familias, adem¨¢s de aportar nuevas formas culturales. Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez subraya la idea: ¡°En el campo aprendemos a convivir, hay sitio para todos¡±. S¨¢nchez sostiene que los j¨®venes impulsar¨¢n un nuevo modo de trabajar: ¡°Est¨¢n muy concienciados con la agricultura ecol¨®gica. Mejoran la sociedad¡±.
Hay testimonios menos optimistas. Sana Tamaraoucht, marroqu¨ª de 32 a?os, lleg¨® ilusionada a Pollos (Valladolid, 650 habitantes) con 19 gracias a la ayuda de un amigo de su familia que le insisti¨® a sus padres que ¡°la ni?a tendr¨ªa m¨¢s posibilidades¡± en Espa?a, pero nunca se ha sentido integrada. La mujer lleva 13 a?os trabajando en una queser¨ªa y lo compagina con su trabajo parcial en ganader¨ªa, orde?ando 70 ovejas, una labor que no le agrada pero que asume: ¡°Mi jefe me trata como a un animal, pero debo trabajar para llevar el pan a casa¡±. Tamaraoucht vive con su marido, tambi¨¦n migrante, al que conoci¨® en la queser¨ªa, y los dos hijos que tienen en com¨²n y echa en falta a sus siete hermanos que se quedaron en ?frica: ¡°S¨®lo pienso en mis ni?os para que tengan una vida mejor, la que yo jam¨¢s tendr¨¦¡±. A la ganadera le tiembla la voz cuando pide con rabia que ¡°sus ni?os¡± tengan una vida ¡°tan buena como los espa?oles¡±.
El mayor ¨ªndice de fecundidad y las reagrupaciones familiares son dos claves en la demograf¨ªa futura de las zonas rurales. Las madres inmigrantes tienen m¨¢s hijos que las espa?olas: 1,5 por mujer frente a la media de las nacionales, que se sit¨²a en 1,2. En 2019, uno de cada cinco menores de 13 a?os en la Espa?a rural era hijo de madre for¨¢nea, una proporci¨®n que se eleva hasta uno de cada cuatro en los municipios de menos de 1.000 habitantes, seg¨²n el estudio. Sana Tamaraoucht defiende que las migrantes pueden aportar mucho al desarrollo del pa¨ªs: ¡°Hay quien piensa que somos malos pero siempre ayudamos, pese a nuestras duras condiciones...¡±.
La precariedad laboral castiga especialmente al colectivo migrante, que acumula cerca del doble de inestabilidad laboral. El 16,8% de las familias inmigrantes viven en hogares en los que todos los empleados tienen un contrato temporal frente al 9,1% en el caso de los no inmigrantes, y el triple de pobreza laboral (33,7% frente al 10,6% de los aut¨®ctonos en el mismo a?o). El informe dirigido por Camarero tambi¨¦n evidencia que el coste de la vivienda supone una sobrecarga para el 49% de los inmigrantes (frente al 16,8% de los aut¨®ctonos), al absorber m¨¢s del 30% de sus ingresos. Sana Tamaraoucht sentencia: ¡°Vivimos para trabajar... Es muy agotador, no solo f¨ªsicamente, tambi¨¦n mentalmente¡±.
Adem¨¢s, la tasa de riesgo de pobreza de los inmigrantes que residen en Espa?a, un 46% en 2017, es claramente superior a la del mismo grupo de la Uni¨®n Europea. La situaci¨®n es a¨²n peor en el caso de las mujeres. Tamaraoucht critica esa falta de igualdad en temas laborales y suspira mientras habla de su ¡°m¨ªsero¡± salario. Las trabajadoras extranjeras ganaron al a?o, de media, m¨¢s de 14.000 euros brutos en 2016, frente a los casi 27.000 ingresados por los varones espa?oles. El informe recalca que la crisis de 2008 provoc¨® una brecha a¨²n abierta, ya que el 16% de las familias inmigrantes tuvieron a todos sus miembros desempleados en los a?os centrales de la recesi¨®n, frente al 9,5% en el caso de las familias aut¨®ctonas.
Mohamed Galmi cumpli¨® 15 a?os a bordo de una patera que le transportaba de T¨¢nger a Algeciras. El joven lo rememora como una pesadilla lejana: ¡°Ahora me siento integrado en Espa?a, trabajo en un huerto en Benaoj¨¢n (M¨¢laga) y es mi hogar¡±. Le gusta la vida en el campo pero su verdadero sue?o es tener un taller de mec¨¢nica. Cada d¨ªa, relata, trabaja para ayudar a su familia, que sigue en T¨¢nger: ¡°No pienso en m¨ª, solo quiero apoyar a mis tres hermanos¡±. Su jefe, Miguel Herrera, un chef due?o de un restaurante en la zona de Ronda, est¨¢ encantado con el chaval por su buena voluntad: ¡°Mohamed es un gran apoyo, los prejuicios con los migrantes son un lastre¡±. La pandemia ha permitido tomar conciencia de la contribuci¨®n de la poblaci¨®n for¨¢nea para garantizar la producci¨®n alimentaria y la vida de los pueblos, seg¨²n apunta el citado estudio.
Galmi destaca la importancia de tejer lazos con otros migrantes y pone el ejemplo de Kamal Benjadim, de su misma edad, con quien comparte vivienda que les facilita su patr¨®n. Herrera ha formado a los dos chicos en otra iniciativa social que tiene dedicada a la integraci¨®n social. La mayor¨ªa de los compatriotas, asegura, no es consciente del potencial de ¡°la cantera de chiquillos extranjeros¡± llenos de ilusi¨®n, fuerza y ganas por contribuir al crecimiento de cualquier negocio donde les den una oportunidad: ¡°El futuro nos pasar¨¢ factura como no actuemos bien y despreciemos el potencial de los j¨®venes migrantes¡±.
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