El derecho a tener nombre de la peque?a F¨¢tima
Las ONG celebran la decisi¨®n de un juez de inscribir en el registro espa?ol a una menor migrante nacida durante el largo viaje de su madre hacia Espa?a


¡°El juez merece un gran ¡®?bravo!¡¯ Y el Estado espa?ol ha estado grandioso en mi caso, pero detr¨¢s vienen muchos ni?os a¨²n sin derechos¡±. Catherine Cristine Elimbi agradece emocionada la decisi¨®n de la justicia espa?ola, que esta semana ha dado una identidad a su hija F¨¢tima al inscribirla en el registro civil, a pesar de que naci¨® en Or¨¢n (Argelia), durante el trayecto de cinco a?os entre Camer¨²n y C¨®rdoba, donde ahora reside.
Elimbi, de 26 a?os y embarazada de ocho meses, habla rodeada de olivos, silencio y horizonte en una casa de acogida de la Fundaci¨®n Emet Arco¨ªris, ubicada sobre una loma a las afueras de Montilla (C¨®rdoba). All¨ª pas¨® sus cuatro primeros meses tras llegar en patera a Almer¨ªa desde Argelia, donde pag¨® 4.600 euros para poder cruzar el Mar de Albor¨¢n ¡°aterrorizada¡± junto a su hija, de 19 meses.
Los beb¨¦s extranjeros ap¨¢tridas que nacen en el viaje hacia Europa y carecen de partida de nacimiento est¨¢n al albur de los funcionarios de los registros civiles de todo el pa¨ªs, que a veces los inscriben y otras veces ponen pegas por la falta de documentaci¨®n. Los papeles desaparecen a menudo en el tortuoso viaje en patera y finalmente los menores migrantes acompa?ados sufren esta carencia.
A pesar de tener un nombre, apellidos y una prueba de ADN que acredita el parentesco con su madre, el Estado espa?ol se niega a reconocerlos y permanecen invisibles. Un escollo para escolarizarse, regularizar su situaci¨®n, o acceder a la sanidad. De ah¨ª la trascendencia de la resoluci¨®n motivada del juez Francisco Jos¨¦ Ortega, responsable del registro civil de Montilla y titular del Juzgado de Instrucci¨®n 2 de esta localidad de 22.700 habitantes, que ha puesto blanco sobre negro por qu¨¦ Espa?a debe atender a esos beb¨¦s que cada mes llegan a las costas canarias y andaluzas como firmante de tratados internacionales que les amparan.
¡°Los tribunales estamos obligados a aplicar las leyes respetando los derechos fundamentales. Yo desde luego sigo convencido de la decisi¨®n justa y de que no hay obst¨¢culo para que Espa?a no inscriba a esos ni?os al aplicar directamente un tratado internacional como el Convenio Europeo de Derechos Humanos¡±, explica el magistrado por tel¨¦fono. ¡°Me plantearon el caso y autom¨¢ticamente pens¨¦ en la perspectiva de los derechos humanos¡±, conf¨ªa sobre la propuesta de la Fiscal¨ªa cordobesa para inscribir a la menor, que acude a una guarder¨ªa del centro de C¨®rdoba, donde ahora reside su madre.
Elimbi sufri¨® un matrimonio forzoso en Camer¨²n, dej¨® all¨ª a una hija de cinco a?os con su abuela, y en su huida pas¨® tres a?os en Mal¨ª con su actual pareja, que no pudo pagar el viaje a la Pen¨ªnsula y permanece en Argelia. ¡°All¨ª la vida vale menos que cero, est¨¢s en continuo peligro, incluso ante la polic¨ªa¡±, explica en franc¨¦s. Estudi¨® hasta los 18 a?os y aqu¨ª quiere aprender espa?ol cuando su cuerpo recupere fuerzas tras el periplo y el embarazo, y quiz¨¢s quedarse en Espa?a.
El auto de Ortega ha sido celebrado por las ONG que atienden a estas mujeres y sus hijos, y que hasta ahora carec¨ªan de una resoluci¨®n judicial sensible al desamparo de estos menores, en un limbo jur¨ªdico nada m¨¢s nacer. Ante la tendencia ascendente de estos casos con menores acompa?ados, en 2018 naci¨® el proyecto ?dos para orientar a estas mujeres migrantes, procedentes de pa¨ªses como Costa de Marfil y Guinea-Conakry en su camino hacia Francia, destino final de la inmensa mayor¨ªa.
En la residencia de Montilla duermen ahora 10 ni?os y 22 mujeres que huyeron de los matrimonios forzosos, la mutilaci¨®n genital o la violencia machista, y que suelen quedarse unos tres meses antes de cruzar los Pirineos para encontrarse con la familia o amigos e iniciar una nueva vida. Pero para coger impulso y atravesar la frontera es esencial estar documentado. ¡°El registro civil de Montilla acepta el acta policial de patera donde le asignan un NIE temporal, pero no es lo normal. Pese a que otras mujeres no le dan tanta importancia al papeleo, Catherine ha entendido la importancia de la gesti¨®n administrativa porque sabe leer y escribir¡±, explica Teresa Gir¨®n, directora del centro.
Desde Almer¨ªa, Francisco Morenilla, abogado de oficio especializado en llegadas mar¨ªtimas, puntualiza que en los registros civiles de Roquetas de Mar y El Ejido se topan a menudo con trabas de los funcionarios. ¡°Las mujeres llegan sin documentaci¨®n, pero les piden certificados de nacimiento de los ni?os y tratamos de conseguirlos, pero no siempre se logra por una burocracia documental insalvable. A veces tienen que mentir y decir que no est¨¢n casadas para no aportar el certificado de matrimonio¡±, ejemplifica. Isabel Mart¨ªnez, trabajadora social en un centro de migraciones de esa provincia andaluza, protesta: ¡°Hay consulados f¨¢ciles para la documentaci¨®n como Gambia, Costa de Marfil y Marruecos, pero otros como Argelia son muy complicados. No tiene sentido, con la prueba de ADN, ?qu¨¦ m¨¢s le da al registro civil si est¨¢n casados o no para darle una identidad al beb¨¦? En Andaluc¨ªa pueden tener tarjeta sanitaria, pero luego pueden tener problemas para su escolarizaci¨®n y les quitan derechos¡±.

En el proyecto ?dos, que desde hace un a?o financia en parte el Ministerio de Inclusi¨®n y Seguridad Social, est¨¢n implicadas varias ONG, entre ellas la Fundaci¨®n Profesor Ur¨ªa. El abogado Jos¨¦ Alberto Navarro, a la que pertenece, ensalza ¡°las agallas¡± del juez Ortega: ¡°Es un auto magn¨ªfico y de gran valor porque ha sido valiente en su interpretaci¨®n correcta y fundada del derecho. Da respuesta a esos ni?os que no se pueden empadronar y su vida ser¨¢ ahora mucho m¨¢s f¨¢cil. He visto casos en los que se protege a la madre y no al hijo. ?C¨®mo es posible que eso ocurra?¡±, interroga.
Navarro afirma que este caso ¡°ha salido bien porque hemos aprendido mucho en estos tres a?os¡± y es optimista sobre los pr¨®ximos procesos que implica la identidad de los menores acompa?ados: ¡°Tengo la intuici¨®n de que se asentar¨¢ esta respuesta en la jurisprudencia¡±, dice. Proyecto ?dos tiene abierto otro caso similar en San Sebasti¨¢n, recurrido a la justicia tras la negativa inicial del registro civil donostiarra.
En su resoluci¨®n motivada, el juez Ortega expon¨ªa con claridad por qu¨¦ el primer derecho de estos ni?os extranjeros es la posibilidad de existir para el Estado espa?ol: ¡°Si no existe, no tiene libertad ninguna que respetar, ni derecho que ser reconocido, es decir, lisa y llanamente no tiene personalidad jur¨ªdica cognoscible, no es nada en la realidad jur¨ªdica¡±.
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