Cantos de p¨¢jaro y litronas en el portal del presunto asesino de un ni?o en Lardero
El detenido llevaba una vida discreta en el pueblo, donde un grupo de vecinos intent¨® lincharlo el jueves tras ser hallado con el cad¨¢ver del ni?o en brazos
El canto de los p¨¢jaros del tercer piso del n¨²mero 5 de la calle R¨ªo Linares de Lardero (La Rioja) es tan potente que, a veces, se escucha desde el rellano. El hombre de 54 a?os que viv¨ªa all¨ª es un hombre con sordera. En el interior de su vivienda la cama est¨¢ deshecha, hay varias litronas de cerveza sobre la mesa del sal¨®n y el suelo est¨¢ sin barrer, seg¨²n se aprecia en el v¨ªdeo de la detenci¨®n policial del pasado jueves, pues este hombre es el sospechoso de haber matado a un ni?o del vecindario tras secuestrarlo en un parque. El inquilino del piso no volver¨¢ a vivir aqu¨ª. Compraba la cerveza que se llevaba a casa en S¨²per Tr¨¦bol, un colmado de barrio que est¨¢ frente a su casa y que regenta ?scar (¡°se llevaba mucha, y solo alguna vez pan¡±). Beb¨ªa botellines de Alhambra en el bar Anayet, donde le atend¨ªan Eduardo y Joana: ¡°Un d¨ªa decidi¨® dejar de fumar y dej¨® sobre la barra todos los mecheros que ten¨ªa¡±, cuentan. ¡°Llevaba aspecto de pobre, un poco andrajoso y abandonado¡±, cuenta ?scar de ¨¦l. ¡°La primera impresi¨®n que daba era de l¨¢stima, de hombre lastimoso, marginal¡±, dice Mar¨ªa, una vecina de su calle con la que se cruzaba de vez en cuando.
Tambi¨¦n ten¨ªa un coeficiente de 122 (medio alto) ¡ªesto se supo en el juicio por asesinato en el que result¨® condenado en el a?o 2000¡ª, estudi¨® solfeo y llevaba gafas, y su aspecto desastrado y larguirucho le vali¨® en alg¨²n momento el mote de Mortadelo, aunque en la c¨¢rcel era simplemente Almeida o El Sordo. Antes de entrar en prisi¨®n, donde ha pasado la mitad de su vida, fue vigilante de una empresa de seguridad (ahora ¨¦l contaba, a la poca gente con la que se relacionaba, que trabajaba en una empresa de limpieza que ten¨ªa cuota de discapacitados). Era arisco y distante en las distancias largas, dicharachero y embaucador en las distancias cortas, cuentan quienes le trataban en el d¨ªa a d¨ªa. Cuando era guardia jurado coincidi¨® con un chico que lo recuerda ¡°raro, listo sin aparentarlo, la clase de tipo del que sospechas que algo no va bien, muy l¨ªmite¡±; un d¨ªa le cont¨® que su padre le pegaba cuando ¨¦l era peque?o.
De ese padre se sabe ¡ªlo ha publicado el diario La Rioja¡ª que termin¨® suicid¨¢ndose; la madre muri¨® hace unos 15 a?os. Se sabe que tuvieron dos hijos. Y que uno de ellos, Francisco Javier Almeida, tiene p¨¢jaros en casa no porque disfrute de su canto sino porque, seg¨²n han dicho algunos padres del vecindario, invita a las ni?as a las que observa con obsesi¨®n en el parque y en la puerta del colegio a conocerlos.
El pasado jueves, cuando se hac¨ªa de noche, cambio de t¨¢ctica y abord¨® a ?lex, un ni?o de nueve a?os con peluca de un disfraz de Halloween al que confundi¨® con una ni?a, y lo llev¨® a su casa, donde supuestamente lo asfixi¨®, con otra treta: le invit¨® a conocer a su mascota, un cachorrito. Todo sucedi¨® tan r¨¢pido que una muchedumbre se puso a buscarlo desbocada hasta amontonarse en el portal n¨²mero 5, donde el adulto y el ni?o hab¨ªan entrado. Dos d¨ªas despu¨¦s, desolada frente a un caf¨¦ con leche, Alejandra, vecina de Lardero, dice: ¡°Est¨¢bamos fuera del portal mientras el ni?o, ese hombre y la polic¨ªa estaban dentro. Vimos llegar a la UCI m¨®vil y c¨®mo sacaban una camilla para meterla en el edificio, vimos volver la camilla vac¨ªa. Y la gente estall¨®¡±. Intentaron derribar el cord¨®n policial para lincharlo. Ped¨ªan, desesperados, hacer justicia con sus propias manos.
?Qu¨¦ ocurr¨ªa dentro? Carlota Mar¨ªn es la madre de Carmen y Susana es la madre de Yanire, dos ni?as de siete a?os que hace dos semanas fueron abordadas por Almeida. ¡°Quer¨ªa ense?arle sus pajaritos de colores que ten¨ªa en casa¡±, dice Mar¨ªn. El marido de Susana, un hombre llamado H¨¦ctor, fue uno de los que se lanz¨® en la noche del jueves a buscar al presunto asesino. Entr¨® en el n¨²mero 5 y se encontr¨®, en un rellano, a Almeida con el ni?o en brazos llamando al ascensor. ¡°?Est¨¢is buscando a este ni?o? Lo he encontrado desmayado¡±, dijo Almeida. Ya estaba la Polic¨ªa Local all¨ª, y H¨¦ctor se?al¨® a Almeida, seg¨²n cuenta Carlota Mar¨ªn a este peri¨®dico: ¡°Me cago en Dios, ?y no ser¨¢ ese el asesino?¡±. Los agentes, para evitar el linchamiento de Almeida all¨ª mismo, lo disuadieron: ¡°No es ¨¦l, es un compa?ero de piso¡±. Pero tampoco nadie sab¨ªa qui¨¦n era exactamente ¨¦l, ni lo que hab¨ªa hecho en el pasado. Aunque un d¨ªa que estaba borracho en el bar Anayet, recuerda Mar¨ªn, solt¨® que una vez hab¨ªa matado a una mujer.
¡°Lo que voy a contar es muy desagradable, lo digo por las mujeres que hay aqu¨ª, a las que respeto much¨ªsimo¡±. As¨ª se declaraba culpable el 27 de marzo de 2000 Francisco Javier Almeida, cuando ten¨ªa 33 a?os, del asesinato de la agente inmobiliaria Mar¨ªa del Carmen L¨®pez, de 26. Dio cuenta con detalle del juicio La Rioja. El 17 de agosto de 1998 los dos hab¨ªan concertado una segunda visita a un piso de la calle V¨¦lez de Guevara de Logro?o (la primera tuvo como objetivo, para Almeida, preparar el crimen). Cuando llegaron al dormitorio, dijo el acusado en el juicio, ¡°quer¨ªa hacer algo con ella y m¨¢s a¨²n llevando minifalda¡±. Seg¨²n la sentencia, al entrar la tir¨® violentamente sobre la cama y empez¨® a hacerle cortes superficiales en cuello, espalda y cara, y dos de gravedad, uno de ellos que le seccion¨® la tr¨¢quea. Luego le quit¨®, a¨²n forcejeando, la ropa interior para forzarla sexualmente. Le hizo algunos cortes m¨¢s y despu¨¦s hundi¨® la navaja en el coraz¨®n. ¡°Tengo cargo de conciencia¡±, declar¨®. ¡°Se apodera de m¨ª un instinto que no puedo controlar, algo superior¡±. Un estudio sobre su personalidad aclar¨®: ¡°Es una persona normal que sabe lo que hace y cuando lo hace es porque quiere¡±.
Nueve a?os antes, el 5 de octubre de 1989, Francisco Javier Almeida, entonces de 24 a?os, se encontr¨® a una vecina suya de 13 a?os por la calle y le cont¨® que su madre estaba enferma para lograr que le acompa?ara a casa. Ya dentro, at¨® a la ni?a en una silla mientras profer¨ªa expresiones obscenas y le rode¨® el cuello con una cuerda hasta hacerla perder el conocimiento mientras ¨¦l, seg¨²n recogi¨® la sentencia, eyaculaba. Fue condenado a siete a?os de c¨¢rcel. Al poco de salir cometi¨® el llamado crimen de la inmobiliaria, el asesinato de Mar¨ªa del Carmen L¨®pez. Le fue concedida la libertad condicional en abril de 2020, y un a?o y medio despu¨¦s ha sido detenido por el presunto asesinato de un ni?o en este tranquilo y apacible barrio del extrarradio de Logro?o, antiguo monte y descampado, en el que apenas hay tres bares, un sal¨®n de belleza, un parque, un colegio, dos peque?as tiendas y un centro c¨ªvico.
El viernes a primera hora, bajo una violenta lluvia, una furgoneta blanca apareci¨® en Lardero y de ella baj¨® un hombre con cuatro maceteros repletos de flores blancas. Las dej¨® en el centro de la plaza de Entrerr¨ªos, que tiene varios juegos en los que el jueves ?lex se divert¨ªa con sus amigos. Durante estos dos d¨ªas la gente ha ido acerc¨¢ndose en silencio con sus hijos a dejar esas flores en el parque y en el portal en el que el ni?o muri¨® estrangulado. Las flores se confunden entre ramos, mensajes y dibujos infantiles de amigos y compa?eros de colegio de ?lex que ponen los pelos de punta. Era un ni?o muy extrovertido al que le encantaba la interpretaci¨®n. No viv¨ªa en Lardero sino en Logro?o, donde estudiaba en el colegio Sagrado Coraz¨®n, pero ven¨ªa mucho porque una familia amiga tiene aqu¨ª un merendero en el que suelen celebrar fiestas como la de esta semana, a la que ?lex lleg¨® disfrazado de ni?a de la pel¨ªcula El exorcista. Y eso, parecer una ni?a, atrajo ¡ªseg¨²n hip¨®tesis de los investigadores¡ª la presencia de un depredador condenado en las ¨²ltimas d¨¦cadas por violencia sexual y asesinato.
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