Mam¨¢ se qued¨® en el mar: historia de tres hu¨¦rfanos de la ruta canaria
Ni?os rescatados en pateras a la deriva afrontan su recuperaci¨®n con la ayuda de educadores en centros p¨²blicos de las islas
Lo primero que Aissata, de ocho a?os, le dijo a su padre por tel¨¦fono desde el hospital, despu¨¦s de 11 d¨ªas a la deriva en el Atl¨¢ntico en una patera, fue ¡°mam¨¢ no est¨¢, est¨¢ en el mar¡±; el peque?o Seidou, de cinco, se refugia en su mu?eco de Spiderman y se niega a aceptar que la suya ya nunca llegar¨¢; y Amina, de seis... Amina a¨²n no puede articular palabra.
Casi 17.000 inmigrantes han llegado a Canarias en lo que va de a?o desde las costas de ?frica en traves¨ªas en oc¨¦ano abierto que van desde los cien kil¨®metros que separan Tarfaya (Marruecos) de Fuerteventura hasta los m¨¢s de 1.300 que median entre Saint Louis (Senegal) y Gran Canaria. Otros 889 se han dejado la vida en el intento, seg¨²n los datos ¨Dsiempre de m¨ªnimos¨D que maneja Naciones Unidas. Entre ellos, al menos 202 mujeres.
En esa ¨²ltima cifra est¨¢n las madres de Aissata, Seidou y Amina, tres menores de Costa de Marfil que forman parte de la extensa lista de hu¨¦rfanos que genera mes tras mes la ruta canaria, en el caso de las dos ni?as en la modalidad m¨¢s terrible: la de quienes contemplan, a¨²n incapaces de comprender su destino, c¨®mo la madre que intentaba ofrecerles un futuro en Europa muere y desaparece bajo las aguas.
?C¨®mo se recupera un ni?o de un trauma as¨ª? Posiblemente no se recuperar¨¢ del todo nunca, pero sus cuidadores conf¨ªan en que en el ADN de estos peque?os est¨¢ escrito a fuego el c¨®digo de supervivencia: levantarse, aprender y seguir adelante. La Agencia Efe ha hablado sobre ello con los educadores del centro de menores del Gobierno de Canarias que les ayudan a hacerlo.
AISSATA: 26 de agosto, a 500 kil¨®metros de El Hierro
Casi al comienzo de curso, Aissata tom¨® por primera vez sus cuadernos, sus l¨¢pices de colores y su mochila y se sent¨® en un aula de tercero de Primaria ¨Dla que corresponde a su edad: ocho a?os¨D en un colegio p¨²blico de Gran Canaria situado cerca del centro donde resid¨ªa. Solo hablaba b¨¢mbara y algo de franc¨¦s, pero quer¨ªa estudiar. Hab¨ªan pasado dos semanas, tres a lo sumo, desde que la nave Guardamar Tal¨ªa de Salvamento Mar¨ªtimo la rescat¨® de una de las traves¨ªas m¨¢s tremendas de este a?o en la ruta canaria: la de una patera sin rumbo en la que murieron 29 de las 55 personas que iban a bordo, incluidas siete ni?as, como ella.
¡°En una patera a la deriva en el Atl¨¢ntico, sin agua ni comida, al s¨¦ptimo u octavo d¨ªa est¨¢n arrojando cad¨¢veres por la borda, seguro¡±, dice Enrique, el director del centro. ¡°?Te imaginas que eres un ni?o en mitad de esa situaci¨®n? ?Qu¨¦ piensas cu¨¢ndo ves que lanzan al mar a otro ni?o? ?No te preguntas si ser¨¢s el siguiente?¡±.
Los peque?os que han pasado por ese trauma no hablan de ello. Por lo menos, no en bastante tiempo, aunque la traves¨ªa les siga acompa?ando a casi todos en sus pesadillas, noche tras noche. Es la historia de Aissata, quien, como otros ni?os y ni?as en su situaci¨®n, recibe ayuda de un psic¨®logo. ¡°Yo intentaba hablar con ella, pero se le perd¨ªa la mirada. Me lleg¨® a asustar¡±, relata Aday, otro educador.
Aissata es una ni?a ¡°muy buena¡±, siempre ¡°calladita¡±, a la que sus educadores tuvieron que ganarse como mejor pudieron. En su caso, cocin¨¢ndole recetas t¨ªpicas de ?frica, porque cuando sali¨® del hospital apenas com¨ªa. Lleg¨® a tierra al cuidado de una supuesta t¨ªa que, en realidad, solo era una mujer a la que su madre conoci¨® en la patera y a la que confi¨® a la ni?a y su pasaporte cuando tuvo la sospecha que de que no iba a sobrevivir. Su padre, que reside en Francia, ya ha manifestado su deseo de que se re¨²na con ¨¦l.
A¨²n le queda un trecho por recorrer. Aissata no habla con hombres, los evita. Hace poco que se ha abierto a sus educadores para contarles lo que vivi¨®: ¡°La patera estaba parada. Unos hombres malos tiraron a mi madre al mar¡±.
SEIDOU: 9 de septiembre, rescate cerca de Arguinegu¨ªn
El benjam¨ªn del centro donde se encontraba Aissata, que acaba de salir hacia otro recurso para menores, es Seidou, un ni?o marfile?o de cinco a?os. Lleg¨® aqu¨ª a trav¨¦s de Cruz Blanca, tras ser rescatado de una patera en la primera quincena de septiembre en el sur de Gran Canaria. Seidou viajaba solo. Su madre y su hermano peque?o iban en otra barquilla que nunca lleg¨® a tierra. En el centro lo saben porque lo ha contado el padre desde Marruecos, donde espera ¨¦l mismo su turno para cruzar a Canarias. Y all¨ª sigue esperando, pero la realidad es que ahora tiene p¨¢nico al oc¨¦ano.
¡°Seidou es una maravilla¡±, resume Tatiana, una de sus educadoras. El ni?o ignora lo que le ha pasado a su madre. En realidad, no quiere saberlo, cada vez que los psic¨®logos intentan cont¨¢rselo, ¨¦l se cierra en banda. ¡°Mam¨¢ va a venir¡±, zanja el tema. La patera ha dejado heridas en ¨¦l, como en todos. En su caso se manifiestan en un miedo incontrolable al agua. Basta con que lo acerquen a la piscina del centro donde vive ¡°para que se ponga como loco¡±, explica Aday.
Pero es extremadamente cari?oso. ¡°El primer d¨ªa¡±, recuerda Tatiana, ¡°se acerc¨® a m¨ª por detr¨¢s, me abraz¨® y se puso a hacerme cosquillas. Luego me cogi¨® de la mano y me llev¨® al cubo de los juguetes¡±. A Seidou le encanta Spiderman, aunque tiene un problema: mu?eco que pasa por sus manos, mu?eco que parte, con rabia. Aday se lo ha contado al psic¨®logo del centro, por si ayuda en algo, pero no necesita que le ilustren. Tiene claro lo que le pasa al ni?o.
Aunque el mar se trag¨® los documentos de Seidou, porque los llevaba su madre, lo que complica su situaci¨®n administrativa, el padre ha podido enviar por WhatsApp una foto de su pasaporte. Gracias a ello saben su apellido y que su mam¨¢ se llamaba Fatou.
AMINA: 24 de octubre, patera localizada a 200 kil¨®metros de Gran Canaria
Tiene seis a?os y, al redactar este reportaje, sigue en el Hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. Lleg¨® hace casi dos semanas y los m¨¦dicos no han conseguido arrancarle una palabra, apenas un ¡°s¨ª¡± y solo esbozado con la cabeza, no verbalizado. Pero sus niveles de sodio en el cuerpo hablan por ella: ha pasado muchos d¨ªas bebiendo agua del mar, el recurso a la desesperada de quien se muere de sed en mitad del oc¨¦ano.
Como Aissata, Amina procede del pa¨ªs de ?frica Occidental con mayor prevalencia de la mutilaci¨®n genital femenina. Aunque esa pr¨¢ctica est¨¢ castigada en Costa de Marfil con penas de c¨¢rcel, el 60% de las marfile?as la han sufrido. Seg¨²n un informe de CEAR, la ablaci¨®n se sigue practicando en algunas regiones del pa¨ªs al 87 % de las mujeres y desde muy peque?as. Quiz¨¢s alguna de las dos est¨¦ todav¨ªa a tiempo de esquivarla.
En la patera de Amina hab¨ªa 52 personas cuando fue encontrada a 200 kil¨®metros de Gran Canaria a la deriva y se organiz¨® una operaci¨®n para sacar de all¨ª en helic¨®ptero a seis ni?os, un hombre y una mujer en mal estado. Uno de los peque?os muri¨® en el rescate.
No es la ¨²nica v¨ªctima de esa patera. Los supervivientes han contado a la Polic¨ªa que en los diez d¨ªas que pasaron perdidos en el Atl¨¢ntico murieron al menos cuatro beb¨¦s y varias mujeres. En el centro que ha cuidado de Aissata y Seidou ya lo intu¨ªan e intentan ahora ayudar al hospital con el caso de Amina, porque tienen testimonios de que su madre pereci¨® en el mar. Como la mam¨¢ de Aissata, ella tambi¨¦n fue arrojada al agua. Y Amina sigue en ¡°shock¡±, explica Enrique.
¡°Est¨¢ flaqu¨ªsima¡±, a?ade este educador, que sabe bien el reto que se les viene encima. Pero no duda de que lo conseguir¨¢n: han tenido a m¨¢s ni?os como ella en estos casi dos a?os de repunte de la ruta canaria, chicos que sobrevivieron a viajes en patera en los que, por ejemplo, sus amigos mor¨ªan de hambre y sed royendo los travesa?os de la barcaza, ¡°comiendo madera¡±. Es el gen de la supervivencia.
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