Las ¡°bandas latinas¡± ya no son latinas
En Blood, la ¨²ltima pandilla desarticulada por la Guardia Civil, hab¨ªa menores magreb¨ªes, rumanos y subsaharianos
Blood no solo significa sangre en ingl¨¦s. Blood es el acr¨®nimo de: Brotherly Love Overcomes Oppression and Destruction (El amor fraternal supera la opresi¨®n y la destrucci¨®n), las siglas bajo las que se une esa banda violenta juvenil nacida en los a?os setenta en Los ?ngeles (California), y cuya sucursal en Espa?a fue desarticulada el pasado 20 de octubre por la Guardia Civil. Aunque la llamada operaci¨®n Laya sigue abierta y bajo secreto, los agentes de la unidad de Informaci¨®n detuvieron a 14 de sus miembros, incluidos los cabecillas nacionales, y el juez ha enviado a prisi¨®n a 12 de ellos, otro estaba ya en prisi¨®n porque hab¨ªa sido arrestado previamente por la Polic¨ªa Nacional mientras los investigadores del Instituto Armado realizaban sus pesquisas, y el ¨²ltimo ha quedado en libertad. ¡°Hab¨ªa chicos ecuatorianos, magreb¨ªes, colombianos, espa?oles, rumanos, subsaharianos..., las bandas latinas ya no son latinas¡±, describen los investigadores. ¡°J¨®venes de entre 18 y 34 a?os, con largos historiales delincuenciales ya siendo menores¡±, se?alan, que ahora est¨¢n acusados de pertenencia a organizaci¨®n criminal, asesinato en grado de tentativa, diversos delitos contra las personas, contra la salud p¨²blica, y tenencia il¨ªcita de armas. La investigaci¨®n y la operaci¨®n frustraron tres asesinatos, seg¨²n relatan fuentes de la investigaci¨®n.
Las grandes bolsas de marginalidad, el fracaso escolar, la desestructuraci¨®n familiar conforman el caladero en el que bucean estas pandillas violentas juveniles ¡°cada vez m¨¢s heterog¨¦neas¡±, seg¨²n los expertos. Un preocupante fen¨®meno social y un alarmante problema de seguridad ciudadana ¡ª¡±Suelen protagonizar delitos contra el patrimonio, hurtos, robos con violencia, agresiones con machetes...¡±¡ª, en pleno auge en los barrios m¨¢s deprimidos. De hecho, fue un aumento de esas tipolog¨ªas delictivas en la zona norte de Espa?a (Pa¨ªs Vasco y Navarra) lo que puso en marcha esta investigaci¨®n, que ha durado 10 meses y con la que se considera ¡°descabezada¡± la banda Blood.
Samuel C. A., el cabecilla de esta pandilla, asentada en Espa?a en 2002 al rebufo de las grandes migraciones procedentes de Latinoam¨¦rica, es un ciudadano ecuatoriano de 34 a?os. Establecido en Barcelona desde que lleg¨®, acababa de salir de la c¨¢rcel, tras ser condenado a 17 a?os por ordenar un asesinato en 2009. Hab¨ªa obtenido un tercer grado y trabajaba en un local de la Ciudad Condal como camarero. ¡°Su estancia en prisi¨®n no solo no le impidi¨® seguir siendo el l¨ªder de la organizaci¨®n, sino que le dio galones y le hizo ganarse m¨¢s respeto interno¡±, comentan los investigadores.
En aquella ocasi¨®n fue condenado por ordenar el asesinato de Daniel Mart¨ªnez, un joven de 21 a?os que se encontraba con su novia en un parque de L?Hospitalet de Llobregat en la tarde del 17 de septiembre de 2009, y al que dos menores (Brian Quintero y Jonathan ?vila) dispararon a bocajarro con una pistola. El motivo: ¡°Querer salirse de la banda¡±.
Temerarios
¡°Es habitual que se les encarguen a los menores este tipo de acciones porque son m¨¢s temerarios, no son punibles (o lo son en menor grado) y necesitan hacer m¨¦ritos para ingresar en la banda o subir en el escalaf¨®n de mando. La mayor parte de esta clase de actuaciones son pruebas de valor impuestas por los jefes¡±, explican los investigadores.
La situaci¨®n se repiti¨®. Samuel C. A. volvi¨® a encargar varios asesinatos a trav¨¦s de sus lugartenientes, seg¨²n los investigadores. El ¨²ltimo, y el que precipit¨® las ¨²ltimas detenciones y (de nuevo) el descabezamiento de esta organizaci¨®n en Espa?a, fue el pasado octubre en Madrid, donde el jefe es un joven magreb¨ª de 19 a?os que se encontraba en prisi¨®n. La v¨ªctima esta vez era otro joven que supuestamente ¡°no quer¨ªa ingresar en la banda¡±, o lo que es lo mismo: no aceptaba realizar las acciones que le impon¨ªa la organizaci¨®n para permanecer en su territorio. Los agentes lograron actuar antes del ataque (¡°iban a matarle a machetazos¡±), al igual que ¡ªaseguran¡ª sucedi¨® en otras dos ocasiones anteriores, cuando otros miembros de la pandilla iban a actuar contra terceras personas como ¡°pruebas de valor¡±, que fueron abortadas gracias a la presencia policial en el lugar.
Los Blood, como la mayor¨ªa de bandas violentas juveniles en Espa?a, se ubican en barrios humildes, aleda?os de grandes ciudades: ¡°Madrid, Barcelona, Valencia y despu¨¦s en provincias como Zaragoza, Vitoria, Toledo y Guadalajara¡±, se?alan los expertos. Cada ¡°grupo, bloque, coro o cap¨ªtulo¡± (reciben distintos nombres seg¨²n la banda), tiene entre 6 y 30 miembros. En el caso de los Blood, los investigadores estiman que, entre l¨ªderes y ¡°soldados¡±, podr¨ªan sumar ¡°entre 150 y 200¡å.
Los Blood est¨¢n hermanados en origen con los Trinitarios por su origen dominicano. Emigrados a principios de los setenta, se asentaron en Los ?ngeles (California) donde crecieron para defenderse del resto de pandillas que trataban de mantener a los reci¨¦n llegados bajo su yugo y que no les disputaran su territorio. ¡°El origen de las bandas o pandillas juveniles es ese¡±, explican los investigadores, ¡°nacen para liberarse del sometimiento de otra, para rebelarse, por eso est¨¢n enfrentadas entre s¨ª, unas con otras¡±.
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