El estigma del diputado rebelde
Od¨®n Elorza: ¡°Avis¨¦ a mi grupo de que no iba a dar un masaje y la respuesta fue ¡®ja, ja, ja¡±
¡°El diputado de la mayor¨ªa es un hombre que ha resuelto el problema de pensar¡±, escrib¨ªa en 1916 Wenceslao Fern¨¢ndez Fl¨®rez, afamado cronista parlamentario de la ¨¦poca. Ha transcurrido m¨¢s de un siglo desde esos tiempos del turnismo de la Restauraci¨®n, y las mujeres, que entonces nunca pasaban de la tribuna de invitados del Congreso, ocupan ahora el hemiciclo. Por lo dem¨¢s, la mirada burlona de Fern¨¢ndez Fl¨®rez a¨²n se podr¨ªa arrojar sobre los diputados y diputadas de hoy. De la mayor¨ªa y de la minor¨ªa.
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¡°El diputado de la mayor¨ªa es un hombre que ha resuelto el problema de pensar¡±, escrib¨ªa en 1916 Wenceslao Fern¨¢ndez Fl¨®rez, afamado cronista parlamentario de la ¨¦poca. Ha transcurrido m¨¢s de un siglo desde esos tiempos del turnismo de la Restauraci¨®n, y las mujeres, que entonces nunca pasaban de la tribuna de invitados del Congreso, ocupan ahora el hemiciclo. Por lo dem¨¢s, la mirada burlona de Fern¨¢ndez Fl¨®rez a¨²n se podr¨ªa arrojar sobre los diputados y diputadas de hoy. De la mayor¨ªa y de la minor¨ªa.
Od¨®n Elorza se sorprendi¨® cuando, hace dos semanas, lo llamaron de la direcci¨®n del grupo socialista para pedirle que interviniese en la comisi¨®n del Congreso que iba a examinar a los candidatos al Tribunal Constitucional pactados por el Gobierno con el PP y que se ocupase del m¨¢s controvertido de ellos, Enrique Arnaldo. El exalcalde de San Sebasti¨¢n ha acreditado desde hace a?os que no es un diputado sumiso. Ha tenido que pagar m¨¢s de una multa por saltarse la disciplina del grupo en asuntos como la abdicaci¨®n de Juan Carlos I o la ¨²ltima investidura de Mariano Rajoy. As¨ª que avis¨® a sus jefes: ¡°Les dije muy claro: ¡®Yo no voy a dar un masaje, ?eh?¡¯ Y la respuesta fue ¡®ja, ja, ja¡±.
Elorza se prepar¨® buceando durante tres d¨ªas en la trayectoria de Arnaldo, sus diatribas en la prensa contra el Gobierno de Zapatero, sus colaboraciones con la FAES, sus tratos con implicados en los casos Lezo y Palma Arena. El martes 2, se present¨® en la Comisi¨®n Constitucional del Congreso armado con 17 preguntas a Arnaldo que cuestionaban su imparcialidad y su integridad profesional. Minutos despu¨¦s, el grupo socialista ¨Den bloque, sin voto individual¨D daba el visto bueno a ese aspirante que su diputado acababa de machacar.
¡°Aquello sent¨® mal¡±, admite Elorza. Siguieron d¨ªas de tensi¨®n, a la espera de que los nombramientos pactados se sometiesen el jueves 11 a la votaci¨®n definitiva, esta vez individual y secreta, en el Pleno de la C¨¢mara. El grupo socialista envi¨® instrucciones a sus diputados para controlar el registro de los votos telem¨¢ticos, lo que podr¨ªa permitir que se conociese el sentido de estos. Por los pasillos del Congreso, los parlamentarios de PSOE y Unidas Podemos paseaban los dolores de varios d¨ªas de digesti¨®n del sapo que les hab¨ªan servido con Arnaldo. Elorza tampoco se lo quiso tragar esta vez: el mismo jueves, anunci¨® que votar¨ªa en contra del candidato al Constitucional ¡°en defensa de la dignidad de las instituciones¡±. Otros cinco diputados de los 155 que suman los grupos gubernamentales lo hicieron tambi¨¦n, aunque en secreto. Solo dos, Gloria Elizo y Meri Pita, de Unidas Podemos, confesaron a medias su rechazo.
Ser un diputado d¨ªscolo es echarse encima un estigma. ¡°Se viven situaciones tensas¡±, cuenta Elorza, ¡°los aparatos no se lo toman bien, notas que algunos compa?eros te ponen mal gesto, hasta te sientes culpable¡ Yo he pasado varios d¨ªas durmiendo mal¡±. Una cosa es la necesaria disciplina interna y otra que ¡°se aplique de forma absoluta¡±, defiende el diputado socialista. ¡°La disciplina de partido te obliga a asumir situaciones dif¨ªciles, a tener muchas tragaderas. Pero hay momentos en que tienes que ser t¨² mismo, en los que la conciencia te tiene que pesar. Si tienes 30 a?os y quieres hacer carrera, igual te pliegas. Yo ya llevo muchos a?os, aunque tampoco actu¨¦ nunca as¨ª¡±. El disidente da por hecho que, como m¨ªnimo, le impondr¨¢n una multa que puede llegar a 600 euros.
Horas despu¨¦s de la votaci¨®n de Arnaldo, el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, replicaba a Elorza en TVE: ¡°Cuando uno va en una lista electoral, se somete a lo que el partido ha establecido¡±. El criterio es la obediencia a la voluntad de las direcciones. En teor¨ªa, los diputados pueden votar lo que quieran; en la pr¨¢ctica, grupos como PSOE o PP los sancionan si no acatan la consigna; en teor¨ªa, pueden presentar iniciativas por su cuenta; en la pr¨¢ctica, deben pedir autorizaci¨®n. No hay mejor prueba del precio que pagan los disidentes que la elecci¨®n de los que intervienen en cada debate. A Cayetana ?lvarez de Toledo, cualquier cosa menos d¨®cil, no se le ha vuelto a o¨ªr m¨¢s que una vez en una comisi¨®n desde que en agosto de 2020 fue destituida como portavoz del grupo popular.
La interpretaci¨®n habitual es que el poder casi omn¨ªmodo de los partidos proviene del sistema electoral con listas cerradas y bloqueadas. ¡°Las listas cerradas no ayudan, desde luego, pero el sistema entero de la Constituci¨®n se dise?¨® para que hubiera partidos fuertes¡±, apunta el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica Ignacio S¨¢nchez Cuenca. ¡°En la pol¨ªtica espa?ola hay menos autonom¨ªa individual que en otros pa¨ªses europeos y eso se refleja en partidos muy jer¨¢rquicos¡±. El ¨²nico episodio de disidencia de cierta envergadura en cuatro d¨¦cadas se produjo en 2016, cuando 15 socialistas ¨DElorza entre ellos¨D desoyeron la directriz de abstenerse en la investidura de Rajoy y votaron en contra. El resto han sido casos aislados, como el de la muchos a?os diputada Celia Villalobos, que en su momento no secund¨® la oposici¨®n del PP al aborto o el matrimonio gay. En el d¨ªa a d¨ªa del Parlamento, Fern¨¢ndez Fl¨®rez podr¨ªa seguir exhibiendo hoy el mismo filo ir¨®nico que en 1916: ¡°La verdadera misi¨®n del diputado de la mayor¨ªa: o¨ªr, ver, aprobar, aplaudir, rumorear¡¡±