Las Cortes no est¨¢n para cambios
La hostilidad entre fuerzas pol¨ªticas arrumba el debate de reforma constitucional
Sin el menor atisbo de alegr¨ªa, ni ambiente festivo, se celebra hoy el 43? aniversario de la Constituci¨®n Espa?ola. La pandemia que persiste, aunque mucho se ha avanzado en la protecci¨®n por la vacunaci¨®n masiva, impedir¨¢ la prolongaci¨®n del acto y, por tanto, la expansi¨®n y extensi¨®n del exacerbado enfrentamiento entre los enrocados dos bloques pol¨ªticos. Breves alocuciones del jefe de Gobierno, y de los l¨ªderes pol¨ªticos al aire libre, despu¨¦s del discurso de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, dar¨¢n por terminado el acto.
No tiene la tercera autoridad del Estado un ambiente propicio para hablar de cohesi¨®n, unidad, servicio en com¨²n a los ciudadanos, en tiempos tan dif¨ªciles, cuando reina la hostilidad y el conflicto permanente. De reforma de la Constituci¨®n, nada. Ni siquiera para asuntos en los que objetivamente hay acuerdo absoluto, nada.
La discrepancia, instalada como fin en s¨ª mismo, impide plasmar el cambio del art¨ªculo 49 de la Constituci¨®n cuya transformaci¨®n no merece el menor reparo. La Ley de Leyes habla de ¡°disminuidos f¨ªsicos, sensoriales y ps¨ªquicos¡± y se pretende sustituir por ¡°personas con discapacidad¡±. Pues no. PP y Vox no est¨¢n por este cambio, que proponen, y se aprob¨® en Consejo de Ministros, el resto de los grupos de la C¨¢mara a instancias del gobierno de coalici¨®n del PSOE y de Unidas Podemos.
Pasan los a?os y cada d¨¦cada se produce el espejismo de que es posible la reforma de la Constituci¨®n. Con el Gobierno del PSOE de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se acrecent¨® el inter¨¦s por a?adir nuevos derechos sociales y ahormar la reforma del Estado auton¨®mico para a?adir elementos a lo que ya est¨¢ establecido: la configuraci¨®n de Espa?a ¡°en regiones y nacionalidades¡±. El expresidente Mariano Rajoy sabe muy bien, y para ¨¦l queda, las recomendaciones del fallecido Alfredo P¨¦rez Rubalcaba de que abordaran el T¨ªtulo VIII, el de la Espa?a auton¨®mica, ante el crecimiento del independentismo en Catalu?a. Pero no solo para profundizar en la Espa?a federal, sobre todo en sus s¨ªmbolos, sino para que todas las fuerzas pol¨ªticas, por primera vez, aceptaran leer juntos, sin prisa, la Ley de Leyes. El marco ser¨ªa una ponencia dentro de la Comisi¨®n Constitucional, pero pod¨ªa ser fuera de ella, como paso previo, para delimitar los aspectos susceptibles de cambio en los que pod¨ªan coincidir.
Nunca ha llegado el momento. Nunca ven¨ªa bien; no fuera a ser que abrir el libro constitucional diera alas a quienes llevan en su ideario plantear a los espa?oles la opci¨®n de Monarqu¨ªa o Rep¨²blica, como ejemplo o temor m¨¢s citado.
Si en la pol¨ªtica no hay acuerdo para releer la Constituci¨®n, en la calle tampoco es una demanda generalizada, pero s¨ª tiene su p¨²blico. Si hubiera voluntad, los propios partidos explicar¨ªan a los ciudadanos los porqu¨¦s de las reformas. La divisi¨®n ciudadana, sin pedagog¨ªa previa, est¨¢ en los contenidos. La primera vez que el CIS incluy¨® la pregunta de la reforma fue en 1987 y hubo divisi¨®n en tres tercios: uno, favorable a la reforma; otro, en contra de la reforma; y un tercero, que no se pronunciaba. En 2018, la ¨²ltima vez que ha preguntado el CIS, los porcentajes se distribuyeron de manera desigual: 70% a favor de la reforma; 15% en contra; 15% sin posici¨®n clara. Ese 70% se mantiene en la actualidad, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de 40dB., que dirige la soci¨®loga Bel¨¦n Barreiro, doctora en Pol¨ªticas y expresidenta del CIS, lo situaba algo por encima, un 72%, en el informe elaborado para la Plataforma de Medios Independientes. Entretanto, ha habido dos elecciones generales, las segundas repetidas, y la formaci¨®n de un Gobierno de coalici¨®n, adem¨¢s de la entrada con fuerza de Vox. La repetici¨®n electoral llev¨® al CIS a preguntar por la reforma de la Constituci¨®n para prescindir del requisito de la mayor¨ªa absoluta en la elecci¨®n del presidente del Gobierno. El CIS, tras esas elecciones de 2019, lo pregunt¨® tres meses consecutivos.
El 42% se mostraba favorable a ese cambio en mayo, el 44% en junio y el 50% en julio. Los menos favorables fueron los votantes del PP: solo el 41%. ¡°Pero, probablemente, era una opini¨®n m¨¢s coyuntural que estructural ya que en ese momento eliminar ese requisito le hubiera dado con mayor facilidad la presidencia a Pedro S¨¢nchez¡±, interpreta el soci¨®logo Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, fundador de Elemental Research. ¡°Parece que cuando se produce un acontecimiento o se genera un conflicto pol¨ªtico, econ¨®mico o social que afecta de manera directa a la Constituci¨®n, la manera de resolverlo es pedir la modificaci¨®n de la Constituci¨®n, y la ya de por s¨ª mayoritaria opini¨®n favorable a la reforma, se ampl¨ªa¡±, recalca. S¨ª ve este investigador social consenso en cuanto a la necesidad de reformar la constituci¨®n ¡°aunque est¨¢ m¨¢s extendida entre los votantes de partidos de izquierda que de derecha; m¨¢s entre los m¨¢s j¨®venes en comparaci¨®n con los mayores, y se agranda conforme aumenta el nivel de estudios¡±. Los ciudadanos de izquierda demandan cambios m¨¢s profundos que los de la derecha, explica el soci¨®logo de Elemental Research, que a?ade que tampoco hay acuerdo en los aspectos que deben modificarse.
Los discursos para este aniversario ya est¨¢n fijados. El Manifiesto del PSOE pone el ¨¦nfasis en las bases de la Constituci¨®n para impulsar pol¨ªticas sociales universales y de calidad. Se evoca el esp¨ªritu de di¨¢logo y acuerdo que los constituyentes plasmaron en el texto que fue a refer¨¦ndum en 1978. Hoy, 43 a?os despu¨¦s, se constatar¨¢ la abismal diferencia.
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