El tacticismo partidista amenaza con retroceder a la reforma laboral del PP
Las reclamaciones ¡°innegociables¡± de ERC y PNV se muestran incompatibles con las exigencias de la CEOE, Ciudadanos y UPN. Podemos rechaza que el PSOE trate con la derecha
¡±Pedimos a los partidos, y particularmente a los partidos de izquierda, que piensen m¨¢s en la posibilidad de que millones de trabajadores en Espa?a tengan un contrato indefinido que en las pr¨®ximas elecciones generales¡±. La advertencia ante el posible fracaso de la convalidaci¨®n en el Congreso de la reforma laboral la realiz¨® este jueves el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, tras asistir en Madrid como invitado a un desayuno informativo en el que el protagonista, el ministro de Presidencia, F¨¦lix Bola?os, el negociador de la parte socialista del Gobierno, abog¨® por labrar una mayor¨ªa de apoyos lo m¨¢s amplia posible, aunque sobre la base de los actuales aliados parlamentarios. Esos deseos parecen por ahora incompatibles con la realidad pol¨ªtica del pa¨ªs, embarcado en otra campa?a electoral, ahora en Castilla y Le¨®n. La negociaci¨®n para convalidar el real decreto se debate entre las exigencias de los partidos del bloque de investidura (ERC, PNV y EH Bildu) para modificar el texto, irreconciliables con los requerimientos de la v¨ªa alternativa en la derecha, con Ciudadanos, Uni¨®n del Pueblo Navarro y la propia patronal CEOE, quienes exigen que ¡°no se toque una coma¡± del pacto cerrado con el Gobierno.
Desde el Gobierno, tanto por la parte del mayoritario sector socialista como del de Unidas Podemos, el m¨¢s implicado en la negociaci¨®n que encabeza la vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz, se insisti¨® este jueves en transmitir el deseo de que el refrendo del decreto aprobado con la nueva reforma laboral prospere en las Cortes con los votos de los socios habituales. El mensaje lo avanz¨® primero el ministro de Presidencia, luego lo reiter¨® la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en la sede del partido, y m¨¢s tarde lo remacharon el presidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, y finalmente el secretario de Estado de Trabajo, Joaqu¨ªn P¨¦rez Rey, mano derecha de la vicepresidenta D¨ªaz. Todos esos dirigentes manifestaron su aspiraci¨®n a que se reedite en la votaci¨®n en el pleno del Congreso, el pr¨®ximo 3 de febrero, la mayor¨ªa progresista que respald¨® la investidura de Pedro S¨¢nchez, los dos ¨²ltimos Presupuestos del Estado y la mayor¨ªa de las leyes que han pasado esta legislatura por las Cortes. Pero ninguno aclar¨® con qu¨¦ n¨²meros y votos pretenden conseguir ese ¨¦xito. Las cuentas, por ahora, no salen.
El Ejecutivo dispone de los 154 esca?os que suman PSOE y Unidas Podemos. Ning¨²n otro partido ha oficializado a¨²n su apoyo. Es m¨¢s, algunos aliados habituales, como EH Bildu, se han autodescartado al adherirse a la desaprobaci¨®n de la reforma de sus sindicatos m¨¢s pr¨®ximos en Euskadi, como ELA y LAB.
ERC se ha quejado de que apenas se les ha dejado margen y tiempo para negociar porque entienden que el PSOE y la vicepresidenta D¨ªaz han preferido en este caso la ¡°h¨¢bil¡± alianza con la patronal, Europa y la derecha de Ciudadanos.
Las alusiones de Gabriel Rufi¨¢n (ERC), al ¡°proyecto pol¨ªtico personal¡± de D¨ªaz, han sentado fatal en su entorno y forzaron este jueves la comparecencia de Asens en el Congreso para defender a la vicepresidenta y alertar al portavoz republicano y a su formaci¨®n de que no deber¨ªan ¡°equivocarse de adversario¡±.
Asens cit¨® sin parar a D¨ªaz para rebatir la idea denunciada por Rufi¨¢n sobre sus intereses personales con esta reforma y argument¨® que el gran objetivo de la misma es combatir la precariedad, ¡°cambiar el paradigma laboral¡± y devolver derechos a los trabajadores sobre los cercenados con la ley aprobada en 2012 con el Gobierno de mayor¨ªa absoluta de Mariano Rajoy. M¨¢s de 12 millones de trabajadores est¨¢n afectados por convenios.
Ni esos recados de Asens, remachados por Bola?os, Lastra, H¨¦ctor G¨®mez, P¨¦rez Rey y los responsables gubernamentales que se prodigaron en las ¨²ltimas horas, ni el apercibimiento de que si esta reforma no triunfa permanecer¨¢ vigente la actual del PP, surtieron por ahora efecto en la oposici¨®n de los socios de investidura.
La direcci¨®n de ERC en el Congreso se siente relegada de los contactos que la vicepresidenta y Trabajo s¨ª han mantenido en estas semanas con el propio presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, el diputado republicano Jordi Salvador, portavoz en esa materia, o las llamadas m¨¢s privadas con el veterano republicano Joan Tard¨¤.
El PSOE pretende no entrometerse en las negociaciones de la vicepresidenta y su equipo, pero no descartan la viabilidad de un plan alternativo en caso de fracaso. As¨ª hay que entender la apelaci¨®n de Bola?os a preservar el pacto de legislatura, pero demandando una mayor¨ªa en este caso y para este asunto lo m¨¢s amplia posible, en la que incluy¨® incluso al PP, pero para evidenciar ante su esperada oposici¨®n que no est¨¢n dispuestos a colaborar con el Gobierno de Espa?a en nada.
El sector socialista del Gobierno cuida, mientras tanto, la conexi¨®n siempre preferente con el PNV, incluso con contactos directos y una comida de trabajo este jueves en Euskadi. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, reafirm¨® horas antes sin embargo el gran ¡°principio¡± intocable para su formaci¨®n sobre la primac¨ªa de los convenios auton¨®micos frente a los estatales: ¡°La prevalencia tiene que tener rango de ley. Es un poco dif¨ªcil que aprobemos ahora una cosa que dice que la prevalencia es el convenio estatal y luego otra. Si eso lo aprueban ahora, no veo yo que dentro de un mes se haga en otra norma. Pero la pol¨ªtica es el arte de lo posible y estaremos con los o¨ªdos abiertos¡±.
Ese tipo de posiciones tan exigentes y pragm¨¢ticas del PNV puso en alerta de nuevo a Ciudadanos, que es el partido al que podr¨ªa agarrarse el Gobierno si al final todo falla. D¨ªaz y Podemos no quieren explorar esa opci¨®n, porque consideran que es ¡°una trampa para romper la mayor¨ªa legislativa de investidura¡±, como anot¨® Asens. El portavoz de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, confirm¨® que ni el Gobierno, ni Bola?os ni el PSOE les hab¨ªan llamado, pero les anim¨® a que lo hagan cuanto antes para apoyar el real decreto sin retoques. Bal avanz¨® que incluso si en la reforma laboral ahora no se cambia nada, pero se promete alguna mejora futura a PNV o ERC con m¨¢s competencias para sus autonom¨ªas tampoco la votar¨¢n a favor.
El n¨²mero dos de Trabajo intent¨® aclarar acto seguido que esa primac¨ªa de los convenios auton¨®micos sobre los estatales ya est¨¢ vigente en el marco social aprobado por todas las fuerzas sociales en Euskadi y que nada se cambia con la reforma propuesta. Pero el recelo y la desconfianza partidista es de tal calibre que ni ese dato sirvi¨® para encauzar la negociaci¨®n.
Un esca?o, decisivo
El rompecabezas: La reforma laboral corre el riesgo de situar al Gobierno ante una de las votaciones m¨¢s re?idas de la legislatura. El Ejecutivo tiene que componer un rompecabezas en el que cada diputado cuenta y hasta podr¨ªa lamentar que Unidas Podemos no haya cubierto a¨²n la vacante de Alberto Rodr¨ªguez, privado de su esca?o tras una condena del Supremo.
Por un voto: Si el Ejecutivo no llega a un acuerdo con los nacionalistas y estos se ratifican en el no, la f¨®rmula m¨¢s veros¨ªmil para que la reforma prosperase ser¨ªa el apoyo de Ciudadanos (9 diputados), PDeCAT (4), M¨¢s Pa¨ªs (2) y, todos con uno, Comprom¨ªs, Coalici¨®n Canaria, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Teruel Existe. Si los dos de Navarra Suma se abstuviesen, como han insinuado, sumar¨ªan 174 a favor y solo uno menos en contra (PP, Vox, ERC, PNV, EH Bildu, Junts, CUP, BNG, Foro Asturias y el fugado de Ciudadanos Pablo Cambronero, en el Grupo Mixto). En caso de empate, la votaci¨®n se puede aplazar. Si la igualada persistiese, la propuesta decae.
El peso de Ciudadanos: Por si solos, los nueve esca?os de la formaci¨®n liberal no sirven al Gobierno para suplir una hipot¨¦tica deserci¨®n de ERC y PNV. Dado que las posiciones de Cs y los nacionalistas vascos en este asunto son incompatibles, solo se vislumbra como viable la f¨®rmula descrita, que tampoco es segura ya que M¨¢s Pa¨ªs y Comprom¨ªs de momento se mueven en la ambig¨¹edad.
Abstenci¨®n nacionalista: Hay otra opci¨®n para que el Gobierno salga del atolladero: que ERC y PNV pasen del no a la abstenci¨®n. Eso, a su vez, podr¨ªa implicar el descuelgue de Cs y propiciar otra votaci¨®n apretad¨ªsima, de nuevo rondando el empate. Para no pasar apuros, el Ejecutivo necesitar¨ªa sumar la abstenci¨®n de Bildu.
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